(FIC) Birthday Gift ♥

Y después de 356890865432468987653 años he logrado terminar este shot que inicialmente era para el cumple de Chunnie pero que por motivos de fuerza mayor solo pude ir avanzando en los descancitos de las clases en la universidad~ Es el primer shot que tipeo completo en mi celular xD
Para las que ya saben y las que no, este ciclo se me está haciendo un caos con tiempos y ni vida tengo, solo trabajos, trabajos y mil y un trabajos más. Además! Estoy postulando para un trabajo en el extranjero y no puedo jalar ningún curso~
Miles de gracias a esas personitas que aún se pasan por el blog, a las que me dan fuerzas en facebook y a las que esperan ansiosas mis historias que las hago con mucho amor para compartirselas♥ ;w;
Masomenos dentro de 2 semanas ya estaré acabando el ciclo, así que tendrán un comeback de mi parte asegurado♥ Las quiero♥♥ (y gracias por leer esto también) ^^

Título: Birthday Gift ♥
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance / Fluff / ...y alguito más~ ♥♥♥♥
Advertencia: NC-18/LEMON



-¿Baby?- la voz del pelinegro contestó al otro lado de la línea, con una brillante sonrisa adornándole los gruesos labios.

-¿Yoochunnie?- murmura apenas, sonriendo flojito, apenado porque sabe que va a bajarle los ánimos a su novio -No voy a poder regresar contigo a casa hoy. Me han programado una práctica de baile más y una sesión de fotos...- explica de corrido y siente como se le hace un vacío en el pecho cuando solo recibe silencio como respuesta.

Está más que claro que Park Yoochun no está feliz con lo que acaba de oír… ¿pero que puede hacer?

-… No te preocupes...- responde sin poder evitar ese ligero tono fastidiado que escapa de sus labios.

-Si me preocupo, Chun... Es tu cumpleaños...- insiste con un dejo de culpa, remordiéndose los labios de puros nervios.

-Solo es un día más baby, yo te espero el apartamento-

-Lo siento mucho- murmura entristecido, en definitiva no le agrada para nada la idea de arruinar los planes que tenían para ese día. Llegar juntos al departamento, preparar juntos la cena, ver JUNTOS una película, ducharse JUNTOS y así muchas cosas que el día anterior habían dicho solo por tener opciones para pasar el día más pegados que nunca.

-Está bien amor, nos vemos en la noche-

-I love you Chunnie-

-I love you too my babe-

Yoochun cuelga la llamada y larga un suspiro mientras su mirada se pierde en esa foto de su Junsu sonriéndole lindamente.

Y no le extrañan esas ganas repentinas de golpear a todos los managers y coreógrafos con tal de que le devuelvan a su baby.

***

Aún faltan dos horas para que Yoochun termine con su horario, pero el de cabellos castaños se ha apresurado en volver al apartamento para dejar listo lo esencial de aquella 'pequeña' sorpresa.

Le remuerde la conciencia haberle soltado una ‘mentirita blanca’ a su ratoncito, pero sabe que todo lo vale con tal de sorprenderle.

Infla unos cuantos globos con forma de cabeza de Mickey Mouse y deja algunos desperdigados en la estancia, mientras que otros los lleva a la habitación; saca esa vela en forma de corazón y se dedica a acomodar el pastel de chocolate antes de dejarlo listo dentro de la refrigeradora.

Solo falta una cosa.

Recoge un par de bolsas que ha dejado a propósito en el carro desde hace un par de días y sube con ellas para acomodar el contenido dentro de una caja de regalo mediana con un moño azul.

-Estoy tan nervioso~- apenas balbucea para sí mismo, abrazándose a la caja antes de guardarla dentro del armario para que el mayor no la vea antes de tiempo.

***

Cada minuto de aquellas dos interminables horas le había parecido infinito. Era muy diferente estar en la disquera, sabiendo que al salir se encontraría con su novio, que pensar en tener que volver solo a casa. Y encima en el día de su cumpleaños.

