Y llegó un año más♥ Y con este ya son 10!! ;w; Y no podía quedarme sin dejarles este YS para celebrar♥
Ultimamente ando enganchada a algunas canciones de Urban Zakapa, y me enamoré de 'Caffè Latte' desde el primer momento que la escuché~ (Click AQUÍ para escucharla ;D) Es hermosa♥ Bueno, al menos a mí me fascina y ha ido directo a mi lista de canciones YooSu♥
Y no pude evitarlo~ Tenía que escribir algo al respecto *w* Así que espero que les guste~ ^^
P.D: No es un songfic, así que la mayor parte de la letra no tiene nada que ver con la historia; aunque hay algunas frases que si vienen dentro de los dialogos~ Me inspiré más por el ritmo y la melodia ^^
Título: Caffè Latte ♥
Autoras: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance, Romance y mucho, muuuucho Amor ♥♥♥
Advertencia: NC-17/LEMON
¿Hace cuanto que vengo a este café? ¿Casi un mes quizás? Y cada día que vuelvo ese simpático barista pelinegro se esmera en preparar mi café Latte.
No sé cómo se llama, aunque supongo que tenemos la misma edad, realmente no sé casi nada de él... Pero me gusta mucho, muchísimo.
Y con cada una de esas sonrisas que apenas logramos intercambiar a lo lejos mi corazón puede explotar una y mil veces emocionado.
***
-¿Lo de siempre jovencito?- la voz de la mesera que lo atiende a diario le obliga a apartar los ojos de esa mata de cabello oscuro que logra divisar a lo lejos, detrás del mostrador.
-Si, por favor- pide con una sonrisa y la mesera ya ni siquiera tiene que apuntarlo porque lo ha aprendido de memoria.
-‘Un café Latte y una porción de cheesecake de fresa para tu rubio’- oye a lo lejos y siente como la sangre le sube a las mejillas al saberse mencionado de aquella manera, especialmente porque la mesera acaba de decirle a SU barista que él es SU rubio.
Ambas miradas se cruzan apenas voltea y no puede evitar estallar en risas cuando el rostro del pelinegro se colorea al instante mientras comienza a hacerle aspavientos a la mesera para que no sea tan obvia.
***
Aún tengo la sonrisa plasmada en el rostro, logro mirarle de lejos y me emociona saber que sonríe mientras prepara mi pedido. ¿Con qué dibujo estará planeando sorprenderme hoy?
Desde la primera vez que vine a comprar aquí, toda una variedad de diseños han pasado por mi taza de café; plantas, flores, ositos, cisnes, espigas… y desde hace unos 5 días, algunos dibujitos en forma de corazón han hecho acto de presencia.
Mis dedos divagan sobre el contorno de la cucharita que tengo a un lado, espero pacientemente y cada tanto alzo la mirada para buscarlo.
-Un cheesecake de fresa…- al cabo de varios minutos, la mesera acomoda el postre sobre la mesa -…y un café Latte- me sonríe y coloca la taza frente a mí.
Hay un corazón muy grande dibujado justo en el centro de la taza. Al instante saco mi teléfono celular y con una sonrisa en el rostro le tomo una foto antes de beberlo.
-Un cheesecake de fresa…- al cabo de varios minutos, la mesera acomoda el postre sobre la mesa -…y un café Latte- me sonríe y coloca la taza frente a mí.
Hay un corazón muy grande dibujado justo en el centro de la taza. Al instante saco mi teléfono celular y con una sonrisa en el rostro le tomo una foto antes de beberlo.
***
Sus miradas se encuentras una vez más, las mejillas del rubio se colorean instintivamente y una amplia sonrisa se extiende sobre los labios gruesos del pelinegro.
Los minutos pasan volando, el café ha estado delicioso como todos los días.
La mesera vuelve a recoger los platillos vacios; el jovencito pide la cuenta y a los pocos instantes vuelve con la boleta en mano.
-Disculpe, ¿podría entregarle esto al barista que preparó mi café?- pregunta con las mejillas pintadas de carmín y le extiende a la mesera una servilleta con un mensaje escrito sobre ella. La mujer le sonríe ampliamente y recibe aquel detalle para llevárselo al pelinegro.
El rubio se despide con una venia antes de ponerse de pie, y como todos los días, el barista le está mirando, esperando para despedirse ambos con una ligera agitada de manos desde lejos; aunque esta vez la mesera interrumpe la costumbre cuando va a entregarle el papel al pelinegro.
La sonrisa de ambos se transforma en un gesto brillante, el rostro del menor se colorea un poco más y agita despacio su mano antes de dar media vuelta; dejando al emocionado pelinegro que apenas aparta la vista, relee aquel ‘Gracias’ acompañado de un pequeño corazón, escrito con la letra más bonita del mundo.
~~~~~~
A partir de aquél día, mis tazas estuvieron llenas de corazones dibujados hermosamente sobre la crema, haciéndome sonreír cada vez que los recibía.
Pero hoy era diferente, hoy no hubo ningún dibujo en mi café, hoy no hubo ni un corazón, ni una flor, ni un oso, ni una espiga.
Hoy hubo un mensaje.
***
La mesera se acercó para entregar el pedido del rubio, acomodando el cheesecake de fresa antes de poner el café Latte ante sus ojos.
-Tienes mucha suerte jovencito- le dijo sonriente mientras ponía la taza sobre la mesa, observando como el rostro del más pequeño se pintaba lentamente desde la base del cuello hasta la raíz de los cabellos mientras asimilaba lo que estaba escrito en la nata del café.
‘¿Quieres salir conmigo?’
Lee una vez, seguida de otra, y luego otra más. Pasea sus ojos por las letras una y mil veces hasta que su cabecita logra conectar correctamente los mil y un pensamientos que volaron allí dentro.
Alza la mirada velozmente y se topa con los orbes ónix que le miran expectante. El pelinegro se sujeta la nuca con una mano en un mero gesto nervioso, sin soltar el contacto que mantiene con aquellos ojos acaramelados.
El rubio siente su corazón latir presuroso contra su pecho, jura que puede salirse en algún momento y va a correr en busca del simpático pelinegro.
Sonríe ante sus propios pensamientos y agachando un poco la cabeza, producto de la vergüenza, asiente quedito; emocionándose otro poco cuando el mayor ríe feliz y da un par de vueltas antes de volver a su labor de barista.
Esta vez el cafe sabe mil veces mas delicioso que de costumbre, e incluso le apena tener que sorber entre sus labios la nata con aquel mensaje. Se dedica a disfrutar de su postre, ensimismado en cada una de las escenas que pasan por su cabeza, fantaseando con lo que podría ser su ‘primera cita’.
-...Hola- la voz gruesa le saca de sus pensamientos, alzando la mirada para encontrarse con aquel chico que tanto le gusta.
-Hola- murmura quedito con las mejillas arreboladas en carmín y se acomoda el cabello tras la oreja de puros nervios; el pelinegro sonríe ampliamente al verle tan cerca, es mucho más hermoso de lo que pudo haber pensado –s-siéntate…- ofrece el rubio extendiendo la mano hacia la silla que se acomoda al lado contrario de la mesa.
-Me gustaría, pero aún estoy de turno- ríe y en vez de tomar asiento, se pone de cuclillas al lado del menor, apoyando una de sus manos sobre la mesa –Mañana salgo a las 7.30, podemos encontrarnos aquí mismo si quieres-
Los ojos del menor se pasean por el perfecto rostro que tiene a escasos centímetros de distancia; los pómulos marcados, la nariz recta, los ojos oscuros tan profundos como el mismo universo, los provocativos labios gruesos y curvados en una sonrisa.
-Me parece bien- murmura con miles de mariposas revoloteándole en el estómago, apartando la mirada de la boca ajena cuando aquel pensamiento vergonzoso se hizo presente en su mente.
-Mañana a las 7.30 entonces- confirma y sin previo aviso se empina para dejar un beso sobre la tibia y sonrojada mejilla del menor, poniéndose de pie antes de dar media vuelta para volver al trabajo.
-Espera!- una mano sujetando firmemente un costado de su camisa le detiene, haciéndole girar para volverse a ahogar en la hermosa mirada contraria –Tu nombre… no me lo has dicho- sonríe quedito y pronto ambos se saben avergonzados por toda esta agradable situación.
-Yoochun, Park Yoochun- responde entre risas, retrocediendo despacio porque puede oír la voz de su superior llamándole – ¿Tu?- pregunta embelesándose en esa sonrisa cristalina que el rubio le regala.
-Kim Junsu- pronuncia despacio y no puede evitar aquella carcajada risueña cuando el mayor por andar de espaldas se choca con una silla detrás de él.
-Nos vemos entonces, Junsu ah- se despide acompañándole entre risas, volteando completamente cuando su superior sale de la cocina para llamarle.
-Nos vemos~- habla bajito, a sabiendas de que Yoochun no alcanza a escucharle.
Aunque realmente cualquier cosa a su alrededor ha dejado de tener importancia desde que la boca del pelinegro besó su mejilla; y no, damas y caballeros, por si se lo preguntaron, no pasó por alto aquel detalle que casi le provoca una taquicardia.
Acarició con sus dedos, sobre el lugar donde los labios gruesos se posaron, mientras espera la boleta de pago para poder retirarse.
Sus ojos se vuelven a encontrar y un lindo ‘Hasta mañana’ es pronunciado por la boca de ambos tórtolos enamorados; despidiéndose y anhelando que las horas pasen veloces para volverse a ver.
~~~~~~
El clima frio sopla sobre la cuidad; el viento ligero mece aquellos cabellos rubios que, peinados pulcramente hacia un lado, se van desordenando a medida que su portador continúa caminando.
El reloj de muñeca marca las 6:20 de la tarde y no ha podido evitar llegar antes porque el antojo de tomar su café como todos los días no ha dejado de torturarle durante la mañana.
-Buenas Tardes~- saluda con una sonrisa a la mesera que siempre le atiende y es guiado a una de las mesas –Lo de siempre por favor- pide mientras toma asiento y se quita la casaca que trae puesta, dejando al descubierto una camisa a cuadros pequeños entallada color lavanda que hace juego con los pantalones gris claro que se ajustan a sus piernas.
El barista le observa de lejos; ha quedado deslumbrado desde que entró al café y aún no puede creer que ese chico perfecto que ahora le sonríe sonrojado desde lejos sea su cita de esta noche.
-¿Café Latte?- le pregunta a la mesera antes de siquiera dejarla hablar y va sacando los ingredientes necesarios para la preparación.
-Eso mismo~- sonríe la mujer y observa al pelinegro emocionado mientras prepara el pedido – ¿Entonces van a salir?- pregunta y el gesto del muchacho se ilumina al instante.
-Sí, su nombre es Junsu- responde feliz mientras sirve la preparación en la taza.
