jueves, 18 de julio de 2013

(FIC) Tierno vs. Sexy

Holaa~ Sé que traigo al blogcito abandonado, pero para este mes comenzaré a volver ;D
Hoy les traigo mi primera colaboración con Paw Yoochun ♥ Las dos esperamos que les guste muuuucho, porque no tienen idea de cómo nos hemos divertido escribiendola~ xD
Todo comentario / crítica / opinión será muy bien recibida y ojalá les guste cómo escribimos juntas, porque DEFINITIVAMENTE volveremos a hacerlo♥♥ *le hace ojitos a Paw* >w< Gracias por haber aceptado escribir conmigo! ;w; Te quiero♥

Ahora sí~ Disfruten! ^^


Título: Tierno vs. Sexy
Autoras:  Paw Yoochun & Axy
Parejas: YooSu / Implicación de YunJae
Género: Romance
Advertencia: NC-18/LEMON



La música proveniente de aquél apartamento en 6to piso podía escucharse con claridad por toda la cuadra.

No era novedad que cada dos o tres semanas se desatara una fiesta en la casa de Park Yoochun, conocido también como el chico más popular de la universidad; el que trae a sus pies a todas y cada una de las chicas con las que apenas cruza una mirada y ha acrecentado tal ‘fama’ por tener un apartamento para él solo donde puede hacer a diario lo que le dé la gana.

Lo que podía decirse que sí era novedad era el hecho de que Kim Junsu, otro de los chicos más populares del campus esta vez se encontrara en dicha fiesta, era bien sabido que resultaba extraño que el menor de los hermanos Kim se encontrara en una de estas fiestas, sobre todo porque su apretada agenda de entrenamientos y partidos de fútbol rara vez le daba algún espacio para salir de las canchas y convivir con los demás.

Y ahí lo tenía, el joven delantero del equipo se encontraba en una actitud claramente eufórica, atravesando el umbral de la entrada llevando esos jeans que le hacían lucir más que deseable, “So fuckable...” diría el pelinegro Park al instante en llegó a su vista la perfecta redondez de ese trasero firme y torneado al tiempo que Junsu le daba la espalda para saludar a los presentes. Park gruñó cual gato malhumorado pues no solo se trataba de los presentes, Junsu hablaba animosamente con LAS presentes y eso no le gustó para nada.

-Hey, Yoochun- una voz divertida se abrió paso entre la música, llegando a oídos del pelinegro pero sin hacerle voltear -Vaya~ Y yo venía a preguntarte por qué esa cara...-

-¿Qué cara?- espetó de mala gana, sin el afán mínimo de cambiar la expresión que trae encima. Una sonrisa brillante se curvó en los labios de su moreno amigo, mientras siente como le palmea el hombro unas cuantas veces.

-¿Quién lo diría? Tu delfincito de agua dulce hizo acto de presencia por primera vez- canturreó feliz de la vida, no exactamente por la llegada del futbolista, sino por aquel chico con el que llega acompañado. Apenas observa de reojo a su amigo y suelta una carcajada al encontrarle con el ceño mucho más fruncido que de costumbre -Ya deja de mirarlo así, ¿Has notado que se ha cambiado el tono de cabello? La semana pasada lo traía rubio...-

- ¿Y a ti qué te importa si es rubio o castaño o azul?- Yoochun se ponía a la defensiva siempre que se trataba de Junsu, le molestaba que su supuesto mejor amigo estuviera tan pendiente de los cambios que su delfín tuviera. -¿Te gusta? -preguntó con un gesto que hacía pensar que pronto le saldría humo de los oídos si no se calmaba.

- Me encanta así fuera verde - dijo sin pensarlo mucho el más alto. Cuando recibió una mirada fulminante y asesina de Yoochun cayó en la cuenta de lo que había dicho -Me gusta tanto que iré por el- corrigió con ganas de hacer enojar más a Park y sin más se dirigió a la entrada ante un boquiabierto e incrédulo pelinegro que no daba crédito a lo que veía hasta que vio el modo en que Jung tomaba del brazo no a Junsu sino al rubio que lo acompañaba.

-Me las vas a pagar - Murmuró entre dientes ya más tranquilo al saber que su sonriente delfín no corría peligro, al menos no con su supuesto mejor amigo.

Por su lado, el menor Kim no había dejado de sentir varias miradas sobre su persona -¿o debería decir su cuerpo?- Desde que entró al lujoso apartamento; pero había un par de ojos en especial que sabe son los únicos que casi le han desnudado por completo apenas cruzara el umbral de la puerta.

La cantidad de chicas y chicos que se acercaron a recibirle fueron el motivo perfecto para desatar su arsenal de sonrisas seductoras y guiños atrevidos al saberse atractivo ante los ojos de ambos sexos por igual; varias chicas le cuestionan sobre las prácticas en el equipo de fútbol, otras preguntan cómo se animó en venir, pero por más que el de cabellos café se esmera en responderle a cada una, puede jurar que la mirada a sus espaldas se hace más intensa.

-Junsu-ah...- el amigo del menor se inclina un poco para hablarle al oído -Park Yoochun te está mirando- casi sonríe contra la oreja del más bajo y sus negras pupilas deciden divagar disimuladamente sobre la figura de Jung Yunho, el mejor amigo de Yoochun.

-¿Ah, sí? -la sonrisa traviesa del menor surcó su rostro haciéndolo lucir incluso más infantil -¿Y qué cara pone, Hyung? -estaba impaciente por oír que Yoochun moría de celos y ya venía por él para reclamarle atención.

- Parece que explotará en cualquier instante -acotó el mayor mientras dejaba de ponerle atención al pelinegro y se enfocaba en esas manos bronceadas que le rodeaban la cintura -Te veo luego... -dijo y sin más se dejó llevar por el chico alto y moreno que lo robaba hacia otro lado sin pedirle permiso.

-Babo...- puchereó Junsu dejando salir un poco de su personalidad real al tiempo que se aclaraba la garganta y mantenía la pose. Park lo observaba  y esa oportunidad no se le iría, tenía la firme convicción de tenerlo solo para él esta noche.

-¿Me invitas una cerveza? -preguntó con tono melosamente enfermizo la chica que hasta hace pocos segundos se mostraba más interesada en sus horarios de entrenamiento.

-No veo porqué no... Si son gratis -sonrió Kim y dejó salir una de sus escandalosas risas para luego acompañarla hasta el improvisado bar que habían montado en la cocina. Podía sentir esa penetrante mirada castaña casi fulminando a su desconocida acompañante. Su plan estaba funcionando a la perfección.

-¿¿Qué diablos cree que está haciendo??- gruñó en voz baja, empuñando las manos y lanzando odio puro desde sus ojos hacia esa chica sin gracia que había acaparado la atención de SU Junsu. Los siguió con la mirada hasta que ambas siluetas se perdieron en el interior de la cocina.

El tono de la música cambió repentinamente, una mezcla de electro pop comenzó a retumbar dentro de las paredes del apartamento y los bailes por parte de los allí presentes no se hicieron esperar; todos saltaban, reían y se movían al ritmo de la música.

Yoochun buscaba a Yunho entre las personas, no era buen momento para que se haya dado a la fuga, especialmente cuando necesita de otro par de ojos que le ayuden a ‘vigilar’ al futbolista. Algunas chicas le abordaron mientras pasaba al lado de lo que en ese momento era la ‘pista de baile’, le invitaban a divertirse con ellas o a tomar otra cerveza.

-¡Junsu! ¡¡Junsu!!- la voz de una chica se alzó sobre la música, a la vez que el pelinegro lograba ubicar al de cabellos café saliendo de la cocina con esa desconocida casi colgada del brazo.

