(FIC) Algodón de Azúcar ♥

Hola ♥ Me paso por aquí para dejarles un pequeño alguito que espero que les guste. Es una mezcla de muuucho amor, con azúcar, arcoiris y miel, justo asi como me gusta escribir~ Sumándole a eso a un lindo Junsu de cabellitos rosados. De allí nace el título, porque sinceramente no creo que tenga nada que ver con la historia xD Advierto que no tiene mucha trama, pero bueno, ya lo juzgarán ustedes~ Besitos! ♥

Dedicado para Tani preciosa♥♥

Título: Algodón de Azúcar ♥
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance / Fluff / Lemon
Advertencia: NC-18





Los rosados mechones se desordenaban con cada paso presuroso que daba aquel jovencito; corriendo por los pasillos de la universidad con una sonrisa pintada en el rostro. Una vuelta aquí, otra por allá y pronto ya está muy cerca a esos jardines donde los estudiantes suelen pasar el rato, estudiando o por ocio; pero él está aquí solo para una cosa, una muy importante en su día a día. Sabe que a esa hora aquel lugar está vacío, y eso lo convierte en el lugar ideal.

-Estoy aquí-

Cuando de pronto esa voz que conoce perfectamente le hace detener en seco, girando para encontrarse con esa figura tan familiar detrás de uno de aquellos pilares que separan el césped del cemento en el suelo.

Y se ha enamorado otra vez, con solo verle allí de pie, con solo saber que esa sonrisa que está en sus labios gruesos es únicamente para él. Se acerca sin dudarlo, rodeando el cuello ajeno con sus manos, sonriendo un tanto avergonzado antes de dejar un pequeño piquito en esa boca seductora.

-¿Planeas enamorarme de nuevo?- pregunta el mayor, abrazándose a esa delgada cintura que encaja a la perfección entre sus brazos, inclinándose lo suficiente para topar su boca una vez más contra los labios rosados.

-Tú me estás enamorando a mí, Yoochunnie~- el de cabellos rosados sonríe brillante, acurrucándose un poquito contra el cuello ajeno, sin querer apartarse ni un solo milímetro de ese chico que hace latir su corazón.

-Pensé que no iba a verte hoy... como tu hermano estaba pegado a ti todo el día...-

-Jaejoong Hyung no iba a detenerme~- murmura con una sonrisita, rozando su nariz contra el cuello del pelinegro -Te extrañé Chun-

-Junsu... no me digas eso, que me dan ganas de secuestrarte- Yoochun suelta una risita, llevando una de sus manos hacia esos mechones rosas, acariciándolos entre sus dedos, disfrutando de esa cercanía que a ambos les encanta.

-¿Quieres... hacer lo de ayer?- pregunta inocentemente, sonrojándose con solo recordar aquello.

Porque si, el día anterior había sido especial. Se habían escapado justo después de clases, evitando a toda costa al hermano de Junsu para poder tener un par de horas en 'privado'. Su primera vez en la intimidad, compartiendo besos y caricias, fundiendo sus almas en una sola; así como siempre ha debido ser.

-Estaría mintiendo si te digo que no- susurra con una sonrisa, buscando con una de sus manos alzar ese rostro bonito, haciéndose de sus labios despacito, tomándolos con todo ese amor que le tiene a su pequeño de cabello rosado -Te amo Junsu ah- murmurando bajito, sintiendo su corazón revolotear cuando ha oído esas risas cantarinas justo contra sus labios.

-Ahh... Park Yoochun~ Te amo tanto~-

Este par de tórtolos enamorados de verdad podría pasarse días enteros solo así, abrazados dándose besos y susurrándose cosas bonitas; pero hay algo allí que ha cambiado. Ese deseo de demostrar su amor a otro nivel.

-Secuéstrame- el menor decide entonces, sonriendo ampliamente mientras toma las manos del mayor, entrelazando sus dedos, tirando de él sin importarle estar caminando de espaldas.

