Tani preciosa♥♥ Gracias por permitirme escribir contigo una vez más♥ Creo que no te lo he dicho muy seguido pero adoro demasiado que escribamos juntas y tengamos nuestras crisis por este par de babos hermosos que son lo más lindo del universo♥ Te quiero muchíiiisimo y espero que podamos publicar más historias juntas prontito♥ Quizás atrevernos a ir con un miniserial o algo asi~ *la apachurra super fuerte*
Sin más preámbulos, la 4ta colaboración de Tani y Axy! ^^ Esta vez la historia está completa aquí, pero no olviden darse una vueltita por el precioso blog de Tani dando click justo aquí → Sweet Love ← ♥♥♥
Título: Dr. Park
Autoras: Tani & Axy
Parejas: YooSu (Mención de YunJae)
Género: AU / Romance
Advertencia: NC-18/LEMON
Mi día comenzaba mucho antes de las 6 de la mañana -si no es que mi turno era por la tarde- tenía que estar presente y puntual con ropa blanca e impecable en aquel hospital para comenzar mi día laboral. Camino presuroso con mi café matutino en mano, saludo al hombre de seguridad, a algunos compañeros y doctores, a la señora Cho de la recepción a la cual le dejo su respectivo café -pequeña costumbre que desarrolle desde hace un año- antes de apresurar mi paso hacia el pequeño cubículo que comparto con los demás enfermeros donde todos dejamos nuestras pertenencias antes de comenzar bien el día.
-Buenos días ~
Saludo como es debido, con una sonrisa tratando de compartir un poco de energía con mis compañeros a los cuales les ha tocado trabajar durante la noche, sé por experiencia lo cansados que deben de estar, así que un poquito de energía más no les haría mal, al menos hasta que puedan llegar a sus casas a descansar.
-¡Yah! ¡Changmin ah! ¡Es mi café!
Chille, completamente molesto cuando mi pequeño compañero me ha quitado el café de las manos.
-Sobrevivirás ~
Me responde con una sonrisa burlona antes de apresurarse a escapar de mi cuando he intentado atraparle para que me lo devuelva.
He escuchado un par de risas por parte de mis compañeros, ellos también acostumbrados al comportamiento común de Shim Changmin.
-¡Kim!- giro la cabeza apenas me han llamado, encontrándome con otro de mis compañeros, ese que señala con una de sus manos la pizarra al fondo de la pequeña habitación -Revisa la pizarra para que sepas las habitaciones que te tocan hoy, el Doctor Jung ha cambiado algunos números- me hace saber y no he dudado en agradecerle con una pequeña venia y una sonrisa.
Después de dejar mis cosas he podido observar el pizarrón, encontrando nuevas habitaciones en las que tengo que hacer pequeños chequeos.
De eso se trata mi trabajo; ayudar a los doctores con los pacientes, realizar chequeos, medir temperaturas, colocar inyecciones... cosas que quizás a muchos no le agradan o les parece trabajo pesado, pero para mí es lo mejor que existe, ayudar a las personas.
Recojo los historiales clínicos de mis nuevos pacientes y mi día da inicio en aquel hospital.
Llamados por aquí y por allá, revisiones, chequeos, asistencia a ciertos pacientes, el día es agitado y estoy acostumbrado a ello; hasta que llega la hora de almuerzo y más que descansar, quiero apresurarme en terminar con un pequeño papeleo para poder ir hacia otra área del hospital.
-¿Por qué tan apresurado? ¿Vas a ver a los niños otra vez?-
-Si, Changmin ah~ Debo aprovechar este tiempo para hacerlo- sonrío al instante, dejando aquellos formularios ahora llenos en su lugar.
-¿De verdad estás tomando enserio esto no?
Changmin habla con una pequeña sonrisa en los labios, al parecer contento de lo que estoy haciendo, si, pude haber estudiando para ser enfermero pero… después de estar allí por más de un año y poder haber conocido todas las áreas dentro de aquel hospital me he dado cuenta de que realmente lo que más me gusta es poder estar con los niños, desde antes siempre me ha gustado tratar con ellos, pero poder cuidarles y ayudar en su recuperación es lo que más me gusta. Así que… de un tiempo para acá he comenzado a estudiar más sobre el área de pediatría todo en los pequeños tiempos que el trabajo me deja y un poco de ayuda de mis compañeros que saben perfectamente mi deseo de poder permanecer en aquella área.
-Sí, quiero, no, deseo poder quedarme en aquella área…
Y podría decirle al menor las razones por las que quiero ir allí pero Changmin ya las sabe.
Termine con aquel pequeño papeleo y pronto ya estaba caminando presuroso hacia aquella área.
-¡Por cierto! ¡Salúdame al sexy doctor!
El grito del moreno tras mi espalda estoy seguro que pudo escucharlo hasta la última persona en aquel pasillo y sí, me ha hecho avergonzar completamente, tanto que ni si quiera quise mirar a mi alrededor para comprobar si alguien presto atención a lo que mi babo amigo ha dicho.
¡Sexy doctor! ¡Yo no voy a ver a ningún sexy doctor!
Chille mentalmente mientras caminaba presuroso, con el corazón latiendo rápidamente dentro de mi pecho y aquel pequeño calor cubriendo mi rostro. Si, había una razón más por la que me gustará pediatría y eso era por el guapo y joven doctor encargado de aquella área.
Aún recuerdo aquella vez en la que trabajé en el área, a pocos días de mi reasignación un nuevo doctor entró como mano derecha del encargado de ese entonces; un hombre de porte elegante y serio pero de apariencia joven y varonil que en cuestión de nada se robó toda mi atención. No pude tratar con él apropiadamente pero siempre me mantuve al tanto de su desempeño en el hospital, incluso cuando lo promovieron como nuevo encargado de pediatría y aquello se convirtió en un 'extra' para hacer más frecuentes mis visitas.
No he dejado de caminar hasta aquella zona en la que el hospital es más 'divertido' paredes de colores, decoración de tiernos animales, globos en las puertas de las habitaciones y miles de sonrisas por doquier.
En definitiva me encanta estar aquí, y ver como estos niños se recuperan, alentándolos a seguir y mejorar cada vez más.
-¡¡Junsu Oppa!!- y esa vocecita que llega a mis oídos me hace sonreír al instante, apenas he entrado a una de las habitaciones que más frecuento -¡¡Oppa!!-
-Ya voy, ya voy Daehyunnie~- río ante su insistencia, acercándome a esa pequeñita que alza sus bracitos y abre y cierra sus manitas esperando a que la salude -¿Cómo está mi princesita?- pregunto estrechándola entre mis brazos, sentándome a su lado, peinando su cabellito con mis dedos apenas me he apartado un poquito.
-¡Muy bien! ¡El doctor Park ha dicho que soy una niña muy buena y que podré ir a casa pronto!- me hace saber con esa sonrisita adorable, habiendo emocionado a mi corazón al escuchar ese apellido.
El calor en mis mejillas se ha hecho presente en mi rostro de nuevo, ni si quiera esta frente a mi pero yo ya me he sonrojado como un bobo, ¿de verdad me gusta tanto?, la pequeña Daehyunnie se roba toda mi atención, contándome que ha hecho durante la mañana, que ha visto en la televisión y un sin fin de cosas más entre pequeñas risitas.
-Al parecer alguien se está divirtiendo mucho ~
Aquella voz ha puesto mi corazón a latir a mil por hora, ha traído de nuevo el calor a mis mejillas y con ello unas inmensas ganas de girar a mirar a aquella persona que con pasos tranquilos se acerca a la cama de la pequeña pero a la vez me hacen desear salir corriendo de allí para no verle.
-¡Doctor Park!
La menor de los tres exclama con emoción entre pequeñas risitas, al parecer muy contenta de ver al que parece ser su doctor favorito.
-Doctor Park ~
Saludo con cortesía apenas mirando de reojo a aquel hombre tan apuesto, que sonriente dirige aquella mirada intensa y divertida hacia su persona. Muchos doctores llegan a envejecer demasiado rápido con el pasar del tiempo, pero… en el doctor Park parece ser que es todo lo contrario, cada vez se ve más jovial y radiante, más varonil y… ah ~ ¿es su imaginación o ese día se ve mucho más guapo?
¡Yah! ¡Kim Junsu! ¡Deja de pensar en tonterías! Me chillo mentalmente tratando de apartar todo pensamiento de mi cabeza que tenga que ver con sentimientos hacia ese guapo doctor que para el colmo de mis males huele excelentemente bien. ¡Él es el Doctor por el amor de Dios!
-¡Oh! ¡Junsu Oppa! ¿Estás bien?
Me pregunta la pequeña Daehyunnie sacándome abrutadamente de mis pensamientos.
-Si… si… estoy bien.
Trato de tranquilizarla cuando en ese rostro pequeño ha aparecido la preocupación.
-Es que… estás muy colorado, ¿no estás enfermo verdad, Oppa?
-No, no~ Debe ser el clima, estoy bien- sonrío hacia la pequeña, sin poder evitar un pequeño respingo cuando la mano del doctor Park ha entrado a mi campo visual y se ha posado sobre mi frente.
Dios, ¡alguien dígale a mi corazón que se calle por favor! Ni siquiera puedo escuchar mis pensamientos; todo por culpa de ese tacto suave y tibio en mi cabeza... y ese olor delicioso que llega a mi nariz por la cercanía.
-No tienes que preocuparte por el enfermero Kim, Daehyun~ No tiene fiebre- le escucho hablar cuando deja de tocarme, no sé si dejándome mejor o peor que hace un rato... ¡que ahora siento como todo mi rostro quema de la pura vergüenza!
-¡El doctor Park nunca se equivoca Oppa!- sonríe brillante la pequeñita, haciéndome reír también. Me dedico un segundo a ordenar su cabello, acomodando esas adorables coletas que trae puestas antes de girar a mirar al doctor cuando me ha hablado.
-Kim, ¿no es tu hora de almuerzo?- me pregunta, mirando su reloj antes de que sus ojos se topen con los míos.
-Eh... sí, pero... quería ver a los niños-
-No te saltes las comidas- apenas me dice, sin pedirme más justificaciones o explicaciones, caminando hacia la puerta de la habitación -Volveré a verte en una hora, princesa- despidiéndose de Daehyun, dedicándome una de esas sonrisas que me dejan sin aliento justo antes de irse.
¿Acaso quiere matarme? ¿¡Por que se preocupa si almuerzo o no, o si tengo o no tengo fiebre!? ¿Que no sabe que siendo así de perfecto va a tenerme como un tonto enamorado a sus pies?