-Supongo que a partir de ahora ya no podré llamarle ‘tu rubio’- se burla del menor y le revuelve el cabello con una mano antes de encargarse de cortar la porción de cheesecake de fresa que acompaña el café Latte del rubio.
-¡Noona!- el pelinegro resopla frustrado y termina de dibujar sobre la crema del café. Las risas de sus compañeros se hacen presentes, es que son testigos vivos de la devoción que le tiene Yoochun al rubiecito desde la primera vez que lo vio.
-Haa~ Nuestro Yoochunnie está creciendo chicos~- suspira la mesera y todos ríen ante ese sonrojo abochornado que se acomoda en las mejillas del pelinegro.
-¡¡¡NOONA!!!- reniega una vez más, dejando el café sobre la bandeja que será entregada, acomodando a un lado del platillo bajo la taza dos galletitas de vainilla para acompañar.
-Llévale tú el pedido Yoochun- indica la mujer con una sonrisa y el menor no sabe si seguir renegando o saltar feliz.
-Soy barista Noona, no mesero- dice por lo bajo pero de todas maneras toma la bandeja entre sus manos, ruega porque el tamborileo incesante de su corazón no le haga temblar los brazos y con un suspiro a ojos cerrados procura calmarse antes de comenzar a caminar.
Los ojos del menor estaban perdidos en algún punto de la pantalla de su teléfono celular; realmente no era el momento apropiado para que su hermano le avisara que sus padres le habían llamado para invitarles a cenar. Claro que cuando la silueta del pelinegro se dibujo a su lado, todo lo que pasaba por la rubia cabecita perdió importancia en menos de un parpadeo.
-Hola~- saludó el mayor con una sonrisa, recibiendo a cambió un gesto igual pero miles de veces más deslumbrante –Un cheesecake de fresa… y un café Latte- enumeró mientras acomodaba cada plato sobre la mesa, embelesándose con ese tenue sonrojo que se pinta en las redondas mejillas cuando descubre los dos corazones entrelazados que ha dibujado hoy en el café.
-Gracias- murmura quedito y aprovecha para tomarle una foto con su celular, como de costumbre.
-¿Siempre haces eso?- pregunta con una sonrisa y sin pensarlo mucho estira la mano para acomodar algunos de los cabellos rubios que están desordenados.
-Si… puedo mostrártelas después si quieres- ofrece con el rostro moteado en rubor y una amplia sonrisa avergonzada.
-Mi turno termina en menos de una hora, ¿no te molesta esperar?- sus dedos continúan paseándose por los mechones y cuando se apartan siente su corazón dispararse porque ha notado lo hermoso que es provocar sonrojos en las pálidas mejillas del menor.
-No, está bien~- murmura quedito con una risita, antes de perder la mirada en un punto lejano detrás del pelinegro –Creo que te buscan…- señala con el dedo índice hacia aquel punto, obligando al barista a voltear.
-Park Yoochun, deja de romancear con tu rubio que tu turno aún no termina~- la mujer alza la voz con una sonrisa de oreja a oreja y Yoochun no puede hacer más que sentir como la sangre le sube veloz desde el cuello hasta la raíz del cabello.
-¡¡NOONA!!- se queja una vez más haciendo graciosos aspavientos y siente que puede morir de vergüenza cuando oye las curiosas carcajadas de Junsu a su lado -Lo siento mucho- se disculpa con una media sonrisa y rápidamente vuelve a su labor de barista, acompañado de varias risas cómplices por parte de sus compañeros.
***
El tiempo pasó más veloz de lo esperado. Casi sin darse cuenta ambos estaban ya en la puerta del local, saliendo para dar inicio a su cita.
-Qué te gustaría hacer Junsu ah?- pregunta sonriente, sin detener sus pasos tranquilos mientras ambos pasean por la calle.
-No lo sé~ Conversar, tomar algo…- menciona devolviéndole la mirada, pero antes de siquiera dejarle responder ya ha comenzado con una pregunta que le saltaba a la curiosidad desde hace rato – ¿Desde hace cuanto trabajas en el café?-
El mayor ríe ante la curiosidad del rubio, aprovecha para juntarse otro poco y casi rozan sus hombros mientras caminan.
-Casi cuatro años- responde y recibe un gesto de sorpresa por parte del menor.
-Te gusta mucho ser barista?- sonríe lindamente al descubrir el brillo emocionado que se instala en esos ojos ónix que tanto le atraen.
-Me encanta- afirma devolviéndole la sonrisa -Jugar con los sabores, decorar las bebidas; todo me encanta- comenta alegremente, sintiendo como se le hincha el corazón otro poco con cada hermoso gesto que le regala el rubio.
La caminata se sume en un corto silencio, cómodo para ambos, pero en cierta medida vergonzoso al saberse solos en aquella primera salida juntos.
-Aparte del Café Latte, ¿qué otra especialidad preparas?- la voz del menor saca a Yoochun de su ensimismamiento, haciéndole reír quedito.
-Mm~ Has probado alguna vez un Caramel Macchiato?- pregunta, deteniendo sus pasos; sonriendo cuando el rubio gira sobre sus talones para tenerle de frente.
-Uno muy rico, nunca- niega con la cabeza y puede jurar que sus mejillas están a tope de rojas cuando el mayor ríe y le regala una sonrisa emocionada.
-Entonces debes probar el mío-
-No eres nada presumido~- ironiza dejando escapar una peculiar carcajada que contagia de alegría al pelinegro.
-¡No presumo!- se defiende con un puchero, volviendo a caminar chocando su hombro ligeramente contra el ajeno -Estoy seguro de que te va a encantar-
-Quiero probarlo entonces- sus pupilas se encuentran unos segundos, tiempo suficiente para hacerles sonreír enamorados y apartar el rostro arrebolado en tonos carmín.
-Si quieres podemos ir a mi apartamento. Tengo todo lo necesario para hacerlo allí, así también puedes ver la preparación- ofrece Yoochun con un nuevo brillo emocionado en las oscuras orbes, recibiendo a cambio una nueva sonrisita avergonzada.
-Vamos- acepta asintiendo quedito, estremeciéndose de pies a cabeza cuando la mano del mayor se cierra sobre la suya y le guía girando en la esquina a la que han llegado.
-No es muy lejos de aquí- informa con un tenue rubor en las mejillas, le ha tomado la mano inconscientemente, pero ese cosquilleo emocionado que le recorre los dedos solo le piden que no vaya a soltarlo -Solo unas cuantas cuadras- señala con la mano libre, casi saltando de felicidad cuando es el rubio quien se afianza con mayor confianza a esos dedos francos que le sujetan.
***
- ¿Vives solo?- la pregunta escapa curiosa de sus labios cuando el pelinegro le invita a entrar al modesto apartamento.
-Usualmente. A veces mi hermano viene a quedarse unos días, pero eso suele pasar a fin de mes- apenas responde con una sonrisa, quitándose la chaqueta para colgarla en el perchero que se encuentra tras la puerta, recibiendo también la del rubio para acomodarla al lado de la suya.
El apartamento no es ni tan grande, ni tan pequeño y se siente acogedor gracias a esos tonos entre blanco, beige y chocolate que curiosamente van perfecto con Yoochun.
-Es bonito… todo me recuerda a… café- menciona dejando que una risita brote de su boca, mientras se pasea observando la decoración de la sala.
-Creo que soy un poco aficionado-
-Me gusta mucho-
-Me alegra- murmura contento el pelinegro, mordiéndose el labio inferior cuando un pensamiento en particular ataca su cabeza al ver esas mejillas arreboladas en carmín que acompañan la deslumbrante sonrisa que Junsu le regala a cambio -Ven aquí- le atrae con un ademán, señalando ese amplio marco de madera que dirige a la cocina -Aquí es donde paso la mayoría del tiempo, preparando lo que sea que se me venga a la mente- comenta mientras se acerca al lavabo para limpiar sus manos y poder sacar los ingredientes que necesita para su nueva preparación.
Junsu se ha embelesado con esa escena, aquel chico pelinegro que tanto le gusta, concentrado en tener todo listo, leyendo las etiquetas de los varios frasquitos con especias que hay en la alacena.
-Quisiera un Caramel Macchiato, por favor, señor barista~- pide con las mejillas coloradas, sentándose en una de las sillas altas que hay al lado opuesto de la encimera, para poder observar mejor.
-Estará listo en un momento, señor cliente- le sigue el huego entre sonrisas y pronto ambos están concentrados en la preparación de la bebida.
Conversan y ríen mientras el barista hace la mezcla y Junsu termina a su lado, sentado sobre la encimera para observarle de cerca.
-Omo, tus pestañas son largas- nota el rubio en voz alta, habiéndose inclinado un poco para poder mirarle mejor; aunque no calculó la cercanía, ya que cuando Yoochun alzo el rostro para buscar su mirada en respuesta termino chocando sus narices, haciéndoles reír avergonzados.
El mayor sirvió la mezcla en un vaso alto, lo decoró con nata y crema y sacó un par de botellas de la alacena para terminar de decorar. Haciendo primero un patrón con el chocolate liquido, antes de tomar el último ingrediente de la preparación.
-Solo falta el caramelo y… ¡listo!- anunció terminando de decorar, acomodando un poco todas las cosas a su alrededor para no tener todo en desorden.
-Lo haces ver tan sencillo- pucheó lindamente el menor, recibiendo entre sus manos el vaso cuando su barista se lo extiende.
Hoy hubo un mensaje.
***
La mesera se acercó para entregar el pedido del rubio, acomodando el cheesecake de fresa antes de poner el café Latte ante sus ojos.
-Tienes mucha suerte jovencito- le dijo sonriente mientras ponía la taza sobre la mesa, observando como el rostro del más pequeño se pintaba lentamente desde la base del cuello hasta la raíz de los cabellos mientras asimilaba lo que estaba escrito en la nata del café.
‘¿Quieres salir conmigo?’
Lee una vez, seguida de otra, y luego otra más. Pasea sus ojos por las letras una y mil veces hasta que su cabecita logra conectar correctamente los mil y un pensamientos que volaron allí dentro.
Alza la mirada velozmente y se topa con los orbes ónix que le miran expectante. El pelinegro se sujeta la nuca con una mano en un mero gesto nervioso, sin soltar el contacto que mantiene con aquellos ojos acaramelados.
El rubio siente su corazón latir presuroso contra su pecho, jura que puede salirse en algún momento y va a correr en busca del simpático pelinegro.
Sonríe ante sus propios pensamientos y agachando un poco la cabeza, producto de la vergüenza, asiente quedito; emocionándose otro poco cuando el mayor ríe feliz y da un par de vueltas antes de volver a su labor de barista.
Esta vez el cafe sabe mil veces mas delicioso que de costumbre, e incluso le apena tener que sorber entre sus labios la nata con aquel mensaje. Se dedica a disfrutar de su postre, ensimismado en cada una de las escenas que pasan por su cabeza, fantaseando con lo que podría ser su ‘primera cita’.