Para cuando aquello llegó a oídos del pelinegro, Junsu ya se encontraba contoneándose de modo indescriptible entre aquél  grupo que formaba un círculo en torno a él. Kim Junsu siempre resultaba un espectáculo ya fuera en la cancha o en la pista y de eso no le cabía la menor duda el mayor, quien lo observaba entre receloso y boquiabierto. No podía negar que disfrutaba del show de Junsu, sin embargo habría preferido verlo en privado y no compartir dicho momento con todos esos curiosos que no eran dignos de observar a SU delfín de ese modo. Tenía ganas de correr a todo mundo y quedarse a solas con él, pero gracias al afán de la desconocida acompañante de Junsu, el perfecto baile de este se vio interrumpido por una parvada de chicas que competían con sus torpes y grotescos movimientos por atraer la atención del menor. Park estaba complacido y horrorizado... todo al mismo tiempo.
-Parece que tu delfín se divierte sin ti - De nuevo la molesta voz de Yunho se hacía presente en sus peores momentos para recordarle lo lamentable de su situación. -Si fuera tu ya habría ido  por el... a este paso va a quedar embarazado con tanto movimiento que hay por allá-.

-¿Podrías callarte? -casi ladró el aludido. No hacía falta que su Hyung le recordara que eso que ocurría en la pista le carcomía el hígado. Necesitaba hacer algo... si tan solo supiera qué.

-Estás de un humor de perros. Y eras tú el impaciente por hacer una fiesta- se queja el moreno, percibiendo esa risita que llega a sus oídos cuando el rubio amigo de Junsu se abraza a su cintura -Jaejoongie, espera... - La sonrisa boba del moreno lo delata y eso hace enojar aun más a Yoochun.

-Pero no me estás poniendo atención- Pronuncia con tono meloso y demandante el rubio, al parecer no le gusta compartir la atención de Yunho ni por un segundo. -Vamos Yunnie... - Dice insistente refiriéndose a un lugar que al parecer todos desconocen menos ellos dos.

-Si noto que has usado de hotel mi habitación... te cuelgo y ya sabes de donde -Pronuncia con tono agrio el pelinegro como no queriendo poner atención a los mimos y murmullos que se intercambian mutuamente los otros dos.

-Para eso tengo casa -Sonríe el mayor sin poder privar por un momento más de su atención a ese Jaejoong que ya se cuelga de su cuello como un gato ávido de mimos. Le gusta, le gusta demasiado.

Para Yoochun esa es la señal para alejarse, no necesita que le recuerden lo solo que está -porque quiere- y lo bien acompañado que se encuentra Junsu... o más bien todo mundo menos él.

Cuando los ojos del mayor vuelven a buscar a su ‘presa’, una de las muchas chicas que lo rondaban ha logrado asirse al cuello de Junsu con una de sus manos, haciendo el intento de seguirle el ritmo mientras otro grupo de féminas miran a la ‘parejita’ con rabia por no haber podido ser ellas las que bailan con aquel chico perfecto.

Los puños de Yoochun han vuelto a cerrarse con fuerza; le repugna la cercanía de aquella mujer, le desespera esa manera en la que intenta seducir al futbolista y poco a poco va acercándose más a su rostro.

¡¡Y lo peor de todo es que no sabe qué demonios hacer al respecto!!

Hasta que un par de chicos con varios vasos llenos de cerveza se cruzan en el camino y los reparten entre los que están bailando.

Un atisbo de sonrisa se dibuja maliciosamente en los gruesos labios de Yoochun; se abre paso entre las personas, moviéndose al ritmo de la música para no ser tan obvio en su plan y ‘casualmente’ choca de forma aparatosa con uno de sus compañeros, empujando su bebida en la dirección exacta para mojarle las ropas a Junsu.

-¡¡Idiota!!- Chilla escandalosamente la muchacha con la que el de cabellos café estaba bailando, mientras sacude el líquido de uno de sus brazos y hombro, para luego notar que la camiseta de su pareja de baile está empapada -¡Oppa! ¿Estás bien?-

Y Yoochun casi quiere estallar en risas; ¡Por supuesto que está bien! ¡Es solo cerveza!
Sin mencionar que la humedad ha logrado que ese par de botoncitos en el pecho del menor se dibujen con mayor precisión sobre la ahora transparente prenda. No pudo haber tenido mejor idea en lo que va de la noche.

Junsu se siente algo expuesto y reprime el impulso de cubrirse con las manos ya que sin cruzar miradas con el pelinegro, siente como este lo desnuda con la mirada y eso lo hace tomar incluso más valor. Hora de seguir con el plan.

Al parecer despertar los celos de Park Yoochun no era tarea complicada, bastaba con sonreírle a todo el mundo, bailar como se le antojara y ahora mismo, platicar con fingido interés con la chica random que al parecer no se daba cuenta de que era solo una pieza en su rompecabezas.  Fingir que se encontraba miserablemente húmedo era lo que seguía.

-¿Oppa estas bien?- Si Yoochun volvía a oír que esa desconocida e impertinente mujer se refería a su Junsu con esas palabras, esto no se quedaría en una simple cerveza derramada.

-Tengo frio- Respondió el chico de cabellos café y se encogió un poco cubriéndose el torso. Sonreía como un niño indefenso. Park Yoochun lo observaba y no podía estar más complacido con los resultados

-Traeré algo para secarte~- la chica casi ronronea, delineando con uno de sus dedos el contorno del brazo de Junsu -¿Espérame un ratito, si?- sonríe coquetamente y da media vuelta para perderse de nuevo entre la gente.

Los ojos del menor descienden velozmente a observarse el torso, no le agrada para nada llevar la camiseta ceñida al cuerpo por culpa de la humedad, le hacía sentirse demasiado expuesto a las miradas de los demás.

Un par de ojos negros seguían admirándolo, Yoochun no estaba para nada contento con la forma en que esa tipa se había aproximado a Junsu y en el instante en que la vio dirigirse a la cocina decidió actuar y poner a trabajar sus dotes de conquistador.

-Te he estado observando toda la noche- Murmuró aproximándose a la víctima de su jugarreta. La mujer giró al instante apenas esa voz conocida llegó a sus oídos, bastaron unos cuantos segundos para que la sonrisa juguetona se formara en sus labios pintados y se acercó al pelinegro atraída por sus palabras -Te noto aburrida, pero prometo que conmigo vas a divertirte- Le dijo con un sutil ronroneo que logró erizarle la piel de todo el cuerpo.

La desconocida prácticamente quiso lanzarse al cuello del pelinegro luego de oírle, ¡Era Park Yoochun! Park Yoochun estaba ofreciéndole ir a divertirse y por ningún motivo iba a negarse. Ella simplemente sonrió mostrando su entera disposición.

-Te veo en la entrada- Park sabía bien que una buena parte de ser conquistador consistía en mantener su altanería, si le daba una orden ella seguro la cumpliría al pie de la letra, era infalible.

Cuando la vio irse directo hacia donde la había enviado se apresuró a ir en dirección contraria, necesitaba hallar a Junsu cuanto antes y alejarlo de aquella tipa que ya se había tomado demasiadas libertades con él.

Cuando Junsu sintió un firme agarre en su antebrazo no daba crédito a lo que veía. Aquel tacto cálido y casi magnético pertenecía a nadie más que Park Yoochun. El menor estaba atónito y la idea de conquistarlo ahora ya no le parecía tan lejana. Todo esto era fascinante y atemorizante al mismo tiempo pues le vino cierto dejo de timidez al saberse capaz de llamar su atención.

