(FIC) Love Making

Este shot lo comencé a escribir hace unas 2 semanas D: Pero quize meterle tantas cosas que recién lo termino ^^
Nació después del último partido del FCMen y cuando salieron las fotos del nuevo corte de cabello de Yoochun~
Ya extrañaba escribir shots un poco más largos *0* Espero les guste ^^

P.D: Para Felina ♥ por su cumpleaños~ *3*


Título: Love Making
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance
Advertencia: NC-17/LEMON


La noche había caído ya hace varias horas, y el departamento se mantenía en silencio, interrumpiéndose cada tanto por ligeras risas provenientes del cuarto principal, donde cierto pelirrojo se divertía navegando por la web en su celular.

Se oyó entonces el giro del picaporte y unos pasos ingresando al apartamento, alertando al menor.

-¿Baby? Ya llegué~- la voz del pelinegro recorrió el pasadizo hasta llegar a oídos de Junsu, haciéndole brincar de la cama para salir a su encuentro.

-Chuuuunniee~ ¡Me gusta tu corte de cabello!- chilló correteando fuera de la habitación.

-Ni siquiera lo has visto-

El mayor logró dejar sus llaves y la chaqueta sobre el sofá, antes de recibir entre sus brazos a un Junsu que se le cuelga del cuello y ríe sobre su nuca.

-Lo vi en internet- dijo todo sonrisas encontrando su mirada con las hipnotizantes orbes negras de su novio.

-Me estuviste buscando en- y mientras formula la pregunta, es interrumpido por los dulces labios del menor sobre los suyos, regalándole un beso de bienvenida cargado de ternura.

Las manos de Yoochun se acomodan en la cintura del pelirrojo, abrazándole para corresponder el beso y fundirse en la boca de su novio con comodidad.

-Si- afirmó con una sonrisa brillante y las mejillas arreboladas de rubor apenas se separaron.

-…Y… ¿a que se deben tus repentinas muestras de cariño?- preguntó colocando su mano sobre la mejilla rosada del menor.

-¿No puedo besar a mi novio cuando yo quiera?- formó un puchero, parpadeando lindamente, antes de recibir otro pico sobre los labios.

-Mmm… no- rió separándose del pelirrojo, asomándose por la puerta de la cocina para servirse un vaso con agua.

-Yoochunnie~- soltó quejumbroso, cruzándose de brazos y piernas sobre el sofá.

-¿Qué pasa?- el mayor le miró con una sonrisa, antes de dirigir el vaso lleno a su boca.

-¿¡Por qué tú si puedes aprovecharte de mí cuando te viene en gana y cuando yo vengo a besarte me dices que no puedo!?- se apoyó con las manos sobre el apoyabrazos del sofá, quedando arrodillado sobre él, encarado a su novio con el ceño fruncido.

-¿No habíamos hablado ya de los castigos?- Yoochun dejó el vaso sobre la mesa, caminando sobre sus pasos para abrazarse a la cintura del pelirrojo una vez más.

-Pero cuantas veces te he dicho que ¡nngh!-

Los labios aún mojados del pelinegro atraparon los ajenos con desespero, compartiéndoles la humedad y aumentándola (de ser posible) cuando introduce sin permiso su ávida lengua en la boca del menor, haciéndole temblar.

-¿Qué esto es mío?- separaron sus bocas con un chasquido y completó la frase, deslizando sus manos cuesta abajo para anclarlas sobre el redondo trasero de su novio -No es necesario que me repitas lo que ya sé perfectamente- rió de medio lado, acortando distancias nuevamente.

-No iba a decir eso- le detuvo con el ceño fruncido, apartándole de su cuerpo.

-Está bien, haremos un trato; solo porque detesto verte con esa carita disconforme. Puedes venir y besarme todo lo que quieras, pero me darás esto cuando te lo pida- volvió a aferrarse al menor, apretujando con sus manos sobre la piel suave de sus nalgas una vez más.

-…- prefirió quedarse callado, en serio estaba fastidiándole todo aquello.

-¿Trato?- ofreció finalmente.