-...Hola- la voz gruesa le saca de sus pensamientos, alzando la mirada para encontrarse con aquel chico que tanto le gusta.
-Hola- murmura quedito con las mejillas arreboladas en carmín y se acomoda el cabello tras la oreja de puros nervios; el pelinegro sonríe ampliamente al verle tan cerca, es mucho más hermoso de lo que pudo haber pensado –s-siéntate…- ofrece el rubio extendiendo la mano hacia la silla que se acomoda al lado contrario de la mesa.
-Me gustaría, pero aún estoy de turno- ríe y en vez de tomar asiento, se pone de cuclillas al lado del menor, apoyando una de sus manos sobre la mesa –Mañana salgo a las 7.30, podemos encontrarnos aquí mismo si quieres-
Los ojos del menor se pasean por el perfecto rostro que tiene a escasos centímetros de distancia; los pómulos marcados, la nariz recta, los ojos oscuros tan profundos como el mismo universo, los provocativos labios gruesos y curvados en una sonrisa.
-Me parece bien- murmura con miles de mariposas revoloteándole en el estómago, apartando la mirada de la boca ajena cuando aquel pensamiento vergonzoso se hizo presente en su mente.
-Mañana a las 7.30 entonces- confirma y sin previo aviso se empina para dejar un beso sobre la tibia y sonrojada mejilla del menor, poniéndose de pie antes de dar media vuelta para volver al trabajo.
-Espera!- una mano sujetando firmemente un costado de su camisa le detiene, haciéndole girar para volverse a ahogar en la hermosa mirada contraria –Tu nombre… no me lo has dicho- sonríe quedito y pronto ambos se saben avergonzados por toda esta agradable situación.
-Yoochun, Park Yoochun- responde entre risas, retrocediendo despacio porque puede oír la voz de su superior llamándole – ¿Tu?- pregunta embelesándose en esa sonrisa cristalina que el rubio le regala.
-Kim Junsu- pronuncia despacio y no puede evitar aquella carcajada risueña cuando el mayor por andar de espaldas se choca con una silla detrás de él.
-Nos vemos entonces, Junsu ah- se despide acompañándole entre risas, volteando completamente cuando su superior sale de la cocina para llamarle.
-Nos vemos~- habla bajito, a sabiendas de que Yoochun no alcanza a escucharle.
Aunque realmente cualquier cosa a su alrededor ha dejado de tener importancia desde que la boca del pelinegro besó su mejilla; y no, damas y caballeros, por si se lo preguntaron, no pasó por alto aquel detalle que casi le provoca una taquicardia.
Acarició con sus dedos, sobre el lugar donde los labios gruesos se posaron, mientras espera la boleta de pago para poder retirarse.
Sus ojos se vuelven a encontrar y un lindo ‘Hasta mañana’ es pronunciado por la boca de ambos tórtolos enamorados; despidiéndose y anhelando que las horas pasen veloces para volverse a ver.
~~~~~~
El clima frio sopla sobre la cuidad; el viento ligero mece aquellos cabellos rubios que, peinados pulcramente hacia un lado, se van desordenando a medida que su portador continúa caminando.
El reloj de muñeca marca las 6:20 de la tarde y no ha podido evitar llegar antes porque el antojo de tomar su café como todos los días no ha dejado de torturarle durante la mañana.
-Buenas Tardes~- saluda con una sonrisa a la mesera que siempre le atiende y es guiado a una de las mesas –Lo de siempre por favor- pide mientras toma asiento y se quita la casaca que trae puesta, dejando al descubierto una camisa a cuadros pequeños entallada color lavanda que hace juego con los pantalones gris claro que se ajustan a sus piernas.
El barista le observa de lejos; ha quedado deslumbrado desde que entró al café y aún no puede creer que ese chico perfecto que ahora le sonríe sonrojado desde lejos sea su cita de esta noche.
-¿Café Latte?- le pregunta a la mesera antes de siquiera dejarla hablar y va sacando los ingredientes necesarios para la preparación.
-Eso mismo~- sonríe la mujer y observa al pelinegro emocionado mientras prepara el pedido – ¿Entonces van a salir?- pregunta y el gesto del muchacho se ilumina al instante.
-Sí, su nombre es Junsu- responde feliz mientras sirve la preparación en la taza.
-Supongo que a partir de ahora ya no podré llamarle ‘tu rubio’- se burla del menor y le revuelve el cabello con una mano antes de encargarse de cortar la porción de cheesecake de fresa que acompaña el café Latte del rubio.
-¡Noona!- el pelinegro resopla frustrado y termina de dibujar sobre la crema del café. Las risas de sus compañeros se hacen presentes, es que son testigos vivos de la devoción que le tiene Yoochun al rubiecito desde la primera vez que lo vio.
-Haa~ Nuestro Yoochunnie está creciendo chicos~- suspira la mesera y todos ríen ante ese sonrojo abochornado que se acomoda en las mejillas del pelinegro.
-¡¡¡NOONA!!!- reniega una vez más, dejando el café sobre la bandeja que será entregada, acomodando a un lado del platillo bajo la taza dos galletitas de vainilla para acompañar.
-Llévale tú el pedido Yoochun- indica la mujer con una sonrisa y el menor no sabe si seguir renegando o saltar feliz.
-Soy barista Noona, no mesero- dice por lo bajo pero de todas maneras toma la bandeja entre sus manos, ruega porque el tamborileo incesante de su corazón no le haga temblar los brazos y con un suspiro a ojos cerrados procura calmarse antes de comenzar a caminar.
Los ojos del menor estaban perdidos en algún punto de la pantalla de su teléfono celular; realmente no era el momento apropiado para que su hermano le avisara que sus padres le habían llamado para invitarles a cenar. Claro que cuando la silueta del pelinegro se dibujo a su lado, todo lo que pasaba por la rubia cabecita perdió importancia en menos de un parpadeo.
-Hola~- saludó el mayor con una sonrisa, recibiendo a cambió un gesto igual pero miles de veces más deslumbrante –Un cheesecake de fresa… y un café Latte- enumeró mientras acomodaba cada plato sobre la mesa, embelesándose con ese tenue sonrojo que se pinta en las redondas mejillas cuando descubre los dos corazones entrelazados que ha dibujado hoy en el café.
-Gracias- murmura quedito y aprovecha para tomarle una foto con su celular, como de costumbre.
-¿Siempre haces eso?- pregunta con una sonrisa y sin pensarlo mucho estira la mano para acomodar algunos de los cabellos rubios que están desordenados.
-Si… puedo mostrártelas después si quieres- ofrece con el rostro moteado en rubor y una amplia sonrisa avergonzada.
-Mi turno termina en menos de una hora, ¿no te molesta esperar?- sus dedos continúan paseándose por los mechones y cuando se apartan siente su corazón dispararse porque ha notado lo hermoso que es provocar sonrojos en las pálidas mejillas del menor.
-No, está bien~- murmura quedito con una risita, antes de perder la mirada en un punto lejano detrás del pelinegro –Creo que te buscan…- señala con el dedo índice hacia aquel punto, obligando al barista a voltear.
-Park Yoochun, deja de romancear con tu rubio que tu turno aún no termina~- la mujer alza la voz con una sonrisa de oreja a oreja y Yoochun no puede hacer más que sentir como la sangre le sube veloz desde el cuello hasta la raíz del cabello.
-¡¡NOONA!!- se queja una vez más haciendo graciosos aspavientos y siente que puede morir de vergüenza cuando oye las curiosas carcajadas de Junsu a su lado -Lo siento mucho- se disculpa con una media sonrisa y rápidamente vuelve a su labor de barista, acompañado de varias risas cómplices por parte de sus compañeros.
***
El tiempo pasó más veloz de lo esperado. Casi sin darse cuenta ambos estaban ya en la puerta del local, saliendo para dar inicio a su cita.
-Qué te gustaría hacer Junsu ah?- pregunta sonriente, sin detener sus pasos tranquilos mientras ambos pasean por la calle.
-No lo sé~ Conversar, tomar algo…- menciona devolviéndole la mirada, pero antes de siquiera dejarle responder ya ha comenzado con una pregunta que le saltaba a la curiosidad desde hace rato – ¿Desde hace cuanto trabajas en el café?-
El mayor ríe ante la curiosidad del rubio, aprovecha para juntarse otro poco y casi rozan sus hombros mientras caminan.
-Casi cuatro años- responde y recibe un gesto de sorpresa por parte del menor.
-Te gusta mucho ser barista?- sonríe lindamente al descubrir el brillo emocionado que se instala en esos ojos ónix que tanto le atraen.
-Me encanta- afirma devolviéndole la sonrisa -Jugar con los sabores, decorar las bebidas; todo me encanta- comenta alegremente, sintiendo como se le hincha el corazón otro poco con cada hermoso gesto que le regala el rubio.
La caminata se sume en un corto silencio, cómodo para ambos, pero en cierta medida vergonzoso al saberse solos en aquella primera salida juntos.
-Aparte del Café Latte, ¿qué otra especialidad preparas?- la voz del menor saca a Yoochun de su ensimismamiento, haciéndole reír quedito.
-Mm~ Has probado alguna vez un Caramel Macchiato?- pregunta, deteniendo sus pasos; sonriendo cuando el rubio gira sobre sus talones para tenerle de frente.
-Uno muy rico, nunca- niega con la cabeza y puede jurar que sus mejillas están a tope de rojas cuando el mayor ríe y le regala una sonrisa emocionada.
-Entonces debes probar el mío-
-No eres nada presumido~- ironiza dejando escapar una peculiar carcajada que contagia de alegría al pelinegro.
-¡No presumo!- se defiende con un puchero, volviendo a caminar chocando su hombro ligeramente contra el ajeno -Estoy seguro de que te va a encantar-
-Quiero probarlo entonces- sus pupilas se encuentran unos segundos, tiempo suficiente para hacerles sonreír enamorados y apartar el rostro arrebolado en tonos carmín.
-Si quieres podemos ir a mi apartamento. Tengo todo lo necesario para hacerlo allí, así también puedes ver la preparación- ofrece Yoochun con un nuevo brillo emocionado en las oscuras orbes, recibiendo a cambio una nueva sonrisita avergonzada.
-Vamos- acepta asintiendo quedito, estremeciéndose de pies a cabeza cuando la mano del mayor se cierra sobre la suya y le guía girando en la esquina a la que han llegado.
-No es muy lejos de aquí- informa con un tenue rubor en las mejillas, le ha tomado la mano inconscientemente, pero ese cosquilleo emocionado que le recorre los dedos solo le piden que no vaya a soltarlo -Solo unas cuantas cuadras- señala con la mano libre, casi saltando de felicidad cuando es el rubio quien se afianza con mayor confianza a esos dedos francos que le sujetan.
***
- ¿Vives solo?- la pregunta escapa curiosa de sus labios cuando el pelinegro le invita a entrar al modesto apartamento.