-¡Oppa!- habla la menor, sacándome de mis pensamientos -¡Cuando sea grande seré doctora y me voy a casar con el Doctor Park porque es muy guapo!-
Sí que es guapo, quise decir pero acalle todo pensamiento relacionado con el Doctor Park por un momento aunque mi corazón sigue latiendo presuroso contra mi pecho, de verdad que ese hombre puede dejarle así de alterado con solo un par de minutos de su presencia.
-Entonces Daehyunnie debes de comer toda tu comida y recuperarte pronto para que puedas volver a la escuela y así estudies mucho.
Hablo entre sonrisas, acomodando las sabanas de su cama antes de dejarle un pequeño beso en la frente.
-Te veré mañana, ¿está bien?
Me despido de la pequeña, sonriendo enternecido al ver esos pucheros en el rostro de la menor, sabiendo que no le gusta el que tenga que irse.
-¡Es una promesa Junsu Oppa!
Me despido de nuevo de la menor antes de continuar con mi pequeña visita; hay algunos pequeñines que me reciben entre risas y exclamaciones de emoción al verme de nuevo, también hay niños nuevos que tímidamente me preguntan mi nombre, otros que me dicen que si no voy a inyectarles o algo parecido. Me llena de alegría el poder estar allí con ellos, el pode compartir un momento de mi día y eso solo reitera mis ganas de poder trabajar allí.
Me he encontrado con el Doctor Park un par de veces mientras visito a los pequeños, nuestras miradas se han encontrado momentáneamente aunque la mayoría del tiempo yo hago todo lo posible para no verle, o huyo de su mirada cuando se que me he sonrojado mucho al tenerle demasiado cerca o cuando me ha atrapado mirándole más de la cuenta. ¡Es toda su culpa por ser así de guapo y hacerme sentir como todo un bobo!
-Y… ¿Cómo te fue?
Changmin me pregunta mientras yo como apresuradamente mi almuerzo, si, aquello es normal para mí ya que siempre vuelvo un par de minutos antes de que la hora del almuerzo termine para casi devorar mi comida.
-Bien, hay un par de niños nuevos y le han dado de alta a...-
-Me refería a cómo te fue con el doctor sexy-
Y si, me he atragantado estúpidamente con la comida, sintiéndome incluso mucho más avergonzado mientras Changmin palmea mi espalda para ayudarme.
-¡N-ni siquiera lo vi!-
-Ah~ Entonces lo viste muchas veces hoy~ ¿Ya le dijiste que babeas por él?-
¿¡Cómo, cómo puede hacerme esas preguntas tan quitado de la pena!?
-¡Shim Changmin cállate! ¡Y vete a trabajar!- le chillo, empujándolo de mi lado, apresurándome a terminar de comer para volver a mi rutina.
Continuar con mis pacientes, esforzándome en cada minuto hasta que se termina mi turno y mis esfuerzos se dirigen a esos estudios extra de pediatría que estoy haciendo; solo un poco más y pronto podré presentar una solicitud de cambio de área. Solo un poco más y no tendré que esperar a mi hora de almuerzo para ver a los niños... y a ese doctor que me trae enamorado hasta los huesos.
~~~***~~~***~~~
Mis días como doctor desde que soy el encargado del área de pediatría no son muy 'tranquilos'. Es parte de mi trabajo el privarme de esas horas de sueño extra por velar la salud de mis pequeños pacientes, pero vale la pena; todo lo vale cuando después del malestar miro esas sonrisas que me devuelven la alegría y me recuerdan por qué es que decidí dedicar mi vida a esto.
Me terminado con el tratamiento de uno de los pacientes y al salir de la habitación he logrado ver a ese chico que camina presuroso hacia los cuartos de los niños que esperan ser dados de alta.
Kim Junsu. Un enfermero que, por lo que sé, ha pasado por todas las áreas del hospital, pero algo me dice que le hubiera gustado quedarse en la mía.
Y no puedo negar que me encantaría tenerlo aquí todo el día, ver esa sonrisa brillante que se pinta en su rostro cuando está con los niños, oír sus risas cantarinas y apreciar esos 'atributos' que su ropa un tanto ceñida me deja ver... soy un hombre después de todo, y debo admitir que mis ojos le han recorrido de pies a cabeza más de una vez.
Se lo que hará, primero irá a visitará a la pequeña Daehyun con la cual al parecer se lleva muy bien y no es que yo le haya preguntado a la pequeña casualmente quien era su enfermero favorito.., después de dedicarle un par de minutos entre risas y alguna entretenida platica, -de nuevo… no es que yo me haya entrometido en algunas ocasiones para hacer mi vista rutinaria justo cuando el jovencito castaño esta allí- , seguirá con su visita con sus pequeños pacientes, animándolos a todos a que tomen sus medicamentos, a que se recuperen pronto y sobre todo los hace reír logrando así que su estadía en aquel lugar fuera mucho más alegre. Y debo de aceptar que son gracias a esas pequeñas visitas que el enfermero Kim hace a sus pacientes las que les han ayudado a recuperarse un poquito más.
Lo sigo con la mirada hasta que su figura se ha perdido al entrar a la siguiente habitación que en un instante le recibe entre risas.
-Así que el enfermero Kim te trae loquito de amor por él
Aquella voz tras mi espalda me ha hecho respingar, un brazo se ha posado alrededor de mis hombros y pronto el rostro sonriente de mi amigo y colega ha aparecido en mi campo visual.
-No sé de qué estás hablando Jaejoong Hyung
Trato de ignorar esa sonrisa divertida que el mayor me dedica, sé que es su forma de decirme que no le puedo engañar, y eso es algo que me molesta muchísimo, ¿acaso soy tan obvio?
-¿Ah, no? El que sea psicólogo pediatra no significa que no pueda 'analizar' a los adultos también~- le escucho hablando con ese tono cantarín, palmeando mi espalda antes de caminar un par de pasos y quedar frente a mí -¿Vas a ir a 'ver a tus pacientes'?- pregunta con otra de esas risas que me hacen fruncir el ceño.
-Es mi trabajo, y esto no tiene nada que ver con ese enfermero que frecuenta el área- termino con aquella conversación, caminando hacia la habitación que me toca atender.
-Yoochun, Yunho me ha hablado sobre un par enfermeros de su área que han solicitado un cambio y está considerándolos... pero no ha recibido la solicitud de Kim aún-
Esas palabras me hacen detener en seco, girando para encarar a mi Hyung. Jung Yunho es el encargado del área donde el enfermero Kim trabaja actualmente, y por lo que sé es una persona bastante parametrada; el permitir un cambio de área para algunos enfermeros -fuera del tiempo en el que es debido- es una oportunidad única en un millón.
-Puedo convencer a Yunho para que retrase un poco su decisión, quizás una semana... pero vas a tener que intervenir si quieres traer al chico a nuestra área- el mayor sonríe, y sé que de verdad quiere ayudarme en esto. Quizás le niegue lo que pienso por aquel enfermero, pero nadie mejor que Jaejoong sabe todo lo que siento por Kim Junsu.
Le agradezco con una venia, retomando mi camino para seguir con mi trabajo, pensando en cómo hacer para lograr transferir al enfermero Kim a pediatría.
Y de pronto puedo verlo allí, en esa pequeña sala de juegos para los niños en recuperación, sonriendo brillante, contagiando esa alegría a cada uno de los pequeños que lo rodean. Siendo ese rayito de sol que ilumina mis días cada vez que lo veo.
-¡¡Doctor Park!!
Mis pequeños pacientes chillan y gritan apenas he entrado a la sala de juegos, algunos se paran de donde están para correr a saludarme con una gran sonrisa o un pequeño abrazo mientras que otros permanecen sentados en el suelo junto al enfermero Kim, al cual he atrapado observándome; ¡Ahh! Que alguien le diga que deje de ser tan adorable, verlo apartar la mirada tímidamente y esos sonrojos que se pintan en sus redondas mejillas solo me hacen desear el saltar sobre él para darle miles de besos.
-¡Tiene que venir! ¡Junsu Oppa esta contándonos un cuento!
Una de las pequeñas tira de mi mano hasta llevarme hacia el pequeño círculo que han formado todos los niños haciéndome sentar justo alado del castaño.
-¿Así que les está contando un cuento?
Pregunto, riendo divertido al escuchar ese ‘si’ colectivo lleno de risas por parte de los menores.
-¡Junsu Oppa! ¡Junsu Oppa! ¡Sigue contando por favor!
Pide alguna de las pequeñas, haciendo caritas y gestos a ese sonrojado joven que no deja de mirarme cada tanto.
-Vamos enfermero Kim, yo también quiero escuchar.
Le animo con una pequeña sonrisa y una suave palmadita en su pierna, si me he tomado el atrevimiento a tener un poco de confianza con él, y cuál ha sido mi sorpresa al verle más sonrojado que antes, balbuceando algo en voz muy baja antes de complacer a los niños.
La voz del enfermero Kim es agradable, con un toque alegre y cantarín mientras cuenta algún cuento relacionado con princesas y brujas, príncipes encantadores y muchas cosas más que se roban la atención de todos allí presentes, incluso la mía.
Mis ojos no han podido despegarse de su persona durante ese tiempo, le escucho atentamente tal como lo hacen los niños, sin poder evitar unas cuantas sonrisas al ver tanta contentura por parte de los más pequeños.
-...Y todos vivieron felices para siempre~- finaliza aquella historia, ganándose algunos aplausos emocionados y otras risitas llenas de algarabía.
-¡Junsu Oppa! ¡Tú eres como un príncipe!- chilla una de las nenitas, corriendo a los brazos del chico sentado a mi lado, y no he podido evitar meterme en la conversación y actuar como todo un niño también.
-¿Y yo? ¿Yo no soy un príncipe?- cuestiono, haciéndome el sentido, riendo apenas dos de las demás pequeñas se han acercado a abrazarme.
-¡El doctor Park es el príncipe más guapo!- exclama la pequeña Yoobin cuando la he alzado en brazos -¿Cierto Junsu Oppa? ¡El doctor Park es el más guapo y cuando sea grande seré una princesa! ¡Y nos vamos a casar!-
Y las risas son inevitables mientras apachurro a esa pequeñita hermosa que no deja de sonreír; no es la primera vez que alguna de mis pacientes me dice eso, podría decirse que tengo una larga fila de 'prometidas' que esperan a ser grandes y casarse conmigo.