-¿Estás seguro, baby?-

-Claro que si~ No pienses en lo que mi Hyung pueda decir... solo piensa en mí, ¿si?- pide quedito, sorprendiéndose un poco cuando Yoochun ha tirado de sus manos y ha estampado sus labios contra los ajenos.

-No hay un solo segundo en que no piense en ti- sincera, con ese brillo en su mirada que afirma sus palabras, provocando más de esos adorables sonrojos en las mejillas de su novio.

-Entonces llévame... ¿vamos?- insiste otro poco, perdiendo su mirada en esos ojos oscuros, tan profundos como el mismísimo universo.

-¿Puedes pedírmelo?-

-¿Qué cosa?-

-Eso... lo que quieres hacer-

Sus voces se encuentran en pequeños murmullos, perfectos por la cercanía y tan íntimos como para que solo ellos los escuchen.

-Babo, sabes que me da vergüenza...- Junsu frunce los labios, dejándole admirar ese adorable puchero que se punta en su boquita, justo antes de llenarlo de suaves piquitos.

-Quiero escucharte- se justifica el mayor, acariciando con sus manos los costados ajenos, aún por sobre la tela de su camiseta, atrayéndole solo un poco más cerca, queriendo compartir tanto como pueda de su mismo espacio.

El pelirosado tiene el corazón alborotado, las mejillas coloradas y esa vergüenza que le pone tantito nervioso ante lo que va a decir; después de todo es la primera vez que pronuncia aquellas palabras, pero está más que seguro de que es a su Yoochun a quien quiere decirlas.

-Chunnie- balbucea con una sonrisita, empinándose a sus labios gruesos para rozarlos con los suyos -Hazme el amor- haciendo aquella petición en un suspiro, pronunciando lento y pausado, dejando sobre la boca de su novio la huella de esas palabras.

Yoochun atrapa sus labios, los besa con ansias entre sonrisas risueñas, acariciando con sus dedos esas mejillas que se sonrojan lindamente.

-Voy a hacerte el amor mil veces- murmura, remordiendo sus labios, riendo al ver nuevamente esos pucheros preciosos.

Y no han esperado más, tomados de la mano han escapado juntos rumbo al apartamento del pelinegro; ese lugar que se convirtió en su pequeño nido de amor.



***~~~~~***



Yoochun venía de una familia adinerada, tenía su propio apartamento en el centro de la ciudad y un auto convertible que era la envidia de quien lo viera. El pelinegro tenía fama entre las chicas, y su vida no era más que fiestas, descontrol, malas notas en los estudios... o al menos esa es la impresión que tiene de él Kim Jaejoong, el hermano mayor de Junsu.

Pero la realidad era otra; su familia es adinerada, si, pero Yoochun no era un chico de excesos. Era responsable y apasionado por su carrera, uno de los mejores alumnos de su clase; bebía un poco, no puede negarlo, pero no era algo rutinario y menos en fiestas todos los fines de semana.

Park Yoochun era el típico chico popular, con la única diferencia de que las féminas no eran lo suyo. No, el solo tenía ojos para un chico, el único del que se ha enamorado en sus 22 años de vida; ese chico de cabellos rosados que con sus sonrisas y sonrojos le roba el corazón día a día.

Su Kim Junsu, su baby, el amor de su vida.



***~~~~~***



-Yoochunnie~- una pequeña risita cantarina escapa de los rosados labios cuando el pelinegro a comenzado a dejarle sonoros besos en las mejillas, descendiendo a su cuello mientras sus dedos largos buscan colarse suavemente bajo la tela de la camiseta ajena, haciendo suspirar al menor.

Han llegado al apartamento, pero no han ido muy lejos, el sofá se ha convertido en la primera parada de aquella velada.

Sus cuerpos se amoldan entre besos y toques, entre delicados movimientos que solo consiguen subir la temperatura de sus anatomías y alterarles mucho más.