Lo que más le había molestado había sido esa actitud de ‘no sé de que hablas’ que el manager de Junsu se había empeñado en mostrarle cuando se topó con él antes de salir del edificio y decidió decirle que le parecía un poco desconsiderado que, a sabiendas de su relación con el castaño, haya decidido programarle más actividades en un día como este.

Pero bueno… lo primordial era calmarse.

-Baby, ¿te interrumpo?- llamó al celular del menor, casi sin dejarle hablar apenas contestó.

-No Chunnie~- responde con ese rintintín melodioso que le hace sonreír inevitablemente – ¿Ya estás yendo a la casa?- pregunta y Yoochun puede imaginarlo haciendo un pequeño puchero por el tono con el que lo ha dicho.

-Si…- resopla aún algo frustrado, deteniendo lentamente el auto cuando se acerca al semáforo en rojo -aunque ahora que lo pienso bien, ¿no quieres que te espere?- se le ocurre de pronto y enciende la luz direccional para dar vuelta en U y volver a la disquera.

-¡No! Digo, ¿para qué? Vas a aburrirte mucho~-

Y por un lado Junsu tiene razón, pero por otro no quiere tenerle lejos. Así que mientras se ponen de acuerdo decide aparcar el auto a un lado de la calle.

-Es que mi plan era pasar todo el día contigo- explica en un suspiro.

-Lo sé… y lo siento-

-Te espero en casa entonces-

-Está bien~-

***

Sacó la llave del apartamento de su bolsillo apenas bajó del ascensor, haciéndola encajar perfectamente en el picaporte para entrar.

Un sobresalto le ataca el cuerpo al vislumbrar una sombra apenas alumbrada por una tenue lucecita, y sus ojos se abren de par en par al descifrar la silueta que se encuentra frente a él.

-¿Junsu?- se sorprende al verle allí de pie en la estancia, sosteniendo un pastel de chocolate y fresas entre sus manos. Esperando con esa única velita encendida.

-Feliz Cumpleaños Chunnie- dice regalándole una sonrisa -Lamento haberte mentido más temprano...- se disculpa frunciendo los labios, dejando que sus mejillas se pinten cuando es su novio quién se acerca y le mira con esos ojos de ‘eres lo mejor que me ha pasado en la vida’ que conoce a la perfección.

-Baby...- sonríe emocionado y deja su maleta a un lado para poder enfocar toda su atención en esa voz angelical que le canta el estribillo del ‘Feliz Cumpleaños’.

-Pide un deseo-

-Ya te tengo a ti~ No podría pedir nada mejor- ríe orgulloso y se apresura en soplar la velita antes de apartar la torta de manos del menor para dejarla sobre la mesa de centro -Gracias- susurra habiéndole atrapado de la cintura, topando sus labios en un beso corto.

-Yoochun~- apenas murmura avergonzado.

Y es que por muchos años que lleven juntos aun le alteran el corazón esos besos desprevenidos que desbordan amor a montones.

-Sabes que eres mi mejor regalo de cumpleaños, ¿no?- cuestiona alegremente, mientras entrelaza sus manos y le jala un poco para poder encender la luz de la sala y no andar tan a oscuras.

-S-si…- murmura con la voz temblorosa de puros nervios, obligando al pelinegro a mirarle profundamente.

-¿Pasa algo baby?- pregunta con cuidado, enmarcando con sus manos el rostro del menor.

-E-espérame aquí- sonríe quedito e incluso se empina para dejar un piquito en los gruesos labios antes de salir casi corriendo a la habitación que comparten.

Se apresura al armario, a buscar ese regalo que preparó antes de que llegara, observándolo allí sobre una de las repisas mientras suspira e intenta controlar los latidos que chocan con fuerza dentro de su pecho; oye los pasos de su novio detenerse en el marco de la puerta y sonríe porque sabía de antemano que aquello iba a ocurrir. Sujeta la caja entre sus manos y con las mejillas pintadas a tope encara al pelinegro, quién le observa cruzado de brazos desde la puerta.

