Hoy les traigo mi primera colaboración con Paw Yoochun ♥ Las dos esperamos que les guste muuuucho, porque no tienen idea de cómo nos hemos divertido escribiendola~ xD
Todo comentario / crítica / opinión será muy bien recibida y ojalá les guste cómo escribimos juntas, porque DEFINITIVAMENTE volveremos a hacerlo♥♥ *le hace ojitos a Paw* >w< Gracias por haber aceptado escribir conmigo! ;w; Te quiero♥
Ahora sí~ Disfruten! ^^
Título: Tierno vs. Sexy
Autoras: Paw Yoochun & Axy
Parejas: YooSu / Implicación de YunJae
Género: Romance
Advertencia: NC-18/LEMON
La música proveniente de aquél apartamento en 6to piso podía escucharse
con claridad por toda la cuadra.
No era novedad que cada dos o tres semanas se desatara una fiesta en la
casa de Park Yoochun, conocido también como el chico más popular de la universidad;
el que trae a sus pies a todas y cada una de las chicas con las que apenas
cruza una mirada y ha acrecentado tal ‘fama’ por tener un apartamento para él
solo donde puede hacer a diario lo que le dé la gana.
Lo que podía decirse que sí era novedad era el hecho de que Kim Junsu,
otro de los chicos más populares del campus esta vez se encontrara en dicha
fiesta, era bien sabido que resultaba extraño que el menor de los hermanos Kim
se encontrara en una de estas fiestas, sobre todo porque su apretada agenda de
entrenamientos y partidos de fútbol rara vez le daba algún espacio para salir
de las canchas y convivir con los demás.
Y ahí lo tenía, el joven delantero del equipo se encontraba en una
actitud claramente eufórica, atravesando el umbral de la entrada llevando esos
jeans que le hacían lucir más que deseable, “So fuckable...” diría el pelinegro
Park al instante en llegó a su vista la perfecta redondez de ese trasero firme
y torneado al tiempo que Junsu le daba la espalda para saludar a los presentes.
Park gruñó cual gato malhumorado pues no solo se trataba de los presentes,
Junsu hablaba animosamente con LAS presentes y eso no le gustó para nada.
-Hey, Yoochun- una voz divertida se abrió paso entre la música, llegando
a oídos del pelinegro pero sin hacerle voltear -Vaya~ Y yo venía a preguntarte
por qué esa cara...-
-¿Qué cara?- espetó de mala gana, sin el afán mínimo de cambiar la
expresión que trae encima. Una sonrisa brillante se curvó en los labios de su
moreno amigo, mientras siente como le palmea el hombro unas cuantas veces.
-¿Quién lo diría? Tu delfincito de agua dulce hizo acto de presencia por
primera vez- canturreó feliz de la vida, no exactamente por la llegada del
futbolista, sino por aquel chico con el que llega acompañado. Apenas observa de
reojo a su amigo y suelta una carcajada al encontrarle con el ceño mucho más
fruncido que de costumbre -Ya deja de mirarlo así, ¿Has notado que se ha
cambiado el tono de cabello? La semana pasada lo traía rubio...-
- ¿Y a ti qué te importa si es rubio o castaño o azul?- Yoochun se ponía
a la defensiva siempre que se trataba de Junsu, le molestaba que su supuesto
mejor amigo estuviera tan pendiente de los cambios que su delfín tuviera. -¿Te
gusta? -preguntó con un gesto que hacía pensar que pronto le saldría humo de
los oídos si no se calmaba.
- Me encanta así fuera verde - dijo sin pensarlo mucho el más alto.
Cuando recibió una mirada fulminante y asesina de Yoochun cayó en la cuenta de
lo que había dicho -Me gusta tanto que iré por el- corrigió con ganas de hacer
enojar más a Park y sin más se dirigió a la entrada ante un boquiabierto e
incrédulo pelinegro que no daba crédito a lo que veía hasta que vio el modo en
que Jung tomaba del brazo no a Junsu sino al rubio que lo acompañaba.
-Me las vas a pagar - Murmuró entre dientes ya más tranquilo al saber
que su sonriente delfín no corría peligro, al menos no con su supuesto mejor
amigo.
Por su lado, el menor Kim no había dejado de sentir varias miradas sobre
su persona -¿o debería decir su cuerpo?- Desde que entró al lujoso apartamento;
pero había un par de ojos en especial que sabe son los únicos que casi le han
desnudado por completo apenas cruzara el umbral de la puerta.
La cantidad de chicas y chicos que se acercaron a recibirle fueron el motivo
perfecto para desatar su arsenal de sonrisas seductoras y guiños atrevidos al
saberse atractivo ante los ojos de ambos sexos por igual; varias chicas le
cuestionan sobre las prácticas en el equipo de fútbol, otras preguntan cómo se
animó en venir, pero por más que el de cabellos café se esmera en responderle a
cada una, puede jurar que la mirada a sus espaldas se hace más intensa.
-Junsu-ah...- el amigo del menor se inclina un poco para hablarle al
oído -Park Yoochun te está mirando- casi sonríe contra la oreja del más bajo y
sus negras pupilas deciden divagar disimuladamente sobre la figura de Jung
Yunho, el mejor amigo de Yoochun.
-¿Ah, sí? -la sonrisa traviesa del menor surcó su rostro haciéndolo
lucir incluso más infantil -¿Y qué cara pone, Hyung? -estaba impaciente por oír
que Yoochun moría de celos y ya venía por él para reclamarle atención.
- Parece que explotará en cualquier instante -acotó el mayor mientras
dejaba de ponerle atención al pelinegro y se enfocaba en esas manos bronceadas
que le rodeaban la cintura -Te veo luego... -dijo y sin más se dejó llevar por
el chico alto y moreno que lo robaba hacia otro lado sin pedirle permiso.
-Babo...- puchereó Junsu dejando salir un poco de su personalidad real
al tiempo que se aclaraba la garganta y mantenía la pose. Park lo observaba
y esa oportunidad no se le iría, tenía la firme convicción de tenerlo
solo para él esta noche.
-¿Me invitas una cerveza? -preguntó con tono melosamente enfermizo la
chica que hasta hace pocos segundos se mostraba más interesada en sus horarios
de entrenamiento.
-No veo porqué no... Si son gratis -sonrió Kim y dejó salir una de sus
escandalosas risas para luego acompañarla hasta el improvisado bar que habían
montado en la cocina. Podía sentir esa penetrante mirada castaña casi
fulminando a su desconocida acompañante. Su plan estaba funcionando a la
perfección.
-¿¿Qué diablos cree que está haciendo??- gruñó en voz baja, empuñando
las manos y lanzando odio puro desde sus ojos hacia esa chica sin gracia que
había acaparado la atención de SU Junsu. Los siguió con la mirada hasta que
ambas siluetas se perdieron en el interior de la cocina.
El tono de la música cambió repentinamente, una mezcla de electro pop
comenzó a retumbar dentro de las paredes del apartamento y los bailes por parte
de los allí presentes no se hicieron esperar; todos saltaban, reían y se movían
al ritmo de la música.
Yoochun buscaba a Yunho entre las personas, no era buen momento para que
se haya dado a la fuga, especialmente cuando necesita de otro par de ojos que
le ayuden a ‘vigilar’ al futbolista. Algunas chicas le abordaron mientras
pasaba al lado de lo que en ese momento era la ‘pista de baile’, le invitaban a
divertirse con ellas o a tomar otra cerveza.
-¡Junsu! ¡¡Junsu!!- la voz de una chica se alzó sobre la música, a la
vez que el pelinegro lograba ubicar al de cabellos café saliendo de la cocina
con esa desconocida casi colgada del brazo.