-Déjame verte...- Yoochun pide con una sonrisa, quitándole la camiseta para admirar su cuerpo. Sabe que lo ha visto ya una vez, pero no basta, quiere seguir viéndole, tocándole; está muy seguro de que a pesar de que los años pasen el siempre le mirará como si fuera la primera vez.

Sus dedos se deslizan por su pecho, tocan esos montecitos sensibles que se irguen solo para él, descienden por su vientre, y no puede evitar sonreír al sentir ese pequeño temblorcito que ha ocasionado en el cuerpo de su novio.

Las mejillas de Junsu se encienden en un tono más intenso, no puede apartar su vergüenza; Yoochun mirándole así, tocándole así, le altera, le hace sentir emocionado y a la vez abochornado. Pero es perfecto, estar con él es simplemente perfecto.

-Ámame Chun- pide en voz bajita, recibiendo esa boca contra la suya, correspondiendo sus besos con la misma intensidad antes de permitirle tomar rumbo con nuevos besos por su piel.

-Te amo baby, Te amo~-

Los labios del pelinegro se apoderan de uno de esos erguidos pezones, besándolo, lamiéndolo despacio antes de chuparlo entre sus labios, succionando sobre él, dejándolo en un tono más rosáceo antes de buscar el montecito contrario y repetir sus acciones. Le gustan esos botones sensibles, le gusta tomarlos en su boca y 'comerlos' como si fueran un dulce delicioso.

Pero lo que más le fascina, son esos ruiditos que el pelirosa le deja escuchar, esos gemiditos y gimoteos que le suben la libido en cuestión de segundos.

-Nnh~ Chunnie! Uummh~ Quí... quítate la... nnh camiseta~- Junsu balbucea, ansioso por ver a su novio en las mismas condiciones, tirando de la tela con sus manos un tanto nerviosas, sonriendo cuando por fin ha podido tirarla por allí y el mayor se ha recostado sobre su pecho, permitiendo que se sientan piel a piel.

-¿Mejor así?- el pelinegro sonríe, dejando suaves piquitos en esos labios rosados.

-Mucho mejor- correspondiendo las sonrisas, frunciendo sus labios para dejar traviesos y sonoros besos sobre la boca gruesa de su novio, riendo quedito contra ellos al sentir los dedos de Yoochun en sus costados -¡Me haces cosquillas!- chillando entre risas justo antes de comenzar a removerse, intentando escapar de esas manos que le hacen reír a carcajadas.

Sus labios se encuentran cada tanto, las cosquillas van disminuyendo y los besos aumentando de intensidad. Sus bocas se encuentran con hambre, con ganas de más, con esas ansias de poseerse el uno al otro en igual medida.

Los dedos de Yoochun buscan desabrochar los jeans de su novio, bajándolos lo suficiente como para dejar a la vista esa entrepierna semi erguida, rodeándola con su mano, masajeando despacio, sonriendo al oír esos nuevos gimoteos con tintes de vergüenza y placer.

-Mmh... Yoochunnie~- jadea, remordiendo sus labios, enredando sus dedos en esos mechones azabache a medida que la cabeza del mayor desciende por su pecho. Sabe a dónde va esa boca húmeda con cada beso que deja en su cuerpo; temblando de pies a cabeza cuando el pelinegro se ha distraído jugueteando con esos vellitos que se acomodan justo sobre su virilidad.

-Tan lindo~- Yoochun murmura, apartándose solo un par de segundos para poder observar esa punta rojiza aún semi cubierta por esa piel suave que rodea su hombría, usando sus dedos para descubrirla justo antes de posar sus labios sobre ella.

-¡Chunnie!- alterándose ante sus palabras, ante su mirada y como le toca, alzando un poco más la voz cuando Yoochun le ha metido en su boca, haciéndole sonrojar mucho más de lo que creía podía ser posible.

El mayor se toma su tiempo, le 'mima' allí abajo con besos y lamidas, rodeándole con sus labios, subiendo y bajando, enorgulleciéndose de sentirle cada vez más hinchado, más erguido; sintiendo un golpe de calor cuando los dedos del pelirosa han tirado un poco de su cabello y él ha podido degustar ese sabor entre salado y dulce contra su paladar.