-¡H-hey!- intenta llamar al mayor con un hilo de voz, sintiendo como la sangre le sube a las mejillas mientras se embelesa con el perfil perfecto que tiene delante suyo y no deja de jalarle -¡¡Hey!!- logra pronunciar con más fuerza, justo cuando comienzan a alejarse de la música, el ambiente se torna incómodamente silencioso mientras ambos se dirigen a la terraza donde las luces tenues describen lo que se adivina como una amplia piscina.

Los pasos firmes del pelinegro no se detienen, ni siquiera después de haber oído aquella voz entre asustada y expectante que le ha trastocado los sentidos; quiere llevarse al menor lo más lejos posible de esa fiesta que ya no le agradaba en absoluto.

Ambos caminan al lado de la piscina, las luces que se proyectan desde el agua crean reflejos ondulantes en la superficie del suelo cercano y convierten el ambiente en algo mucho más íntimo.



Y los pensamientos comienzan a agolparse con velocidad en la cabecita del de cabellos café, su corazón va a mil por hora y todo le resulta extraño e incómodo.

En un ataque de pánico Junsu se tironea del brazo del pelinegro, de repente ya no se siente tan seguro de lo que está sucediendo y no se cree capaz de enfrentar la presencia de Park Yoochun de un modo tan directo -Suéltame por favor - casi implora al momento que trata de deshacerse del agarre del mayor.

Park no puede ignorar esa voz pero lo que acababa de ver sobrepasaba sus límites, estaba tan enfrascado en sus debates mentales que soltó un poco el agarre y al instante sintió el antebrazo de Junsu deslizarse por su mano. Cuando Junsu se zafó con tanta fuerza de él, que salió casi disparado en la dirección menos conveniente, Yoochun sabía que su caída era inminente pero de igual modo decidió luchar por sostenerlo y para cuando lo logró la gravedad surtió efecto en el peso del menor, llevándose a ambos directo al agua.

Un grito agudo y extrañamente parecido al de un delfín acompañado por otro no menos alarmado hicieron eco junto con el del agua que salpicaba por todos lados en lo que habría sido un clavado bastante malo y accidentado. La primera reacción de Yoochun fue estabilizarse y salir a flote y para cuando estaba de nuevo respirando en la superficie Junsu se encontraba a su lado jadeando y enojado.

-¿Estás bien? - Preguntó el mayor mientras seguía a un aparentemente indignado Junsu hacia el borde de la piscina y al no recibir respuesta se llenó de angustia, estaba actuando mal y rompiendo todas sus reglas de conquista. Esto iba terrible pero no se daría por vencido -¿Estás bien, Junsu? -pronunció de nuevo al instante en que lograba sujetar de nuevo la mano del chico de cabello café y lograba que se detuviera.
-N-no...- murmuró apenas en respuesta, sintiendo como toda la vergüenza y la frustración le suben al rostro a la misma vez y sus mejillas se tinturan a tope, mientras en sus ojos se acumulan unas cuantas lagrimillas que logran cristalizar sus orbes color avellana.

La escena que Park tenía en frente era entre cautivadora y desesperante; por un lado, esa expresión adorable y ese tono rosáceo que tenía pintado el menor en el rostro le hacían ver mil veces más hermoso y vulnerable; pero por el lado contrario, un conjunto de lagrimas estaban a punto de abandonar sus brillantes ojos y él tenía la culpa, toda la maldita culpa de estar a punto de hacerle llorar.

Junsu hizo entonces el ademán para apartar su mano del agarre del pelinegro, quien en medio de la desesperación y sin pensar en nada más, le jaló con fuerza, atrayéndole a su cuerpo cuando se aferra a la delgada cintura y sus rostros pierden distancia hasta topar sus labios en un primer beso que  al menor le robó el aliento y le hizo agradecer que estuvieran en el agua porque de otro modo sus piernas habrían perdido fuerza y eso no habría sido muy conveniente que digamos.

-Junsu... yo....-Yoochun por primera vez en mucho tiempo se quedaba sin palabras pero era imposible tener algo de coherencia cuando los labios del otro chico se encontraban aún a una distancia tan ridículamente cercana de los suyos. Podía sentir la calidez y agitación de su aliento haciendo leves caricias casi imperceptibles en su piel.

- Estoy bien -  Respondió Junsu con un tinte aún más profundo en sus mejillas, sin despegarse mucho de él mientras bajaba la mirada y se tocaba insistente  los labios como no dando crédito a lo que acababa de suceder. Un temblorcito en su mentón era la señal inminente de que estaba a punto de romper en llanto como un crío.

Park entró en pánico, desconocía que el llanto de Junsu era originado por su timidez y suponía que era debido a que ahora lo aborrecía y no deseaba verlo nunca más. Según él veía, había echado a perder la oportunidad de su vida y ahora tenía que vivir con las consecuencias. Como último recurso optó por consolar un poco al menor; acariciando con cuidado una de sus mejillas, acunó su rostro con suavidad y limpió con el pulgar las saladas gotitas que resbalaban sin cesar de ese par de ojos almendrados y se sintió basura al percibir lo que el interpretaba como miedo por parte del chico de cabellos castaños.

-Junsu-ah...- logra balbucear, temeroso de la reacción que pueda tener al oírle.

-Esto no está bien -decía el menor al tiempo que negaba -Esto no debió ser así- decía como queriendo desaparecer al instante. Sus planes habían sido frustrados y la ropa que con tanto empeño había elegido durante horas para sorprender al casanova de la escuela se encontraba reducida a una sopa incómoda que lo hacía sentir ridículo. Más lágrimas resbalaron por sus mejillas de modo incontrolable y sus pucheros no se hicieron esperar. -Luzco horrible- Murmuró desesperado -Este no era el plan- Decía para sí tembloroso y mortificado.

-... ¿Plan?- repite en un murmullo, intentando hilar de alguna manera lo que el menor está diciendo -¿Qué plan? ¿De qué estás hablando?- y se siente estúpido de repente, no comprende nada y lo que menos necesita agregar ahora a su lista de desgracias es haberse perdido de algo importante que haya hecho o dicho Kim Junsu.

-Mi plan- articula en un sollozo el menor para luego morderse el labio inferior temiendo haber hablado demasiado. -Es una tontería, no importa... - corrigió al instante pues Park no tenía porqué enterarse de sus fallidos intentos por conquistarle. Giró el rostro apenado.

-No me vengas con la historia de que ‘no importa’, estás llorando- le hizo notar casi frunciendo el ceño, aún frustrado porque no logra entender de qué rayos se trata todo lo que está ocurriendo. Ya ni siquiera está seguro si esas lagrimas son por su culpa -¿De qué plan hablas?- vuelve a cuestionar.

-De un plan que ahora ya no importa- Balbuceó derrotado sin intenciones de darle a saber más detalles de su fracaso. Sintió un par de fuertes manos hacerse de sus antebrazos y apretujarle con tal rudeza que se vio obligado a cruzar de nuevo la mirada con aquella de su interlocutor encontrándose con un par de  enfurecidas orbes profundas y negras, colmadas de odio.

-La chica, ¿Cierto?- gruñe entre dientes sin esforzarse por esconder su disgusto -¿Tu plan de largarte con esa zorra?- brama fuera de sus cabales, con unas repentinas ganas de arrancarle los ojos a cualquiera que se haya atrevido siquiera a mirar a SU Junsu. El siempre diplomático, conquistador y elocuente Park Yoochun se estaba convirtiendo en una bestia irracional llena de furia.

-N-no es eso- gimió Junsu haciendo una mueca de dolor al sentirse acorralado e indefenso ante un Yoochun que definitivamente no conocía. -Me haces daño y no es lo que tú crees...- Dijo al tiempo que sus ojos ahogados en lágrimas le miraban suplicantes.