Pero las cosas no salieron como Yoochun esperaba. Había imaginado que recibiría una afirmación avergonzada junto con un beso corto que diera pie a muchos más… pero lo único que recibió fue un empujón apartándole y un Junsu que enfurruñado se baja del sofá y camina hasta el pasadizo. Volteando únicamente para encararle con los brazos cruzados.

-No. Ya no quiero saber nada de tus acuerdos o tus castigos. Yo vengo muy feliz a recibirte, emocionado porque te ves demasiado sexy con ese corte, con el corazón latiendo a mil por hora por pensar en cómo besarte… y tu lo único que haces es volverme a echar en cara lo que paso en el partido, lo cual repito: no fue culpa mía, y demandar mi cuerpo como si fuera un juguete para usar cuando te entren ganas- soltó todo de corrido, sin haberse inmutado tras la expresión de sorpresa que se instaló en el rostro del pelinegro.

-Junsu…- apenas dijo el mayor, siendo cortado al instante.

-Así que no, Yoochun. Esta vez no voy a aguantarte tus arranques de seme celoso y posesivo- estableció con firmeza y antes de retiraste le miró de arriba abajo -…así tengas ese corte que te hace ver malditamente seductor y varonil- siseó entre dientes dándole un ultimo vistazo y se enrumbó a la habitación que ambos comparten.

Dejando al pelinegro en su mismo lugar, de pie al lado del sofá, con los ojos muy abiertos y las palabras a punto de salir de su boca.

Sin notarlo había metido la pata una vez más.

-…Fuck- gruñó por lo bajo y cayó pesadamente sobre el sofá.