-Nnh... ¿Tan rápido, mi amor?- cuestiona traviesamente, recibiendo entre risitas un golpecito en su cabeza, buscando con su mirada esos ojitos caramelo que destellan lindamente.

-Ha sido tu culpa-

-Lo sé~ Y no se te ha bajado ni un poquito~- le hace notar en un canturreo, dejando un último beso en su punta hinchada, haciéndole gimotear, justo antes de volver a trepar sobre su cuerpo y besarle los labios.

-Nhh... Es porque tú me estás tocando- susurra, intentando justificarse.

-¿Y te gusta?- pregunta al mismo tono de voz, usando sus manos para poder deshacerse de los jeans del menor, queriendo apartarlos por completo de una buena vez, tirándolos por allí junto a la ropa en el suelo.

-Si... me encanta- suspira con gusto, cerrando sus piernas alrededor de la cintura del mayor, queriendo acercarle, quejándose poquito al notar que Yoochun aún trae los jeans puestos -¡Chun, quítalos!-

-Tan desesperado~-

-¿Puedo... hacer lo mismo que hiciste hace un momentito?- Junsu pregunta entre piquitos, dejando que su novio le alce en brazos. Al parecer quiere ir a la habitación; y el no va a quejarse, ¡claro que no! Si la cama de Yoochun es su lugar favorito -Chun, ¿puedo?- insiste frunciendo sus labios, besando los hoyuelos de su novio cuando le ha visto sonreír -¡Respóndeme!-

Pero Yoochun no le responde, le desespera un poquito más, recostándole sobre la cama entre nuevos besos, acomodándose sobre el cuerpo delgado de su baby, llevando sus manos hacia el rostro ajeno, acariciándolo despacio con una de ellas mientras la otra aparta esos mechones rosados de su frente.

-¿Quieres hacerlo?- pregunta, solo para asegurarse, dejándole un beso en la frente; provocando un revoloteo en el corazón del menor.

Y él no ha podido hacer más que enamorarse de nuevo; ¿por qué su Yoochun es tan perfecto? Es considerado, siempre se preocupa por él, no hay segundo en que no piense en su comodidad y su bienestar.

-Si~ Quiero probarte- asiente en un balbuceo, todo sonrojado, poniendo un poquito de fuerza en los hombros del pelinegro, logrando hacerlo rodar sobre la cama con facilidad.

Los dedos finos han buscado rápidamente el botón y el zipper de los pantalones ajenos, tirando de la tela, quitándole los jeans entre risitas traviesas.

-Yah~ ¿Por qué tan entusiasmado?- sonríe divertido, ayudando al menor a tirar su ropa por allí, siendo él quien atrevidamente baja sus bóxers y deja su entrepierna a la vista del menor.

-Tú te emocionaste ayer al ver mi pecho y yo no te pregunte nada, babo- balbucea, extendiendo su mano hacia esa erección erguida, toqueteando la punta con sus dedos, haciéndole jadear.

-Mmh... Es que moría de ganas de probar tus pezones~ Desde esa vez en que te vi cambiando tu camisa...- explica con una sonrisa, recordando esa vez en que llovió de camino a la universidad y él le prestó una camiseta para que no vaya a resfriarse. Y claro que se deleitó la pupila al verle cambiándose frente a él.

-¡Aquella vez lo hice sin pensar! Tenía frio...-

-Por supuesto que tenias frio, si tus montecitos estaban erguidos y oscuritos, llamándome para chupártelos y ¡¡mmmhg!! ¡Fuck!- siendo interrumpido por esos labios que sin más han buscado su falo.

Junsu se acomoda justo en medio de las piernas del mayor, recostándose cómodamente mientras pasea su lengua desde la base hasta la punta de la hombría de su novio; grande, hinchada, caliente y sobre todo deliciosa, muy deliciosa. Lame por aquí y por allá, chupando sobre la punta, sonriendo lindamente con cada uno de esos gemidos roncos que su Yoochun le deja escuchar.