-¿Y quién se casará con el enfermero Kim? Si ninguna de ustedes lo escoge entonces yo tendré que quedármelo~- me atrevo a jugar con mis palabras, todo por querer verlo sonrojado de nuevo, y no ha pasado ni un segundo cuando de pronto tengo a las pequeñas riendo y chillando y a Kim Junsu con el rostro encendido en un carmín intenso mientras frunce los labios y descontrola otro poco mi corazón -Kim... ¿has almorzado ya?- pregunto cuando mi mirada ha caído sobre el reloj de pared, notando que faltan poco menos de 10 minutos para que su hora de almuerzo termine.
-No, aun no… yo... – Habla al parecer tratando de explicarme porque no ha almorzado aun o si irá a almorzar en ese momento, la verdad es que no le he dejado continuar porque ya estoy tomando su mano mientras me pongo de pie, pidiéndole que separe.
-Vamos a almorzar.
Le digo sin más, viendo ese rostro hermoso sonrojándose mucho más, quizá por mí y mi atrevimiento o por esos chillidos y risitas de todos los niños.
-¡¡El doctor Park se va a casar con Junsu Oppa!!
Alguien chilla por allí y eso sin duda me ha hecho sonreír encantado. El castaño habla en voz baja, trata de apartar su mano de la mía mientras yo muy confiadamente tiro de él hacia la cafetería del hospital. Puedo aparentar estar tranquilo pero ya mi corazón late como loco dentro de mi pecho al tenerle cerca.
-Te dije antes que no saltarás tus alimentos.
Trato de justificar la razón por la que le llevo allí dejándole elegir lo que va a comer antes de llevarle de la mano de nuevo hasta a una mesa desocupada.
-Come, por favor.
Le pido apenas se ha sentado frente a mí, parece que quiere decirme algo, abre y cierra su boca un par de veces antes de comenzar a comer. Me dedico a observarle un momento, mientras mi enfermero buscar el apartar su mirada de mí en todo momento, y es entonces que he recordado la plática que tuviera con mi Hyung hace unos momentos.
-¿Por qué no has dado tu solicitud para el cambio de área?
-¿Cómo sabes de eso?- y parece que he tocado un tema importante, porque no ha dudado en responderme al instante, fijando su mirada en la mía.
No puedo evitar sonreír mientras apoyo mis brazos sobre la mesa, acercándome solo un poco para hablarle más bajo, y él, al parecer bastante interesado se ha acercado, imitando mis movimientos.
-Tengo contactos, Kim Junsu~- hablo con una nueva sonrisa, dejando que un par de risas escapen de mis labios al verle con la boca fruncida, balbuceando por lo bajo mientras vuelve a comer con prisas. Me acomodo una vez más sobre la silla, observándole muy interesadamente -Hablo en serio... si quieres cambiar de área debes presentar tu solicitud cuanto antes-
-Si la presento ahora temo que no la aceptarán, necesito un certificado de estudios en pediatría básica para poder tener una oportunidad...- me explica, evadiendo mi mirada cada vez que nuestros ojos se encuentran; quizás es porque no he dejado de mirarle fijamente.
-¿Estas estudiando?- cuestiono, recibiendo un asentimiento de cabeza porque ha llevado un bocado a sus labios -Bueno, eso igual cuenta, el Doctor Jung está evaluando las solicitudes, y yo no debería estar diciéndote esto porque nadie tiene que saberlo, pero puede que sea tu única oportunidad. Aprovéchala y envía esa solicitud-
-¿Por qué tanta insistencia en que cambie de área? – Me pregunta, esta vez sosteniéndome la mirada, al parecer mi interés porque este junto a mí ha sido demasiado obvio. Porque me pareces la persona más interesante del mundo, porque me gusta verte sonreír y me gusta admirar otras cosas más además de tu sonrisa, porque quiero tenerte cerca y sobre todo porque sé que tienes potencial para estar en mi área.
-Porque sé que es una buena oportunidad además, te gusta estar con los niños – respondo dejando de lado todos esos pensamientos que si alguna vez salen a la luz harían que Kim Junsu saliera huyendo de allí. Vuelve a apartar la mirada de la mía y por un segundo pude jurar que había algo más en aquella mirada furtiva que el menor le dedica, ¿decepcionado?, ¿de qué?
El castaño terminar de comer justo a tiempo antes de que se termine la hora del almuerzo; le acompaño por un momento por aquellos pasillos sin hablar.
-De verdad, piénsalo enfermero Kim, es una buena oportunidad. – Le digo tratando de no sonara tan insistente. – Y por cierto, si necesitas ayuda con algo sobre pediatría no dudes en preguntarme. – Le digo, guiñándole el ojo, ganándome esos adorables sonrojos y esos pequeños balbuceos en despedida. De verdad, me tenía loquito por él.
~~~*~~~
-Tu enfermero ha mandado su solicitud para el cambio de área.
La voz de Jaejoong me hace alzar la mirada y olvidar completamente lo que estoy llenando en esas formas médicas.
-¿De verdad?- cuestiono incrédulo, con una sonrisa enorme en el rostro; ¡es que ha sido inevitable! ¡Kim Junsu de verdad quiere cambiarse de área!
-Yunho me dijo anoche que había entrado una última solicitud, de uno de sus mejores enfermeros y también piensa considerarla- el mayor habla mientras coloca su bata blanca y acomoda su ropa, su turno recién está comenzando, y siempre aprovecha ese espejo de cuerpo entero que hay en mi consultorio para arreglarse -Quizás debas darle una pequeña ayudadita a tu 'amorcito'~ Puedes hablar con Yunho, seriamente, como encargados de área, claro. Explicarle tus razones, el potencial de Kim Junsu... y quizás yo pueda terminar de convencerlo con unos cuantos besos hoy por la noche~-
-¡Yah! Hablaré con él, pero no me metas en tu vida amorosa, ni a mí, ni a Junsu- me quejo, ¡aunque claro que me encantaría que le convenza! Pero no quiero quedar mal ni aprovecharme de mi amistad con Jaejoong para hacer esto.
Voy a tomar medidas por mi cuenta y sea como sea, lograré que se haga ese cambio.
~~~***~~~***~~~
Aquel día por la mañana el hospital ha estado tranquilo, doctores y enfermeros haciendo sus labores rutinarias, algunos volviendo a casa después del turno nocturno, otro recién llegando para comenzar con su trabajo.
-¡Buenos días!- la voz cantarina de aquel enfermero castaño hace girar a los internos que terminan de alistarse en aquel cubículo donde dejan sus pertenencias, saludándole de igual manera, continuando con sus conversaciones amenas antes de seguir con su rutina.
-¿Y mi café?- cuestiona entonces el morocho amigo de aquel enfermero que termina de arreglar su ropa.
-Me lo tomé antes de llegar~- responde con una sonrisa infantil, sacándole la lengua como todo un crío antes de recibir esos pequeños golpecitos en su hombro entre risas.
Hasta que un anuncio se ha oído a través de ese micrófono que se escucha en toda el área en la que trabaja el castaño.
-Kim Junsu, enfermero Kim Junsu; se le pide presentarse en la oficina del Doctor Jung. Enfermero Kim Junsu, preséntese en la oficina del Doctor Jung-
-Alguien está en problemas ~ ¡Ves! eso te pasa por no consentir a tu adorado Min con su delicioso café matutino. – Changmin le molesta haciéndole reír mientras se apresura a dejar sus cosas, aunque eso no quiere decir que no se siente preocupado, el Doctor Jung no te llamaba a su oficina si lo que iba a decirte no era importante, ¿y si había pasado algo?, ¿había olvidado hacer algo antes de irse la noche anterior?. Él se preocupada mucho por las cosas que hacía, no solo porque eso repercutiera en su empleo, sino que estaba tratando con personas que dependían de él, y su trabajo era cuidarlos, no dañarlos.
Aquellos pensamientos rondan su cabeza mientras sus pasos presurosos le guían hacia el consultorio del Doctor; tocando la puerta ha esperado la aprobación del otro lado para poder pasar. Ha sido grande su sorpresa cuando además de encontrar al Doctor Jung allí dentro, también se ha encontrado al Doctor Kim, no debería de sorprenderse mucho de verle allí, sabe perfectamente que ambos doctores son amigos… y en ocasiones le hace pensar que son mucho más amigos, por la forma en que se ven y sonríen, como se hablan.
-Por favor siéntate, enfermero Kim
El Doctor Kim le pide con una sonrisa amable, palmeando suavemente la silla a su lado, frente al Doctor Jung.
-¿Me ha llamado, Doctor Jung?
Pregunta el castaño con ese tono de preocupación en su voz que al parecer ha hecho gracia a ambos doctores; no entiende que pasa, mucho menos cuando ambos se ven con real emoción y algo más que al parecer es un secreto entre ellos dos.
-¡No le digas aún!, quiero ser yo quien le diga.
El Doctor Kim exclama queriendo ganarse la oportunidad de dar aquella noticia que tanto el moreno como él mueren de ganas de decirle, y claro, que también quiere ver sus gestos y caras para así poder confirmar algún par de sospechas.
-Bien~- el doctor Jung sonríe ante aquella emoción que se matiza en las facciones de Kim Jaejoong, dirigiéndose al menor de los tres antes de permitir que el otro doctor le dé la noticia -El doctor Kim te explicará a detalle, pero quiero recalcar que ha sido mi decisión y espero sirva de algo en su carrera-
-¡Yunho! ¡Estás diciendo demasiado!- y la expresión del moreno, sonriente mientras alza un poco las manos en señal de poca culpa, sorprende al menor de los tres. Definitivamente eso de ver al doctor Jung y al doctor Kim dejando las formalidades se le hace un poco extraño y a la vez divertido.
-Enfermero Kim, tu solicitud para transferirte al área de pediatría ha sido aceptada- le hace saber el mayor, sonriéndole contento.
¿¡Era una broma!? ¿¡Estaba soñando acaso!?
-¿¡De verdad!?- exclama el castaño, dejando que esa sonrisa entre incrédula y brillante ocupe su rostro, haciéndole reír completamente feliz cuando ha recibido esos asentimientos como respuesta.
¡¡Va a poder trabajar en pediatría!! ¡Va a ver a sus niños todos los días! Ya no va a tener que almorzar con prisas antes de volver a su trabajo... Va a ver al doctor Park a diario.
Y entonces sus mejillas se han moteado de rojo al instante; ese pensamiento le ha hecho soltar una risita enamorada. Va a ver a su doctor Park, todos los días.
-Muchas gracias Doctor Jung- habla entonces, poniéndose de pie para poder dirigirle una venia -De verdad, muchísimas gracias, aún no puedo creer que esto sea cierto...- sonríe una vez más, volviendo a sentarse cuando el doctor Kim lo ha indicado.