Era hora de pensar como disculparse.

~~~~~~

El pelirrojo estaba hecho un ovillo sobre las acolchadas mantas de la cama, suspirando por millonésima vez desde que está en aquella posición. Oyó desde su pequeño refugio los pasos inconfundibles de su novio acercándose a la habitación, acelerando el tamborileo de su corazón.

El caminar del mayor se detuvo en el umbral de la puerta, envolviéndolos en el silencio una vez más por unos instantes.

-¿Junsu? ¿Baby?- la voz gruesa de Yoochun rompió el silencio, el llamado había escapado temeroso entre sus labios, le preocupaba que el menor estuviera llorando.

-¿Entonces ahora si soy tu Baby?- preguntó en respuesta, sin siquiera voltear a mirarle, a pesar de odiar la perfecta vista que tenía de la pared.

-…Siempre lo eres- dijo el mayor en un suspiro, adentrándose en la habitación para sentarse al borde de la cama -Susu… discúlpame- una de sus manos alcanzó el hombro del menor, acariciándolo con cariño -Tu sabes que soy un grandísimo idiota que se pone celoso por cualquier tontería- habló con la mirada fija en aquellos cabellos pelirrojos con aire castaño que desordenados caen sobre la nuca de su novio.

-No me alivia que te insultes a ti mismo- respondió secamente, empujando la mano del pelinegro fuera de su hombro.

Y en ese momento Yoochun ya no puede más, detesta el rechazo y el enojo de su otra mitad. Sube a la cama y como puede se abraza a la espalda de su novio, hundiendo el rostro en la unión de cuello y hombro.

-Baby, amor, no me hables así…- rogó con la voz amortiguada por la desesperación -Lo siento mucho, no quise hacerte enojar. Fui un egoísta… solo pensé en mí, no se me ocurrió qué podrías sentir al respecto- dijo con sinceridad, sintiendo como una de las manos del menor busca la suya y entrelaza sus dedos con cuidado.

-Te amo mucho Chunnie- confesó aún sin voltear a mirarle, con los ojos anclados en la unión de sus manos.

-Y yo a ti también Baby- dejó un beso corto sobre la nuca del pelirrojo, correspondiendo sus palabras.

-…Es solo que no me gusta cuando te pones en ese plan únicamente posesivo. Me hace creer que tenemos sexo cuando te viene en gana y no estás amándome…- explicó en voz baja, pero lo suficientemente alta como para ser oído claramente por su novio.

-Junsu- los fuertes brazos de Yoochun intervinieron esta vez y jaló al menor, volteándole para poder buscar su mirada -Kim Junsu- repitió su nombre, ahogándose en lo profundo de esos ojos castaños -Óyeme bien, no ha habido ni una sola vez en la que no te haya hecho el amor, nunca-

-¿Nunca?- preguntó con un atisbo de sonrisa en el rostro.

-Nunca. Por más apasionado, lujurioso o salvaje que pueda parecer, siempre he sido consiente de estar haciéndote el amor- aseguró seriamente, enmarcando con sus manos el rostro de su novio; desviando la vista a los pocos instantes.

-… ¿qué pasa?- los dedos del pelirrojo se pasearon sobre la mejilla del mayor, delineándola con parsimonia.

-Yo… lo siento mucho- se disculpó una vez más, atrayendo al menor en otro abrazo -de verdad, lo siento mucho Junsu- repitió rozando los labios sobre su cabello -No puedo creer que te he hecho dudar con mis acciones- susurró la última frase, dejándose abrazar en respuesta.

-Últimamente ando algo nervioso, eso es todo- ocultó su rostro en el pecho del pelinegro, acomodándose muy pegado a su lado sin deshacer el abrazo.

-No tienes porqué baby, siempre voy a estar aquí para ti-

Y dejan que el silencio los envuelva nuevamente, arrullándose con el único sonido de sus respiraciones tranquilas y el latir de sus corazones enamorados.

Junsu bosteza contra el pecho de su novio y se acurruca como puede, aún más cerca a su cuerpo.

-Baby, voy a apagar la luz- susurró apenas, antes de separarse del menor para caminar los pocos pasos que le separan del interruptor.

La oscuridad se apoderó de la habitación, quedando alumbrada únicamente por la tenue luz de los faroles de la calle que se cuelan por la ventana.

-…¿Chunnie?- el pelirrojo le detuvo con sus manos antes de que le abrace una vez más, encontrándose con el brillar de su mirada -… ¿Podemos… desnudarnos?- preguntó entonces, con el rostro coloreado de rojo -¡Solo eso! Es que… siento que la ropa me estorba cuando te abrazo- explicó apoyando el rostro sobre el hombro de su novio.

-Si podemos- Yoochun responde con una sonrisa y tantea con sus manos buscando el borde de la camiseta del menor.

El torso del pelirrojo queda expuesto en cuestión de segundos, siendo acariciado sutilmente por los largos dedos del mayor. Junsu le quita la chaqueta, seguida por la camiseta, y se sorprende cuando el pelinegro lo abraza de la cintura, pegándolo a su pecho y escondiendo su rostro en la curvatura de su cuello.

La diferencia entre un abrazo con ropa y otro sin ella era más que obvia, el calor de sus pieles fundiéndose en la contraria, el latir apresurado de sus corazones casi chocando con el otro.

Los brazos de Junsu se acomodaron en la espalda del mayor, suspirando con una sonrisa al sentir los labios de su novio dejar pequeños besos cargados de ternura sobre la piel de su cuello.

-Chunnie~- su voz escapa en una risa, atrayendo al pelinegro a besarle las mejillas.

-Lo sé, lo sé~- ríe con el menor y lo atrae de la cintura para poder encargarse de sus pantalones.

Los dedos del mayor se deshacen del botón y deslizan la tela, recorriendo las piernas del pelirrojo, quien también ya ha desabrochado el cinturón y el pantalón de su novio.

Las prendas encuentran su rumbo hacia el suelo, dejándoles a ambos enamorados la cama entera a su única disposición. Sus cuerpos desnudos vuelven a acomodarse entre las sábanas y se enredan en otro abrazo.

-¿Mejor así?- pregunta Yoochun, besando la frente de su pelirrojo, delineando con sus manos la marcada columna del menor.

-Mucho mejor- sonríe en un suspiro y sus ojos castaños se encuentran con la mirada del pelinegro.

-Buenas noches- apenas logra oír de los labios del mayor, y siente como su corazón se altera en sobremanera cuando los labios gruesos de su novio acarician sutilmente los suyos.

Solo un roce corto y dulce, una pequeña probada de todo el amor que tiene para darle.

-Buenas noches- responde con las mejillas encendidas, regalándole una sonrisa brillante antes de esconder su rostro en el pecho de Yoochun.