-Usualmente. A veces mi hermano viene a quedarse unos días, pero eso suele pasar a fin de mes- apenas responde con una sonrisa, quitándose la chaqueta para colgarla en el perchero que se encuentra tras la puerta, recibiendo también la del rubio para acomodarla al lado de la suya.
El apartamento no es ni tan grande, ni tan pequeño y se siente acogedor gracias a esos tonos entre blanco, beige y chocolate que curiosamente van perfecto con Yoochun.
-Es bonito… todo me recuerda a… café- menciona dejando que una risita brote de su boca, mientras se pasea observando la decoración de la sala.
-Creo que soy un poco aficionado-
-Me gusta mucho-
-Me alegra- murmura contento el pelinegro, mordiéndose el labio inferior cuando un pensamiento en particular ataca su cabeza al ver esas mejillas arreboladas en carmín que acompañan la deslumbrante sonrisa que Junsu le regala a cambio -Ven aquí- le atrae con un ademán, señalando ese amplio marco de madera que dirige a la cocina -Aquí es donde paso la mayoría del tiempo, preparando lo que sea que se me venga a la mente- comenta mientras se acerca al lavabo para limpiar sus manos y poder sacar los ingredientes que necesita para su nueva preparación.
Junsu se ha embelesado con esa escena, aquel chico pelinegro que tanto le gusta, concentrado en tener todo listo, leyendo las etiquetas de los varios frasquitos con especias que hay en la alacena.
-Quisiera un Caramel Macchiato, por favor, señor barista~- pide con las mejillas coloradas, sentándose en una de las sillas altas que hay al lado opuesto de la encimera, para poder observar mejor.
-Estará listo en un momento, señor cliente- le sigue el huego entre sonrisas y pronto ambos están concentrados en la preparación de la bebida.
Conversan y ríen mientras el barista hace la mezcla y Junsu termina a su lado, sentado sobre la encimera para observarle de cerca.
-Omo, tus pestañas son largas- nota el rubio en voz alta, habiéndose inclinado un poco para poder mirarle mejor; aunque no calculó la cercanía, ya que cuando Yoochun alzo el rostro para buscar su mirada en respuesta termino chocando sus narices, haciéndoles reír avergonzados.
El mayor sirvió la mezcla en un vaso alto, lo decoró con nata y crema y sacó un par de botellas de la alacena para terminar de decorar. Haciendo primero un patrón con el chocolate liquido, antes de tomar el último ingrediente de la preparación.
-Solo falta el caramelo y… ¡listo!- anunció terminando de decorar, acomodando un poco todas las cosas a su alrededor para no tener todo en desorden.
-Lo haces ver tan sencillo- pucheó lindamente el menor, recibiendo entre sus manos el vaso cuando su barista se lo extiende.
-Dime si te gusta- pide mientras sus miradas se encuentran; las orbes ónix se funden a las color caramelo y no planean apartarse de allí hasta recibir una respuesta.
Los labios del menor se acomodan al borde del vaso, dando pase a ese repentino dulzor que combinado con el sabor del café, el chocolate y el caramelo deja un delicioso sabor en su boca y unas irrefrenables ganas de seguir bebiendo.
-¡Esta delicioso!- exclama con una sonrisa y siente como se le vuelven a pintar las mejillas al ver reír al pelinegro.
-Te lo dije~- presume divertido mientras se aparta para lavar sus manos y dejar los utensilios sucios en el lavabo.
-Ten, bebe tu también- el menor le extiende el vaso cuando termina de secarse, sonriendo cuando Yoochun lo acepta y toma un sorbo.
Conversan mientras comparten el Caramel Macchiato; sus miradas se encuentran una y otra vez, sus sonrisas afloran naturales producto de aquel cosquilleo agradable que les revolotea en el vientre.
-Mírate, tienes nata por aquí…- el pelinegro ríe alzando una de sus manos para limpiar con el pulgar esa manchita blanquecina en la comisura de los rosados labios.
-…Gracias- murmura el rubio con una pincelada de tenue sonrojo decorándole las mejillas; el mayor le quita de las manos el vaso ahora vacio, para dejarlo a un lado de la encimera y el poder acomodarse más cerca a las piernas de ese Junsu que por su posición le lleva media cabeza de altura.
-¿Junsu ah?- pronuncia su nombre en medio de ese silencio que los sumió unos cuantos segundos, obteniendo a cambio un par de ojitos caramelo que le miran entre curioso y expectante.
-¿Mmh?- apenas responde, con el corazón latiendo como potro desbocado por culpa de la cercanía repentina.
Yoochun se dedica a observar al menor, su adorable mirada, su nariz respingada, su boquita rosada y esa manera de ladear su cabeza mientras espera oír sus palabras. Los dedos del barista se atrevieron a acariciar el contorno del rostro ajeno, deteniéndose para acomodarle unos cuantos mechones de cabello tras la oreja.
-…Me gustas- confiesa apartando la mirada de las orbes acarameladas, bajando la vista hasta toparse con una de las finas manos del rubio -Me gustas mucho- repite sujetando los dedos ajenos entre los suyos para entrelazarlos con cuidado -Desde que te vi entrar por primera vez a la cafetería y preparé el primer café Latte para ti-
Las pupilas oscuras buscan una respuesta en el brillo que decora los iris ajenos; observa como el color sube desde la base del cuello hasta alcanzar los rubios cabellos justo antes de verle sonreír quedito y sentir como los dedos que sostiene se afianzan mejor a los suyos.
-También me gustas Yoochun ah…- suspira risueño, sin poder evitar ese temblorcito que se apodera de su pecho por la emoción y los nervios combinados a la perfección.
-Quiero saber todo de ti…- Yoochun sonríe contento, enmarcando con la mano libre ese rostro colorado que dulcemente se inclina hacia su tacto -quiero conocerte más que solo con miradas cada día que vas a la tienda-
Ambos corazones laten a la par; se armonizan en una melodía inexplicable pero cargada de ese sentimiento que ha ido floreciendo desde la primera vez que se vieron.
Junsu titubea, no sabe como dejar fluir las palabras que se atoran justo antes de lograr salir de su boca; se pierde en los ojos del barista y sin pensarlo se inclina lo suficiente para rozar con sus labios la gruesa boca del pelinegro.
Un primer beso con sabor a Caramel Macchiato y el toque perfecto de amor para darle la cantidad precisa de dulzor a aquel sublime contacto.
~~~ 2 semanas después~~~
-Lo he dicho ya, y creo que no me cansaré de decirlo- comentó la mesera que siempre me atiende cada vez que voy a la cafetería, mientras colocaba sobre la mesa el cheesecake de fresa y acomodaba la cucharilla a un lado -Tienes mucha suerte Junsu-ssi- sonrió dejándome ver la nata del café Latte.
Tuve que aguantar la respiración para no hacer un escándalo en medio de todos los clientes, aunque estoy seguro de que a Yoochunnie le hubiera encantado.
‘¿Quieres ser mi novio?’
Leí de nuevo antes de alzar la mirada y buscar desesperado esos ojos oscuros que pronto descubrí observándome al otro lado del mostrador.
-Chun…- logre murmurar emocionado, sonriendo inevitablemente cuando sale de su puesto para acercarse a mi mesa, aunque las ganas de lanzarme a sus brazos pudieron más y termine colgado a su cuello a mitad de camino.
-No quería perder la costumbre- le oí decir entre risas cerca a mi oído, mientras sus brazos envuelven mi cintura -¿Qué dices, baby?- pregunta apartándose lo suficiente para poder mirarnos.
-¡¡Si!!- exclame demasiado emocionado como para poder evitarlo -¡¡Si, si, si!!- repetí besándole corto en medio de cada afirmación, robándome sus sonrisas y chocando las mías contra sus labios -¡Me muero por ser tu novio!- reí con algarabía, olvidándome de la existencia de cualquier otra persona, excepto nosotros dos, cuando me volví a afianzar a su cuello y permití que me alzara en vilo mientras volvemos a besarnos.
***
Las palmas por parte los otros meseros y los mismos clientes lograron traer de vuelta a la realidad a ambos enamorados, avergonzándoles en sobremanera cuando notan que acaban de hacer 'una escenita' con beso incluido y todo.
-Te quiero Chunnie- susurra escondiéndose en la curva del cuello ajeno, intentando disimular aquel sonrojo que le brilla en el rostro de purita vergüenza.
El pelinegro le abraza con cariño, le besa la coronilla y recibe esas palmaditas en el hombro departe de los compañeros que se han acercado a felicitarle.
-Si nos traes así ahora, ¡no quiero imaginar la fiesta que se hará cuando le propongas matrimonio!- la voz divertida de la mesera hace saltar sorprendido al rubio, todos los allí presentes pueden jurar que su rostro se ha convertido repentinamente en un semáforo en rojo.
-¿¡Ma-matrimonio!?- pregunta en un hilo de voz, con el corazón tamborileándole frenético en el pecho ante la repentina imagen de su novio esperándole de pie frente al altar.
-¡¡Noona!!- Yoochun se queja como de costumbre, estrechando más cerca al menor, aguantándose las ganas de besarle todos y cada uno de sus sonrojos.
-Vas a espantarle al novio~- uno de los compañeros del pelinegro hace reír a todos con renovada algarabía.
-Estoy muy feliz por ustedes; has tenido que verlo Junsu-ssi, este muchacho ha andado coladito hasta los huesos por ti desde el primer paso que diste dentro del local. ¡Y las que hemos tenido que aguantarnos!- exclama haciendo reír lindamente a ese Junsu que no abandona el lado de su barista.
-¡Noona, basta por favooor!- insiste en un vano intento por evitar que le avergüencen más de la cuenta.
-Mi rubiecito por aquí~ Mi baby por allá~- el superior de todo el grupo de meseros y baristas se hizo presente también, divertido por la alegría de los demás. Haciendo estallar a todos en carcajadas cuando el pelinegro le mira frustrado antes de quejarse nuevamente.
-¡Hyung!-
~~~~~~
Aquel día el turno de Yoochun terminaba en la tarde, así que salimos a pasear un buen rato hasta que decidimos volver a su apartamento para seguir conversando de todo y nada a la vez.
-¿Entonces... Yo ya era tu baby desde antes de conocernos?- pregunté sin poder aguantar más las ganas de molestarlo un poco con ese detalle que había descubierto apenas hace unas cuantas horas. Los ojos de mi novio buscaron los míos al instante.
-Junsu ah- me reprochó con aquel gesto entre divertido y fastidiado que solo me hizo reir un poquito más fuerte.
-Había oído que me llamaban 'tu rubio'~ Pero me hubiera gustado oír como quedaba 'tu baby'- sinceré apartando la mirada para hacerme el desentendido, siendo atacado a los pocos segundos por esos brazos que me jalan hacia su cuerpo.
-Babe- me olbiga a voltear cuando usa ese tono ronco pero sexy y volvemos a anclar nuestras miradas.