-¿Qué es eso? …que te trae tan nervioso- entra a la habitación y se sienta al borde de la cama; sin dejar de mirar a su castaño novio mientras sube al colchón y se sienta a su lado con las piernas flexionadas hacia su pecho.

-Es mi regalo- responde extendiéndole la caja, tragando en seco cuando Yoochun la recibe, remordiéndose los labios y casi brincando sorprendido cuando el mayor se alza sobre el colchón para besarle y ayudarle a calmar esos nervios que lo delatan.

-Vas a contagiarme los nervios si sigues así, ya me estás asustando- comenta y sonríe cuando es el castaño quien le atrae de la nuca para fusionar sus labios otra vez.

-Lo siento~- ríe aún pegado a su novio, suspirando sobre su boca antes de sentir varios piquitos cargados de ternura –Ábrelo~- señala la caja, ahora muchísimo más calmado y ambos enamorados se permiten unos momentos para sonreírse y perderse en las pupilas ajenas antes de continuar.

Los agiles dedos de pianista se deshacen fácilmente del moño azul que adorna el presente, destapa la caja y en un principio no logra reconocer lo que hay dentro de ella.

Hasta que saca entre sus manos un par de zapatitos y un babero con la frase ‘Mi Appa es el mejor’ en lindos tonos celestes y verdes.

Junsu puede jurar que la cara de Yoochun es un poema, pero no sabe cómo interpretar su reacción. El pelinegro se ha quedado observando fijamente los objetos que tiene sobre su regazo, como conectando cabos sueltos que en algún momento puedan decirle con absoluta claridad lo que está ocurriendo.

-¿Yoochunnie?- lo llama despacito –Dime que estas pensando por favor, que me estoy volviendo a poner nervioso- pide sentándose otro poco más cerca, recibiendo gustoso esos brazos que se cierran en torno a su cintura.

-Estoy pensando tantas cosas que mi cerebro ha dejado de funcionar- sonríe incrédulo y pronto sus gruesos labios están dejando caricias sobre la boquita rosada del menor -Te amo- confiesa sin borrar la felicidad de su rostro, besándole mil y un veces más, terminando ambos recostados sobre la cama -Junsu, baby, te amo- susurra de nuevo, sin dejar de besarle corto mientras una de sus manos desciende y se posa suavemente sobre su vientre aún plano.

-También te amo Chunnie- suspira entre sonrisas risueñas y esos sonrojos que le tinturan las mejillas inevitablemente.

-Voy a… vamos a… ¿¡ser papás!?- exclama de repente, sentándose de golpe sobre el colchón -¡¡Voy a ser papá!!- ríe en voz alta y alza las manos para enredarlas en sus propios cabellos azabache.

Y la escena se vuelve entonces demasiado cómica y enternecedora; Junsu tiene una sonrisa brillante pintada en los labios y sus ojos con forma de gotita están casi cerrados de felicidad, Yoochun aún no puede creerlo y alterna la mirada constantemente entre ese par de zapatitos y los ojos avellana del amor de su vida.

-Vas a ser el mejor appa del mundo Chun- se sienta también y deja que Yoochun le jale con cuidado de las piernas para acomodarlo sobre su regazo.

-Baby, vas a ser umma- habla emocionado cerca a sus labios, sonriendo otro poco cuando los brazos de Junsu se enroscan alrededor de su cuello y provocan unas cuantas risas nerviosas que obligan al castaño a mirarle divertido -Dame unos segundos que lo estoy asimilando- ríe un poco más y le besa con cuidado mientras afianza sus manos en la delgada cintura del menor -¿Desde cuándo? Osea, cuanto…-

-Dos meses y un poquito más- comenta y sigue los movimientos del pelinegro cuando es él quien se echa y le deja sentado a horcajadas sobre su cuerpo, el castaño se acomoda y se recuesta sobre el pecho de su novio, dejándole un beso en la mejilla –Cuando llegamos a Japón supongo- susurra avergonzado, recordando fugazmente esos días antes del concierto en el Tokyo Dome que estuvieron más que llenos de caricias, besos y pasión desenfrenada.