-Cambiarás de área ahora, así que por favor ve por tus cosas y vuelve a buscarme aquí- le indica Jaejoong con una sonrisa.
-El doctor Kim se encargará de guiarte allá, aunque sé que sabes el camino perfectamente- ríe el doctor encargado, haciendo que el castaño se avergüence un poco -Ya no tendrás que almorzar con prisas, enfermero Kim~-
-Te enseñare donde será el lugar para que guardes tus pertenencias y te explicare algunas cosas que quizás ya sabes sobre el área, pero hay que seguir el protocolo-
-¡Muchísimas gracias! – Exclama con total emoción, de verdad sigue sin creer que él haya sido elegido para ir a aquella área; se despide de ambos doctores con una pequeña venia, agradeciéndole de nuevo al Doctor Jung por haberle dado aquella oportunidad antes de casi correr hacia su cubículo por sus cosas.
-Yoochun debe de estar dando saltos de emoción justo ahora – Habla el moreno entre sonrisas contentas una vez ha sentido aquellas manos traviesas paseándose sobre su pecho apenas su colega, amigo y mucho más que eso se ha parado detrás de su silla.
-Ya quiero verlo, estoy seguro que si pudiera le haría fiesta para celebrar su llegada y le daría miles de besos, pero es un cabezota, ¿qué tan difícil es el declararse? – Jaejoong pregunta, mientras deja un suave beso sobre la mejilla del moreno. – ¿Debería de ayudarles?
-Jae ~ ya hemos hecho suficiente, ahora es cuestión de que Yoochun haga su parte.
Los pasos de Jaejoong le guían por aquel pasillo que le dirige a esa área que tanto ama; su corazón late presuroso y por un momento ha dejado de prestar atención a las indicaciones que el Doctor Kim le hace, son cosas de rutina pero debe de prestar atención, ¿pero qué puede hacer?, está realmente emocionado y feliz que no puede controlarse.
-Y este es el cubículo de los enfermeros de esta área, seguro ya conoces a muchos por aquí – El Doctor Kim habla entre sonrisas mientras le permite al castaño acomodar sus cosas en su nuevo lugar, claro que conoce a muchos allí después de todo aquel lugar casi parecía su área por la infinidad de veces que la ha visitado. – ¿Listo?, vamos a presentarte con tu nuevo jefe ~ - Y ha sido su imaginación ¿o el Doctor Kim está realmente emocionado de poder llevarle a ver al Doctor Park?
El corazón del castaño late presuroso, tanto que teme que saldrá de su pecho a medida que se acercan a la oficina de su Doctor, muere de nervios, vergüenza, es un mar de sensaciones mientras entra a aquella oficina.
El pelinegro espera en su oficina, ha acomodado algunas cosas sobre su escritorio, se ha mirado un par de veces al espejo. Está nervioso, demasiado nervioso a decir verdad. A primera hora de la mañana Jaejoong le había llamado para contarle la noticia y no cabe de felicidad, pero sabe que debe controlarse, no ser tan obvio.
Esos pequeños toques en la puerta de su oficina hacen que se ponga de pie, sonriendo al ver a su compañero, seguido por ese 'nuevo enfermero' que ha sido transferido a su área.
-Kim, él es tu jefe ahora. Creo que ya se conocen~- ríe el mayor de los tres, con obvios motivos de molestarles un poquito porque sabe lo que ocurre entre ellos dos.
-Park Yoochun- se 'presenta' el pelinegro, extendiendo su mano, sonriendo al ver ese color rojo teñir las mejillas ajenas. ¿Es que cómo no va a terminar sonrojándose el menor? Sabe que el doctor lo hace por educación más que todo, ya que ahora su relación laboral es diferente, pero alguien dígale a su corazón que deje de latir tan aprisa.
-Kim Junsu- sonríe en respuesta, alcanzando la mano contraria para estrecharla -Prometo trabajar bien, doctor Park- murmura, sintiendo sus mejillas mucho más tibias cuando el de cabellos azabache le ha regalado una de esas sonrisas encantadoras que le dejan como un tonto enamorado.
-Creo que mejor me retiro~- la voz de Jaejoong les hace voltear un momento, observando al doctor retirándose de la oficina -Aprovechen su tiempo a solas~- canturrea con una risita antes de cerrar la puerta.
Dejando a un muy confundido y avergonzado Junsu junto a un Yoochun que jura va a matar a su amigo cuando vuelva a verlo.
-Vas a ser mi mano derecha a partir de ahora- el mayor le hace saber, rompiendo la tensión de ese silencio un tanto vergonzoso -Estarás asignado como enfermero de mis pacientes y tendrás que ayudarme cuando lo solicite... y almorzaremos juntos- agrega aquello último con una nueva sonrisa traviesa -¿Quedo claro?-
-Si… pero… - No puede creerlo, ¿está escuchando bien?, ¿el Doctor Park le está pidiendo que almuerce con él? – ¿No cree que es inconveniente el que yo almuerce con usted? – Pregunta el castaño entre sonrojos, tratando de apartar su mirada de aquella más oscura que le ve intensamente. Si, muere de ganas de poder almorzar con el pelinegro, pero tampoco quiere que las cosas entre ellos sean malinterpretadas por los demás trabajadores.
-¿Inconveniente en qué?, a mi no me causa ningún problema, ¿y a ti, enfermero Kim? – Pregunta Yoochun, no iba a quedarse sin su oportunidad de poder pasar más tiempo con Junsu –aunque ahora que es su mano derecha lo tendrá a su lado todo el tiempo, pero bueno, debe de aprovechar las oportunidades de tener a ese jovencito muy cerca de él.
-No, pero…
-Entonces que no s hable más, almorzaremos juntos.
Sentencia el pelinegro con una de esas sonrisas encantadoras que le alteran el corazón en un segundo al castaño y le dejan completamente sonrojado.
La rutina del castaño sigue siendo la misma, despertar temprano, estar de forma puntual en el hospital, saludar a sus compañeros de su área anterior y después llegar presuroso a su cubículo para poder dejar sus cosas y poder saludar a sus niños. Las cosas con el Doctor Park marchan con normalidad, a Junsu le alegra demasiado el poder estar con él, compartir aquellos momentos de trabajo y sus horas de almuerzo, ha descubierto que con el paso del tiempo ha podido entablar conversación con el doctor con un poco más de confianza aunque claro, los sonrojos siguen allí así como una cierta tensión ha nacido entre los dos, no es nada personal, no es como si no se agradarán o algo parecido, es algo más. Es como si el cuerpo de Yoochun tirará del suyo, como si le llamará a gritos pero a la vez le pidiera que saliera huyendo de él porque sabe que cosas indecentes saldrán de allí si él se acerca más de la cuenta.
-Tensión sexual, entre ustedes dos hay tensión sexual
Su mejor amigo y ex compañero menciona con total normalidad una vez se han sentado juntos y él tontamente la ha comentado aquello que últimamente siente cuando esta junto a su doctor.
-¡¡Shim Changmin pero que cosas dices!!- chilla, colorado de la vergüenza, dejando un golpe sobre el brazo ajeno.
-¡Digo la verdad! Deberían acostarse de una buena vez y dejar de andar aguantados- el morocho habla con naturalidad, intentando esquivar esos golpes que caen contra su cuerpo, riendo por ver a su amigo tan abochornado -Debo irme ya, mi turno empieza en un rato-
-¡Vete! ¡Y no vuelvas!- exclama empujándole, comportándose como todo un chiquillo que no puede con el calor en sus mejillas y sus hormonas revueltas.
Changmin se pone de pie, dejando un golpecito en la frente del castaño, riendo nuevamente al oírle hacer todo un berrinche mientras camina para retirarse, girando en seco antes de salir por la puerta.
-Piénsalo Kim Junsu, yo sé que tengo razón, pero tú tienes que darte cuenta. ¿Acaso no te dan ganas de hacer 'cosas' con tu doctorcito cada que lo vez?- deja la pregunta en el aire y despidiéndose apenas, sale de aquel lugar.
Junsu se ha quedado sentado mirando hacia la puerta cerrada, con el intenso calor en las mejillas y esas palabras dando vueltas en su cabeza. ¿'Cosas'? ¿De aquellas en las que se incluyen... besos? Y... ¿toques por aquí y por allá? ¡Bueno, si es tensión sexual no puede ser otra cosa más que eso!
-¡No, no, no, saca eso de tu cabeza Kim Junsu!- se reprocha a sí mismo, poniéndose de pie, casi corriendo al baño para poder lavar su rostro con agua fría y alejar esos pensamientos inapropiados que han comenzado a rondar su cabeza.
~~~*~~~
-¡Junsu Oppa, yo quiero que ates mis coletas después!- pide una de las pequeñas que se sienta al lado del enfermero Kim, quien está bastante entretenido en hacerles lindos peinados a esas pacientitas que han terminado de comer obedientemente todo su almuerzo.
-Yah, ¿tan bonitas quieren verse para cuando toque su chequeo con el doctor Park?- bromea entre risitas, realmente divertido de ver todas esas reacciones emocionadas por parte de las pequeñas al mencionar al guapo doctor.
-¡Junsu Oppa! ¡Junsu Oppa! ¡Deja que arreglemos tu cabello para que también estés guapo cuando venga el Doctor Park! - una de las pequeñitas pide entre sonrisas haciéndole sonreír.
-¡Yah! ¡Junsu Oppa no tiene que hacer eso!, ¡Junsu Oppa es guapo y un príncipe! – La pequeña Daehyun le defiende, haciendo reír al castaño, es tan preciosa mientras le defiende diciendo que es guapo a las otras niñas.
- Daehyun tiene razón, el enfermero Kim es muy guapo – Aquella voz altera el corazón de Junsu en un segundo, le hacen sentir avergonzado y tiñen sus mejillas de rojo. Las pequeñas chillan y gritan mientras saludan a su doctor favorito, mientras Junsu permanece sentado allí, mirándole de reojo, pero cuál es su sorpresa al ver que no es el único que le ve furtivamente, ¡ha descubierto que el Doctor Park también le está mirando a él! ¡¡A él!!
-¿Enfermero Kim, puede venir un momento? – Yoochun pide al castaño entre sonrisas, llamándole con su mano para que se acerque a él. Las pequeñas que se encuentran allí chillan con emoción al verlos juntos, ¡Dios! Junsu está seguro que alguna de las niñas por allí ha gritado que son novios, o algo parecido, la verdad es que Junsu no puede pensar con claridad ahora que tiene al Doctor Park frente a él, ¡que alguien le diga que se detenga! ¡Que deje de sonreír así y verse tan guapo!