Para cuando aquello llegó a oídos del pelinegro, Junsu ya se encontraba
contoneándose de modo indescriptible entre aquél grupo que formaba un
círculo en torno a él. Kim Junsu siempre resultaba un espectáculo ya fuera en
la cancha o en la pista y de eso no le cabía la menor duda el mayor, quien lo
observaba entre receloso y boquiabierto. No podía negar que disfrutaba del show
de Junsu, sin embargo habría preferido verlo en privado y no compartir dicho momento
con todos esos curiosos que no eran dignos de observar a SU delfín de ese modo.
Tenía ganas de correr a todo mundo y quedarse a solas con él, pero gracias al
afán de la desconocida acompañante de Junsu, el perfecto baile de este se vio
interrumpido por una parvada de chicas que competían con sus torpes y grotescos
movimientos por atraer la atención del menor. Park estaba complacido y
horrorizado... todo al mismo tiempo.
-Parece que tu delfín se divierte sin ti - De nuevo la molesta voz de
Yunho se hacía presente en sus peores momentos para recordarle lo lamentable de
su situación. -Si fuera tu ya habría ido por el... a este paso va a
quedar embarazado con tanto movimiento que hay por allá-.
-¿Podrías callarte? -casi ladró el aludido. No hacía falta que su Hyung
le recordara que eso que ocurría en la pista le carcomía el hígado. Necesitaba
hacer algo... si tan solo supiera qué.
-Estás de un humor de perros. Y eras tú el impaciente por hacer una
fiesta- se queja el moreno, percibiendo esa risita que llega a sus oídos cuando
el rubio amigo de Junsu se abraza a su cintura -Jaejoongie, espera... - La
sonrisa boba del moreno lo delata y eso hace enojar aun más a Yoochun.
-Pero no me estás poniendo atención- Pronuncia con tono meloso y
demandante el rubio, al parecer no le gusta compartir la atención de Yunho ni
por un segundo. -Vamos Yunnie... - Dice insistente refiriéndose a un lugar que
al parecer todos desconocen menos ellos dos.
-Si noto que has usado de hotel mi habitación... te cuelgo y ya sabes de
donde -Pronuncia con tono agrio el pelinegro como no queriendo poner atención a
los mimos y murmullos que se intercambian mutuamente los otros dos.
-Para eso tengo casa -Sonríe el mayor sin poder privar por un momento
más de su atención a ese Jaejoong que ya se cuelga de su cuello como un gato
ávido de mimos. Le gusta, le gusta demasiado.
Para Yoochun esa es la señal para alejarse, no necesita que le recuerden
lo solo que está -porque quiere- y lo bien acompañado que se encuentra Junsu...
o más bien todo mundo menos él.
Cuando los ojos del mayor vuelven a buscar a su ‘presa’, una de las
muchas chicas que lo rondaban ha logrado asirse al cuello de Junsu con una de
sus manos, haciendo el intento de seguirle el ritmo mientras otro grupo de
féminas miran a la ‘parejita’ con rabia por no haber podido ser ellas las que
bailan con aquel chico perfecto.
Los puños de Yoochun han vuelto a cerrarse con fuerza; le repugna la
cercanía de aquella mujer, le desespera esa manera en la que intenta seducir al
futbolista y poco a poco va acercándose más a su rostro.
¡¡Y lo peor de todo es que no sabe qué demonios hacer al respecto!!
Hasta que un par de chicos con varios vasos llenos de cerveza se cruzan
en el camino y los reparten entre los que están bailando.
Un atisbo de sonrisa se dibuja maliciosamente en los gruesos labios de
Yoochun; se abre paso entre las personas, moviéndose al ritmo de la música para
no ser tan obvio en su plan y ‘casualmente’ choca de forma aparatosa con uno de
sus compañeros, empujando su bebida en la dirección exacta para mojarle las
ropas a Junsu.
-¡¡Idiota!!- Chilla escandalosamente la muchacha con la que el de
cabellos café estaba bailando, mientras sacude el líquido de uno de sus brazos
y hombro, para luego notar que la camiseta de su pareja de baile está empapada
-¡Oppa! ¿Estás bien?-
Y Yoochun casi quiere estallar en risas; ¡Por supuesto que está bien!
¡Es solo cerveza!
Sin mencionar que la humedad ha logrado que ese par de botoncitos en el
pecho del menor se dibujen con mayor precisión sobre la ahora transparente
prenda. No pudo haber tenido mejor idea en lo que va de la noche.
Junsu se siente algo expuesto y reprime el impulso de cubrirse con las
manos ya que sin cruzar miradas con el pelinegro, siente como este lo desnuda
con la mirada y eso lo hace tomar incluso más valor. Hora de seguir con el
plan.
Al parecer despertar los celos de Park Yoochun no era tarea complicada,
bastaba con sonreírle a todo el mundo, bailar como se le antojara y ahora
mismo, platicar con fingido interés con la chica random que al parecer no se
daba cuenta de que era solo una pieza en su rompecabezas. Fingir que se
encontraba miserablemente húmedo era lo que seguía.
-¿Oppa estas bien?- Si Yoochun volvía a oír que esa desconocida e
impertinente mujer se refería a su Junsu con esas palabras, esto no se quedaría
en una simple cerveza derramada.
-Tengo frio- Respondió el chico de cabellos café y se encogió un poco
cubriéndose el torso. Sonreía como un niño indefenso. Park Yoochun lo observaba
y no podía estar más complacido con los resultados
-Traeré algo para secarte~- la chica casi ronronea, delineando con uno
de sus dedos el contorno del brazo de Junsu -¿Espérame un ratito, si?- sonríe
coquetamente y da media vuelta para perderse de nuevo entre la gente.
Los ojos del menor descienden velozmente a observarse el torso, no le
agrada para nada llevar la camiseta ceñida al cuerpo por culpa de la humedad,
le hacía sentirse demasiado expuesto a las miradas de los demás.
Un par de ojos negros seguían admirándolo, Yoochun no estaba para nada
contento con la forma en que esa tipa se había aproximado a Junsu y en el
instante en que la vio dirigirse a la cocina decidió actuar y poner a trabajar
sus dotes de conquistador.
-Te he estado observando toda la noche- Murmuró aproximándose a la
víctima de su jugarreta. La mujer giró al instante apenas esa voz conocida
llegó a sus oídos, bastaron unos cuantos segundos para que la sonrisa juguetona
se formara en sus labios pintados y se acercó al pelinegro atraída por sus
palabras -Te noto aburrida, pero prometo que conmigo vas a divertirte- Le dijo
con un sutil ronroneo que logró erizarle la piel de todo el cuerpo.
La desconocida prácticamente quiso lanzarse al cuello del pelinegro
luego de oírle, ¡Era Park Yoochun! Park Yoochun estaba ofreciéndole ir a
divertirse y por ningún motivo iba a negarse. Ella simplemente sonrió mostrando
su entera disposición.
-Te veo en la entrada- Park sabía bien que una buena parte de ser
conquistador consistía en mantener su altanería, si le daba una orden ella
seguro la cumpliría al pie de la letra, era infalible.
Cuando la vio irse directo hacia donde la había enviado se apresuró a ir
en dirección contraria, necesitaba hallar a Junsu cuanto antes y alejarlo de
aquella tipa que ya se había tomado demasiadas libertades con él.
Cuando Junsu sintió un firme agarre en su antebrazo no daba crédito a lo
que veía. Aquel tacto cálido y casi magnético pertenecía a nadie más que Park
Yoochun. El menor estaba atónito y la idea de conquistarlo ahora ya no le
parecía tan lejana. Todo esto era fascinante y atemorizante al mismo tiempo
pues le vino cierto dejo de timidez al saberse capaz de llamar su atención.
-¡H-hey!- intenta llamar al mayor con un hilo de voz, sintiendo como la
sangre le sube a las mejillas mientras se embelesa con el perfil perfecto que
tiene delante suyo y no deja de jalarle -¡¡Hey!!- logra pronunciar con más
fuerza, justo cuando comienzan a alejarse de la música, el ambiente se torna
incómodamente silencioso mientras ambos se dirigen a la terraza donde las luces
tenues describen lo que se adivina como una amplia piscina.