-Mh~- Apenas logro responder antes de que sus labios toquen los míos con dulzura; siento su gruesa boca haciendo presión sobre la mía, entre caricias compartimos ese calorcito agradable que de a pocos se extiende hasta liberar aquellas mariposas que se ponen a revolotear en mi estómago.
Ambos estamos sentados en el amplio sofá, mi espalda está contra uno de los apoyabrazos, mientras Yoochun se ha acomodado de lado para poder abrazarme mientras se recarga sobre mi cuerpo; puedo sentir el latido de su corazón –tan alborotado como el mío- dentro de su pecho, sus brazos enredados alrededor de mi delgada cintura, una de sus piernas está pegada a una de las mías y siento como la sangre asciende hacia mi rostro cuando caigo en cuenta de lo cerca que también están nuestras caderas.
-Yoochun…- le aparto con cuidado, enmarcando su rostro con mis dos manos, acariciándole con mis pulgares esos pómulos definidos mientras en mi cabeza se desata una guerra de inseguridades que repentinamente me hacen sentir abochornado e indefenso.
La mirada de mi barista se aparta de mis ojos para buscar el reloj de pared; sabe que la hora de volver a mi casa se acerca.
Pero hoy no. Hoy no quiero irme.
***
Los labios rosados se topan de nuevo con ajenos, tomando por sorpresa al pelinegro.
-Chunnie...- vuelve a llamarle en un susurro -¿P-puedo... pasar la noche aquí?- pregunta quedito, remordiéndose los labios por el atrevimiento, sintiendo como su corazón se le saldrá del pecho en cualquier momento por culpa de la implicación de sus palabras.
Cabe mencionar que el músculo que palpita aprisa dentro del pelinegro ha dado un vuelco emocionado ante la pregunta.
-Claro que si- responde embelesado en esa vergüenza que se plasma rosácea sobre el rostro de su lindo novio, besa con cuidado una de las sonrosadas mejillas y pronto sus sonrisas se encuentran en un piquito que no evoluciona a más por la emoción y el nerviosismo de saber que ‘algo’ pasará esta noche.
-Hay que ver una película... Y tomar chocolate caliente, ¿sí?- pide el menor de los dos, abrazándose al cuello del mayor para ganarse ese engreimiento que significa el prepararle la bebida.
-Lo preparare tal y como te gusta~- Yoochun acepta recibiendo algunas risitas a cambio y sin esperar demasiado, se levanta del sillón, atrayendo al rubio consigo cuando toma su mano -¿Te gustaría tomar una ducha tibia por mientras? Te daré un cambio de ropa. No creo que estés muy cómodo con esos jeans cuando la idea es relajarnos- ofrece deteniéndose antes de entrar a la cocina, alcanzando la otra mano del menor para entrelazar ambas mientras le sonríe.
-Me encanta la idea~- canturrea con ese rintintín divertido, empinándose esos escasos centímetros que le faltan para estar a la altura del pelinegro, dejándole un beso corto antes de regalarle por primera vez aquellas dos palabritas que no llegan a albergar ni la mitad del gigantesco sentimiento que florece en su corazón -Te amo- murmura contra sus labios; fundiendo sus ojitos acaramelados en ese cielo a media noche que colorea las orbes de su otra mitad.
No le da tiempo a responder ni con un beso; Junsu se ha apartado entre sonrisas risueñas y dando unos cuantos brinquitos contentos se ha perdido en el interior del cuarto del mayor, dejando al mencionado con el corazón arrítmico y el rostro coloreado.
***
Los labios del menor se acomodan al borde del vaso, dando pase a ese repentino dulzor que combinado con el sabor del café, el chocolate y el caramelo deja un delicioso sabor en su boca y unas irrefrenables ganas de seguir bebiendo.
-¡Esta delicioso!- exclama con una sonrisa y siente como se le vuelven a pintar las mejillas al ver reír al pelinegro.
-Te lo dije~- presume divertido mientras se aparta para lavar sus manos y dejar los utensilios sucios en el lavabo.
-Ten, bebe tu también- el menor le extiende el vaso cuando termina de secarse, sonriendo cuando Yoochun lo acepta y toma un sorbo.
Conversan mientras comparten el Caramel Macchiato; sus miradas se encuentran una y otra vez, sus sonrisas afloran naturales producto de aquel cosquilleo agradable que les revolotea en el vientre.
-Mírate, tienes nata por aquí…- el pelinegro ríe alzando una de sus manos para limpiar con el pulgar esa manchita blanquecina en la comisura de los rosados labios.
-…Gracias- murmura el rubio con una pincelada de tenue sonrojo decorándole las mejillas; el mayor le quita de las manos el vaso ahora vacio, para dejarlo a un lado de la encimera y el poder acomodarse más cerca a las piernas de ese Junsu que por su posición le lleva media cabeza de altura.
-¿Junsu ah?- pronuncia su nombre en medio de ese silencio que los sumió unos cuantos segundos, obteniendo a cambio un par de ojitos caramelo que le miran entre curioso y expectante.
-¿Mmh?- apenas responde, con el corazón latiendo como potro desbocado por culpa de la cercanía repentina.
Yoochun se dedica a observar al menor, su adorable mirada, su nariz respingada, su boquita rosada y esa manera de ladear su cabeza mientras espera oír sus palabras. Los dedos del barista se atrevieron a acariciar el contorno del rostro ajeno, deteniéndose para acomodarle unos cuantos mechones de cabello tras la oreja.
-…Me gustas- confiesa apartando la mirada de las orbes acarameladas, bajando la vista hasta toparse con una de las finas manos del rubio -Me gustas mucho- repite sujetando los dedos ajenos entre los suyos para entrelazarlos con cuidado -Desde que te vi entrar por primera vez a la cafetería y preparé el primer café Latte para ti-
Las pupilas oscuras buscan una respuesta en el brillo que decora los iris ajenos; observa como el color sube desde la base del cuello hasta alcanzar los rubios cabellos justo antes de verle sonreír quedito y sentir como los dedos que sostiene se afianzan mejor a los suyos.
-También me gustas Yoochun ah…- suspira risueño, sin poder evitar ese temblorcito que se apodera de su pecho por la emoción y los nervios combinados a la perfección.
-Quiero saber todo de ti…- Yoochun sonríe contento, enmarcando con la mano libre ese rostro colorado que dulcemente se inclina hacia su tacto -quiero conocerte más que solo con miradas cada día que vas a la tienda-
Ambos corazones laten a la par; se armonizan en una melodía inexplicable pero cargada de ese sentimiento que ha ido floreciendo desde la primera vez que se vieron.
Junsu titubea, no sabe como dejar fluir las palabras que se atoran justo antes de lograr salir de su boca; se pierde en los ojos del barista y sin pensarlo se inclina lo suficiente para rozar con sus labios la gruesa boca del pelinegro.
Un primer beso con sabor a Caramel Macchiato y el toque perfecto de amor para darle la cantidad precisa de dulzor a aquel sublime contacto.
~~~ 2 semanas después~~~
-Lo he dicho ya, y creo que no me cansaré de decirlo- comentó la mesera que siempre me atiende cada vez que voy a la cafetería, mientras colocaba sobre la mesa el cheesecake de fresa y acomodaba la cucharilla a un lado -Tienes mucha suerte Junsu-ssi- sonrió dejándome ver la nata del café Latte.
Tuve que aguantar la respiración para no hacer un escándalo en medio de todos los clientes, aunque estoy seguro de que a Yoochunnie le hubiera encantado.
‘¿Quieres ser mi novio?’
Leí de nuevo antes de alzar la mirada y buscar desesperado esos ojos oscuros que pronto descubrí observándome al otro lado del mostrador.
-Chun…- logre murmurar emocionado, sonriendo inevitablemente cuando sale de su puesto para acercarse a mi mesa, aunque las ganas de lanzarme a sus brazos pudieron más y termine colgado a su cuello a mitad de camino.
-No quería perder la costumbre- le oí decir entre risas cerca a mi oído, mientras sus brazos envuelven mi cintura -¿Qué dices, baby?- pregunta apartándose lo suficiente para poder mirarnos.
-¡¡Si!!- exclame demasiado emocionado como para poder evitarlo -¡¡Si, si, si!!- repetí besándole corto en medio de cada afirmación, robándome sus sonrisas y chocando las mías contra sus labios -¡Me muero por ser tu novio!- reí con algarabía, olvidándome de la existencia de cualquier otra persona, excepto nosotros dos, cuando me volví a afianzar a su cuello y permití que me alzara en vilo mientras volvemos a besarnos.
***
Las palmas por parte los otros meseros y los mismos clientes lograron traer de vuelta a la realidad a ambos enamorados, avergonzándoles en sobremanera cuando notan que acaban de hacer 'una escenita' con beso incluido y todo.
-Te quiero Chunnie- susurra escondiéndose en la curva del cuello ajeno, intentando disimular aquel sonrojo que le brilla en el rostro de purita vergüenza.
El pelinegro le abraza con cariño, le besa la coronilla y recibe esas palmaditas en el hombro departe de los compañeros que se han acercado a felicitarle.
-Si nos traes así ahora, ¡no quiero imaginar la fiesta que se hará cuando le propongas matrimonio!- la voz divertida de la mesera hace saltar sorprendido al rubio, todos los allí presentes pueden jurar que su rostro se ha convertido repentinamente en un semáforo en rojo.
-¿¡Ma-matrimonio!?- pregunta en un hilo de voz, con el corazón tamborileándole frenético en el pecho ante la repentina imagen de su novio esperándole de pie frente al altar.
-¡¡Noona!!- Yoochun se queja como de costumbre, estrechando más cerca al menor, aguantándose las ganas de besarle todos y cada uno de sus sonrojos.
-Vas a espantarle al novio~- uno de los compañeros del pelinegro hace reír a todos con renovada algarabía.
-Estoy muy feliz por ustedes; has tenido que verlo Junsu-ssi, este muchacho ha andado coladito hasta los huesos por ti desde el primer paso que diste dentro del local. ¡Y las que hemos tenido que aguantarnos!- exclama haciendo reír lindamente a ese Junsu que no abandona el lado de su barista.
-¡Noona, basta por favooor!- insiste en un vano intento por evitar que le avergüencen más de la cuenta.
-Mi rubiecito por aquí~ Mi baby por allá~- el superior de todo el grupo de meseros y baristas se hizo presente también, divertido por la alegría de los demás. Haciendo estallar a todos en carcajadas cuando el pelinegro le mira frustrado antes de quejarse nuevamente.
-¡Hyung!-
~~~~~~
Aquel día el turno de Yoochun terminaba en la tarde, así que salimos a pasear un buen rato hasta que decidimos volver a su apartamento para seguir conversando de todo y nada a la vez.
-¿Entonces... Yo ya era tu baby desde antes de conocernos?- pregunté sin poder aguantar más las ganas de molestarlo un poco con ese detalle que había descubierto apenas hace unas cuantas horas. Los ojos de mi novio buscaron los míos al instante.