-¿Su... Sucede algo? – Pregunta el castaño en un balbucea tratando de romper ese silencio entre los dos, Yoochun no puede dejar de mirarle, de sonreír enternecido y realmente divertido al ver como su enfermero busca el apartar su mirada, totalmente avergonzado, es una lindura que muere por abrazar y besar.
-¡Oh! Nada importante, solo vine a traerte esto – Habla el pelinegro extendiéndole esos libros que Junsu por alguna razón – por no querer ver a su Doctor más de la cuenta – no se había dado cuenta que traía en sus manos – Se que aun sigues estudiando así que pensé que estos libros te servirían de mucho – Una sonrisa traviesa y encantadora y ya tiene el corazón de Junsu latiendo como potro desbocado, con las mejillas coloradas y una pequeña sonrisa boba mientras contempla aquellos libros de pediatría que ahora descansan en sus manos.
-No debió molestarse, yo…
-Con un gracias está bien, enfermero Kim – Y de nuevo Yoochun lo está haciendo, le sostiene la mirada, le observa con detenimiento mientras deja que sus sonrisas traviesas y coquetas salgan a flote. De verdad, le gusta demasiado Kim Junsu.
-G-gracias...- balbucea el castaño, abrazando esos libros que desde ya cuidará como un valioso tesoro que sabe va a ayudarle a cumplir su meta.
Los niños juguetean alrededor de los dos mayores, corretean de aquí para allá y casualmente uno de los pequeños ha empujado al enfermero Kim haciéndole perder un poco el equilibrio.
-Junsu, ¿estás bien?- el doctor le ha sujetado de la cintura justo a tiempo, y el menor no ha sabido cómo pero sus manos han terminado bien apoyadas sobre el pecho ajeno. ¿Y los libros? Ah, en el suelo. Pero su cerebro no puede procesar otra cosa que no sea el cuerpo de Park Yoochun contra las palmas de sus manos, rodeando su cintura; y el hecho de que le haya llamado 'Junsu' y no haya usado su apellido por primera vez en lo que llevan conociéndose allí en el hospital.
-¡Doctor Park! ¡Junsu Oppa se ha puesto todo rojo! ¿Le ha dado fiebre?- cuestiona Daehyunnie, bastante preocupada, acercándose a jalar con una de sus manitas la bata blanca del pelinegro.
Y es entonces que Junsu sale de su estupor, apartándose rápidamente para recoger esos libros que han caído al suelo.
-E-estoy bien, muy bien- habla rápido, sintiendo como su corazón retumba contra sus oídos y ni siquiera le deja oír sus propios pensamientos. ¡Dios! ¡¡Que vergüenza!! ¡¡Han estado tan cerca, tan cerca!! ¡Y el doctor le ha visto completamente sonrojado justo frente a sus ojos!
-Solo vine a dejarte eso, me retiro ahora~- anuncia el mayor, ganándose algunas caritas tristes de parte de los niños, prometiéndoles que volvería después -Por cierto enfermero Kim- le llama desde la puerta antes de salir -Si necesitas ayuda o no entiendes algo, no dudes en buscarme en mi oficina- habla sonriendo coqueto, atreviéndose a guiñar uno de sus ojos antes de soltar una risita; era demasiado entretenido hacer sonrojar a Kim Junsu, a pesar de que últimamente cada vez que le ve así de colorado, siendo irresistiblemente adorable, teme que perderá los estribos y terminará atacándolo para comérselo a besos.
-G-Gracias... Doctor Park… Lo tomaré en cuenta- Aunque sabe que ni loco podría acercarse a él más de la cuenta, si ahora que le tiene a unos pasos de distancia siente que va amor de un ataque al corazón o algo parecido, ahora, estar tan juntos los dos… en un lugar solos… encerrados. Y entonces lo que hablara con Changmin más temprano ha vuelto a su mente, de verdad, existía tensión sexual entre ellos dos y él, quería huir de él, aunque parecía que por más que corriera, por más que quisiera alejarse, su corazón y todo su ser corrían en círculos alrededor de él, casi como si deseosamente buscara el que aquel pelinegro le notara.
-Nos vemos más tarde ~ - Se despide el Doctor; una mirada traviesa, una sonrisa coqueta y para él ha sido casi como una promesa de algo demasiado tentador, sensual y oscuro de lo cual no podía escapar. ¡De verdad estaba muy mal!, necesitaba salir y lavarse la cara con agua helada, tenia, ¡no! Necesitaba dejar de pensar de esa forma tan ‘pervertida’ con su Doctor.
~~~*~~~
-Junsu Oppa ~ ¿a ti te gusta el doctor Park? – La pregunta de la pequeña Daehyunnie le toma por sorpresa, hace que su corazón lata rápidamente y que la vergüenza coloree sus mejillas de rojo, ¿podría ser más obvio?
-No, yo… aprecio mucho al doctor Park pero…
-Pero también le gusta a Junsu Oppa, ¿no es verdad? – Pregunta de nuevo la niñita mientras le permite hacer su revisión rutinaria. Puede ver emoción en esos pequeños ojitos castaños que esperan impacientes su respuesta, no sabe la razón por la que le pregunta aquello, ni porque esta tan emocionada, pero aquello le hace pensar que quizá ha sido demasiado obvio, ¿será que su doctor ya se ha dado cuenta de sus sentimientos por él?
-¿Qué te hace pensar que a tu Oppa le gusta el Doctor Park?
-Es que tu siempre sonríes Oppa, pero cuando viene el doctor Park a jugar con nosotros, ¡Oppa sonríe mucho muuucho más! Y siempre nos hablas de él y nos cuentas lo que él hace ¡y también dices que es guapo!- sonríe con algarabía la pequeña, jalando de la mano a su enfermero favorito para que se siente a su lado sobre la camilla.
Junsu se ha quedado pensando en lo que ha dicho Daehyun, es cierto que el habla mucho del doctor Park, y en repetidas veces ha mencionado que es guapo para hacer sonreír a las niñas, pero no había notado aquello sobre su sonrisa. Es normal para el enfermero Kim tener una linda sonrisa pintada en el rostro, le gusta contagiar un poco de su alegría a los demás, especialmente a los niños, pero ha descubierto que solo Park Yoochun le hace sonreír más de la cuenta. Porque a pesar de morir de vergüenza constantemente cuando está en su presencia, ama verlo jugando con los niños, preocupándose por ellos; ama compartir con él su hora de almuerzo y oírle hablando seriamente cuando toca temas importantes. Park Yoochun le hace feliz, le hace el hombre más feliz del mundo, y eso que siente por él cuando se acerca demasiado no es solo tensión sexual, y eso es algo que sabe desde el primer instante en que le vio.
Es amor.
-¿Puedes guardar un secreto, verdad princesa?- sonríe mirando a la pequeña, acercándose un poquito más a ella -El Doctor Park me gusta mucho, muchísimo~ Y lo quiero con tooodo mi corazón-
-¡¡Lo sabía!!- chilla la más pequeña, haciendo reír al enfermero, abrazándose a él entre risitas mientras recibe esos mimos en su cabello que el mayor no duda en dejarle.
~~~*~~~
Ha llegado el día en que a la pequeña Daehyun van a darle de alta, y Junsu, junto a la mamá de la menor, se ha encargado de ayudarla con sus cosas; hasta que la señora ha ido a realizar unos trámites finales y le ha dejado un momento con la pequeña.
-Vas a cuidarte mucho princesa, ¿si? Iré a visitarte para asegurarme de que estés tomando tus medicamentos y comiendo muy bien~- sonríe el castaño, poniéndose en cuclillas para estar a la altura de la menor y poder recibir esos bracitos que al instante se cierran en torno a su cuello.
-Daehyunnie, ¿estás lista?- una tercera voz llega desde la puerta de la habitación.
-¡Si, doctor Park!- exclama la pequeña, apartándose del enfermero para mirar a su doctor favorito.
-Ve con el doctor~ Te llevará con tu umma~- se despide una última vez, sonriendo al ver como la pequeña intercala su mirada traviesa entre su persona y el pelinegro. Y ha esperado solo un momentito a que el mayor de los tres aparte la mirada, para poner uno de sus dedos sobre sus labios y sonreírle a su pequeña. Solo ellos dos pueden saber ese secreto.
Yoochun sonríe realmente contento apenas se ha puesto de cuclillas y aquellos pequeños bracitos han rodeado su cuello para darle un abrazo de despedida. No había nada que le hiciera sentir mejor que el saber que uno de sus pequeños se ha recuperado perfectamente y ahora puede volver a casa; ver sus sonrisas de emoción al saber que pueden salir del hospital, ver la tranquilidad y la felicidad en el rostro de los padres de aquellos niños al saber que su hijo está sano, es su mejor paga.
- Daehyun ah ~ no olvides comer todos tus alimentos, ser una buena niña y abrigarte bien si hace frío – El pelinegro habla entre sonrisas mientras acomoda aquellos cabellitos rebeldes que se escapan de aquella coleta de la pequeña. – Y por cierto, no vayas a olvidarte de mí, así que crece mucho y ven por mí para casarte conmigo.
Pero grande es su sorpresa cuando en vez de recibir una aprobación por parte de la pequeña y miles de risas mientras le dice que volverá por él, ella ha comenzado a negar con su cabecita, negando aquellas palabras.
-No, el Doctor Park se va a casar con Junsu Oppa, porque a él le gusta mucho ~ - Pero al parecer aquello era algo que la pequeña Daehyun debía de decir porque después de un par de chillidos diciendo que ella no debía de decir aquello, que eso era un secreto.
¿¡Así que él le gustaba a su dulce y lindo enfermero!? Su corazón se regocija de pura emoción dentro de su pecho mientras una sonrisa amplia y brillante se apodera de su rostro, ¡no puede con la contentura, que vamos!, ¡saber que la persona que más te gusta tiene los mismos sentimientos que tú es perfecto! Aunque claro, aun quiere escuchar ese ‘me gustas’ de aquellos labios rosados y bonitos que en ese momento muere por besar.
-El Doctor Park guardará tu secreto, a cambio de que tu guardes el mío – Tranquiliza a la pequeña niña mientras se acerca solo un poco a su oído lo suficiente para contar aquel secreto – Me casaré con el enfermero Kim. – Dice sin más, haciendo reír y chillar en con total emoción a Daehyun, uniéndose a sus risas antes de tener que despedirse de ella cuando su madre ha terminado con su papeleo y ha tenido que llevársela.