Los pasos firmes del pelinegro no se detienen, ni siquiera después de
haber oído aquella voz entre asustada y expectante que le ha trastocado los
sentidos; quiere llevarse al menor lo más lejos posible de esa fiesta que ya no
le agradaba en absoluto.
Ambos caminan al lado de la piscina, las luces que se proyectan desde el
agua crean reflejos ondulantes en la superficie del suelo cercano y convierten
el ambiente en algo mucho más íntimo.
Y los pensamientos comienzan a agolparse con velocidad en la cabecita
del de cabellos café, su corazón va a mil por hora y todo le resulta extraño e
incómodo.
En un ataque de pánico Junsu se tironea del brazo del pelinegro, de
repente ya no se siente tan seguro de lo que está sucediendo y no se cree capaz
de enfrentar la presencia de Park Yoochun de un modo tan directo -Suéltame por
favor - casi implora al momento que trata de deshacerse del agarre del mayor.
Park no puede ignorar esa voz pero lo que acababa de ver sobrepasaba sus
límites, estaba tan enfrascado en sus debates mentales que soltó un poco el
agarre y al instante sintió el antebrazo de Junsu deslizarse por su mano.
Cuando Junsu se zafó con tanta fuerza de él, que salió casi disparado en la
dirección menos conveniente, Yoochun sabía que su caída era inminente pero de
igual modo decidió luchar por sostenerlo y para cuando lo logró la gravedad
surtió efecto en el peso del menor, llevándose a ambos directo al agua.
Un grito agudo y extrañamente parecido al de un delfín acompañado por
otro no menos alarmado hicieron eco junto con el del agua que salpicaba por
todos lados en lo que habría sido un clavado bastante malo y accidentado. La
primera reacción de Yoochun fue estabilizarse y salir a flote y para cuando
estaba de nuevo respirando en la superficie Junsu se encontraba a su lado
jadeando y enojado.
-¿Estás bien? - Preguntó el mayor mientras seguía a un aparentemente
indignado Junsu hacia el borde de la piscina y al no recibir respuesta se llenó
de angustia, estaba actuando mal y rompiendo todas sus reglas de conquista.
Esto iba terrible pero no se daría por vencido -¿Estás bien, Junsu? -pronunció
de nuevo al instante en que lograba sujetar de nuevo la mano del chico de
cabello café y lograba que se detuviera.
-N-no...- murmuró apenas en respuesta, sintiendo como toda la vergüenza
y la frustración le suben al rostro a la misma vez y sus mejillas se tinturan a
tope, mientras en sus ojos se acumulan unas cuantas lagrimillas que logran
cristalizar sus orbes color avellana.
La escena que Park tenía en frente era entre cautivadora y desesperante;
por un lado, esa expresión adorable y ese tono rosáceo que tenía pintado el
menor en el rostro le hacían ver mil veces más hermoso y vulnerable; pero por
el lado contrario, un conjunto de lagrimas estaban a punto de abandonar sus
brillantes ojos y él tenía la culpa, toda la maldita culpa de estar a punto de
hacerle llorar.
Junsu hizo entonces el ademán para apartar su mano del agarre del
pelinegro, quien en medio de la desesperación y sin pensar en nada más, le jaló
con fuerza, atrayéndole a su cuerpo cuando se aferra a la delgada cintura y sus
rostros pierden distancia hasta topar sus labios en un primer beso que al
menor le robó el aliento y le hizo agradecer que estuvieran en el agua porque
de otro modo sus piernas habrían perdido fuerza y eso no habría sido muy
conveniente que digamos.
-Junsu... yo....-Yoochun por primera vez en mucho tiempo se quedaba sin
palabras pero era imposible tener algo de coherencia cuando los labios del otro
chico se encontraban aún a una distancia tan ridículamente cercana de los suyos.
Podía sentir la calidez y agitación de su aliento haciendo leves caricias casi
imperceptibles en su piel.
- Estoy bien - Respondió Junsu con un tinte aún más profundo en
sus mejillas, sin despegarse mucho de él mientras bajaba la mirada y se tocaba
insistente los labios como no dando crédito a lo que acababa de suceder.
Un temblorcito en su mentón era la señal inminente de que estaba a punto de
romper en llanto como un crío.
Park entró en pánico, desconocía que el llanto de Junsu era originado
por su timidez y suponía que era debido a que ahora lo aborrecía y no deseaba
verlo nunca más. Según él veía, había echado a perder la oportunidad de su vida
y ahora tenía que vivir con las consecuencias. Como último recurso optó por
consolar un poco al menor; acariciando con cuidado una de sus mejillas, acunó
su rostro con suavidad y limpió con el pulgar las saladas gotitas que
resbalaban sin cesar de ese par de ojos almendrados y se sintió basura al
percibir lo que el interpretaba como miedo por parte del chico de cabellos
castaños.
-Junsu-ah...- logra balbucear, temeroso de la reacción que pueda tener
al oírle.
-Esto no está bien -decía el menor al tiempo que negaba -Esto no debió
ser así- decía como queriendo desaparecer al instante. Sus planes habían sido frustrados
y la ropa que con tanto empeño había elegido durante horas para sorprender al
casanova de la escuela se encontraba reducida a una sopa incómoda que lo hacía
sentir ridículo. Más lágrimas resbalaron por sus mejillas de modo incontrolable
y sus pucheros no se hicieron esperar. -Luzco horrible- Murmuró desesperado
-Este no era el plan- Decía para sí tembloroso y mortificado.
-... ¿Plan?- repite en un murmullo, intentando hilar de alguna manera lo
que el menor está diciendo -¿Qué plan? ¿De qué estás hablando?- y se siente
estúpido de repente, no comprende nada y lo que menos necesita agregar ahora a
su lista de desgracias es haberse perdido de algo importante que haya hecho o
dicho Kim Junsu.
-Mi plan- articula en un sollozo el menor para luego morderse el labio
inferior temiendo haber hablado demasiado. -Es una tontería, no importa... -
corrigió al instante pues Park no tenía porqué enterarse de sus fallidos
intentos por conquistarle. Giró el rostro apenado.
-No me vengas con la historia de que ‘no importa’, estás llorando- le
hizo notar casi frunciendo el ceño, aún frustrado porque no logra entender de
qué rayos se trata todo lo que está ocurriendo. Ya ni siquiera está seguro si
esas lagrimas son por su culpa -¿De qué plan hablas?- vuelve a cuestionar.
-De un plan que ahora ya no importa- Balbuceó derrotado sin intenciones
de darle a saber más detalles de su fracaso. Sintió un par de fuertes manos
hacerse de sus antebrazos y apretujarle con tal rudeza que se vio obligado a
cruzar de nuevo la mirada con aquella de su interlocutor encontrándose con un
par de enfurecidas orbes profundas y negras, colmadas de odio.
-La chica, ¿Cierto?- gruñe entre dientes sin esforzarse por esconder su
disgusto -¿Tu plan de largarte con esa zorra?- brama fuera de sus cabales, con
unas repentinas ganas de arrancarle los ojos a cualquiera que se haya atrevido
siquiera a mirar a SU Junsu. El siempre diplomático, conquistador y elocuente
Park Yoochun se estaba convirtiendo en una bestia irracional llena de furia.
-N-no es eso- gimió Junsu haciendo una mueca de dolor al sentirse
acorralado e indefenso ante un Yoochun que definitivamente no conocía. -Me
haces daño y no es lo que tú crees...- Dijo al tiempo que sus ojos ahogados en
lágrimas le miraban suplicantes.
-¡Entonces habla claro! ¡Me traes al borde de la desesperación!- espeta
azorado, sin saber ya que pensar de esas gotas que surcan de nuevo el rostro
ajeno.