-¡Entonces habla claro! ¡Me traes al borde de la desesperación!- espeta azorado, sin saber ya que pensar de esas gotas que surcan de nuevo el rostro ajeno.

-¡Basta Yoochun!- Respondió el menor hecho un mar de llanto, tembloroso y sin saber qué hacer ni cómo calmar a la bestia que se presentaba ante si

-Yo soy el que debería decir basta... ¡basta de juegos! - pronunció con voz imperativa, el ceño fruncido y la mirada clavada en un Junsu que sacudía cual muñeco de trapo  -¡¡basta de esas sonrisas que no son para mí!! -dijo más bajo admitiendo sus sentimientos- basta de hacerme sentir un ogro justo ahora cuando lo único que deseo es...-

-Tenerte solo para mi, ese era mi plan, ¿Contento? - Interrumpió el menor aún tembloroso pero decidido a  hacerle saber lo que sentía... lo que deseaba y lo que su corazón pedía a gritos revelara ante su dueño. -Yo solo quería seducirte, Park Yoochun, lograr que te enamoraras como un tonto de mi... tanto como yo lo estoy de ti...-

-... ¿Hablas en serio? - El pelinegro no salía de su asombro, hace algunos segundos estaba hecho una bestia y en este instante se reducía a un corazón que latía rápido y un par de brazos que solo servían para rodear al menor con la misma fuerza que antes lo lastimaban. La diferencia era abismal -Dime que no es mentira -repitió en su oído rogando al cielo haber escuchado correctamente cada palabra.

El rostro de Junsu se encendió en rojo al instante, esa sonrisa estupefacta que se había comenzado a dibujar de un momento a otro en los gruesos labios del mayor había obligado a su corazón a latir irrefrenable dentro de su pecho; la cercanía le avergonzaba, esos brazos en su cintura también le avergonzaban... pero... en cuestión de segundos todo se estaba volviendo extrañamente perfecto. Asintió con la cabeza en un movimiento cuidadoso, estremeciéndose desde los dedos de los pies hasta la raíz del cabello cuando sin previo aviso el pelinegro le roba un beso corto pero cargado de ese algo que hace revolotear mariposas en su estómago y lo despoja de cualquier dejo de cordura presente en su organismo.

-Querías seducirme... -Dice el mayor sin dudarlo, simplemente repitiendo las palabras que acababan de ser pronunciadas solo para él. Reafirmando en su mente el porqué de cada una de las acciones del menor durante la noche, cada una de las benditas cosas que lo habían llevado al límite de los celos y la razón.

-¿Por qué crees que me vestí así? -Responder con una pregunta se estaba convirtiendo en un juego entre los dos- No es como si yo fuera por la vida de este modo -explicó ya menos cohibido - Te dije que quería llamar tu atención - Aquél par de brazos fuertes e inexplicablemente confortables le daban aún más confianza para revelar más de su plan.

-Porque eres sexy y quieres que todo el mundo lo sepa - Pronunció maliciosamente el pelinegro,  justo ahora le entraban ganas de molestar un poco al menor y ganarse otro de esos sonrojos a los que se estaba haciendo adicto.

-Eso no es cierto- Dijo a su defensa el menor Kim. -Sólo quiero que tu lo sepas- completó casi al instante mientras le regalaba al mayor ese sonrojo que con tanta facilidad le teñía las mejillas.

-¿Cómo no saberlo cuando te paseas frente a mí con estos jeans?- Las grandes manos del mayor se colaban hacia el sur y señalaban la zona más notable y redondeada de dichos jeans mientras se ayudaba de la posición para pegarle más a su cuerpo y disfrutar de una vez por todas de tenerlo más cerca -¿Sabes que he querido sacar a patadas de mi apartamento a todos los que se quedaban mirándote?- habla con una sonrisa pícara y se permite acortar un poco más la distancia entre sus rostros.

-No me pasé la tarde eligiendo mi atuendo para ellos -admitió en su defensa el chico de ojos avellana y muy tarde se dio cuenta de que tal vez revelaba demasiado -Era para ti, solo quería que te enteraras de lo que te estabas perdiendo- completó  brindándole otra más de esas vergonzosas confesiones que afloraban justo ahora con demasiada naturalidad.

Yoochun podía jurar que estaba en una sobredosis de ternura debido a la increíblemente dulce criatura que tenía entre sus brazos y estaba muy lejos de quejarse, si bien era cierto que el Junsu sexy de hace unos momentos le atraía demasiado, el Junsu tímido que ahora se presentaba solo para sus ojos le hacía perder el control.

-No me mires así...- murmuró bajito, cerca muy cerca al rostro del pelinegro, enfrentándose a esa mirada que puede jurar le desnuda completito y le hace temblar entre emocionado y nervioso.

-¿Así como?- juguetea con sus largos dedos en el borde de la camiseta del de cabellos café, quien aparta las pupilas por el mero hecho de querer alejar esa sensación de cosquilleo que le genera en el bajo vientre.

-A-así... cómo si me estuvieras viendo... uhmm... desnudo- confiesa en un hilo de voz, sufriendo una arritmia en el corazón cuando Park le vuelve a besar desprevenido. La mano que se instala en su cintura le arranca gemidos apenas perceptibles que mueren entre los labios del pelinegro y lo animan a ir más lejos, surcando con la otra su cintura y colándose debajo de su ropa que se vuelve molesta y estorbosa por culpa del agua.

- Come here baby - Pronuncia ronco y demandante, ciñéndolo con descaro a su cuerpo al tiempo que prácticamente le arranca la camisa y revela aquellos montecitos rosados y erectos que hace instantes se mostraban inocentes y pedían a gritos ser devorados. Yoochun no era nadie para negarse a tales suplicas.

-Yoo... uhmm ¡Yoochun! - La voz aguda de Junsu hizo eco en todo el lugar cuando sintió como esa lengua humedecía con expertas lamidas sus ya de por si erguidos botoncitos.

La piel se le erizó irremediablemente cuando una corriente de escalofríos recorrió su anatomía, el calor que Yoochun dejaba impregnado en su pecho le estaba nublando los sentidos poco a poco; sus dedos se aferraron a la nuca del pelinegro y juguetearon entre los mechones azabaches. Mientras la boca del mayor degustaba contenta esas porciones de piel sensible, la música dentro del apartamento se volvió un tanto más estridente.

-Espera... Ahh~ Yoochun!  ¡Espera!- se esmeró en detenerle, repentinamente consciente de la presencia de, no una, sino muchas personas en aquella fiesta -La fiesta... ¡Mmmh!-

-La fiesta está allá... esto es una fiesta privada - Yoochun trataba de sonar convincente y no como el pervertido al que le excita hacerlo a sabiendas de que en cualquier momento pueden ser descubiertos (Lo cual era acertado). Su sonrisa descarada le hacía saber al menor que ni una manada de gente era capaz de detener el ímpetu de un Yoochun con ganas de más.

-Pero... uh~…-   Las manos que demandantes se encargaban de deshacerse de esos ceñidos jeans le confirmaban que en efecto... perdería la virginidad con público y en un lugar muy poco convencional. Sólo podía patalear y ayudarle a que la prenda bajara más rápido y no haría falta más que otro beso para convencerlo.

-Junsu- habló abandonando su pecho por unos segundos, los suficientes como para volver a sus finos labios y trastocarle los sentidos nuevamente -Baby, solo estamos tu y yo. No quiero que pienses en nada más- dice contra su boca y entre nuevos besos pasea sus manos a lo largo de esos firmes y torneados muslos que presurosos se enroscan en su cintura.

-Nnnh~ Chun... ábrelo -  ordena jadeante y al segundo Park comprende que basta con que él se abra los jeans para que las fuertes piernas del futbolista obliguen a la tela a descender con todo y sus bóxers.