Y ahora que sabía que le gustaba a su hermoso enfermero, él tenía que hacer algo.
~~~*~~~
-Junsu~- la voz de Jaejoong desde la puerta de aquel cubículo donde el menor guarda sus pertenencias le hace girar, saludando apenas al mayor mientras le ve acercarse -¿Ha terminado ya tu turno?-
-Si Hyung, termine con el papeleo que me faltaba hace un momento-
-Antes de que te vayas, Yoochun me pidió que fueras a su oficina. ¡No tardes!- le hace saber con una sonrisa, 'huyendo' antes de que el castaño pueda preguntarle cualquier cosa, dejándole con ese gesto de confusión sobre el rostro.
Junsu apresura sus pasos hacia la oficina del pelinegro. ¿Por qué quiere verle? ¿Habrá olvidado llenar alguna de las fichas de los pacientes? ¿Se habrá equivocado con ciertos datos? El doctor Park nunca le había mandado llamar después de finalizado su turno.
Toca la puerta de aquella oficina un tanto temeroso, esperando que el mayor le permita entrar para asomarse tímidamente dentro de aquel consultorio.
-¿Me llamó Doctor Park?- cuestiona, sintiéndose de pronto acorralado, muriendo de vergüenza cuando el pelinegro se ha puesto de pie dejando su escritorio para acercarse a él.
Sus pasos son firmes, está decidido en hacerle saber a Kim Junsu lo que siente por él justo en ese momento, así que no ha dudado en acercarse hasta que solo algunos centímetros les separan.
-¿Te han estado sirviendo los libros que te di?- cuestiona, sonriendo al ver al menor asintiendo efusivamente.
-Muchísimo, no sé como agradecerle la ayuda que me ha dado con esos libros-
Y esa pequeña pero adorable sonrisa que Junsu le ha dejado ver ha sido el detonante perfecto; su corazón se acelera y no puede evitar acercarse un poco más, tomando una de las manos ajenas para atraerla a su pecho, dejándole sentir el latido desenfrenado de su corazón.
-Creo que desde hace un tiempo le pasa algo a mi corazón... se acelera así cada que te veo sonreír, ¿sabes?-
Los sonrojos son inevitables en el rostro de Junsu, puede sentir el latir del corazón del mayor bajo su palma, un latir presuroso que se iguala al suyo, es casi como si sus corazones latieran al unisonó, con la misma fuerza, enamorados.
-Yo... – Balbucea el castaño con un gesto confundido en el rostro mientras busca la mirada ajena. No lo comprende, ¿es acaso que Yoochun está enamorado de él?, no quiere hacerse ideas que quizá después sean erróneas, pero, cómo no pensar en eso si Yoochun le mira de esa forma, sonriente, con una mirada brillante que casi puede decirle a gritos que hay algo más allí, que hay amor.
-¿No puedes imaginar por qué late así cada que te veo? – Pregunta el pelinegro, sonriendo quedito perdido en esos sonrojos y esa carita confundida mientras el menor niega con su cabeza. – Porque me gustas Kim Junsu, me gustaste desde la primera vez que te vi hace tiempo atrás, me gustaste desde la primera vez que me sonreíste y te sonrojaste apenas me miraste, y supe que era amor, cuando te miré aquí todo el tiempo compartiendo tu alegría y esas sonrisas lindas con todos esos niños que parece te aman. Supe que era amor cuando esperaba impaciente a que fuera la hora del almuerzo para tenerte aquí, para escuchar tu voz, sé que es amor porque ahora que te tengo aquí frente a mí, siento que mi corazón va a salir corriendo en algún momento… Dios… me siento como todo un jovencito declarándose a su primer amor... – La risa del pelinegro es un tanto apenada pero aun así no se retracta de lo que dice, porque sabe que eso es lo que siente. – Aunque… quizá si lo sea, porque tú eres mi primer amor Junsu ah ~
El castaño no puede creer lo que está escuchando, su doctor, su Park Yoochun está diciéndole que le gusta; y su corazón no le deja ni siquiera escuchar sus propios pensamientos, late tan fuerte, tan veloz que teme que vaya a salirse de su pecho en algún instante. Sabe que su rostro está colorado a más no poder, puede sentir ardiendo sus mejillas y sus ojos no pueden apartarse de esos más oscuros que le dicen con toda sinceridad que aquello es real y no es un sueño.
-Tú...- balbucea, sonriendo de pronto, llevando su mano libre hacia sus labios para amortiguar esas risitas nerviosas que no puede evitar -Park Yoochun... tú me... gustas también- murmura, sin poder apartar su mirada de los ojos ajenos. Antes podía evitar su mirada fácilmente, pero ahora; simplemente no puede dejar de verle.
-Déjame verte...- pide el mayor, acercándose otro poco, tomando esa mano que cubre los labios ajenos, apartándola para encontrarse con esa sonrisita avergonzada. Y no puede esperar más, quiere besarle, hacerle sentir todo ese amor que se rebalsa de su pecho.
Se han consumido las distancias en menos de un segundo, sus labios se han encontrado, acoplándose perfectamente, dando inicio a ese beso lento y delicioso que les hace sentir fuegos artificiales estallando dentro de sus pechos.
Los brazos de Yoochun han rodeado el cuerpo ajeno, tratando de acercarle más a él mientras sus bocas aun continúan fundidas en aquel beso dulce, le quiere cerca, le necesita cerca de él y al parecer no es el único, ya que en menos de un segundo ya tiene los brazos de Junsu rodeando su cuello, pidiéndole sin palabras por un poco más de cercanía.
Sus bocas se separan apenas han dado fin a aquel primer beso, sus miradas se encuentran, se profesan un poco de ese amor que saben es mutuo a través de miradas y sonrisas y esos pequeños piquitos que terminan cayendo sobre los labios contrarios, al parecer encuentran muy divertido el sonreírse entre beso y beso o es quizá ahora no pueden dejar de besarse.
-Ven… Sentémonos – Pide el pelinegro, tirando de la mano de su Junsu hasta llevarle con él hacia el otro lado de su escritorio, tirando de él hasta hacerle sentar sobre sus piernas, riendo quedito, realmente enternecido al ver esos sonrojos que pronto pintan esas redondas mejillas que no duda en besar. – Eres tan adorable, ¿sabes? – Habla quedito mientras le estrecha entre sus brazos, acomodándole mejor sobre su regazo.
-No creo que… sea bueno que esté sentado así, que tal si alguien viene y … - La boca de Junsu ha sido callada por la del mayor que pronto termina capturando sus labios de nuevo, en otro beso que en esta ocasión le ha dejado con la mente en blanco en tan solo un segundo.
-Nadie va a venir- murmura el pelinegro contra sus labios, volviendo a hacerse de ellos en más besos cortos pero igual de apasionados.
-Yoochun ah...- balbucea, tirando un poco del cuello de esa camisa que trae el mayor, queriendo tenerle más cerca, queriendo que le bese un poco más.
Ambos saben lo que quieren, saben que tienen esas ganas allí dentro desde hace demasiado tiempo. Incluso Changmin se lo había dicho a Junsu; las ganas de hacer el amor son más que obvias en ese momento.
El castaño está tan sumido en aquel beso húmedo que ni siquiera puede procesar la situación; el pensar si esto es correcto, si es muy apresurado, pero la verdad es que no le importa. ¡No le importa en absoluto! Quiere a Park Yoochun, le quiere amándole, conociendo su cuerpo y siendo la primera y única persona que le haga tocar el cielo con los dedos. Quiere embriagarse en ese perfume que desde un principio le ha vuelto loco, en ese particular olor que tiene su doctor que logra alterar completamente sus sentidos.
-Junsu...- la voz gruesa choca contra esos finos labios que intentan recuperar el aire perdido, mientras las manos del pelinegro buscan una forma de deslizarse bajo la tela de aquella camiseta que el menor trae puesta -¿Puedo?- cuestiona apenitas, sonriendo al ver como el menor asiente con las mejillas coloradas; y no duda en meter sus manos, acariciando esa piel que se siente tersa y tibia al tacto, tocando sus costados, deslizándose hasta subir por su columna entre suaves caricias.
Los suspiros no se hacen esperar, Junsu no puede retenerlos entre sus labios y los deja escapar con cada toque atrevido mientras sus labios continúan jugueteando a dejar piquitos sobre los ajenos.
-Yoochun... está bien que... nosotros...- habla entre balbuceos queditos, con las mejillas adorablemente moteadas en sonrojos -... ¿aquí en tu oficina?- y deja en el aire aquella frase incompleta, esperando que el mayor la haya entendido, porque simplemente moriría de vergüenza si tiene que preguntar otra vez.
-¿Hacer el amor?- Pregunta en voz baja con total naturalidad que al castaño le avergüenza un poco más. – Me gustaría llevarte a un lugar mucho mejor, más bonito, pero justo en este momento quiero demostrarse todo el amor que siento por ti, que no puedo contenerme, esperar o alejarme de ti – Murmura sobre esa boca deliciosa que le sabe demasiado dulce, buscando sus suaves y tibias mejillas para dejar besos hasta llegar al oído del menor – Además… desde hace un tiempo acá, he tenido unas ganas de traerte aquí y hacerte cosas indecentes.
La voz ronca del pelinegro sobre su oído, su aliento caliente y esas manos traviesas que aun tocan la piel de su espalda le estremecen el cuerpo, le hacen suspirar y que un calor abrazador nazca en la parte baja de su vientre. Le necesita.
- Ámame – Murmura quedito con ese ardor en sus mejillas un poco más intenso, sabiendo que se ha sonrojado mucho más al pedir aquello, pero lo quiere, no importa el lugar, porque para él es perfecto si lo comparte con Yoochun.
Sus bocas se funden nuevamente esta vez en un beso mucho más profundo, cargado de todo ese amor y esa pasión que circula por sus venas como fuego; las manos del mayor han tomado ímpetu, se mueven por caminos más atrevidos mientras acomoda mucho mejor al menor sobre él; sonriendo quedito sobre la boca ajena cuando sus manos han terminado sobre ese redondo y perfecto trasero que en más de una ocasión ha visto más de la cuenta.
– Mnnhg ~ Yoochun - Junsu jadea un tanto alterado apenas aquellas manos han apretujado su trasero, sintiéndose avergonzado cuando aquellos sonidos se han repetido desvergonzadamente apenas el pelinegro ha encontrado entretenido y realmente placentero al apretujar y tocar su trasero.