-¡Mmhg! Baby, ¿dónde está mi Junsu inocente y avergonzado, eh?- cuestiona con una sonrisita, llevando una de sus manos hacia una de esas mejillas sonrojadas, acariciándola poquito, gimiendo sin pudor mientras le observa tan concentrado 'allí abajo'.

-Estoy aquí~ Es tu culpa por saber tan rico- murmura con un lindo sonrojo, sonriendo avergonzado, bombeando con su mano la entrepierna del mayor, dejándole besos sobre la punta, lamiendo y chupando un poco más -Chunnie, no vas a...-

-Nnh... ¿a qué?- el pelinegro usa sus brazos para poder sentarse sobre la cama, peinando el cabello de su novio, perdiéndose en su mirada un par de segundos justo antes de entender a lo que se refería -Oh... ¿quieres que me corra en tu boquita?- pregunta con total naturalidad, riendo al ver esa carita hermosa encendiéndose en un carmín intenso.

Y no ha podido resistir más, le ha jalado de los brazos, haciendo todo para alzarle y tenerle bien sentado sobre su cuerpo, abrazándole por la cintura.

-Lo haré la próxima vez, ¿si?- promete entre besos, llevando sus manos hacia el redondo trasero de su novio, separando sus glúteos para poder deslizar uno de sus dedos sobre esa intimidad fruncida, toqueteándola con ansias, presionando despacio sobre ella hasta introducir suavemente ese primer dígito con relativa facilidad.

-Yoochunnie~ Mmhhg...- ganándose esos gemidos agudos al instante.

Le distrae, le besa mientras su mano libre masajea su entrepierna, sus dedos le preparan, se hacen de su interior con cuidado pero con fervor.

Tres dígitos embisten despacio, hacen que su baby gimotee y se aferre a su cuello, su interior se siente caliente y resbaloso y sus ganas no han bajado ni un poquito.

-Te necesito ya baby...- suspira contra sus labios, girándole sobre la cama, recostándole y acomodándose sobre su cuerpo, sonriendo al sentir esas manos desesperadas buscando su virilidad, guiándola hasta su entrada -Mmhg... tan desesperado~- repite contento, besándole despacio, empujando su cadera, perfilándose en su interior.

Sus gemidos se mezclan en cuestión de nada, jadean y de pronto todo es perfecto; su respiración irregular, sus corazones alterados, son uno solo... y eso es perfecto.

-Te amo Chunnie~-

-Te amo mi baby...-

Sus sonrisas se encuentran entre más besos dulces de esos que lentamente evolucionan y se convierten en besos candentes mientras sus cuerpos toman un ritmo acompasado. Yoochun embiste despacio pero con potencia, ganándose repetidos gemidos, excitándose mucho más con cada uno de ellos.

-Nnh~ ¡Mmh! Chunnie~- Junsu se descontrola un poco, deja que su novio le escuche y sabe que no podría ser diferente, solo con él puede dejar un poco de lado su ser avergonzado y cohibido -Más~ Unnh~- pide entre jadeos, enredando sus dedos en el cabello del mayor, alzando su cadera con el propósito de encontrarle en cada deliciosa estocada.

El pelinegro obedece al instante, aumenta el ritmo, sacude su pelvis con más fuerza, creando ese chasquido que se suma a la combinación de sus ruidos; pero este es diferente, este chasquido húmedo le calienta, le altera y le provoca subir la intensidad.

Se irgue entre las piernas ajenas, sujetándole de los muslos mientras arremete con más fuerza, haciendo gimotear a su Junsu, obligándole a alzar la voz y lloriquear de puro placer.

-¡Aah! Aaahh~ ¡Así! Mmhhg- el pelirosa habla con desespero, aferrando sus dedos a las sábanas, tirando de ellas con cada poderosa embestida que le hace temblar de pies a cabeza.