-Oh fuck... baby...- gime ronco a oídos del menor palpando su piel desnuda, aumentando otro poco ese calor que se expande dentro de sus cuerpos, mientras las manos ajenas se mueven veloces buscando su torso.

-Todo... - El tono desesperado y colmado de lujuria se hace notar sin reparo al tiempo que Junsu le exige estar  en igualdad de condiciones. La camisa del pelinegro cede a los agiles dedos del menor y mientras la despoja del torso ajeno, sus labios han vuelto a anclarse apasionadamente.

-Créeme, te daré todo - La voz profunda y seductora del mayor promete un gozo infinito cuando se dedica a recorrer con sus vibraciones profundas cada resquicio del cuello del menor reconociendo como propia toda la piel a su paso.

Las manos reclaman hasta el más mínimo rincón del cuerpo del menor y este se deja hacer, entregado al infinito placer que dichos dígitos le brindan, sintiendo que por primera vez en su vida quiere pertenecer por completo a alguien.

Sus prendas flotan dispersas sobre el agua mientras decoran la desnudez de ambos cuerpos que totalmente unidos se han adueñado de una de las esquinas de la amplia piscina. La boca del pelinegro continúa ahogando entre besos los jadeos alterados que Junsu suelta cada vez que descubre con sus dedos algún lugar sensible.

El de cabellos café se mantiene a flote únicamente sujeto al cuerpo del mayor, y sabe que si baja las piernas, no habrá suelo en el que pueda apoyarse; así que opta por separarse despacio mientras jala consigo a ese Yoochun, que hambriento de él, no quiere dejar de toquetearle por aquí y por allá. Se impulsa hasta las gradillas de la piscina, apoyando sus pies al nivel que le resulta más cómodo y su rostro se tintura con demasiada velocidad cuando el pelinegro le impide girarse y se abraza a su cintura por la espalda, dejándole sentir por completo esa erección que ahora descansa entre sus redondos glúteos. Un jadeo lleno de sorpresa se hace acompañar de gemidos más agudos y necesitados al tiempo que dicho miembro se frota entre ellos y muestra la firmeza con la que pronto arremeterá contra su cuerpo.

-¡Ahh! ¡¡Yoochun!!- y es consciente que prácticamente lo único que escapa de sus labios es ese nombre sexy del chico por el que se desvive desde hace un buen tiempo, pero no puede  evitarlo; jamás imaginó terminar en una situación como esta. Aunque los pensamientos no duran mucho en su cabeza, no cuando una de las manos del mayor ha delineado parsimoniosamente la curva de su cintura y se ha perdido hacia adelante, sujetando su hinchada entrepierna -¡¡Yoo... Chunnie!!- gime alto y rápidamente se cubre la boca con una mano, porque hasta a él le ha sonado escandaloso.

-Dilo... dilo de nuevo baby -Jadea ronco con el rostro en su hombro, dejando un sendero de besos a su paso por la piel a su alcance, mordiendo con suavidad aquella zona que, nota, es más sensible, marcando a su antojo a quien ahora puede llamar sin miedo SU Junsu.

-Uhhm~ Chunnie~- repite en un tono un poco más bajo esta vez, ahogándose en esas sensaciones indescriptibles que le provocan el bombeo frenético sobre su hombría y ese hinchado miembro que delinea sin pudor la suave y sensible piel de su intimidad.

La mano libre de Yoochun se desliza a la vez entre ambos glúteos, suplanta las caricias que la rojiza punta de su falo dejaban en aquel lugar, para rozar con las yemas de sus dedos el contraído anillo, atreviéndose a presionar con cuidado.

El inminente estremecimiento en aquel cuerpo perfecto lo deja más que complacido. Cuando Junsu se pega hacia el cómo buscando un contacto más profundo Yoochun reúne toda su fuerza de voluntad para mantener la cordura.

-¿Puedo...?- Su frase ni siquiera termina cuando Junsu asiente de modo suave y avergonzado , casi imperceptible pero para un Yoochun cuyo mundo gira en torno al chico que tiene en frente cualquier señal es como una bengala encendida a media noche.

Una de las manos del menor busca tímidamente el rostro del pelinegro, le atrae queriendo distraer un poco lo que sabe que viene ahora fundiendo sus labios en esa explosión de sensaciones que se han convertido sus besos. El primer dígito se abre paso en la cavidad, mientras un gimoteo incómodo se pierde en la garganta del pelinegro; y es entonces cuando realmente teme perder el control, teme ser muy salvaje y hacerle daño a ese hermoso ángel de cabellos café que ahora se aferra a sus brazos y con las mejillas coloreadas, tiembla bajo sus caricias.

-Chuuun~- se remuerde los labios cuando los ajenos le abandonan y se apartan para descender con besos hasta su cuello, el mayor lame la humedad que el agua deja sobre su piel y dibuja con los dientes pequeñas marquitas rojizas que aparecen con facilidad en aquella zona tan sensible, mientras un segundo dedo acompaña las lentas embestidas que dilatan la palpitante intimidad.

- ¿Estás bien? - Pronuncia el mayor con un tono ronco que reverbera de forma indescriptible en los oídos del menor, aun dentro de su impaciencia es capaz de reunir algo de su acostumbrada galantería y preocuparse por el bienestar de su inocente amante. La labor de sus dedos en aquella zona tan íntima no cesa y puede jurar que al oírle, Junsu se contrae más, obligando a sus dígitos a ganar profundidad

Las palabras han abandonado los labios del menor, ahora solo puede asentir mientras se sujeta con fuerza del cuerpo del pelinegro, aferrándose a él mientras gime impaciente y temeroso de lo que pueda pasar, está consciente de que Yoochun será cuidadoso pero aun así no puede evitar el inminente dolor de la primera vez.

-Seré gentil...- murmura sobre su cuello dejando besos castos que intentan brindarle confianza y disipar cualquier duda que invada la mente del menor. Desea darle una primera vez que lo haga llorar de felicidad y le haga saber que todo su amor es sólo para él.

El febril cuerpo de Junsu se acostumbra a esa invasión en su intimidad, el dolor que le causaban los dedos del pelinegro se disipa y le abre paso a ese placer que le hace querer más. Se retuerce entre jadeos cuando Yoochun acelera un poco y separa sus dedos ahí dentro para hacerse más espacio.

-¡Nnnhgg! ¡¡Yoochuun!!- logra pronunciar en medio del sofoco que le nubla los sentidos y una corriente eléctrica le estremece al sentir la caliente e hinchada punta de la erección del mayor delinear insistente su entrada -Ahh~ Ya... hazlo yaa~ Yoochunnie- son las ansiosas palabras que emanan cual ordenes de la deliciosa boca de Junsu. Su impaciencia lo traiciona, le hace saber al mayor lo mucho que desea ser suyo de una vez por todas.

-Con calma, lo haré lento - Responde el aludido al tiempo que la punta de su excitado miembro se abre paso entre la virginal entrada del menor y le llena poco a poco y haciendo gala de la paciencia que puede jurar, en estos momentos no tiene.

-Yoo... Yoochunnie- Pronuncia al tiempo que arquea la espalda en un ademán felino, dándole al mayor un mejor ángulo desde el cual le es posible entrar incluso más profundo y reconocer  el terreno virgen que ahora ha reclamado hasta el fondo.

-Baby... estás tan estrecho- Si pensaba que lo más difícil había pasado ahora se debatía entre obedecer los impulsos que la naturaleza le reclama, o ser comprensivo y esperar a que el inexperto interior de Junsu se acostumbre a tal invasión. La segunda opción era la correcta, muy a su pesar.