-¡Basta Yoochun!- Respondió el menor hecho un mar de llanto, tembloroso
y sin saber qué hacer ni cómo calmar a la bestia que se presentaba ante si
-Yo soy el que debería decir basta... ¡basta de juegos! - pronunció con
voz imperativa, el ceño fruncido y la mirada clavada en un Junsu que sacudía
cual muñeco de trapo -¡¡basta de esas sonrisas que no son para mí!! -dijo
más bajo admitiendo sus sentimientos- basta de hacerme sentir un ogro justo
ahora cuando lo único que deseo es...-
-Tenerte solo para mi, ese era mi plan, ¿Contento? - Interrumpió el
menor aún tembloroso pero decidido a hacerle saber lo que sentía... lo
que deseaba y lo que su corazón pedía a gritos revelara ante su dueño. -Yo solo
quería seducirte, Park Yoochun, lograr que te enamoraras como un tonto de mi...
tanto como yo lo estoy de ti...-
-... ¿Hablas en serio? - El pelinegro no salía de su asombro, hace
algunos segundos estaba hecho una bestia y en este instante se reducía a un
corazón que latía rápido y un par de brazos que solo servían para rodear al
menor con la misma fuerza que antes lo lastimaban. La diferencia era abismal
-Dime que no es mentira -repitió en su oído rogando al cielo haber escuchado
correctamente cada palabra.
El rostro de Junsu se encendió en rojo al instante, esa sonrisa
estupefacta que se había comenzado a dibujar de un momento a otro en los
gruesos labios del mayor había obligado a su corazón a latir irrefrenable
dentro de su pecho; la cercanía le avergonzaba, esos brazos en su cintura
también le avergonzaban... pero... en cuestión de segundos todo se estaba
volviendo extrañamente perfecto. Asintió con la cabeza en un movimiento
cuidadoso, estremeciéndose desde los dedos de los pies hasta la raíz del
cabello cuando sin previo aviso el pelinegro le roba un beso corto pero cargado
de ese algo que hace revolotear mariposas en su estómago y lo despoja de
cualquier dejo de cordura presente en su organismo.
-Querías seducirme... -Dice el mayor sin dudarlo, simplemente repitiendo
las palabras que acababan de ser pronunciadas solo para él. Reafirmando en su
mente el porqué de cada una de las acciones del menor durante la noche, cada
una de las benditas cosas que lo habían llevado al límite de los celos y la
razón.
-¿Por qué crees que me vestí así? -Responder con una pregunta se estaba
convirtiendo en un juego entre los dos- No es como si yo fuera por la vida de
este modo -explicó ya menos cohibido - Te dije que quería llamar tu atención -
Aquél par de brazos fuertes e inexplicablemente confortables le daban aún más
confianza para revelar más de su plan.
-Porque eres sexy y quieres que todo el mundo lo sepa - Pronunció
maliciosamente el pelinegro, justo ahora le entraban ganas de molestar un
poco al menor y ganarse otro de esos sonrojos a los que se estaba haciendo
adicto.
-Eso no es cierto- Dijo a su defensa el menor Kim. -Sólo quiero que tu
lo sepas- completó casi al instante mientras le regalaba al mayor ese sonrojo
que con tanta facilidad le teñía las mejillas.
-¿Cómo no saberlo cuando te paseas frente a mí con estos jeans?- Las
grandes manos del mayor se colaban hacia el sur y señalaban la zona más notable
y redondeada de dichos jeans mientras se ayudaba de la posición para pegarle
más a su cuerpo y disfrutar de una vez por todas de tenerlo más cerca -¿Sabes
que he querido sacar a patadas de mi apartamento a todos los que se quedaban
mirándote?- habla con una sonrisa pícara y se permite acortar un poco más la
distancia entre sus rostros.
-No me pasé la tarde eligiendo mi atuendo para ellos -admitió en su
defensa el chico de ojos avellana y muy tarde se dio cuenta de que tal vez
revelaba demasiado -Era para ti, solo quería que te enteraras de lo que te
estabas perdiendo- completó brindándole otra más de esas vergonzosas
confesiones que afloraban justo ahora con demasiada naturalidad.
Yoochun podía jurar que estaba en una sobredosis de ternura debido a la
increíblemente dulce criatura que tenía entre sus brazos y estaba muy lejos de
quejarse, si bien era cierto que el Junsu sexy de hace unos momentos le atraía
demasiado, el Junsu tímido que ahora se presentaba solo para sus ojos le hacía
perder el control.
-No me mires así...- murmuró bajito, cerca muy cerca al rostro del
pelinegro, enfrentándose a esa mirada que puede jurar le desnuda completito y
le hace temblar entre emocionado y nervioso.
-¿Así como?- juguetea con sus largos dedos en el borde de la camiseta del
de cabellos café, quien aparta las pupilas por el mero hecho de querer alejar
esa sensación de cosquilleo que le genera en el bajo vientre.
-A-así... cómo si me estuvieras viendo... uhmm... desnudo- confiesa en
un hilo de voz, sufriendo una arritmia en el corazón cuando Park le vuelve a
besar desprevenido. La mano que se instala en su cintura le arranca gemidos
apenas perceptibles que mueren entre los labios del pelinegro y lo animan a ir
más lejos, surcando con la otra su cintura y colándose debajo de su ropa que se
vuelve molesta y estorbosa por culpa del agua.
- Come here baby - Pronuncia ronco y demandante, ciñéndolo con descaro a
su cuerpo al tiempo que prácticamente le arranca la camisa y revela aquellos
montecitos rosados y erectos que hace instantes se mostraban inocentes y pedían
a gritos ser devorados. Yoochun no era nadie para negarse a tales suplicas.
-Yoo... uhmm ¡Yoochun! - La voz aguda de Junsu hizo eco en todo el lugar
cuando sintió como esa lengua humedecía con expertas lamidas sus ya de por si
erguidos botoncitos.
La piel se le erizó irremediablemente cuando una corriente de
escalofríos recorrió su anatomía, el calor que Yoochun dejaba impregnado en su
pecho le estaba nublando los sentidos poco a poco; sus dedos se aferraron a la
nuca del pelinegro y juguetearon entre los mechones azabaches. Mientras la boca
del mayor degustaba contenta esas porciones de piel sensible, la música dentro
del apartamento se volvió un tanto más estridente.
-Espera... Ahh~ Yoochun! ¡Espera!- se esmeró en detenerle,
repentinamente consciente de la presencia de, no una, sino muchas personas en
aquella fiesta -La fiesta... ¡Mmmh!-
-La fiesta está allá... esto es una fiesta privada - Yoochun trataba de
sonar convincente y no como el pervertido al que le excita hacerlo a sabiendas
de que en cualquier momento pueden ser descubiertos (Lo cual era acertado). Su
sonrisa descarada le hacía saber al menor que ni una manada de gente era capaz
de detener el ímpetu de un Yoochun con ganas de más.
-Pero... uh~…- Las manos que demandantes se encargaban de
deshacerse de esos ceñidos jeans le confirmaban que en efecto... perdería la
virginidad con público y en un lugar muy poco convencional. Sólo podía patalear
y ayudarle a que la prenda bajara más rápido y no haría falta más que otro beso
para convencerlo.
-Junsu- habló abandonando su pecho por unos segundos, los suficientes
como para volver a sus finos labios y trastocarle los sentidos nuevamente
-Baby, solo estamos tu y yo. No quiero que pienses en nada más- dice contra su
boca y entre nuevos besos pasea sus manos a lo largo de esos firmes y torneados
muslos que presurosos se enroscan en su cintura.
-Nnnh~ Chun... ábrelo - ordena jadeante y al segundo Park
comprende que basta con que él se abra los jeans para que las fuertes piernas
del futbolista obliguen a la tela a descender con todo y sus bóxers.