Esta, definitivamente, es una nueva faceta que ha descubierto en su novio. Su hombre, su Park Yoochun, puede ser un salvaje cuando se lo propone, y dios, ¡le encanta! ¡Le ha fascinado como nunca lo hubiera imaginado!

El cuerpo del menor se arquea y se remueve sobre el colchón, se contorsiona de manera deliciosa, recibiendo más que gustoso cada una de esas estocadas contra su intimidad, apretando con recelo esa carne caliente que le hace retorcer de placer y gemir mucho más alto; especialmente cuando al parecer, ha encontrado ese lugar más que sensible en su interior.

-¡¡Ahí!! Uumhggg~ ¡¡Yoochun!!- el menor hace un pequeño escándalo, alzando la cadera aún más, anclando su mirada en esa más oscura, perdiéndose justo allí en lo profundo de sus ojos cuando el placer ha arrasado con todo. Cuando su mundo ha dado vueltas y un remolino de sensaciones en su cuerpo le ha consumido hasta explotar en ese aparatoso orgasmo. Llevándose consigo al pelinegro, ciñéndose a él, impidiéndole salir de su interior, reclamándole sin palabras esa esencia que le marca como suyo, jadeando al sentirla muy caliente en su interior.

-Uunnh... Junsu... mmhg- le llama entre respiraciones agitadas, dejándose caer con cuidado sobre el cuerpo ajeno, besando esas mejillas rosadas mientras recupera el aliento.

-Chun... Yoochunnie~- Junsu intenta responder, aún procesando que acaba de tocar el cielo con los dedos de una manera increíble, sonriendo quedito, permitiendo que toda esa vergüenza que desapareció hace un momento regrese con creces -Ayer... no fuiste así- balbucea con una risita, abrazándose a su cuello.

-Ayer fue nuestra primera vez, no quería lastimarte-

-Mmh... me gusta Park Yoochun siendo un poquito salvaje~- susurrando contra los labios gruesos antes de tomar la iniciativa de un nuevo beso, sintiendo contra su boca la sonrisa divertida del mayor.

-¿De verdad?- pregunta entre risitas, empujando su cadera, hundiéndose en su interior solo para retroceder un poco y repetir sus movimientos, ganando tamaño una vez más en ese interior estrecho.

-Ajá...- suspirando con fuerza en cada movimiento, relamiendo sus labios antes de dedicarle una sonrisita coqueta a su Chunnie -Te estás poniendo grande...-

-Es que a tu Yoochun salvaje le gusta hacer el amor más de una vez~-

-Pervertido... nnh~-

-Quizás dos... o tres veces más~ ¿Qué te parece?- Yoochun sonríe, recibiendo más de esos besos entre avergonzados y deseosos.

Deteniéndose cuando el celular de Junsu ha sonado; sabe que es su hermano, sabe que lo está buscando y...

-Yoochun- esa vocecita le interrumpe en sus pensamientos, olvidando por un segundo el ruidoso aparato cuando se ha encontrado con esos ojos acaramelados que no le dejan ver ni una pizca de preocupación -Más temprano dijiste que me harías el amor mil veces...- murmura con una linda sonrisa que combina con sus sonrojos -Vamos Chun~ Ya comenzamos... y no dejare que te detengas- y eso ha bastado para que el pelinegro se vuelva a enamorar, para que olvide todo lo que le rodea y solo mire a ese chico que le trae loco a diario.

-Te amo Junsu ah~- sonríe, besándole con renovada pasión.

Y en cuestión de segundos han girado sobre la cama, jadeando al unísono al tomar esa nueva posición, dejando en el olvido ese celular que timbra por un rato más esperando respuesta.

Ambos están demasiado ocupados, besándose, tocándose, haciendo el amor una vez más entre sonrisas y palabras bonitas; sumando un nuevo número a esas mil veces más que son más que una promesa. Son un futuro juntos a pesar de todo, son su historia de amor verdadero, escribiéndose en una nueva página de sus vidas.

*FIN*

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