-No es mi culpa... - Reclama implicando que es culpa del tamaño de Yoochun.

-Es mi culpa- admite entre sonrisas y reparte besos por sus hombros como pidiendo perdón.

-¡No te muevas! -Pronuncia alterado  y jadea sorprendido al sentir como la extensión del mayor  toca un punto increíblemente sensible en su interior que hasta entonces desconocía.

-¿Qué fue eso?- Una sonrisa orgullosa se extiende en los labios de Park al saber que ya ha encontrado el nudito de nervios que enloquecerá al menor. -¿Te gusta baby? - Pregunta insistente presionando de nuevo, entrando apenas unos cuantos milímetros más para acariciar de nuevo dicho punto.

-Uhhmm~ ¡¡Chun!!- gimotea extasiado, consciente de que toda la sangre le ha subido directo al rostro después de haber oído aquella pregunta hecha con la voz más sexy que pudo imaginar. La vergüenza le vuelve vulnerable a ese trato cuidadoso pero apasionado que va ganando confianza en su interior y el modo en que el mayor se desliza lentamente hacia afuera para volver a entrar le arranca a sus labios un nuevo gemido.

Ambos cuerpos se acompasan pausadamente, se acostumbran a la unión y buscan el ritmo perfecto para disfrutar juntos de aquel vaivén de caderas que fluye sensual gracias a la maravillosa presencia del agua que los rodea.

Yoochun se abraza receloso a la delgada cintura del menor, esconde el rostro en la curvatura de su cuello y gime ronco cada vez que su pelvis choca contra los redondos glúteos. El calor con que Junsu lo recibe es suficiente para que su pecho arda de pasión y le incite a brindarle un poco más de ese vigor que ahora solo a él desea mostrarle.

Las expertas manos de Yoochun le colman el cuerpo de dulces caricias, juguetean explorando nuevamente su anatomía y mientras una se decide a masturbar deliciosamente su hombría, la otra se aventura hacia el norte para buscar entre toqueteos sinuosos esos botones de piel rosácea que se vuelven a erguir orgullosos bajo las yemas de sus dedos.

-Yoochunnie...- le llama entre gemidos queditos y esa respiración por más agitada, sujetando los brazos del pelinegro para que le escuche -Quiero verte- pide apenas, frunciendo los labios en un puchero avergonzado mientras se apoya en los muslos del pelinegro para frenar un poco las embestidas que le invaden incesantes y constantes. Lamenta detener el delicioso ritmo que ya habían ganado pero de verdad deseaba tenerle frente a frente.

Yoochun se limita a obedecer, abandona presuroso el interior del menor ganándose un gritito de protesta que al instante es seguido por un gemido escandaloso y sorprendido pues de inmediato le gira hacia sí mismo, acomodándose entre sus piernas para volver a llenarlo de una sola vez y hasta el fondo. Las piernas de Junsu lo traicionan y se enroscan en torno a la cintura del mayor en su afán de ganar más y más contacto.

La idea de Junsu ha sido demasiado buena pues ahora puede observar con claridad cada pequeño gesto de placer en su rostro.

-Mío, sólo mío -Murmura antes de reclamar de nueva cuenta sus labios, dejando claro que le pertenece no solo cuando le embiste cual bestia salvaje sino también con cada una de las palabras que le dedica.

Y Junsu no sabe si sentirse contento o indignado ante la inminente posesividad que el mayor expresa en sus actos, ni siquiera son novios pero ya le hace el amor y encima lo reclama como suyo. Sabe que debería ofenderse pero en cambio se siente estúpidamente feliz y el ‘Te amo’ que escapa de sus labios es un claro contraste entre la imperiosa necesidad de Yoochun por poseerlo y la inocencia de Junsu al admitir sus sentimientos con tal facilidad.

El Te amo de Yoochun no llega y en cambio su mirada ónix se clava en las pupilas del menor con intensidad; el corazón de Junsu palpita desenfrenado, rayando en el miedo al no recibir una respuesta. Y es inevitable, repentinamente siente como el mundo se le viene abajo y sus ojos se cristalizan irremediablemente; el compás de sus caderas cesa unos instantes, suficientes para que el pelinegro enmarque el rostro ajeno entre sus manos y esbozando una ligera sonrisa le bese con suavidad.

-También te amo- susurra bajito contra sus labios, como si estuviera revelándole uno de sus mayores secretos; sus pulgares limpian esas gotitas saladas que caen irrefrenables y las distancias vuelven a consumirse en besos cargados de infinita ternura, pasión y el más puro amor. Los brazos del de cabellos café se enroscan con recelo en el cuello contrario y moviendo la cadera incita al mayor a continuar con sus embestidas con renovado ahínco.

Los sonidos que emiten sus gargantas se ven amortiguados en la boca contraria mientras el calor vuelve a hervirles la sangre y el contacto entre sus cuerpos se vuelve frenético. Junsu enreda sus dedos en los mechones azabache e impide que el mayor se aleje de sus labios más que unos cuantos milímetros; Yoochun por su lado, le sujeta el trasero al menor y gracias al agua, se le hace más sencillo guiarlo hacia si en el constante vaivén con el que le penetra.

- ¡Chun! - Deja salir en un agudo grito aun con los labios del mayor devorándole y este puede jurar que no hay nada más sensual que Junsu llamándole de ese modo. Junsu recibe con deliciosos gemidos sobre sus labios cada una de las potentes embestidas con las que Yoochun estimula su próstata.

-Su... - Le llama y el menor se estremece ante el tono grave y ronco que la voz de Yoochun puede alcanzar estando como están. Sus brazos sujetándole con fuerza le dan la estabilidad necesaria para comenzar a corresponder los movimientos del mayor con ondulantes movimientos semejantes a lo que hace un rato mostraba en la pista para conquistarlo. Las caderas de Junsu fluían como el agua y hacían de esta unión entre sus cuerpos algo delicioso y adictivo.

-¡Aah! ¡Yoochunnie! - Le llama con la voz entrecortada no solo debido al placer que le invade sino también a los movimientos de Yoochun arremetiendo contra sus caderas y su rostro de sorpresa y satisfacción no se hace esperar al sentir la mano del mayor cerrarse en torno a su miembro, estimulándole con el mismo ritmo que impone en sus frenéticas estocadas.

Junsu sabe que está demasiado cerca al final, sus músculos comienzan a tensarse involuntariamente, mientras las corrientes de placer le recorren hasta la última fibra del cuerpo; puede sentir como su interior se ciñe a la entrepierna del pelinegro, siente con mayor claridad lo caliente e hinchado que está cada vez que vuelve a enterrarse en su cuerpo y lo mucho que ambos disfrutan de la fricción que se genera.

-Mmhg Babe, ¡So tight!- deja escapar un gruñido excitado, acorralando al menor contra la pared de la piscina para poder estirar sus brazos y sujetarse del borde. Junsu se aferra a su cuello y queda apresado entre el cuerpo del mayor y el muro, que tan solo le sirve de punto de apoyo para que la fuerza y potencia de cada movimiento no les haga perder el equilibrio.

Junsu no comprende del todo las cosas que Yoochun le dice en inglés pero sabe que le resulta sexy a más no poder y le ponen a tope. Una más de esas frases sucias y le tendrá totalmente aniquilado.

-¡Fuck! ¡Baby! -Pronuncia exhalando en su oído y Junsu pierde el control sobre sus acciones, se contorsiona y gime sin restricciones mientras Yoochun le da su amor; fuerte, rápido y profundo.

-¡Aaah! ¡Chuuuuuun~! - A estas alturas, para el menor no queda otra cosa que ceder y dejarse dominar por las fuertes oleadas de placer que lo invaden y en segundos la mano que le estimula gana más velocidad  al tiempo que sus espasmos anuncian lo inminente.