-¿Cómo?- pregunta entonces, enmarcando con sus manos el rostro de Junsu, sonriéndole quedito mientras se pierde en sus dulces ojos avellana.

-No lo sé~ Es… un regalo- responde recibiendo un nuevo beso, largo pero tranquilo, abnegado de ternura y cariño, lleno de caricias sutiles que dejan rastros de amor sobre sus labios.

-El mejor de todos los que has podido darme- suspira contento y siente como la boca de su novio se frunce en un puchero, obligándole a separarse para verle mejor.

-¡Sabía que dirías eso! ¡Hace rato estabas diciendo que yo era tu mejor regalo de cumpleaños!- hace un pequeño berrinche y lo único que gana es un Yoochun que muy animado invierte posiciones y se dedica a besar cada uno de los pucheritos que él se empeña en mostrarle.

-Tú y nuestro bebé, son mi mejor regalo de cumpleaños- corrige rozando cariñosamente su nariz contra la del menor, descendiendo con besos cortos por su mejilla, delineando el cuello para detenerse allí y esconder el rostro mientras le abraza.

Y pueden jurar que el tiempo se detiene unos minutos, dejándoles disfrutar en silencio de ese calor que comparten y los nuevos suspiros que terminan mezclados en cortos besos.

-¿Que quieres hacer Yoochunnie? Es tu cumpleaños~- pregunta sin dejar de abrazarle, acomodándose ambos cuando el pelinegro rueda de lado para poder mirarse mejor.

-Ahora mismo, quedarme aquí contigo… con ustedes- susurra sonriente acariciándole el vientre con sus dedos apenas sobre la tela de la camiseta que Junsu trae puesta -Recién son las seis y media, ya después podemos hacer la cena- ofrece luego de haberse alzado un poco para ver el reloj de pared; volviendo la mirada a esas pupilas que le observan expectante -Junsu… quiero hacerte el amor-

Los dedos del pelinegro se pasean despacio sobre el contorno del rostro ajeno, acarician cada pedacito de piel expuesta y recorren también sobre la tela mientras descienden en busca de ese vientre que ahora cobija al fruto de su amor.

-Hazme el amor Yoochun ah- sonríe con las mejillas sonrosadas, alzando sutilmente su camiseta para permitir que la tibia mano de su novio pueda posarse con mayor comodidad sobre la piel de su vientre -Quiero que nuestro bebe sepa lo mucho que nos amamos-

-Estoy seguro que eso lo sabe desde el primer día, amor- los gruesos labios buscan los más finos para acariciarlos en un beso cariñoso -Pero me encanta la idea de recordárselo a diario~- sonríe pícaro y pronto Junsu ha vuelto a sonrojarse hasta las orejas; mientras deja que el mayor le quite la camiseta y pronto sea su boca la que marca la curva de su cuello.

-Mmh~ Babo- ríe quedito entre sutiles jadeos, colando sus manos bajo la camiseta del pelinegro, alzándola para poder afianzar sus dedos en los omoplatos del cuerpo ajeno.

-Shh, no me insultes frente al bebé- susurra entre risitas, hablando como si de un secreto se tratara, apartándose apenas para quitarse la estorbosa tela y dejar que su novio le toque a su gusto.

-No te insulto~ Además nnh~ Tu me haces estas cosas pervertidas y no te digo nada-

-¿Cosas pervertidas? Come on baby~ Yo se que te encantan-

-Espera~ Mmh~ ¡Espera! Déjame empezar hoy, es parte de tu regalo- ríe con ese peculiar rintintín emocionado y divertido mientras invierte posiciones y se acomoda a horcajadas sobre la cadera del pelinegro.