-Oh fuck... baby...- gime ronco a oídos del menor palpando su piel
desnuda, aumentando otro poco ese calor que se expande dentro de sus cuerpos,
mientras las manos ajenas se mueven veloces buscando su torso.
-Todo... - El tono desesperado y colmado de lujuria se hace notar sin
reparo al tiempo que Junsu le exige estar en igualdad de condiciones. La
camisa del pelinegro cede a los agiles dedos del menor y mientras la despoja
del torso ajeno, sus labios han vuelto a anclarse apasionadamente.
-Créeme, te daré todo - La voz profunda y seductora del mayor promete un
gozo infinito cuando se dedica a recorrer con sus vibraciones profundas cada
resquicio del cuello del menor reconociendo como propia toda la piel a su paso.
Las manos reclaman hasta el más mínimo rincón del cuerpo del menor y
este se deja hacer, entregado al infinito placer que dichos dígitos le brindan,
sintiendo que por primera vez en su vida quiere pertenecer por completo a
alguien.
Sus prendas flotan dispersas sobre el agua mientras decoran la desnudez
de ambos cuerpos que totalmente unidos se han adueñado de una de las esquinas
de la amplia piscina. La boca del pelinegro continúa ahogando entre besos los
jadeos alterados que Junsu suelta cada vez que descubre con sus dedos algún
lugar sensible.
El de cabellos café se mantiene a flote únicamente sujeto al cuerpo del
mayor, y sabe que si baja las piernas, no habrá suelo en el que pueda apoyarse;
así que opta por separarse despacio mientras jala consigo a ese Yoochun, que
hambriento de él, no quiere dejar de toquetearle por aquí y por allá. Se
impulsa hasta las gradillas de la piscina, apoyando sus pies al nivel que le
resulta más cómodo y su rostro se tintura con demasiada velocidad cuando el
pelinegro le impide girarse y se abraza a su cintura por la espalda, dejándole
sentir por completo esa erección que ahora descansa entre sus redondos glúteos.
Un jadeo lleno de sorpresa se hace acompañar de gemidos más agudos y
necesitados al tiempo que dicho miembro se frota entre ellos y muestra la
firmeza con la que pronto arremeterá contra su cuerpo.
-¡Ahh! ¡¡Yoochun!!- y es consciente que prácticamente lo único que
escapa de sus labios es ese nombre sexy del chico por el que se desvive desde
hace un buen tiempo, pero no puede evitarlo; jamás imaginó terminar en
una situación como esta. Aunque los pensamientos no duran mucho en su cabeza,
no cuando una de las manos del mayor ha delineado parsimoniosamente la curva de
su cintura y se ha perdido hacia adelante, sujetando su hinchada entrepierna
-¡¡Yoo... Chunnie!!- gime alto y rápidamente se cubre la boca con una mano,
porque hasta a él le ha sonado escandaloso.
-Dilo... dilo de nuevo baby -Jadea ronco con el rostro en su hombro,
dejando un sendero de besos a su paso por la piel a su alcance, mordiendo con
suavidad aquella zona que, nota, es más sensible, marcando a su antojo a quien
ahora puede llamar sin miedo SU Junsu.
-Uhhm~ Chunnie~- repite en un tono un poco más bajo esta vez, ahogándose
en esas sensaciones indescriptibles que le provocan el bombeo frenético sobre
su hombría y ese hinchado miembro que delinea sin pudor la suave y sensible
piel de su intimidad.
La mano libre de Yoochun se desliza a la vez entre ambos glúteos,
suplanta las caricias que la rojiza punta de su falo dejaban en aquel lugar,
para rozar con las yemas de sus dedos el contraído anillo, atreviéndose a
presionar con cuidado.
El inminente estremecimiento en aquel cuerpo perfecto lo deja más que
complacido. Cuando Junsu se pega hacia el cómo buscando un contacto más
profundo Yoochun reúne toda su fuerza de voluntad para mantener la cordura.
-¿Puedo...?- Su frase ni siquiera termina cuando Junsu asiente de modo
suave y avergonzado , casi imperceptible pero para un Yoochun cuyo mundo gira
en torno al chico que tiene en frente cualquier señal es como una bengala
encendida a media noche.
Una de las manos del menor busca tímidamente el rostro del pelinegro, le
atrae queriendo distraer un poco lo que sabe que viene ahora fundiendo sus
labios en esa explosión de sensaciones que se han convertido sus besos. El
primer dígito se abre paso en la cavidad, mientras un gimoteo incómodo se
pierde en la garganta del pelinegro; y es entonces cuando realmente teme perder
el control, teme ser muy salvaje y hacerle daño a ese hermoso ángel de cabellos
café que ahora se aferra a sus brazos y con las mejillas coloreadas, tiembla
bajo sus caricias.
-Chuuun~- se remuerde los labios cuando los ajenos le abandonan y se
apartan para descender con besos hasta su cuello, el mayor lame la humedad que
el agua deja sobre su piel y dibuja con los dientes pequeñas marquitas rojizas
que aparecen con facilidad en aquella zona tan sensible, mientras un segundo
dedo acompaña las lentas embestidas que dilatan la palpitante intimidad.
- ¿Estás bien? - Pronuncia el mayor con un tono ronco que reverbera de
forma indescriptible en los oídos del menor, aun dentro de su impaciencia es
capaz de reunir algo de su acostumbrada galantería y preocuparse por el
bienestar de su inocente amante. La labor de sus dedos en aquella zona tan
íntima no cesa y puede jurar que al oírle, Junsu se contrae más, obligando a
sus dígitos a ganar profundidad
Las palabras han abandonado los labios del menor, ahora solo puede
asentir mientras se sujeta con fuerza del cuerpo del pelinegro, aferrándose a
él mientras gime impaciente y temeroso de lo que pueda pasar, está consciente
de que Yoochun será cuidadoso pero aun así no puede evitar el inminente dolor
de la primera vez.
-Seré gentil...- murmura sobre su cuello dejando besos castos que
intentan brindarle confianza y disipar cualquier duda que invada la mente del
menor. Desea darle una primera vez que lo haga llorar de felicidad y le haga
saber que todo su amor es sólo para él.
El febril cuerpo de Junsu se acostumbra a esa invasión en su intimidad,
el dolor que le causaban los dedos del pelinegro se disipa y le abre paso a ese
placer que le hace querer más. Se retuerce entre jadeos cuando Yoochun acelera
un poco y separa sus dedos ahí dentro para hacerse más espacio.
-¡Nnnhgg! ¡¡Yoochuun!!- logra pronunciar en medio del sofoco que le
nubla los sentidos y una corriente eléctrica le estremece al sentir la caliente
e hinchada punta de la erección del mayor delinear insistente su entrada -Ahh~
Ya... hazlo yaa~ Yoochunnie- son las ansiosas palabras que emanan cual ordenes
de la deliciosa boca de Junsu. Su impaciencia lo traiciona, le hace saber al
mayor lo mucho que desea ser suyo de una vez por todas.
-Con calma, lo haré lento - Responde el aludido al tiempo que la punta
de su excitado miembro se abre paso entre la virginal entrada del menor y le
llena poco a poco y haciendo gala de la paciencia que puede jurar, en estos
momentos no tiene.
-Yoo... Yoochunnie- Pronuncia al tiempo que arquea la espalda en un
ademán felino, dándole al mayor un mejor ángulo desde el cual le es posible
entrar incluso más profundo y reconocer el terreno virgen que ahora ha
reclamado hasta el fondo.
-Baby... estás tan estrecho- Si pensaba que lo más difícil había pasado
ahora se debatía entre obedecer los impulsos que la naturaleza le reclama, o
ser comprensivo y esperar a que el inexperto interior de Junsu se acostumbre a
tal invasión. La segunda opción era la correcta, muy a su pesar.
-No es mi culpa... - Reclama implicando que es culpa del tamaño de
Yoochun.