El pelinegro vuelve a los labios rosados, los besa, los lame, los jalonea entre los suyos con gula mientras todos sus sentidos se trastocan y se enfocan en su bajo vientre; la estrechez del más joven le succiona desde dentro, siente como la piel ardiente aprieta su grosor y por más que desee alargar el cercano clímax, sabe que será inútil mientras su Junsu siga siendo así de adorable y ‘violable’.

- Yoochunnie! ya no... ¡¡¡Ah!!!- Lo que Junsu siente en esos momentos no se compara con nada que haya experimentado antes, un remolino de sensaciones lo toma por sorpresa cuando el calor en su bajo vientre le anuncia lo cerca que se encuentra; ni en sus más salvajes fantasías con el mayor había llegado a algo tan intenso, tan adictivo.

Los finos dedos se aferran con demasiada fuerza en los hombros del pelinegro e internamente disfruta la idea de marcarlo también y dejar en él una señal visible de la pasión que invade sus cuerpos, solo puede gemir y gritar el nombre de Yoochun cuando lo invade aquel placer tan indescriptible y se contrae por inercia compartiendo con el mayor la intensidad de lo que sucede en su cuerpo. La manera en la que se tensa y contorsiona le hace saber al pelinegro que, aún con los ojos cerrados y el ceño hermosamente fruncido, Junsu ve estrellas, ha tocado el cielo con la punta de los dedos.

Después de gemir como si su vida dependiera de ello el menor no es capaz de formular sonido alguno, pero para el pelinegro, aquellos labios rosados que se abren formando una perfecta ‘O’  mientras jala aire y se recupera se le antojan como la más sensual de las imágenes que haya presenciado en la vida.

Y mientras el aire llena los pulmones del menor, Yoochun aguanta la respiración pues el más joven le aprisiona en su interior; puede jurar que hasta llegar al orgasmo no podrá salir de ese estrecho lugar y solo atina a embestirle unas cuantas veces más, dejando que la palpitante estrechez le succione y le obligue a terminar allí mismo, marcándole como propio cuando su esencia lo llena por completo.

El pelinegro no tarda en buscar la boquita rosada de su amante. Con la respiración trabajosa del menor y los sensuales sonidos que emite no le importa seguir en medio de los espasmos post orgásmicos, ni que a sus pulmones les falte oxígeno; necesita que la boca de Junsu corresponda aquellos íntimos roces para saber que sigue vivo y que nada ha sido un sueño.

-Baby...- balbucea apenas tocando los labios ajenos, robándole el aliento; perdiéndose en esos ojos color avellana que entreabiertos y brillantes se anclan a su mirada.

-Yoochunnie - le llama en un murmullo como queriendo disfrutar del dulce sabor de ese nombre entre sus labios mientras le ofrece una sonrisa cristalina por demás amorosa.

-...Mi Baby- susurra contento, llevando sus manos hacia las redondas y coloradas mejillas para enmarcarlas y atraerle en un nuevo beso corto que antecede a numerosos piquitos repartidos en su rostro mientras peina cuidadosamente con sus dedos los castaños cabellos y los acomoda detrás de su oído. La ternura que el menor le inspira es infinita, a pesar de que hasta hace unos segundos levantaba sus bajos instintos y le llevaba a un abismo de lujuria. Sin duda su ángel era un ser de contrastes.

-Soy tuyo -pronuncia el menor, embelesado en ese rostro que a milímetros del propio le premia con la más encantadora de las sonrisas, aquella que en un inicio  le hizo enamorarse de él y le mantiene enfrascado en una burbuja de perfección y gozo que se rompe cuando el mayor le arranca un gemidito sorprendido y abandona su interior en un movimiento repentino por culpa de la estridente voz enfurruñada y escandalosa que se acerca peligrosamente a la terraza vociferando el nombre del mayor de los dos.

-¡¡YAAH!! ¡¡PARK YOOCHUN!!- el moreno amigo del pelinegro sale del apartamento a zancadas, deteniéndose abruptamente cuando llega a sus ojos la imagen de prendas sospechosamente conocidas flotando sobre el agua de la piscina. Las sospechas que su mente maquina... se hacen ciertas cuando en un rincón detecta que alguien se esconde y sabe muy bien de quien se trata.

Yoochun apenas alza la mirada al haber oído su nombre, sus pupilas chocan con las sorprendidas orbes de su mejor amigo y nota al instante como la repentina vergüenza se apodera de su rostro. Le ve abrir y cerrar la boca, como listo para gritarle, evitando cualquier sonido cuando alza su dedo índice y lo acomoda frente a sus gruesos labios en un obvio gesto de que haga silencio.

Se guarda sus comentarios y reproches para después cuando recuerda que justo tras de él viene también el rubio que acaba de conquistar y sin pensarlo dos veces regresa por donde vino, impidiéndole al mayor entrar por completo a la terraza. Agradece a los cielos que la iluminación sea tenue y no revele mucho pues prefiere ahorrarle a Jaejoong la sorpresa de hallar a sus amigos en tales condiciones.

-No están aquí- dice con fingida tranquilidad mientras voltea a ver a su pelinegro amigo y guiña el ojo en clara señal de complicidad, la cual también implica que después el mayor querrá saber cada detalle a cambio de su silencio. No planea contarle mucho pero por el momento se lo agradece.

-¡Qué vergüenza! -La voz del menor se pierde un poco ya que este tiene el rostro escondido en la curvatura de su cuello. -¿Y si nos vieron?- Pregunta alarmado y el sonrojo que antes colmaba sus mejillas desaparece, haciéndole palidecer y fruncir el ceño preocupado.

-Sólo Yunho nos vio, pero no dirá nada, tu honra está a salvo -Bromea el mayor, besando con ternura la frente de su Junsu hasta hacer desaparecer aquella expresión angustiada.

-Babo- Murmura volviendo a sonreír, golpeando suavemente el brazo del mayor al tiempo que se abraza de su cuello.

-Pues lamento informarte que eres aun más babo por ser novio de un babo- Razona y asiente repetidamente ante la atónita mirada de su pequeño delfín.

-Espera un segundo- reprocha mientras niega vigorosamente y le cubre la boca con las manos. -Yo no tengo novio... no aún- Corrige como exigiendo una confesión formal a pesar de que en ese caso estarían haciendo las cosas al revés.

-Y... ¿Te gustaría tener uno?- inquiere el mayor con un gesto entre travieso y seductor. Junsu puede jurar que en ese preciso instante su corazón se derrite y dado que eso es físicamente imposible, opta por sonrojarse como termostato

-...Solo si... se trata de ti- murmura apenado esquivando su mirada mientras sus manos se ocupan en jugar con el agua debido a la sobrecarga de timidez y vergüenza que lo aborda repentinamente. Por dentro podría estar pensando “A buena hora me lo pides” pero lo cierto es que con un conquistador como Park Yoochun, es imposible ofrecer reclamos.

-Lo siento, mi corazón ya está ocupado -Dice sonriente -Por un delfín seductor que vi llegar a la fiesta hace unas horas, ¿Lo conoces? -Pregunta fingiendo no haberse enterado de nada.

-Sí, lo conozco... pero se fue temprano y dejó a su lugar a un delfín tímido- Explica entre pucheritos al tiempo que juguetea uniendo las puntas de sus dedos índices y los observa como si fueran lo más interesante del mundo. -Pero si quieres le llamo- Dice de repente, tornando la mirada hacia él para dejarle ver ese dejo de sensualidad que le sienta tan bien sobre todo estando desnudo bajo el agua.