-Junsu ah- me reprochó con aquel gesto entre divertido y fastidiado que solo me hizo reir un poquito más fuerte.
-Había oído que me llamaban 'tu rubio'~ Pero me hubiera gustado oír como quedaba 'tu baby'- sinceré apartando la mirada para hacerme el desentendido, siendo atacado a los pocos segundos por esos brazos que me jalan hacia su cuerpo.
-Babe- me olbiga a voltear cuando usa ese tono ronco pero sexy y volvemos a anclar nuestras miradas.
-Mh~- Apenas logro responder antes de que sus labios toquen los míos con dulzura; siento su gruesa boca haciendo presión sobre la mía, entre caricias compartimos ese calorcito agradable que de a pocos se extiende hasta liberar aquellas mariposas que se ponen a revolotear en mi estómago.
Ambos estamos sentados en el amplio sofá, mi espalda está contra uno de los apoyabrazos, mientras Yoochun se ha acomodado de lado para poder abrazarme mientras se recarga sobre mi cuerpo; puedo sentir el latido de su corazón –tan alborotado como el mío- dentro de su pecho, sus brazos enredados alrededor de mi delgada cintura, una de sus piernas está pegada a una de las mías y siento como la sangre asciende hacia mi rostro cuando caigo en cuenta de lo cerca que también están nuestras caderas.
-Yoochun…- le aparto con cuidado, enmarcando su rostro con mis dos manos, acariciándole con mis pulgares esos pómulos definidos mientras en mi cabeza se desata una guerra de inseguridades que repentinamente me hacen sentir abochornado e indefenso.
La mirada de mi barista se aparta de mis ojos para buscar el reloj de pared; sabe que la hora de volver a mi casa se acerca.
Pero hoy no. Hoy no quiero irme.
***
Los labios rosados se topan de nuevo con ajenos, tomando por sorpresa al pelinegro.
-Chunnie...- vuelve a llamarle en un susurro -¿P-puedo... pasar la noche aquí?- pregunta quedito, remordiéndose los labios por el atrevimiento, sintiendo como su corazón se le saldrá del pecho en cualquier momento por culpa de la implicación de sus palabras.
Cabe mencionar que el músculo que palpita aprisa dentro del pelinegro ha dado un vuelco emocionado ante la pregunta.
-Claro que si- responde embelesado en esa vergüenza que se plasma rosácea sobre el rostro de su lindo novio, besa con cuidado una de las sonrosadas mejillas y pronto sus sonrisas se encuentran en un piquito que no evoluciona a más por la emoción y el nerviosismo de saber que ‘algo’ pasará esta noche.
-Hay que ver una película... Y tomar chocolate caliente, ¿sí?- pide el menor de los dos, abrazándose al cuello del mayor para ganarse ese engreimiento que significa el prepararle la bebida.
-Lo preparare tal y como te gusta~- Yoochun acepta recibiendo algunas risitas a cambio y sin esperar demasiado, se levanta del sillón, atrayendo al rubio consigo cuando toma su mano -¿Te gustaría tomar una ducha tibia por mientras? Te daré un cambio de ropa. No creo que estés muy cómodo con esos jeans cuando la idea es relajarnos- ofrece deteniéndose antes de entrar a la cocina, alcanzando la otra mano del menor para entrelazar ambas mientras le sonríe.
-Me encanta la idea~- canturrea con ese rintintín divertido, empinándose esos escasos centímetros que le faltan para estar a la altura del pelinegro, dejándole un beso corto antes de regalarle por primera vez aquellas dos palabritas que no llegan a albergar ni la mitad del gigantesco sentimiento que florece en su corazón -Te amo- murmura contra sus labios; fundiendo sus ojitos acaramelados en ese cielo a media noche que colorea las orbes de su otra mitad.
No le da tiempo a responder ni con un beso; Junsu se ha apartado entre sonrisas risueñas y dando unos cuantos brinquitos contentos se ha perdido en el interior del cuarto del mayor, dejando al mencionado con el corazón arrítmico y el rostro coloreado.
***
Sirve el dulce líquido en ese par de tazas de colores que comprara hace unos días; para él eran tazas de pareja, una en color turquesa y otra igual en morado. Acomoda en un pequeño tazón varios malvaviscos e intenta contener la risa cuando oye esos pasos ‘sigilosos’ tras él justo antes de sentir los brazos del menor abrazándole por la espalda.
-Ya salí~- anuncia escondiendo el rostro en la nuca del mayor, sonriendo cuando siente los mechones azabache haciéndole cosquillas sobre las mejillas; aunque el momento se ve interrumpido por esas manos que le apartan y le jalan hacia el frente para quedar cara a cara con el pelinegro.
-Déjame verte- murmura más como advertencia que como petición, sus ojos se pasean confianzudos de pies a cabeza sobre la anatomía de ese Junsu que se ha puesto su ropa y ahora la luce hermosamente. La bermuda de buzo que se ajusta a sus pantorrillas y esa polera de cuello redondo que holgada le deja ver a la perfección las clavículas marcadas en su nívea piel.
Sin pensarlo dos veces, se abraza a la cintura de su novio y en cuestión de segundos le arranca un chillido agudo cuando besa fuerte la piel en la curva de su cuello dejando una marquita rojiza que resalta al instante.
-¡¡Chuuun!!- chilla con el corazón atascado en medio de la garganta y las piernas tan temblorosas que jura se va a caer en cualquier instante; Yoochun le ha besado el cuello antes, pero jamás le había dejado una de esas marcas.
-Me dejé llevar…- se disculpa sin arrepentirse realmente, sonriendo al encontrarle tan rojo como una fresa -Preparé el chocolate~- indica señalando las tazas sobre la encimera -iré por una manta para acomodarnos en el sofá; puedes ir poniendo la pelic-
Pero son los labios de Junsu los que le interrumpen abruptamente y le hacen olvidar prácticamente todo en cuestión de segundos.
El rubio sabe que su ‘plan’ se está desviando, pero es consciente de que era muy probable que aquello ocurriera; después de todo para el amor que le tiene al barista no hay lugar, ni hora; y ponerle límites a la emoción dentro de su pecho era una misión imposible.
Ha llegado a aquel punto en el que siente como el amor se le desborda del corazón.
Las manos del menor se enredan en los mechones azabache cuando la lengua de Yoochun pide permiso para buscar a la ajena; el beso se profundiza mientras los dedos del barista se anclan a esa delgada cadera que casi imperceptiblemente se roza con la suya.
-Mmh…- Junsu suspira contra los carnosos labios, su lengua ‘pelea’ con la ajena por el dominio dentro de la húmeda cavidad; se rinde ante las atenciones de su novio y le permite explorar el interior de su boca con libertad, se pasea por cada recoveco para finalmente volver a buscar enredarse en ese músculo que responde favorablemente a las caricias.
A la par, las manos de Yoochun han encontrado un calorcito agradable metidas bajo la tela de la polera, acariciando la piel desnuda de la espalda baja del rubio, trazando figuras sin sentido con sus dedos o delineando la espina dorsal hasta donde el límite de los pantalones se lo permite.
-Junsu ah…- habla apenas se separan con la respiración agitada; un temblorcito ha agitado el pecho del menor al oír aquel tono grave. Apoyan sus frentes y se observan a los ojos sin perder la distancia, siendo consientes de que la vergüenza y los nervios les colorean el rostro a ambos y sus corazones latiendo a tropel no planean disminuir la marcha.
-Chunnie… esta noche…- intenta hablar pero un beso corto sobre sus labios se convierte en la mejor interrupción.
-Baby, esta noche quiero hacerte el amor…- confiesa sin apartar la mirada de las orbes caramelo.
-…Hazme el amor- susurra con un nuevo tono de carmín sobre las mejillas, cerrando los ojos cuando la boca del pelinegro atrapa la suya en un nuevo juego de caricias cargadas de ternura.
Yoochun apenas se inclina para poder cargar a su novio entre sus brazos; las piernas del rubio se acomodan alrededor de su cintura y entre besos cortos y suspiros, llegan a la habitación del mayor.
El menor se deja recostar sobre el colchón, sin soltar el abrazo en el cuello de su novio; impidiéndole apartarse, bajo ninguna circunstancia.
-Baby…- ríe Yoochun, dejando caer parte de su peso sobre el cuerpo ajeno cuando nota que se le hace imposible moverse –No puedo mirarte ni besarte si no aflojas un poco-
-Estoy nervioso- murmura soltando despacio el agarre en el cuello del pelinegro, lo suficiente para poder verse a los ojos.
-Te amo- le besa suavemente, correspondiendo aquellas palabras que el menor le dijera hace rato -…y también estoy nervioso- confiesa en un susurro, obteniendo esa sonrisita que esperaba ver dibujarse en el rostro de su baby.
Y bastan un par de sonrisas enamoradas naciendo de los sentimientos sinceros de sus corazones para hacer a un lado las preocupaciones y el nerviosismo de la primera vez.
Los besos vuelven a caer sobre los labios ajenos, mutando entre dulces y tiernos a apasionados y húmedos, que cualquiera pensaría rayan en la lujuria, pero el amor desbordante es lo único que guía sus acciones.
Las prendas encuentran un camino seguro al suelo; se descubren al desnudo entre abrazos y fuertes sonrojos, entre caricias temblorosas que buscan confianza mientras exploran cada tramo de piel expuesta.
-Es vergonzoso…- el rubio puchea entre sonrisas, mientras intenta a toda costa, evitar que Yoochun baje la mirada hacia su entrepierna.
Ambos sentados sobre el colchón, la ropa interior acaba de perderse por algún lado y casualmente han terminado en aquella pose. El menor con las piernas alrededor de la cintura de su novio mientras el pelinegro las trae semi estiradas sobre la cama, haciendo el espacio exacto para tener a Junsu allí sentado. Las manos del barista están afianzadas a la altura de la cintura ajena y las del rubio le enmarcan el rostro mientras lo mantiene alzado para prohibirle mirar.
-¿Y tú crees que yo no siento vergüenza?-
-Pero hoy he descubierto que eres un pervertido~-
-Solo contigo-
-¡Ahh!- el menor respinga cuando Yoochun le atrae con fuerza de la cintura e inevitablemente sus caderas chocan, haciéndoles sentir lo ‘emocionados’ que están el uno por el otro –No, no~ ¡Mmh!- se remuerde los labios con el rostro colorado a tope; el mayor le ha presionado otra vez contra su pelvis y ha aprovechado la distracción para bajar la mirada.
-Hasta ‘allí’ te sonrojas…- murmura divertido cuando sus pupilas recorren la erguida erección de su lindo novio; la punta hinchada y rojiza, casi del mismo color que sus mejillas cuando la vergüenza le gana.