-Me encanta cuando te sientas encima mío- jadea ronco al sentir esas curvitas apetecibles acomodadas sobre su pelvis, moviéndose sinuosas en pequeños círculos que poco a poco iban aumentándole la libido.

-Te encanta todo lo que te hago Chun~- balbucea avergonzado por estar prácticamente repitiendo lo que su novio dijera hace rato; mientras sus manos recorren la piel vainilla y marcan un camino de caricias hacia el sur que provocan escalofríos en el cuerpo del mayor.

-Bésame baby- casi gimió alterado cuando los dedos del castaño decidieron deshacerse del botón y el zipper de su pantalón.

Pronto los labios rosados buscaron los más gruesos, rozándolos despacio entre suspiros que poco a poco comenzaban a alterarles los latidos del corazón. Yoochun paseo sus manos por la piel desnuda del menor hasta anclarlas en su cintura para atraerle más cerca.

Dentro de sus bocas comenzó a librarse una batalla interminable protagonizada por ese par de músculos húmedos que se frotan, se jalan y se chocan en movimientos tan íntimos que la vergüenza no tarda en matizar sus mejillas.

Las manos de Junsu habían conseguido apartar las estorbosas telas, lo suficiente como para poder sujetar entre sus palmas el hinchado y caliente falo de su novio.

-¡Nnhg! Ahh~ ¡Junsu!- exclama de pronto, sonriendo contra la boca ajena, disfrutando esa peculiar manera en la que su Junsu va arrastrándole lentamente al delicioso clímax.

-¿Te gusta?- pregunta con una risita traviesa, haciendo presión con sus dedos sobre la rojiza punta.

-Mmhg~ ¡Shit, baby! I love it~- se remuerde los labios y decide desabrochar los pantalones del menor, tanteando con sus dedos sobre el vientre, descendiendo para acariciar esos vellitos más oscuros que adornan eróticamente la base de su entrepierna -Desnúdate- pide buscando sus ojos avellana, ahogándose en ese brillo apasionado que destella en una mezcla perfecta de lujuria y amor.

-Solo para ti Chunnie- susurra dulce antes de buscar sus labios otra vez para besarle corto.

El castaño baja de la cama, deslizando los jeans junto con los bóxers, dejando que las manos de Yoochun le acaricien los muslos cuando se sienta al borde del colchón para alcanzarle. Junsu se apresura en despojar a su pelinegro novio de las prendas que aun le cubren el cuerpo, dejándole en las mismas condiciones.

-Baby...- le llama con ese mote cariñoso que le pinta las mejillas, mientras lo atrae sujetándole la cadera para abrazarlo -Te amo-

-También te amo- murmura contento, enmarcando el rostro del mayor, besándole varias veces con mucha dulzura; riendo quedito ante esas sutiles cosquillas que le provocan los dedos de pianista sobre su vientre aun plano.

-Y amo a nuestro bebé- sonríe entre besos, atrayendo al menor sobre su cuerpo para volver a sentarlo en su regazo.

Un jadeo compartido escapa de ambos pares de labios cuando sus entrepiernas se rozan y generan varias corrientes placenteras que rápidamente viajan en escalofríos sobre sus cuerpos.

Los dedos de Junsu buscan aquel contacto entre sus falos, aprisiona ambas erecciones en sus manos y las masturba despacio.

-Ahh~ ¡Yoochun!- gime agudo cuando su mirada se topa con las orbes oscuras; puede jurar que esos ojos le desnudan hasta el alma y el tan solo pensar aquello le pone a tope –Chun~ Mmh~ Te quiero… dentro~-

Las manos del pelinegro se acomodan sobre la cadera de su novio, le presionan otro poco contra su pelvis, arrancándole nuevos jadeos excitados. Sus ávidos dedos tantean los redondos músculos, apretujándolos, jalándolos, marcándolos con sus huellas estableciéndolos como su propiedad.