~~~~~~

La luz del sol entra juguetona por la ventana, esparciendo sus rayos por cada recoveco de la habitación, iluminando la oscuridad de la noche para saludar un nuevo día.

Unas orbes oscuras se asoman tras los parpados, incomodas por la luz que cae de lleno sobre el rostro del pelinegro; su mirada se encuentra con la mata de cabellos pelirrojos desordenados de su novio, sonríe para sí mismo y se entretiene grabando en su memoria aquella hermosa imagen.

El menor durmiendo a su lado apaciblemente, con los labios fruncidos ligeramente en un curioso pero adorable gesto y las mejillas sonrosadas.

Yoochun paseó sus dedos con cuidado sobre la tersa piel del angelical rostro, grabando bajo su tacto cada detalle; delineando las curvas que forman los labios hasta llegar al mentón. Le acomoda el cabello tras la oreja, recordando como el menor le ha hecho lo mismo varias veces.

Un suspiro escapa de la boca de Junsu, mientras frunce el ceño incomodado por el despertar repentino. El pelinegro se hace el dormido y cierra sus ojos dejando un pequeñísimo espacio para ver a su novio.

-¿Chunnie?- pregunta en un susurro, admirándole unos segundos. Piensa que aún está dormido y esboza una sonrisa; se mueve despacio hasta quedar apoyado sobre sus codos, empinándose un poco para besar sutilmente los labios gruesos del mayor. Juega con sus dedos sobre las facciones del rostro del pelinegro y susurra bajito un ‘Te amo’.

Los brazos del mayor envolviéndolo en un abrazo le toman por sorpresa de repente.

-Yo también te amo- oye a la altura de su oído y siente como su corazón se dispara a mil por hora.

-¿Estabas despierto?- pregunta aún sorprendido, recibiendo besos sobre sus mejillas.

-Algo así~- apenas responde el pelinegro y sin más rodeos busca con su boca los labios del menor.

Se encuentran en un beso lento, adornado con sonrisas y varias caricias; se encuentran en lo sublime que es transmitirse el amor en aquel gesto. Sus labios danzan juntos y se funden hasta no encontrar espacio para que entre el aire.

Se acomodan bajo las sábanas, sin despegarse en un solo momento, y Junsu termina sobre su novio, con las manos ancladas al cuello del mayor, quien pasea las propias por la espalda del pelirrojo.

Sus caderas se rozan y un jadeo escapa de ambas gargantas al sentir esas corrientes placenteras viajar sobre su cuerpo. La lengua del pelinegro encuentra a su igual, enredándose con ella insistentemente; el menor responde con la misma intensidad y pronto se encuentra frotando su entrepierna semidespierta con la de su novio.

-Ahh~ Junsu~- jadea cuando sus labios se separan y sonríe al ver la mirada traviesa de su delfín pelirrojo.

-Buenos días Yoochunnie~- dice lindamente y se recuesta totalmente sobre el pecho del mayor –quiero desayunar- pide y se relame los labios en un gesto por demás sexy.

El pelinegro suspira derrotado, pensando en cuanto tiempo tendrá que esperar para hacerle el amor de nuevo a su novio.

-Prepararé el desayuno- sonríe, acariciándole una mejilla.

-¿Y puedo servirme lo que yo quiera?- pregunta empinando su cuerpo para besarle el mentón y parte del cuello.

-Lo que tú quieras- afirma y cierra los ojos para concentrarse en los besos que son dejados sobre su piel.

-Entonces desayunaré esto~-

Su voz cantarina descoloca al pelinegro, obligándole a bajar la mirada en el preciso momento en el que Junsu desciende y desaparece bajo las sábanas.

-¡¡Nggh!!- el jadeo salió alterado de la garganta del mayor cuando la mano del pelirrojo rodeó su virilidad, masajeando la longitud de arriba abajo para hacerle ganar tamaño y dureza.

Sus manos volaron al borde de la sábana, queriendo destapar a su novio para mirarle.

-¡No!- el menor lo detiene y sujeta la tela con su mano libre, impidiéndole al pelinegro alzarla.

-Baby~ Mmm! Quiero verte…-

-No… es vergonzoso- apenas responde, aprovechando el estar escondido para grabar con sus ojos cada detalle del falo del mayor.