-Sólo si el delfín tímido también se queda - El pelinegro no le da tiempo a responder más, se inclina hacia sus labios descubriendo que se han convertido en una adicción. Sonríen entre besos y vuelven a abrazarse recelosos.

-Dice que si...-Pronuncia en un suspiro y  Junsu jura que los brazos de su novio se han convertido en su lugar favorito para estar atrapado, y entonces todo suena tan perfecto en sus pensamientos. Aquél Park Yoochun que un día le presentaron como el más popular y sexy de la universidad es ahora SU novio; suyo, suyo y de nadie más.

En un arranque de valentía Yoochun se ofreció para salir de la piscina y buscar algo que los cubrieran, una vez pasada la emoción del momento, había que llegar hasta la habitación del mayor por lo que obedeciendo los infalibles pucheros de su novio, el pelinegro se aventuró a  salir, buscar una toalla y ejecutar el punto clave de su plan para deshacerse al fin de sus incómodos invitados. Bajar el switch de la energía eléctrica y una vez que los invitados se fueran, ofrecerle a Junsu un campo libre para llevarle de la mano hasta aquel lugar donde le haría de nuevo el amor para festejar su reciente noviazgo.

Descubrir lo que significa ‘amanecer juntos’ fue el siguiente paso en el peculiar transcurso de su relación, los besos por parte del pelinegro y los sonrojos por parte del menor no se hicieron esperar en absoluto y le hicieron saber a Park que la de anoche había sido tal vez su fiesta de despedida.

Ahora que su Junsu tímido había hecho acto de presencia ya no era necesario buscar más entre reventón y reventón -no es que fuera un posesivo enfermizo- pero no pensaba arriesgarse a que si hacía más fiestas de repente llegara el Junsu sexy para hacerse de todas las miradas.

A ese Junsu, lo guardaría solo para él ♥




*FIN*

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13 comentarios:

  1. Me honro en presentarte el final alternativo el cual cito textualmente:


    "A la mañana siguiente Junsu estaba preñado con el hijo de Park. He dicho!.
    Y vivieron felices y cogelones para siempre <3

    FIN <3"


    y no puede haber fin más maravilloso para tan maravilloso shot, un gusto trabajar con usted señorita Axy <3

    JSKAHDSUFGHFJSHDFJS

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  2. por dios que cosa mas linda un Yoochun lleno de celos eso eso es lindo <3<3 y ese junsu es un poema a la ternura cada dia me encanta mas como quedan tus fics son muy lindos llenos de mucho amor y ternura. me encanta como le pones todo el animo y el corazon a estas historias q nos regalas de esta linda pareja YS<3<3 :-) muchas gracias a ti y a todas esas chicaz que colaboran contigo gracias como siempre

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  3. Siempre lo hemos sabido, Junsu puede ser todo lo sexy y sensual de la vida, pero su laso tiernamente tímido sale a flote y es su sello particular, y yo creo tbn lo que ha enamorado siempre a Yoochun así sea todo coqueto con cuanta fémina se atraviesa, los ojos de su corazón siempre van tras la silueta de Junsu.

    Ha estado muy bueno el shot, celos, pasión y amor *-* ♥

    Gracias ~~

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  4. Awwwww lo ame!!! mucho!! es que me imagino a Yoochun todo celoso así con humo saliendole por los oídos pero por tonto, porque no se acercaba a ese delfín sexy para que ya nadie se le acercara >__<

    Y Junsuuu awwwwww tan lindo él con su plan, si es que seguro se moría de vergüenza por dentro al hacer su plan, awww me lo imagino todo sonrojado y y awww <3

    Es que son amorrr y su primera vez <3 <3 hermoso hermosoo! <3

    Muchas gracias a las dos por este Yoosu tan hermosoo <3

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  5. oohhhhh!! *o*
    Chun celoso y Susu provocandolo, me encanta! >:3
    Es cierto Junsu es una mezcla de un ser tierno y sexy :Q__
    Muchísimas gracias por el shot, por darnos YooSu lleno de amor y pasión(?

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  6. Owwwwn *O* bsjshhsjs no se lo ame!! Omgs!! Me encantó, me gustó como escribieron las dos!! Sigan así muchas gracias!!
    By dany

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  7. AMO las historias desde cero, me gusta leer que se conozcan, se seduzcan y al final se confiesen mutuamente, realmente lo A-D-O-R-O!!!!

    Gracias Axy y Paw por este fic tan genial, las amo!! ;-;

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  8. Ayer ya no lo pude terminar T_T, pero no me lo perdería por nada ;D

    Wooooooooooooo les quedo tan lindo y sexy *o*!!!!!!!!!!!!!!!!! un muy buen título, me gusto ;D

    Jajajajajajajajaja me encanta Yoochoun celoso y posesivo con su delfín tierno y sexy, lo amo!!!!!!!!!

    Jajajajajajajaja pues claro que quiere guardar al Junsu sexy más exclusivamente para él ♥_♥, además de que Junsu solo le muestra su sensualidad en su máxima expresión en privado ♥_♥

    Ahhhhhhhhhhhhhhh son tan perfectos juntos ♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥YooSu♥

    Me gusto tanto!!!!!!!! ojala vuelvan a escribir otra historia juntas, muchísimas gracias por compartirla ♥_♥

    Lo ame, lo ame, lo ame *o*

    Gracias!!!!!!!!!!!

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  9. He terminado chillando!!! Porque no se pero mis ojitos estan llenos de lagrimitas xD
    YooChun tan sensualmente seductor y JunSu tan sexy y timidamente tierno a la vez jdhagfhadgfhadgfgadfhgdahgfhdagfhdagfghf♥
    Yo me quede prendada de eso xDDD La forma en que se aman y se miran y se besan y se hacen el amor *Y que forma se me subieron todos los colores al saber que era en la piscina y con fiesta adentro xD* Son demasiado dhsgdhsagdhasghsagdhsghdsgahdg♥
    Una cosa Kim JunSu tan afortunado no entiendo como no te orgasmeaste todito cuando YooChun te hablo asi de sdhasghasgdhaghagsdh♥ Yo apenas le escucho hablar y me acaloro toda xD NO LIFE NO LIFE XDDDD
    Gracias a ambas por este hermosote shot *les lanza YS besho*
    ♥~~

    PD Por alguna razon imagine a la tipita esta con la que baila como la del final de Incredible *la patea* xDDD

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  10. awwwwwwwwwwwwwwwwwwwww~~~ me encanto la parte del yunho troll!! xDDDD! y después mas encima los encuentra en la piscina mori~~ asgadsghsdgh...

    u///////////////u cochinos~~ mejor dicho chun cochino~miren que hacer esas cosas al aire libre y con ese peligro inminente!!!

    me encantaron sus declaraciones!! <3 <3 <3 <3 <3

    (me dio cierto miedo un yoochun tan enojado D':)

    me encanto~~ y el final!! asdfghjklpoiuytre <3 <3

    y también me gusto mucho la historia que les dieron~

    les quedo besho~~ *les aplaude con manos y pies*

    saludos~~ que estén bien y sigan colaborando~~ <3 *lestiradelfinestiernosysexysyratonesseductores~*

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  11. Gracias chicas estuvo Magnifico *u* simplemente lo AMEA!!.. me hubiera gustado estar presente para ver como Junsu conquistaba a Chunnie con ese lado tan sexy de nuestro delfín n.nsigan escribiendo juntas <3
    Besos ~~

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  12. kyaaaaaa Lo Ameeee!!!! <3 El shot les quedo precioso, genial, tierno y hot :3 El plan de Junsu resulto en donde menos se espero xD y eso que ya le había conquistado al ratón sin darse cuenta *v* Su 1º vez fue asdfgknbvg ♥
    Muchas Gracias por compartirlo chicas!!! *W*

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