-To-tócame más~- pide entre suspiros sin detener el movimiento acompasado de sus manos sobre sus entrepiernas.

Yoochun lleva tres de sus propios dedos a su boca para humedecerlos mientras la mano contraria se hace espacio entre los glúteos y deja caricias suaves sobre la piel caliente de tan estrecho e intimo lugar.

-No tienes que... Solo... Nnh~- intenta hablar pero la boca del mayor le detiene, uno de los húmedos dedos se pierde casi sin advertirlo en el interior del castaño, provocándole un espasmo que obliga a su erección a sudar el presemen.

-Debo prepararte Junsu, debo tener cuidado... Especialmente ahora- sonríe jadeante, moviéndose ágilmente para invertir posiciones sin mucho esfuerzo.

Las manos del castaño dejan su labor para anclarse detrás del cuello de su novio, atrayéndole lo suficiente como para compartir el aliento.

-Pero estoy acostumbrado a ti~-

-De todas maneras baby- insiste perdiéndose en esos ojitos que le enamoran, sonriendo al notar ese ligero puchero que se forma en sus rosados labios.

-Te necesito Yoochunnie- suplica en medio de un gemido agudo cuando un segundo dígito se pierde lentamente en su interior y pronto sus jadeos se ven ahogados en la boca del pelinegro.

-Solo dos, ¿te parece?- le convence haciendo movimientos circulares en la estrecha y húmeda cavidad, rozando con sus dedos la carne caliente que palpita haciéndole presión.

Y el tan solo imaginarse allí dentro le estremece, le recuerda lo encendida y febril que está su piel, obligándole a reír ante sus propios pensamientos; tanto insistir en prepararle, para que ahora sea él quien no pueda aguantar más.

-Nnnhg~ Chun~ ¡Chun!- gime alto cuando los dígitos tocan ese punto que lo enloquece.

Pero pronto el movimiento se detiene, siente aun esos intrusos dentro de su cuerpo, pero el pelinegro ha dejado de moverse completamente.

La mirada del castaño busca los ojos oscuros y se topa con ese gesto confundido que le provoca ternura más que preocupación.

-¿En qué piensas?- susurra dulcemente, apenas respingando cuando el par de dedos se apartan de su intimidad con cuidado.

-Nada... Solo me saltó la duda de...- comienza a explicar en balbuceos, distrayéndose unos segundos en besar los húmedos labios de su Junsu -Mmm... Por donde se supone que va a... salir... el bebé...- habla entrecortado, bajando el volumen de su voz mientras llega al final y pronto el silencio se ve opacado por las risitas estridentes y delfinescas del de cabellos castaños.

-Eres una ternura Yoochun- sonríe y empina el rostro para atrapar la boca gruesa y sexy del mayor mientras sus piernas se enroscan en la cintura ajena y la cercanía en sus pelvis les vuelve a subir la temperatura.

-¿Me dices eso, tú a mí?- sonríe irónico, dejando piquitos en el rostro sonrojado del amor de su vida; acomodándose mejor en ese espacio entre las piernas de su novio que sabe siempre va a ser solo suyo.

-Saldrá por cesárea- susurra por el mero hecho de estar muy cerca y no querer quebrar esa burbuja de intimidad cargada de amor.

-No quiero mirar si van a cortarte...- se queja entonces, abrazándose a la delgada cintura mientras esconde su rostro en la curvatura del níveo cuello ajeno.

-Babo, no tienes que mirar si no quieres~-

-Junsu-ah~- pronuncia su nombre despacio, dejando que todo el sentimiento que le tiene escape deliberadamente de sus labios -Gracias-

-¿Por qué?- pregunta en un suspiro enamorado después de recibir ese beso corto pero diferente, que le marea en dulzura.

-Por hacerme el hombre más feliz del mundo-

-Eres tu quien me hace feliz a mí, Chunnie-

Y así, entre sonrisas y nuevas caricias, se permiten retomar la pasión. Sus caderas chocan cuando los besos se profundizan, ligeros espasmos les recorren desde los dedos de los pies hasta la raíz del cabello y varias gotas de sudor se perlan en sus pieles cuando por fin se hacen uno y las suaves y acompasadas embestidas no se hacen esperar.