Le masturba despacio, poniendo atención a cada centímetro de la extensión del pelinegro; sus dedos juguetean en la punta y luego se separan para volverse a enroscar en torno al tronco.

-¡Ah! ¡Fuck!- Yoochun gime y se retuerce alterado, los espasmos de placer que su novio está ocasionando allá abajo son demasiado para su autocontrol, siente la mano del menor resbalar con más velocidad sobre su piel y el calor comienza a ahogarle con parsimonia.

Los labios del menor Kim se posan sobre la hinchada erección, abriéndose de a pocos para lamer y succionar ciertas partes. Impone un ritmo con su boca, arrancando gemidos roncos de la garganta del pelinegro.

-¿Te gusta así?- la voz del pelirrojo llega amortiguada a los oídos del mayor, quien de un tirón alza la sábana; dejando al descubierto a un Junsu que lame y besa su entrepierna con los ojos anclados en los suyos.

-…Diablos…- maldice por lo bajo y trata de calmar su respiración alterada; el que su novio le mire mientras hace maravillas sobre su falo le excita en sobremanera y casi siente que podría explotar allí mismo.

Los labios del menor tocan la piel del vientre de Yoochun cuando lo engulle por completo, recibiendo a cambio gemidos y jadeos alterados, además de una mano que se enreda en su cabello demandando movimiento.

-Nhh~ ¡Oh God! Mmm, Baby~- el pelinegro dejó caer su cabeza en la almohada, aferrando su mano libre a la tela que cubre el colchón, sintiendo como la humedad caliente de la boca de su novio le tensa los músculos y le desconecta otro poco de la realidad –¡Aaghh! Ya no… ¡Ahh!- gruñó, y antes de lograr advertirle del todo, explotó entre los labios del pelirrojo.

Se liberó con un jadeo entrecortado, ensuciando las comisuras de la boca del menor, quién bebió cuanto pudo gustosamente. Trepó sobre el cuerpo del pelinegro, recostándose sobre su pecho nuevamente, esperando a que recupere los sentidos y todo el oxigeno perdido.

-¿Yoochunnie?- lo llama, perdiéndose en el profundo de las orbes negras cuando le devuelven la mirada.

-Sigo sin acostumbrarme a este tipo de atenciones- balbucea aún en shock y limpia con sus dedos el líquido blanquecino que ha quedado a los lados de la boca de su novio.

-¿Ves que yo también puedo hacerte cosas sexys?- sonríe y lame los dedos manchados del mayor, aprovechando para cubrirlos de saliva y facilitarle las cosas a su ratón pervertido cuando tenga que prepararlo.

-¿Quién preguntó? Si entre los 2 tú eres el más sexy…- ríe con él, retirando los dedos de su boca, besando esos pucheritos que forma como si le hubieran quitado un dulce a un bebé.

-¿Y por qué no puedo ir arriba entonces?- pregunta curioso mientras Yoochun se sienta, apoyando la espalda en la cabecera de la cama, jalando al pelirrojo para que se acomode a horcajadas sobre él.

-Because you’re my Baby- responde en ingles, sabiendo que está tocando el punto débil de su novio.

Junsu frunce el ceño y se empina lo suficiente para sujetar los hombros de su novio, acercando peligrosamente el rostro al contrario. Con una de sus manos dirige los dedos del pelinegro hacia su intimidad, incitándolos a comenzar con su labor allí abajo. Sonríe cuando sus labios están a nada de rozarse y en un tono provocativo habla en inglés también.

-Today I want to be your Sexy Baby- pronuncia y siente un dígito hacer presión en su intimidad. Funde sus labios en la boca del mayor, procurando distraer la incomodidad.

Pero Yoochun tiene mejores planes para sofocarle en placer. Espera a que el beso les quite casi todo el aire de los pulmones y en un momento de distracción desciende con su boca por el cuello del pelirrojo, paseándose por la clavícula mientras le atrae de la cintura con el brazo libre para tener su pecho a la altura del rostro.