-Tan sexy-
-Nnhg~ Babo... seguro que entre esas 'cosas indecentes' estaba tocarme así... ¡mhg!- le acusa con una pequeña sonrisita avergonzada, remordiendo sus labios cuando el pelinegro ha tirado de su cuerpo, obligándole a mover un poco la cadera. Y de pronto toda la sangre se le sube al rostro apenas ha recordado donde es que está sentado, ¡y claro que lo ha sentido! Su Yoochun aún no está tan emocionado pero... puede sentirle perfectamente, justo allí abajo.
-Bueno... no puedo negar que me encanta tu trasero~- el mayor sonríe travieso, repitiendo aquel movimiento que hiciera hace un momento, notando como cada vez el castaño remuerde un poco más sus labios; así que opta por besarle, quizás así no acalle tanto esos ruiditos que quiere escuchar claramente.
Se hace de la boca ajena, le besa con ganas mientras una de sus manos vuelve bajo la camiseta ajena y se desliza hasta el vientre ajeno, subiendo por el abdomen, palpando esa piel suave, dejando su huella en ella mientras sube hasta hacerse de uno de esos montecitos en su pecho.
-Nnhg~ ¡Yoochun!-
-Parece que eres sensible aquí~-
-N-no lo soy...- niega, solo logrando que el pelinegro arranque más gemidos de su boca cuando se dedica a apretar y tirar suavemente de ese sensible pezón.
Pero no, claro que Kim Junsu no va a dejar que Yoochun tenga toda la diversión; el también quiere tocarle, quiere explorar su cuerpo de la misma manera, y no ha tardado en llevar sus dedos justo hacia los botones superiores de la camisa ajena. Se deshace de ellos, uno a uno, descubriendo ese amplio pecho en el que posa las palmas de sus manos, acariciando suavemente esa piel, descendiendo por su abdomen casi hasta su ombligo. Park Yoochun era tan perfecto, sexy, masculino, con un olor delicioso y una sonrisa matadora; definitivamente ese hombre le vuelve loco.
-Alza tus brazos~ No es justo que solo tú me mires- y esa sonrisa traviesa que acelera el corazón del castaño es suficiente para hacerle obedecer -Tan precioso-
Yoochun recorre la piel del torso ajeno, se ve tan perfecta y es tan suave que le dan ganas de probarla y claro que no se va a quedar con las ganas. Su boca desciende con besos por el cuello ajeno, sintiéndose emocionar cuando entre suspiros, Junsu le da permiso para besar y probar aquella piel a su antojo. Deja marcas rojizas y sutiles sobre aquella dermis irresistible mientras sus manos impacientes recorren y tocan toco lo que tiene a su paso. – Mi Junsu dice que no es sensible aquí… pero a este pervertido le ha dado ganas de probar estos montoncitos de aquí, ¿puedo? – Pregunta, buscando la mirada del menor mientras deja un pequeño beso travieso que arranca un jadeo alterado de aquella boquita rosada.
Con las mejillas coloradas de vergüenza el menor le ha dado el permiso para tocar esa parte de su cuerpo, nunca había pensado que aquella parte de él fuera tan sensible, o quizá es que solo era sensible con Yoochun, porque al parecer él sabía cómo tocarle, como arrancar de él esos sonidos desvergonzados.
-Nnhg~ Yoochunnie ~ -Gime mientras su cuerpo se estremece; el pelinegro tira de aquellas puntas rugosas que se turna en tomar con su boca, lamiendo, chupando, probando aquel manjar dulce que pronto se ha vuelto su adicción. Junsu se remueve sobre el cuerpo ajeno, deja que sus cuerpos se toquen y estén un poco más cerca, que esa parte que se encuentra al sur de sus cuerpos se rocen y se ‘emocionen’ un poco más. Ha encontrado fascinante y realmente excitante el poder escuchar esos jadeos roncos que vibran sobre la piel de su pecho.
La mano de Yoochun ha terminado entre sus cuerpos, toca su vientre y desciende un poco más al sur; su sonrisa es triunfante mientras deja más besos y atenciones sobre el pecho ajeno, sentir la emoción de Junsu bajo su palma le ha emocionado demasiado tanto que teme se volverá loco cuando termine de verle al desnudo o pueda tocar más de ese perfecto cuerpo. – Junsu ah ~ ¿puedo tocar un poco más por aquí? – Pregunta aunque él traviesamente ya lo está haciendo.
-Uumh~ Tócame...- el menor pide, con las mejillas arreboladas de sonrojos, no puede decirle que no, no puede negarse a esas caricias que sabe que quiere. Así que le permite al mayor hacerse del botón y el cierre de sus pantalones, jadeando cuando esa mano ha comenzado a tocarle por encima de los bóxers -Yoo... Yoochun~ Nnhg~-
-Estás muy caliente aquí... que sexy~- sonríe travieso, masajeando con su palma esa extensión que siente crecer bajo sus atenciones, aún sobre la estorbosa tela. Los labios gruesos del pelinegro continúan mimando esos erguidos pezones que le saben delicioso, pero parece que Junsu quiere más, parece que le desespera un poco su paciencia; porque de pronto lo tiene allí, jalando su rostro para buscar su boca y besarle con ganas mientras su cadera se mueve contra esa mano que toca su hombría.
-Más... nnh más...- el castaño balbucea contra la boca ajena, pide con la vergüenza coloreándole el rostro y el corazón a mil por hora; aprovechando también para empujar con sus manos la tela de la camisa del mayor, queriendo quitársela para estar en iguales condiciones. Sus pupilas han quedado ancladas a ese torso desnudo que ahora tiene frente a él, esos hombros anchos y esos brazos trabajados; puede que el doctor Park no sea musculoso, pero sus brazos se miran fuertes y... de pronto ya tiene sus manos tocándolos, subiendo desde sus brazos hasta sus hombros, donde no ha tardado en anclar sus manos para usarlo de apoyo y dedicarse a mover su cadera un poco más.
-Nnnhhg~ Junsu...- sintiéndose demasiado excitado cuando el pelinegro ha gemido con esa voz ronca y sexy por culpa de la fricción en aquel lugar al sur de sus cuerpos.
Las manos del mayor buscan nuevamente ese redondo trasero, apretujándolo con sus dedos mientras le ayuda en cada delicioso movimiento, alzando su cadera para encontrarse en cada uno de esos frotes morbosos que solo les emocionan más y más.
-Yoochun... hazlo ya... nnhg hazme el amor- pide con desesperación, dejando de lado su vergüenza, solo un momento, el suficiente como para ser todo un travieso y pedir esas cosas que ni siquiera mencionaría sin no tuviera la calentura encima -Mmhg~ Doctor Park~ Hazme cosas indecentes, ¿si?-
La risa traviesa del pelinegro no se hace esperar, ha encontrado algo que le gusta al igual que las sonrisas de Junsu y es ver ese rostro cubierto de sonrojos mientras le pide un tanto desesperado que le haga el amor, le acelera el corazón y revoluciona hasta la última célula de su cuerpo que pronto arden por él. Quiere ver cada uno de esos lindos sonrojos, quiere escuchar cada uno de esos sonidos sexys que el menor hace con cada uno de sus toques, y sobre todo quiere conocer ese cuerpo perfecto.
-Tus deseos son órdenes, pero… para poder hacerte cosas indecentes tenemos que desvestirnos – Habla con total paciencia, esa que no tiene pero que se esfuerza en demostrar porque él también muere de ganas por hacer el amor, pero… ahora que sabe la facilidad con la que Junsu se desespera, quiere hacerlo, quiere provocarle hasta el punto que le pida a gritos que le haga el amor.
-Yoochunnie ~ - Un puchero se ha apoderado del rostro ajeno apenas el movimiento de su cadera ha sido detenido y la cercanía en sus cuerpos ha desaparecido apenas el mayor le ha pedido que se ponga de pie. Suspirando pesado y frustrado apenas el mayor ha hecho espacio en su escritorio para sentarle allí. – Podrías verme en otro momento – Balbucea sintiendo un poco más de calor en su rostro apenas ha sentido esa intensa mirada sobre todo su cuerpo. – So… solo quítame la ropa.
-¿Tantas ganas tiene mi lindo enfermero de que le haga el amor?- Yoochun pregunta lo obvio; sus manos se han posado sobre los hombros ajenos, toca esa suave piel que siente estremecer bajo su toque.
-S-Si… tu enfermero tiene tantas ganitas, que duele-
-¿Y donde es que le duele a mi enfermero?, yo que soy su doctor podría ayudarle-
-Yoochun~ Eres un...- intenta reclamarle que es un pervertido, pero no puede, no cuando le tiene allí besando su cuello mientras sus amplias manos descienden acariciando sus brazos, volviendo a subir para bajar por su pecho -Nnhh~ Me duele... aquí...- balbucea, colorado de vergüenza, haciéndose de una de las manos del mayor para dirigirla nuevamente a su pelvis, pidiendo sin palabras que le toque un poco más.
-Me voy a encargar de aliviar ese dolor Junsu ah~- le asegura con una sonrisa coqueta, esa que solo emociona y a la vez desespera otro poco al castaño.
Esa mano que hace un momento estuviera tocando la entrepierna del menor por sobre la tela, se ha metido traviesamente debajo de esta, sintiéndole duro y caliente entre sus dedos, húmedo en la punta y bastante deseoso de placenteras atenciones.
-Nnhg~ Yoo...Chunnie... Uumhg~- Junsu tiene que buscar los hombros del mayor para sostenerse, sabe que está sentado, pero aún así siente como si en algún momento fuera a perder el equilibrio y caerse; deja que Yoochun le toque, que sea solo él quien conoce esos íntimos lugares con sus manos, con su profunda mirada que ahora se posa justo allí entre sus cuerpos cuando ha tirado de sus bóxers para apartarlos -Chun, tócame~- pide, solo un poquito más desesperado porque el mayor se ha detenido para mirarle atentamente, ¡pero él quiere que siga!
-Tan desesperado~ Déjame quitarte esto, ¿si?- el doctor tira de él hasta ponerlo de pie, ayudándole a deshacerse de sus pantalones y su ropa interior antes de alzarle entre sus brazos y volver a sentarle sobre la mesa. Y si Yoochun pensaba que iba a poder quedarse mirando a su Junsu solo así por así pues estaba equivocado, porque el castaño también quiere verle y pronto se ha hecho de la hebilla de su cinturón.