-¡Nnh! Nnhh~ Ahí~- indica el castaño aferrando sus manos a la amplia espalda del mayor, clavándole un poco las uñas involuntariamente cada vez que toca lo más profundo.

-Estas mmhg~ tan caliente- le gime impúdico al oído, sabiendo que va a provocarle de esos espasmos que hacen estrechar su intimidad -Ohh~ ¡Fuck baby!- ríe victorioso y recibe con gusto esos besos con sabor a reproche y vergüenza que Junsu se dedica a estampar en su boca.

-¡No digas, nnhg~ malas palabras!- se queja mordisqueando los hinchados labios, jadeando más fuerte cuando Yoochun se impulsa y al tocar su punto más sensible se queda allí mismo, hundido en su interior, cobijado por las estrechas y húmedas paredes que se ciñen perfectamente a su hombría.

-No le hacen daño si están en inglés- apenas sonríe de medio lado, mientras su mano desciende entre sus cuerpos para alcanzar la entrepierna desatendida del menor.

-¡Ah! Ahh~- gimotea sumido en placer cuando los dedos de pianista comienzan a masturbarle; juegan desde la base hasta la punta y se entretienen delineando cada venita marcada o frotando la mojada hendidura -Yoochun~ Ya no... puedo más...- solloza cerrando los brazos con fuerza en torno al cuello de su novio.

El pelinegro embiste con mayor velocidad, se pierde en esa intimidad con frenesí sin dejar de mover su mano al mismo ritmo sobre la piel febril de su Junsu. El castaño arquea la espalda inevitablemente mientras varios gemidos agudos se le estancan en la garganta o son amortiguados por la boca del mayor.

Casi pueden sentirse flotando en una nube y juran que como cada vez que llegan al orgasmo juntos, un par de alas les impulsan a tocar el cielo en la última estocada.

Sus brazos se aferran al otro recelosos y poco importan esas manchas de líquido viscoso que queda entre sus cuerpos.

-Yoochunnie, no salgas- pide Junsu en un hilo de voz, respirando agitado, sonriendo ante ese latido veloz que retumba tanto en su pecho como en el de su novio.

-Si por mi fuera, no saldría nunca- sonríe y aparta los mechones que han terminado pegoteados en la frente del menor, para poder besarle allí.

-Te amo Chun- confiesa como si fuera la primera vez, permitiendo que sus mejillas se pinten de rosa mientras le sonríe con ojitos brillantes –Te amamos Yoochun- agrega sujetando una de las manos ajenas para ponerla sobre su vientre aún plano, recibiendo caricias cuidadosas apenas le roza la piel.

-Y yo los amo muchísimo más- presiona sus labios nuevamente contra la frente del castaño, antes de bajar a probar sus labios -Baby, si no salgo ahora habrá problemas- ríe quedito y no puede evitar mimarle cuando le regala ese pucherito en desacuerdo -Nhh~ Te estás estrechando babe~- insiste dejando escapar un jadeo cuando la intimidad del menor comienza a apresarle de a poquitos.

-No salgas~ Nunca, nunca~- puchea contra sus labios, moviendo sinuosamente su cadera para provocar a su ratoncito –La cena puede esperar- canturrea con ese peculiar rintintín divertido mientras invierte posiciones para sentarse a su gusto sobre la cadera de su novio y no tardan mucho en comenzar, entre cosquillas y besos, una segunda ronda.

Los cumpleaños van y vienen cada año, ya tendrían más para planear y celebrar juntos.

Pero el mejor regalo siempre será aquel fruto de amor puro que irá creciendo cada día, abultando lindamente el vientre del castaño.

Dos corazones que se volvieron uno…

Y pronto serán tres ♥

*FIN*

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