Un segundo dedo se hace espacio cómodamente entre las paredes internas del menor, quién reacciona con jadeos y gemidos queditos ante las atenciones. La lengua del pelinegro se entretiene enredándose en los rosados pezones de su novio, alternando cada tanto entre el derecho y el izquierdo, succionándolos y mordisqueándolos con cuidado.

-Haa~ ¡Ah! ¡¡Chun!!- chilla presa del placer y como puede aferra sus manos a la piel del mayor, sintiendo que podría caer en algún instante.

Los tres dígitos se deslizan con relativa facilidad, la intimidad húmeda del pelirrojo arde ansiosa de recibirle y el falo del pelinegro responde favorablemente ante el llamado. Aparta sus dedos y sujeta las caderas de su novio.

-¿Quieres ir arriba?- pregunta Yoochun contra sus labios. El menor le mira confundido por unos segundos hasta que capta sus palabras y asiente con la cabeza antes de besarle un poco más.

El mayor vuelve a echarse sobre la cama, sujetando la base de su erección para que el menor pueda acomodarse sobre él. La punta se perfila en su entrada y va perdiéndose en su interior mientras baja hasta quedar sentado sobre el miembro del pelinegro.

Sus gemidos retumban en las paredes de la habitación, sienten como el corazón les late presuroso y casi temen que vaya a escapárseles del pecho. Sus respiraciones se alteran en sobremanera y solo hay espacio en sus mentes para amarse.

Las manos de Junsu se apoyan ligeramente en el vientre del mayor, mantiene su espalda erguida y monta al mayor con ritmo. Sus facciones se abniegan en satisfacción y cierra los ojos para concentrarse en los movimientos de su cadera junto con los gemidos de su novio.

Sienten chispazos de electricidad placentera recorrerles las venas, almacenándose en el bajo vientre y en el corazón. Se vuelven presa de los ligeros temblores en el cuerpo y los repentinos espasmos que les obligan a soltar el aire contenido.

El sudor resbala sobre sus cuerpos, y la humedad de su unión crea un chasquido con cada embestida; sus voces se mezclan en una melodía maravillosa, compuesta especialmente para hacerse el amor.

-¡Ah! ¡Yoochun!- el pelirrojo jadea y se recuesta sobre el pecho del mayor, dejando su cadera semi alzada para darle suficiente espacio al pelinegro, quien comenzó a mover sus caderas hacia arriba, enterrándose con más velocidad en la intimidad del menor.

-Mmm~ Baby~- gime largo y aferra sus manos a la cintura de Junsu, sujetándole para poder embestirle con más fuerza.

-¡Ah! ¡¡Ah!! ¡Chun! ¡¡¡Mmhh!!!- el menor gimotea y se siente desfallecer por el placer. El miembro de su novio está tocando con cada estocada aquel punto dentro de él que le vuelve loco.

Sin llegar a notarlo su esencia se derrama sobre el vientre del pelinegro, el orgasmo ha sido tan repentino que bastaron unas estocadas más para hacerlo terminar. Gimió alterado a oídos del mayor, contrayendo los músculos de su intimidad sobre la erección de su novio.

-¡¡Nggh!! Oh~ ¡¡Junsuuu!!- jadeó jalándole de la cadera para sentarlo completamente sobre él en una última embestida, liberando su semilla dentro del pelirrojo.

Sus labios se encuentran a los pocos segundos, se besan apenas con suaves roces pues están preocupados por llenar de oxigeno sus pulmones. El tamborileo de sus corazones se sincroniza y sus ojos se encuentran, haciéndoles esbozar una sonrisa.

-Te amo… Te amo más que a nadie en este mundo. Te amo Junsu- confesó acariciándole las mejillas, antes de besarle dulcemente.

-Y yo te amo a ti Yoochunnie- rió emocionado, devolviéndole más besos y caricias.

Renegaron un poco al separar su intima unión, pero volvieron a envolverse en risas y sonrojos cuando decidieron ducharse juntos. Desayunaron con algo de prisa, ya que se les había hecho un poco tarde; y salieron del apartamento tomados de la mano con una sonrisa imborrable en el rostro.

Porque saben que a pesar de los altos y bajos, y a pesar de los horarios mal organizados, siempre encontrarán un modo o un tiempo para hacerse el amor.

*FIN*

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