-Es mi culpa- admite entre sonrisas y reparte besos por sus hombros como
pidiendo perdón.
-¡No te muevas! -Pronuncia alterado y jadea sorprendido al sentir
como la extensión del mayor toca un punto increíblemente sensible en su
interior que hasta entonces desconocía.
-¿Qué fue eso?- Una sonrisa orgullosa se extiende en los labios de Park
al saber que ya ha encontrado el nudito de nervios que enloquecerá al menor.
-¿Te gusta baby? - Pregunta insistente presionando de nuevo, entrando apenas
unos cuantos milímetros más para acariciar de nuevo dicho punto.
-Uhhmm~ ¡¡Chun!!- gimotea extasiado, consciente de que toda la sangre le
ha subido directo al rostro después de haber oído aquella pregunta hecha con la
voz más sexy que pudo imaginar. La vergüenza le vuelve vulnerable a ese trato
cuidadoso pero apasionado que va ganando confianza en su interior y el modo en
que el mayor se desliza lentamente hacia afuera para volver a entrar le arranca
a sus labios un nuevo gemido.
Ambos cuerpos se acompasan pausadamente, se acostumbran a la unión y
buscan el ritmo perfecto para disfrutar juntos de aquel vaivén de caderas que
fluye sensual gracias a la maravillosa presencia del agua que los rodea.
Yoochun se abraza receloso a la delgada cintura del menor, esconde el
rostro en la curvatura de su cuello y gime ronco cada vez que su pelvis choca
contra los redondos glúteos. El calor con que Junsu lo recibe es suficiente
para que su pecho arda de pasión y le incite a brindarle un poco más de ese
vigor que ahora solo a él desea mostrarle.
Las expertas manos de Yoochun le colman el cuerpo de dulces caricias,
juguetean explorando nuevamente su anatomía y mientras una se decide a
masturbar deliciosamente su hombría, la otra se aventura hacia el norte para
buscar entre toqueteos sinuosos esos botones de piel rosácea que se vuelven a
erguir orgullosos bajo las yemas de sus dedos.
-Yoochunnie...- le llama entre gemidos queditos y esa respiración por
más agitada, sujetando los brazos del pelinegro para que le escuche -Quiero
verte- pide apenas, frunciendo los labios en un puchero avergonzado mientras se
apoya en los muslos del pelinegro para frenar un poco las embestidas que le
invaden incesantes y constantes. Lamenta detener el delicioso ritmo que ya
habían ganado pero de verdad deseaba tenerle frente a frente.
Yoochun se limita a obedecer, abandona presuroso el interior del menor
ganándose un gritito de protesta que al instante es seguido por un gemido
escandaloso y sorprendido pues de inmediato le gira hacia sí mismo,
acomodándose entre sus piernas para volver a llenarlo de una sola vez y hasta
el fondo. Las piernas de Junsu lo traicionan y se enroscan en torno a la
cintura del mayor en su afán de ganar más y más contacto.
La idea de Junsu ha sido demasiado buena pues ahora puede observar con
claridad cada pequeño gesto de placer en su rostro.
-Mío, sólo mío -Murmura antes de reclamar de nueva cuenta sus labios,
dejando claro que le pertenece no solo cuando le embiste cual bestia salvaje
sino también con cada una de las palabras que le dedica.
Y Junsu no sabe si sentirse contento o indignado ante la inminente
posesividad que el mayor expresa en sus actos, ni siquiera son novios pero ya
le hace el amor y encima lo reclama como suyo. Sabe que debería ofenderse pero
en cambio se siente estúpidamente feliz y el ‘Te amo’ que escapa de sus labios
es un claro contraste entre la imperiosa necesidad de Yoochun por poseerlo y la
inocencia de Junsu al admitir sus sentimientos con tal facilidad.
El Te amo de Yoochun no llega y en cambio su mirada ónix se clava en las
pupilas del menor con intensidad; el corazón de Junsu palpita desenfrenado,
rayando en el miedo al no recibir una respuesta. Y es inevitable, repentinamente
siente como el mundo se le viene abajo y sus ojos se cristalizan
irremediablemente; el compás de sus caderas cesa unos instantes, suficientes
para que el pelinegro enmarque el rostro ajeno entre sus manos y esbozando una
ligera sonrisa le bese con suavidad.
-También te amo- susurra bajito contra sus labios, como si estuviera
revelándole uno de sus mayores secretos; sus pulgares limpian esas gotitas
saladas que caen irrefrenables y las distancias vuelven a consumirse en besos
cargados de infinita ternura, pasión y el más puro amor. Los brazos del de
cabellos café se enroscan con recelo en el cuello contrario y moviendo la
cadera incita al mayor a continuar con sus embestidas con renovado ahínco.
Los sonidos que emiten sus gargantas se ven amortiguados en la boca
contraria mientras el calor vuelve a hervirles la sangre y el contacto entre
sus cuerpos se vuelve frenético. Junsu enreda sus dedos en los mechones
azabache e impide que el mayor se aleje de sus labios más que unos cuantos
milímetros; Yoochun por su lado, le sujeta el trasero al menor y gracias al
agua, se le hace más sencillo guiarlo hacia si en el constante vaivén con el
que le penetra.
- ¡Chun! - Deja salir en un agudo grito aun con los labios del mayor
devorándole y este puede jurar que no hay nada más sensual que Junsu llamándole
de ese modo. Junsu recibe con deliciosos gemidos sobre sus labios cada una de
las potentes embestidas con las que Yoochun estimula su próstata.
-Su... - Le llama y el menor se estremece ante el tono grave y ronco que
la voz de Yoochun puede alcanzar estando como están. Sus brazos sujetándole con
fuerza le dan la estabilidad necesaria para comenzar a corresponder los
movimientos del mayor con ondulantes movimientos semejantes a lo que hace un
rato mostraba en la pista para conquistarlo. Las caderas de Junsu fluían como
el agua y hacían de esta unión entre sus cuerpos algo delicioso y adictivo.
-¡Aah! ¡Yoochunnie! - Le llama con la voz entrecortada no solo debido al
placer que le invade sino también a los movimientos de Yoochun arremetiendo
contra sus caderas y su rostro de sorpresa y satisfacción no se hace esperar al
sentir la mano del mayor cerrarse en torno a su miembro, estimulándole con el
mismo ritmo que impone en sus frenéticas estocadas.
Junsu sabe que está demasiado cerca al final, sus músculos comienzan a
tensarse involuntariamente, mientras las corrientes de placer le recorren hasta
la última fibra del cuerpo; puede sentir como su interior se ciñe a la
entrepierna del pelinegro, siente con mayor claridad lo caliente e hinchado que
está cada vez que vuelve a enterrarse en su cuerpo y lo mucho que ambos
disfrutan de la fricción que se genera.
-Mmhg Babe, ¡So tight!- deja escapar un gruñido excitado, acorralando al
menor contra la pared de la piscina para poder estirar sus brazos y sujetarse
del borde. Junsu se aferra a su cuello y queda apresado entre el cuerpo del
mayor y el muro, que tan solo le sirve de punto de apoyo para que la fuerza y
potencia de cada movimiento no les haga perder el equilibrio.
Junsu no comprende del todo las cosas que Yoochun le dice en inglés pero
sabe que le resulta sexy a más no poder y le ponen a tope. Una más de esas
frases sucias y le tendrá totalmente aniquilado.
-¡Fuck! ¡Baby! -Pronuncia exhalando en su oído y Junsu pierde el control
sobre sus acciones, se contorsiona y gime sin restricciones mientras Yoochun le
da su amor; fuerte, rápido y profundo.
-¡Aaah! ¡Chuuuuuun~! - A estas alturas, para el menor no queda otra cosa
que ceder y dejarse dominar por las fuertes oleadas de placer que lo invaden y
en segundos la mano que le estimula gana más velocidad al tiempo que sus
espasmos anuncian lo inminente.