-¡¡Y-Yah!!- Junsu chilla al captar las palabras algo tarde, que con las sensaciones de hace unos instantes se le nublaron los sentidos y olvidó sus esfuerzos por evitar aquello. La boca del pelinegro le vuelve a cortar el hilo de sus pensamientos; le besa con esmero mientras una de sus manos logra acariciar la caliente piel de su entrepierna –Nnnhg~~- gime alterado contra los carnosos labios, aferrándose en un abrazo a la espalda de su novio.
-Estás tan colorado como una fresa- sonríe orgulloso, sin dejar de bombear suavemente el hinchado miembro de su rubiecito.
-¡Tú culpa!-
-Lo sé~- besa todos y cada uno de esos pucheritos que se fruncen en el rostro contrario mientras que con la mano libre tantea sobre la cama para alcanzar una de las almohadas; acomodándola detrás del menor antes de recostarle.
La almohada a la altura de su cadera se la mantiene un poco más alzada, dándole una mejor posición al pelinegro cuando abandona los rosados y húmedos labios para descender por el cuello entre besos.
-Mmmh~ ¡Chun!- se sobresalta con cada espasmo provocado por esa mano que le masturba ágilmente; la boca ajena se pasea por su pecho y se detiene a jugar sobre uno de sus pezones, lamiéndolo y succionándolo entre sus labios, arrancando jadeos agudos de la garganta del menor.
Se aparta de su pecho unos momentos, los necesarios para llevar tres de sus dedos a su propia boca y llenarlos de saliva.
-Baby- le llama dejando nuevos besitos sobre su torso, acariciando con los húmedos dedos entre los glúteos del rubio, abriéndose paso hasta rozar la estrecha y fruncida piel de la entrada.
-Ahh~ ¡Yoochunnie!- busca su mirada desesperado, obligándole a trepar un poco sobre su cuerpo para poder abrazarse a su cuello de nuevo.
-Voy a hacerlo despacio, ¿sí?- dice sobre sus rosados e hinchados labios, besándolos con cuidado mientras acaricia con devoción la intimidad de su novio; esperando ese asentimiento de cabeza que llega algo nervioso, pero seguro de lo que hace.
Junsu se aferra a la espalda del pelinegro, ahoga un gemido incómodo contra su boca cuando la mitad del dedo medio de su novio se pierde lentamente pero sin detenerse, en su interior.
-Lo siento…- susurra dejándose abrazar, reculando cuando aquel quejido le suena adolorido y le asusta en sobremanera hacerle daño al menor.
-No Chun… nhh~ Está bien- sonríe quedito, aún incómodo pero contento –Quiero ser tuyo… y sé que la primera vez duele más- explica entre susurros, regulando la respiración como puede mientras ese dígito en su interior va girando con cuidado para que las paredes internas se acostumbren a su invasión –Pero con práctica~- sonríe divertido por sus propias palabras y el fastidio en su intimidad decrece un poco.
-Las proposiciones indecorosas que me haces, Kim Junsu- le sigue el juego entre nuevos besos y risitas ligeras, sin dejar de estimular su entrepierna para distraerle el tiempo necesario.
Un segundo intruso se pierde dentro de la ardiente cavidad, la humedad de las estrechas paredes genera un ligero chasquido cada vez que Yoochun ingresa hasta el fondo con sus dedos antes de salir para girarlos y volverlos a meter.
-Ahhn~- un verdadero gemido placentero brota de la boquita rosada cuando las yemas de los dígitos ajenos frotan su punto más sensible – ¡Allí!- jadea a la par que Yoochun repite la acción –Mmmh~-
El ver al menor retorcerse ante su tacto, pone a tono al pelinegro, recordándole que su erección está desatendida cuando una punzada le ataca el bajo vientre; pero no puede perfilarse en la entrada de su novio habiéndole preparado solo con dos de sus dedos, especialmente por ser la primera vez. Deja de masturbar la entrepierna del rubio para atender ese dolor incómodo en su propia pelvis, sin dejar de juguetear con sus dedos en el interior de su novio.
-Yoochun, ven…- Junsu le llama al notar lo que está haciendo, le insta a acercarse un poco más para poder alcanzar con una de sus manos temblorosas esa hinchada hombría que pronto iba a perderse en su interior.
Se provocan placer mutuamente, se tocan, se descubren por primera vez, hacen el amor sin prisas, pendientes al gusto del otro… derrochando amor en cada caricia.
-Avísame si quieres que pare- advierte el pelinegro en un murmullo cuando se acomoda entre las piernas de su novio, presionando la punta de su virilidad contra la rosácea piel de la intimidad ajena.
-¡Mmh!- apenas jadea abrazándose al cuello del mayor, optando por aguantar la respiración hasta sentir cómo el hinchado falo termina de deslizarse dentro de su cuerpo y toca fondo –No, no te… ¡nnhg! No te muevas…- respira laboriosamente, buscando los labios de su Yoochunnie, porque sabe que son la mejor distracción para la incomodidad.
El mayor no duda en corresponderle, también necesita distraer esas ganas de mandar el autocontrol a la basura y embestir el delgado cuerpo de su hermoso Junsu.
-Te amo baby…- declara sobre sus labios, acariciando con sus dedos esos redondos y suaves glúteos que jura están algo colorados por haberlos apretujado mientras le penetraba.
-También te amo~- responde con una sonrisa y las mejillas moteadas en rubor, moviendo suavemente su pelvis para indicarle al pelinegro que puede continuar.
El ritmo en el que se sumen empieza lento y muy suave; Yoochun se siente en el cielo apresado por aquel calor que le brinda el fundirse en cuerpo y alma a su novio. Las estocadas comienzan a tocar aquella zona sensible que hace estremecer al menor, las gotas cristalinas de sudor se perlan adornando sus pieles con un brillo particular; los jadeos se mezclan entre las cuatro paredes y pronto se olvidan del mundo y solo escuchan sus voces.
El tiempo se detiene en cada embestida, Junsu pide más y Yoochun no se niega en absoluto; ya no hay dolor, no hay incomodidad, no hay nervios. Solo amor y más amor para entregarse en aquella unión tan íntima.
La estreches del rubio se ciñe a la hombría del mayor, le apresa deliciosamente y le va arrastrando a ese inminente clímax que intenta atrasar con todas sus fuerzas.
-¡Chun! Nhhg~ ¡Yoochun!- gime alto y agudo cada vez que su novio toca el punto de placer en su interior –Rápido~- pide inconscientemente, detonando una bomba de corrientes eléctricas que se desplazan por todo el cuerpo del pelinegro y se le acumulan en el bajo vientre.
Que tenerlo así, gimiendo su nombre bajo su cuerpo con semejante expresión de gozo en el rostro y las mejillas bañadas en carmín, es para llevarse un trofeo por controlarse las ganas que le provoca.
Obedece sin rechistar y sus pelvis chocan con mayor frenesí, provocando el sonido de un choque sordo cada vez que sus pieles se tocan. Una de las manos de Yoochun busca la entrepierna del menor para masturbarla al ritmo de sus caderas; y sabe, gracias a esos espasmos sobre la anatomía ajena, que cómo él, el rubio también está cerca al orgasmo.
Se les nubla la vista, pierden de foco el mundo y se concentran en las oleadas de placer sobre sus cuerpos, se abrazan recelosos sin detener el ritmo, tan solo queriendo anclarse a la realidad de alguna manera para no caer de repente. Sienten el punto cúspide del éxtasis cuando en un par de embestidas certeras el rubio se estremece de pies a cabeza y presiona dentro de su interior la virilidad de su novio; haciéndoles tocar el cielo, juntos, por primera vez.
Casi sin percatarse de que lo hace, Yoochun derrama su esencia en el interior de su novio; mientras que el menor ha terminado entre ambos cuerpos, ensuciándoles el vientre a ambos.
Se dejan caer abrazados sobre la cama, regulando la respiración agitada y calmando los latidos desbocados de sus corazones enamorados; sonriendo contentos apenas sus miradas se encuentran.
-Baby~ Sabes mejor que un café Latte- le habla cariñoso mientras se acurruca a su lado, saliendo se su interior en el acto.
-Chunnie~- puchea lindamente; avergonzado por todo, por sus palabras, por su ‘abandono’ y por la desnudez de ambos.
-Ven a vivir conmigo Junsu ah… Ya no quiero este apartamento si no es para compartirlo contigo- pide sonriente mientras le acaricia despacito las mejillas sonrosadas.
-Pero…-
-No, nada de ‘peros’. Quiero hacer mi vida contigo, ¿y qué mejor comienzo que vivir juntos?-
‘Quiero hacer mi vida contigo’… esa frase ha hecho estallar fuegos artificiales en el corazón de Kim Junsu.
-Bien…- acepta avergonzado hasta la raíz de los cabellos, estirando el cuello para alcanzar los labios de su novio y dejarle un piquito como sello de esa afirmación –Me mudaré esta semana~-
-Mañana-
-Lo que tú quieres es tenerme aquí en tu cama mañana también…-
-Bueno, eso es un extra~- sonríe pícaro, robándose nuevos besos de esa boquita rosada que hinchada y húmeda se le hace irresistible, mientras recibe unos golpecitos suaves sobre el pecho –Te haré el desayuno, baby, todos los días-
-No puedo prometerte que haré la cena… pero juro que voy a amarte hasta el fin de los tiempos- corresponde después de cubrirse ambos con las sábanas, abrazando al mayor para no perder la temperatura; recibiendo un beso en la frente antes de oírle hablar en respuesta.
-Eso lo juré desde la primera vez que te vi-
Y sus sonrisas vuelven a encontrarse en besos cortos, mientras sus cuerpos encajan a la perfección el uno contra el otro, como si estuvieran destinados a complementarse de tal manera. Ambos lo saben, han encontrado a su otra mitad; quizás de la manera menos esperada, pero sí bastante romántica y ataviada de sorpresas.
~~~~~~
‘¿Te casarías conmigo?’
Imagino la proposición y siento como se erizan los vellitos en mi piel.
Yoochun aún duerme a mi lado, abrazado a mi cintura para mantenernos ambos calientitos. Acaricio con mis dedos el contorno de su rostro y dejo un beso suavecito sobre sus gruesos labios.
-Algún día~- susurro sonriente, riendo quedito cuando hace un mohín por culpa del ruido y se aferra receloso a mi cuerpo, escondiendo su rostro en la curva de mi cuello.
Algún día… no importa si es pronto o dentro de unos años…
Esperaré con ansias esa pregunta, escrita en la nata de un café Latte. ♥
asdfghjklñasdfghjklñ *W*
ResponderEliminarQue bonitos~~ Junsu siempre sonrojado y Chun, Chun un romántico y adorador de su rubio y el café(8
Axy, muchas muchas gracias, por un YS todo tierno :3
Como no me pase por el blog no me entero ;D
ResponderEliminarEstuvo extremadamente dulce~~ muy lindo el shot, que hacía meses que esperaba xD
Me encanta el café, pero imaginar al YooSu en situaciones románticas con café de por medio hace que lo adore más!! *--* el cómo se conocieron, cómo se acercaron, cómo decidieron darse esa oportunidad de dejar que creciera y floreciera la atracción, el cariño, el amor~ fue todo muy bello.
Hermosa primera vez~ amor por amor, ser uno con ese sentimiento tan profundo de por medio *---*
Gracias por el shot ;D
aaaaahhhh ha sido tan hermoso! super romantico y tan ellos en verdad con los lindos sonrojos del baby y el cuidado y galanteria de chunnie...mori mori mori de amor Axy ha sido un lindo yoosu gift!!
ResponderEliminarRealmente me encanto este oneshot tan romántico y cursi ( pongo esa palabras sin ánimos de ofender, lo digo por el hecho de lo dulce que es, y por que amo lo cursi. :) por que soy cursi jajajajaja).
ResponderEliminarYa como su nombre lo dice y aunque nunca probé uno, describe lo que es la historia, te juro que quedo tan perfecto, que si no le hubieras metido lemon te hubiera quedado fabuloso igual…
No me puedo quejar fue súper tierno como fue tomando el transcurso de la historia… ame a este Yoochun tan tierno y no pervertido (ojo eso no quita el hecho que no me gusta ese Yoochun que siempre esta incentivando al inocente Junsu a hacer cochinadas, adoro al pervertido), pero a veces me gusta mas el tierno y enamorado chunnie que se desvive por SuSu ah… Debo de destacar a la mesera, la noona de Yoochun, es grandiosa, me encanto también ese personaje me hacia reír la forma en que molestaba a él para dejarlo avergonzado delante de Junsu jajajaja….
En fin el oneshot completo me gusto con todos sus personajes... muchos saludos
O por Su-samaysushortcoqueto~~ u//////////////u juro que fui a otro mundo mientras leía este fic...
ResponderEliminara medida que leía iba poniendo mas canciones. fue hermoso *^*! y las fotos que pusiste me encantaron. pense: fue un lindo toque de ternura de parte de chun esos diseños tan lindos -w-~ estuvo todo tan lindo y tierno~-exploteenescarchadecolorespastelesportodoslados~~ u////u- (y ...ahora soy fan de Urban Zakapa xD pero sobretodo de su canción Caffe latte)
me dieron ganas de tomarme un caffe~~ -3-~...
SDCOÑDIHIDHÑAODIJÑOFIJ como puedo expresarte en palabras q ame con todo mi kokoro esto? u/////u ahh~~*suspira*
le da 123456090909887656765432123421234~de gracias~~
FUE PERFECTO!!~~*lo grita mientras brinca*
Q estés bien~~ *w*~ -letiratasasconlascarasdelyoosu-
Ojala ayas pasado un lindo Yoosu Day~~ ♥♥ :'3
Bye Bye
*0* fuer hermoso
ResponderEliminardesde principio a fin me encanto, lo encontre super romantico espedialmente lo de los mensajes de el cafe, eso fue lo mas amor ;; <3
gracias por subir el shot *3*
Lo estuve leyendo en el trabajo XD, me ha encantadoooooo de por si me encanta el cafe, bueno se me antojo con cada foto que pusiste, y me imaginaba cada situación, fue dulce amor, tan tierno, y tan adorable. Gracias por compartir este shot con nosotras.
ResponderEliminarsaludosss
Dios te quedo hermoso todo tierno lleno de amor muy lindo,el YS es un amor ^////^uii esos cafesitos se ven muy ricos jajaja pero lo mejor fue este fic lleno de mucho amor gracias Axy
ResponderEliminarParksuu
ResponderEliminarEstá hermosisimo !!! es tan tierno !! me encanta cuando retratan ese momento en que se gustan y no se dicen nada ~~ estuvo genial !!! debería estar estudiando de hecho pero se me hizo irresistible dejar de leer !! ~~ lo amé!! muchas gracias !!
Wooooooooooooooooooooooo indescriptiblemente hermoso!!!!!!!!!!!!! ♥_♥!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEs amor lo de ellos!!!!!!!!! del más puro y sincero amor!!!!!!!!!!!
Cómo no se iban a flechar a primera vista, si están destinados, están hechos el uno para el otro ♥_♥!!!!!!!!!!
Awwwwwwwwwwww Junsu como iba y pedía siempre lo mismo, tan hermoso tomándoles fotos *o*!!!!!!!!!
Jajajajajajajajajaja que divertido hacerle burla a Yoochun de como lo trae su rubio *Q*!!!! jajajajaja moría de risa y ternura de imaginarlo todo avergonzado cuando sus compañeros le hacían burla, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh y más cuando escrito en el café le pidió que si quería ser su novio!!!!!!!!!!! ahhhhhhhhhhhh grite de emoción ♥_♥, "Mi rubiecito por aquí~ Mi baby por allá" waaaaaaaaaaaa Yoochun es un amor!!!!!!!!!!!
Tooooooooodooooooo, todo fue tan hermoso y perfecto, como se comportaban el uno con el otro, enamorados hasta la médula, jajajajajajaja claro que Junsu es muy afortunado al igual que su ratón sexy ♥_♥
Ahhhhhhhhhhhhh y tan hermoso como Junsu le pide quedarse en su departamento esa noche y el mismo da el primer paso para que hagan el amor ♥_♥
Y cuando Yoochun no puede resistirse y le besa el cuello dejandole la primera marca rojiza *o*
Jajajajajajaj igual morí de amor y ternura cuando Junsu le dice "Pero hoy he descubierto que eres un pervertido" ♥_♥, ero siiiii lo es solo con él ♥_♥
Fue tan hermoso!!!!!!!!! demasiado hermoso, cómo le pide que se vaya a vivir con él!!!!!!!!!! *o*
Dios!!!!!!!!!! lo ame tanto!!!!!!!!!!!!, luego ese final!!!!!!!!!!!!!! ♥_♥
Gracias Axy!!!!!!!!!!!!! un millón de gracias!!!!!!!!!!! te quedo tan, pero tan hermoso *o*
P.D. Se me antojaron mucho todas las bebidas de las imágenes ;D
Perfecto Su rubo
ResponderEliminarLa noona era Axy que le encantaba molestar a Chunnie por su amor a JunSu y su Hyung es Jae todo un panoramo hermoso en esa cafetería mientras se dedica a confezarle su amor
Es seguro que en una nata de un café le pedirá matrimonio lindo romantico y sobre todo mucho amor que entregar
Gracias Axy
Permiteme un momentito *se tira al suelo, rueda por la sala, sube rodando las escaleras, rueda por la habitación, baja de nuevo rodando las escaleras, rueda en la sala y se pone a chillar en todo el proceso* DFASDFASDFADSFASDFAS FUE HERMOSOOOO!! ASÍ MUCHO MUCHOOOOOO!!! *_______________* todo fue tan romantico y y y y aawww imaginarmelos sonrojados, yyy Yoochun así todo coladito por su baby, su rubio y y y Junsuuuu también que estaba coladito por su barista adfasdfasdfads simplemente hermosooo y y y su primera vezzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz! adfasdfadfasds *se tira de nuevo al suelo* eres una diosa del YS!! <3 <3 *w*
ResponderEliminarGracias por este YOOSU TAN HERMOSOOOO! *___________* TE QUIEROOOO! <3 *La apachurra*
*Chilla en el final again* Ya se me esta haciendo costumbre acabar chillando en los shots xDD
ResponderEliminarJuntaste 2 de las cosas que mas amo en esta vida el YooSu y el café (Oh si levanten las manos las amantes del café xDD)
TODO, ABSOLUTAMENTE TODO FUE DEMASIADO HERMOSO!!!
Desde el como se conocieron y sus sonrojos todos lindos hasta esa preciosisima primera vez llena del amor que se tienen (Y que se han tenido en estos 10 añotes *O*)
Muchísimas gracias Axy y si no es mucho pedir a mi también me encantaría un barista así *Babea imaginando a YooChun de barista xD* Ok no luego porque JunSu me patea xDD
Happy 10th YooSu Day atrasadisimo xDD *le lanza YS besho*
♥♥♥~~~
Me encantoooooooooooo~~ *O*!! Par de cosos adorables!! augdasdgal!! Cuanto tiempo estuvieron así!!! ,jaksdgakjdgsha!! Coooooosos~~ *--*!! <3 !!
ResponderEliminarAme la manera que tenían de comunicarse, sin palabras y se estaban diciendo tanto!! *--*! Los café especiales que le hacía Chunnie!! awwwwwww~~
Tan adorables!! *--*!! Todos avergonzados, saliendo y todo eso!! En verdad, que me encanto!! *--*!!
Muchas gracias por compartirlo~~
Seré breve en mi comentario...
ResponderEliminarTE AMO! *3*
* BESUKIANDO EL CACHETE DE AXY*
Me haces feliz con las cosas que más amo en la vida, el Yoosu y el café ♥ ♥ ♥ ♥ ♥
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir Axy, es hermoso, amo que esos dos se amen tan tonta y hermosamente como idiotas :3
Me gusto~ y más que nada porque Junsu a pesar de ser ese chiquillo mimado fue también hasta maduro, Yoochun no perdió ese toque elegante, simplemente me gustó *3* ♥
ResponderEliminarwooooooooooooooo..........
ResponderEliminarcreo q me demoré mucho en leerlo y de la q me perdiiiiiiiiiii :O .......
en serio q me derretí con tanta DULZURA y tanto AMOR DE ESTOS DOS TORTOLITOS HERMOSOS!!!!!!!!!!!!!.........
no puedo imaginarme amor tan perfecto como el q ellos 2 se profesan *u* .....
es q ese Chuni asi de coladito desde la 1ra vez q vio a su rubio fue Bellisimo y el baby todo emosionado y sonrojadito con cada Gran detalle de su barista en sus pedidos q a mi tambien me mataban de la ternura y terminaba suspirando con cada dibujito y detalle...
no puedo mas q decir q como siempre AME TU FIC AXI BELLA <3.<3
Gracias por compartirlo y etiquetarme, aun q lo lei algo tarde siempre lo tenia presente, Besotes!!!...
asdgasdfg!!!
ResponderEliminarque cosa tan bonita!!!....diooos en verdad ame este shot, sin duda ya esta guardado en mi lista de Fanfics favoritos!!!
muy romantico, dulce, y cursi la historia, pero con el Yoosu en verdad muy bonita y además la canción de fondo...es hermosa!!
aaaah...queda claro que me gusto mucho XDD
Gracias!!!
que lindura de fic me encanto me super encanto me imagine todo a mi lindo delfin entrendo a ese hermoso cafe y encontrandose un hermoso yoochun quer le sirve un cafe late a de ser lo mas increible del mundo que suerte la de nuestro delfin.
ResponderEliminarGracias axy y tani por esta hermosa historia las adoro a ambas por hacerme tan feliz.
*ADRILOVEYOU*
Que bonito, últimamente me la paso aquí leyendo muchos de lks fics, pero ahora si comentare jijijiji
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