El pelinegro vuelve a los labios rosados, los besa, los lame, los
jalonea entre los suyos con gula mientras todos sus sentidos se trastocan y se
enfocan en su bajo vientre; la estrechez del más joven le succiona desde
dentro, siente como la piel ardiente aprieta su grosor y por más que desee
alargar el cercano clímax, sabe que será inútil mientras su Junsu siga siendo
así de adorable y ‘violable’.
- Yoochunnie! ya no... ¡¡¡Ah!!!- Lo que Junsu siente en esos momentos no
se compara con nada que haya experimentado antes, un remolino de sensaciones lo
toma por sorpresa cuando el calor en su bajo vientre le anuncia lo cerca que se
encuentra; ni en sus más salvajes fantasías con el mayor había llegado a algo
tan intenso, tan adictivo.
Los finos dedos se aferran con demasiada fuerza en los hombros del
pelinegro e internamente disfruta la idea de marcarlo también y dejar en él una
señal visible de la pasión que invade sus cuerpos, solo puede gemir y gritar el
nombre de Yoochun cuando lo invade aquel placer tan indescriptible y se contrae
por inercia compartiendo con el mayor la intensidad de lo que sucede en su
cuerpo. La manera en la que se tensa y contorsiona le hace saber al pelinegro
que, aún con los ojos cerrados y el ceño hermosamente fruncido, Junsu ve
estrellas, ha tocado el cielo con la punta de los dedos.
Después de gemir como si su vida dependiera de ello el menor no es capaz
de formular sonido alguno, pero para el pelinegro, aquellos labios rosados que
se abren formando una perfecta ‘O’ mientras jala aire y se recupera se le
antojan como la más sensual de las imágenes que haya presenciado en la vida.
Y mientras el aire llena los pulmones del menor, Yoochun aguanta la
respiración pues el más joven le aprisiona en su interior; puede jurar que
hasta llegar al orgasmo no podrá salir de ese estrecho lugar y solo atina a
embestirle unas cuantas veces más, dejando que la palpitante estrechez le
succione y le obligue a terminar allí mismo, marcándole como propio cuando su
esencia lo llena por completo.
El pelinegro no tarda en buscar la boquita rosada de su amante. Con la
respiración trabajosa del menor y los sensuales sonidos que emite no le importa
seguir en medio de los espasmos post orgásmicos, ni que a sus pulmones les
falte oxígeno; necesita que la boca de Junsu corresponda aquellos íntimos roces
para saber que sigue vivo y que nada ha sido un sueño.
-Baby...- balbucea apenas tocando los labios ajenos, robándole el
aliento; perdiéndose en esos ojos color avellana que entreabiertos y brillantes
se anclan a su mirada.
-Yoochunnie - le llama en un murmullo como queriendo disfrutar del dulce
sabor de ese nombre entre sus labios mientras le ofrece una sonrisa cristalina
por demás amorosa.
-...Mi Baby- susurra contento, llevando sus manos hacia las redondas y
coloradas mejillas para enmarcarlas y atraerle en un nuevo beso corto que
antecede a numerosos piquitos repartidos en su rostro mientras peina
cuidadosamente con sus dedos los castaños cabellos y los acomoda detrás de su
oído. La ternura que el menor le inspira es infinita, a pesar de que hasta hace
unos segundos levantaba sus bajos instintos y le llevaba a un abismo de
lujuria. Sin duda su ángel era un ser de contrastes.
-Soy tuyo -pronuncia el menor, embelesado en ese rostro que a milímetros
del propio le premia con la más encantadora de las sonrisas, aquella que en un
inicio le hizo enamorarse de él y le mantiene enfrascado en una burbuja
de perfección y gozo que se rompe cuando el mayor le arranca un gemidito
sorprendido y abandona su interior en un movimiento repentino por culpa de la
estridente voz enfurruñada y escandalosa que se acerca peligrosamente a la
terraza vociferando el nombre del mayor de los dos.
-¡¡YAAH!! ¡¡PARK YOOCHUN!!- el moreno amigo del pelinegro sale del
apartamento a zancadas, deteniéndose abruptamente cuando llega a sus ojos la
imagen de prendas sospechosamente conocidas flotando sobre el agua de la
piscina. Las sospechas que su mente maquina... se hacen ciertas cuando en un
rincón detecta que alguien se esconde y sabe muy bien de quien se trata.
Yoochun apenas alza la mirada al haber oído su nombre, sus pupilas
chocan con las sorprendidas orbes de su mejor amigo y nota al instante como la
repentina vergüenza se apodera de su rostro. Le ve abrir y cerrar la boca, como
listo para gritarle, evitando cualquier sonido cuando alza su dedo índice y lo
acomoda frente a sus gruesos labios en un obvio gesto de que haga silencio.
Se guarda sus comentarios y reproches para después cuando recuerda que
justo tras de él viene también el rubio que acaba de conquistar y sin pensarlo
dos veces regresa por donde vino, impidiéndole al mayor entrar por completo a
la terraza. Agradece a los cielos que la iluminación sea tenue y no revele
mucho pues prefiere ahorrarle a Jaejoong la sorpresa de hallar a sus amigos en
tales condiciones.
-No están aquí- dice con fingida tranquilidad mientras voltea a ver a su
pelinegro amigo y guiña el ojo en clara señal de complicidad, la cual también
implica que después el mayor querrá saber cada detalle a cambio de su silencio.
No planea contarle mucho pero por el momento se lo agradece.
-¡Qué vergüenza! -La voz del menor se pierde un poco ya que este tiene
el rostro escondido en la curvatura de su cuello. -¿Y si nos vieron?- Pregunta
alarmado y el sonrojo que antes colmaba sus mejillas desaparece, haciéndole palidecer
y fruncir el ceño preocupado.
-Sólo Yunho nos vio, pero no dirá nada, tu honra está a salvo -Bromea el
mayor, besando con ternura la frente de su Junsu hasta hacer desaparecer
aquella expresión angustiada.
-Babo- Murmura volviendo a sonreír, golpeando suavemente el brazo del
mayor al tiempo que se abraza de su cuello.
-Pues lamento informarte que eres aun más babo por ser novio de un babo-
Razona y asiente repetidamente ante la atónita mirada de su pequeño delfín.
-Espera un segundo- reprocha mientras niega vigorosamente y le cubre la
boca con las manos. -Yo no tengo novio... no aún- Corrige como exigiendo una
confesión formal a pesar de que en ese caso estarían haciendo las cosas al
revés.
-Y... ¿Te gustaría tener uno?- inquiere el mayor con un gesto entre
travieso y seductor. Junsu puede jurar que en ese preciso instante su corazón
se derrite y dado que eso es físicamente imposible, opta por sonrojarse como
termostato
-...Solo si... se trata de ti- murmura apenado esquivando su mirada
mientras sus manos se ocupan en jugar con el agua debido a la sobrecarga de
timidez y vergüenza que lo aborda repentinamente. Por dentro podría estar
pensando “A buena hora me lo pides” pero lo cierto es que con un conquistador
como Park Yoochun, es imposible ofrecer reclamos.
-Lo siento, mi corazón ya está ocupado -Dice sonriente -Por un delfín
seductor que vi llegar a la fiesta hace unas horas, ¿Lo conoces? -Pregunta
fingiendo no haberse enterado de nada.
-Sí, lo conozco... pero se fue temprano y dejó a su lugar a un delfín
tímido- Explica entre pucheritos al tiempo que juguetea uniendo las puntas de
sus dedos índices y los observa como si fueran lo más interesante del mundo.
-Pero si quieres le llamo- Dice de repente, tornando la mirada hacia él para
dejarle ver ese dejo de sensualidad que le sienta tan bien sobre todo estando
desnudo bajo el agua.
-Sólo si el delfín tímido también se queda - El pelinegro no le da
tiempo a responder más, se inclina hacia sus labios descubriendo que se han
convertido en una adicción. Sonríen entre besos y vuelven a abrazarse
recelosos.
-Dice que si...-Pronuncia en un suspiro y Junsu jura que los
brazos de su novio se han convertido en su lugar favorito para estar atrapado,
y entonces todo suena tan perfecto en sus pensamientos. Aquél Park Yoochun que
un día le presentaron como el más popular y sexy de la universidad es ahora SU
novio; suyo, suyo y de nadie más.
En un arranque de valentía Yoochun se ofreció para salir de la piscina y
buscar algo que los cubrieran, una vez pasada la emoción del momento, había que
llegar hasta la habitación del mayor por lo que obedeciendo los infalibles
pucheros de su novio, el pelinegro se aventuró a salir, buscar una toalla
y ejecutar el punto clave de su plan para deshacerse al fin de sus incómodos
invitados. Bajar el switch de la energía eléctrica y una vez que los invitados
se fueran, ofrecerle a Junsu un campo libre para llevarle de la mano hasta
aquel lugar donde le haría de nuevo el amor para festejar su reciente noviazgo.
Descubrir lo que significa ‘amanecer juntos’ fue el siguiente paso en el
peculiar transcurso de su relación, los besos por parte del pelinegro y los
sonrojos por parte del menor no se hicieron esperar en absoluto y le hicieron
saber a Park que la de anoche había sido tal vez su fiesta de despedida.
Ahora que su Junsu tímido había hecho acto de presencia ya no era
necesario buscar más entre reventón y reventón -no es que fuera un posesivo
enfermizo- pero no pensaba arriesgarse a que si hacía más fiestas de repente llegara
el Junsu sexy para hacerse de todas las miradas.
A ese Junsu, lo guardaría solo para él ♥
*FIN*
Dejar un comment no cuesta nada~~ ♥
Me honro en presentarte el final alternativo el cual cito textualmente:
ResponderEliminar"A la mañana siguiente Junsu estaba preñado con el hijo de Park. He dicho!.
Y vivieron felices y cogelones para siempre <3
FIN <3"
y no puede haber fin más maravilloso para tan maravilloso shot, un gusto trabajar con usted señorita Axy <3
JSKAHDSUFGHFJSHDFJS
jajaja seria un gran final... :)
Eliminarpor dios que cosa mas linda un Yoochun lleno de celos eso eso es lindo <3<3 y ese junsu es un poema a la ternura cada dia me encanta mas como quedan tus fics son muy lindos llenos de mucho amor y ternura. me encanta como le pones todo el animo y el corazon a estas historias q nos regalas de esta linda pareja YS<3<3 :-) muchas gracias a ti y a todas esas chicaz que colaboran contigo gracias como siempre
ResponderEliminarSiempre lo hemos sabido, Junsu puede ser todo lo sexy y sensual de la vida, pero su laso tiernamente tímido sale a flote y es su sello particular, y yo creo tbn lo que ha enamorado siempre a Yoochun así sea todo coqueto con cuanta fémina se atraviesa, los ojos de su corazón siempre van tras la silueta de Junsu.
ResponderEliminarHa estado muy bueno el shot, celos, pasión y amor *-* ♥
Gracias ~~
Awwwww lo ame!!! mucho!! es que me imagino a Yoochun todo celoso así con humo saliendole por los oídos pero por tonto, porque no se acercaba a ese delfín sexy para que ya nadie se le acercara >__<
ResponderEliminarY Junsuuu awwwwww tan lindo él con su plan, si es que seguro se moría de vergüenza por dentro al hacer su plan, awww me lo imagino todo sonrojado y y awww <3
Es que son amorrr y su primera vez <3 <3 hermoso hermosoo! <3
Muchas gracias a las dos por este Yoosu tan hermosoo <3
oohhhhh!! *o*
ResponderEliminarChun celoso y Susu provocandolo, me encanta! >:3
Es cierto Junsu es una mezcla de un ser tierno y sexy :Q__
Muchísimas gracias por el shot, por darnos YooSu lleno de amor y pasión(?
Owwwwn *O* bsjshhsjs no se lo ame!! Omgs!! Me encantó, me gustó como escribieron las dos!! Sigan así muchas gracias!!
ResponderEliminarBy dany
AMO las historias desde cero, me gusta leer que se conozcan, se seduzcan y al final se confiesen mutuamente, realmente lo A-D-O-R-O!!!!
ResponderEliminarGracias Axy y Paw por este fic tan genial, las amo!! ;-;
Ayer ya no lo pude terminar T_T, pero no me lo perdería por nada ;D
ResponderEliminarWooooooooooooo les quedo tan lindo y sexy *o*!!!!!!!!!!!!!!!!! un muy buen título, me gusto ;D
Jajajajajajajajaja me encanta Yoochoun celoso y posesivo con su delfín tierno y sexy, lo amo!!!!!!!!!
Jajajajajajajaja pues claro que quiere guardar al Junsu sexy más exclusivamente para él ♥_♥, además de que Junsu solo le muestra su sensualidad en su máxima expresión en privado ♥_♥
Ahhhhhhhhhhhhhhh son tan perfectos juntos ♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥
Me gusto tanto!!!!!!!! ojala vuelvan a escribir otra historia juntas, muchísimas gracias por compartirla ♥_♥
Lo ame, lo ame, lo ame *o*
Gracias!!!!!!!!!!!
He terminado chillando!!! Porque no se pero mis ojitos estan llenos de lagrimitas xD
ResponderEliminarYooChun tan sensualmente seductor y JunSu tan sexy y timidamente tierno a la vez jdhagfhadgfhadgfgadfhgdahgfhdagfhdagfghf♥
Yo me quede prendada de eso xDDD La forma en que se aman y se miran y se besan y se hacen el amor *Y que forma se me subieron todos los colores al saber que era en la piscina y con fiesta adentro xD* Son demasiado dhsgdhsagdhasghsagdhsghdsgahdg♥
Una cosa Kim JunSu tan afortunado no entiendo como no te orgasmeaste todito cuando YooChun te hablo asi de sdhasghasgdhaghagsdh♥ Yo apenas le escucho hablar y me acaloro toda xD NO LIFE NO LIFE XDDDD
Gracias a ambas por este hermosote shot *les lanza YS besho*
♥~~
PD Por alguna razon imagine a la tipita esta con la que baila como la del final de Incredible *la patea* xDDD
awwwwwwwwwwwwwwwwwwwww~~~ me encanto la parte del yunho troll!! xDDDD! y después mas encima los encuentra en la piscina mori~~ asgadsghsdgh...
ResponderEliminaru///////////////u cochinos~~ mejor dicho chun cochino~miren que hacer esas cosas al aire libre y con ese peligro inminente!!!
me encantaron sus declaraciones!! <3 <3 <3 <3 <3
(me dio cierto miedo un yoochun tan enojado D':)
me encanto~~ y el final!! asdfghjklpoiuytre <3 <3
y también me gusto mucho la historia que les dieron~
les quedo besho~~ *les aplaude con manos y pies*
saludos~~ que estén bien y sigan colaborando~~ <3 *lestiradelfinestiernosysexysyratonesseductores~*
Gracias chicas estuvo Magnifico *u* simplemente lo AMEA!!.. me hubiera gustado estar presente para ver como Junsu conquistaba a Chunnie con ese lado tan sexy de nuestro delfín n.nsigan escribiendo juntas <3
ResponderEliminarBesos ~~
kyaaaaaa Lo Ameeee!!!! <3 El shot les quedo precioso, genial, tierno y hot :3 El plan de Junsu resulto en donde menos se espero xD y eso que ya le había conquistado al ratón sin darse cuenta *v* Su 1º vez fue asdfgknbvg ♥
ResponderEliminarMuchas Gracias por compartirlo chicas!!! *W*