-Quítalos, déjame quitártelos...- pide, siendo detenido por las manos ajenas, perdiendo de foco el mundo cuando esa boca deliciosa se hace de la suya por un momento -¿Por qué no?- pregunta con un puchero, suspirando cuando las manos de Yoochun buscan su trasero para acariciarlo sin la estorbosa tela de por medio.
-Déjame tocarte un poco más, ¿no quieres que revise esos lugares que te duelen? ¿Mm?- sonríe coqueto, buscando nuevamente esa erguida entrepierna, tomándola con una de sus manos para comenzar a masturbarle lentamente.
-Nnnhg~ Chunnie ~ - Gime quedo, estremeciéndose ante esas atenciones que el mayor tiene con él, remuerde sus labios, sintiéndose avergonzado ante esas sonrisas traviesas que Yoochun le dedica y esas miradas furtivas que terminan al sur de su cuerpo. Al parecer 'admirando' su trabajo por tenerle así de necesitado y claro, su curiosidad le ha hecho mirar también, disfrutando morbosamente del contraste de sus pieles, de esa mano grande y masculina que se mueve a un ritmo suave. - ¡Unhg! Doctor... P-Park... También me duele aquí ~ - Balbucea Junsu entre gemidos llevando una de sus manos hacia uno de esos montoncitos sobre su pecho que han quedado húmedos por la saliva del pelinegro, gimiendo entrecortado apenas lo ha tomado entre sus dedos y ha comenzado a acariciarlo como su Doctor lo hiciera antes. Aunque... Lo que había comenzado para calmar su 'dolor' ahora lo está utilizando a su favor para provocar al mayor apenas ha escuchado aquel jadeo ronco y ha terminado con la mirada del mayor siguiendo sus movimientos.-
- También me duele aquí... ¡Mnhg! - Menciona sintiéndose sin aliento apenas ha utilizado su mano libre para llevarla al sur de su cuerpo sobre la punta de su falo que gustoso recibe todas esas atenciones.- Haga algo al respecto... D-Doctor... ¡Nnhg! Creo que no podré con tanto 'dolor'
Yoochun se pregunta cómo es que si quiera puede respirar mientras esta allí, frente a ese ser tan sensual, nunca había pensado que su lindo y adorable enfermero podría ser todo un diablillo extremadamente sexy que podría hacerle esas peticiones. Su entrepierna ha dado un tirón apenas ha vislumbrado aquella imagen sexy de Junsu tocando sus propios pezones, ¡claro que lo necesita! Claro que desea el mandar todo muy lejos y hacerle el amor en ese momento, pero también quiere llevarle al límite y conocer hasta la última parte del castaño. Así que le ha dicho que no a su entrepierna que clama por atenciones para poder concentrarse completamente en Junsu.
- Enfermero Kim... Voy a necesitar su ayuda... - Pide, deja do desconcertado al castaño. - Toca tus pezones para mí, déjame conocer cómo es que a mi lindo enfermero le gusta que le toque, mientras yo me encargo del dolor que tiene mi enfermero justo por aquí - Habla el pelinegro justo antes de ponerse de rodillas entre las piernas del menor con toda la intención de calmar su 'malestar' en sus partes bajas.
De pronto el castaño se siente aún más caliente, puede imaginar que es lo que hará el mayor cuando le ve arrodillarse y por dios, alguien dígale a su corazón que se calme porque puede jurar que va a explotar en algún instante. Le obedece, toma con sus dedos uno de sus pezones, masajeándolo entre ellos, apretándolo y tirando de la punta suavemente, mirando a su doctor, sintiéndose otro poco más desesperado al verle allí, tan cerca de su entrepierna pero sin hacer nada más.
-Yoochunnie~- puchea, removiéndose sobre el escritorio, moviendo solo un poco su pelvis, sintiéndose caliente, febril y con unas ganas insaciables de que el pelinegro le toque a su antojo. Y justo en ese instante la boca de Yoochun se hace de la punta de su falo, haciéndole gemir extasiado; parece que para el mayor esto de tener paciencia iba a ser beneficioso si recibía a cambio esos ruidos tan sexys.
Se hace del falo ajeno entre sus labios, 'mimándolo' con besos y lamidas, disfrutando de su sabor, de esa sensación que deja contra su ávida lengua mientras escucha a su adorable enfermero gimoteando de puro placer, separando más sus piernas, llevando una de sus manos sobre el cabello azabache para enredar sus dedos entre varios de esos mechones cortos.
-¿Te gusta?- cuestiona el mayor, recibiendo un asentimiento efusivo y más jadeos; sintiendo nuevamente esa punzada en el bajo vientre, intentando con todas sus fuerzas resistir un poco más.
-Nnhg Chun~ Yoochun, quiero verte también~- pide el castaño, tirando de su brazo, queriendo que se levante para abrazarle y buscar sus labios mientras una de sus manos desciende entre sus cuerpos y se hace de ese prominente bulto bajo los pantalones ajenos -Quiero mmhg tocarte...-
Y esas palabras han sido el detonante para su autocontrol, el también lo desea, quiere que Junsu le toque, que le conozca al desnudo, tal y como está haciendo él. Así que le permite que desabroche sus pantalones, ayudándole a bajar la estorbosa tela para dejar a la vista esa hinchada entrepierna que se irgue orgullosa frente a los ojos del castaño, deseosa de caricias y toques que le calienten mucho más.
-¿Quieres tocar?- pregunta el doctor, tomando una de las manos ajenas para llevarla hacia su hombría, jadeando al sentir como le rodea con sus dedos finos.
-Si~ Nnh... Eres tan grande~ Mhg~-
Ver esa mirada cargada de deseo, sentir esos dedos finos tocando su miembro y como Junsu se desvive en cada jadeo y gemido le excita, le calienta a niveles de ebullición, y claro, su orgullo masculino se ha regocijado de puro gusto al saber que su castaño ha notado que tan dotado esta.
Se tocan descaradamente, exploran y conocen esos puntos que al otro hace gemir mucho más fuerte, jadear desesperados, Junsu ha descubierto lo sensible que es su Doctor justo en la punta de su falo, como llega a desesperarse cuando sus movimientos son mucho más lentos y empuja su cadera en busca de más contacto. Sus bocas se encuentran en besos húmedos, cargados de total pasión, se besan con hambre, con tal necesidad como si la boca contraría fuera su único alimento para sobrevivir, sus manos que se encuentran libres tocan sus cuerpos febriles mientras buscan más cercanía.
-Nnhg~ Te necesito ahora… Junsu ah, necesito hacerte el amor – Yoochun balbucea sobre el oído ajeno apenas ha dejado aquella boca deliciosa y adictiva para comenzar un recorrido húmedo y lento de besos y lamidas sobre la piel dulce del cuello ajeno hasta su pecho, riendo quedito al escuchar esa voz desesperada que se eleva un poquito más apenas su boca se ha hecho de aquel montoncito de piel oscura y sensible.
Junsu se estremece, de retuerce en cada atención, pero aun así no deja de acariciar el miembro ajeno, esa piel dura y caliente que humedece sus dedos cada vez que llega a su punta. Ama cada atención que el mayor le da, cada beso, cada toque, el explorar su cuerpo masculino pero no puede esperar más, no puede contener esas ganas que son igual de inmensas que las del mayor.
-¡Nnhg! Doc… Doctor Park… Yo… tengo un dolor muy… ¡Unhg! Muy grande justo aquí – El castaño ha tomado la mano del mayor, la lleva entre sus cuerpos justo hasta ese lugar tan íntimo que termina haciendo jadear a Yoochun.
-Esta muy caliente aquí… enfermero Kim, ¿duele mucho? – Pregunta con normalidad, todo con la intención de hacer avergonzar a Junsu, quiere verlo sonrojado a tope, quiere verle remorder sus labios justo como lo hace cuando esta avergonzado. Sus dedos tocan la intimidad del menor, conoce esa piel caliente y fruncida en pequeñas caricias que hacen estremecer el cuerpo ajeno y jadear un poco más desesperado.
El castaño asiente efusivamente, no encuentra su voz por más que intenta dejar de gemir deseoso y hablar siquiera un poco; pero justo allí, justo en ese lugar parece que es mucho más sensible que en cualquier otro. Busca aferrarse al cuello del mayor, tirando de él para que le bese, le necesita más que nunca y está a nada de pedirle que solo deje de tocarle y le haga suyo pero...
-¡¡Nnnnhg!! ¡¡Yoochun!!- exclama, perdiendo el hilo de sus pensamientos cuando uno de esos largos dedos se ha hecho espacio en su interior.
El mayor se concentra en prepararle, aunque esa desesperación en su cuerpo no pasa desapercibida; después de sentir ese caliente interior rodeando sus dedos no puede evitar pensar en lo mucho que quiere hacerle el amor.
-Junsu ah...- le llama entre besos, acercándose un poco más al cuerpo ajeno, permitiendo que un segundo dedo busque espacio dentro de ese estrecho interior, deteniéndose allí un momento, buscando esos ojitos castaños mientras comparten el aliento en medio de esas respiraciones agitadas -Te amo- confiesa, aún a pesar de que le haya dicho antes que es su primer amor; no se lo ha dicho de frente y quiere dejar de tenerlo guardado en el pecho -Te amo...-
El castaño puede jurar que su corazón va a estallar, no sabe cómo es que ese hombre puede enamorarle una y otra vez, no sabe cómo puede hacerle sentir tan feliz, incluso en medio de todo ese torbellino de placer. ¡Dios, lo ama demasiado!
-Nnhh... Y yo... te amo, te amo~- sonríe quedito, abrazándose receloso a su cuello, tirando de él para besarle entre risitas y gemidos, tirando de él hasta que ha logrado cerrar sus piernas al rededor de la cadera ajena -Hazme el amor~ Mmhg... Hazme tuyo, Yoochunnie-
¿Cómo puede decirle que no?, ¿cómo puede hacerle esperar si las ganas son mutuas?, necesita sentirle más cerca, sentir ese delicioso calor rodeándole, escuchar su respiración agitada y esos gemidos que sabe serán mucho más altos, y si no es así, él buscará a toda costa el hacerle disfrutar a tal punto que termine desinhibiéndose y dejándole escuchar cuando es que disfruta de hacerle el amor.
-Tan desesperado ~ – Habla quedito entre sonrisas, solo para molestarle porque sabe que ambos están en las mismas condiciones. – Dime Junsu ah ~ dime donde me quieres, donde me necesitas. Guíame – Pide apenas ha dejado de ‘torturar’ al menor mientras le preparaba, jadeando con gusto apenas esos dedos finos han rodeado su miembro, tocándole, antes de guiarle a ese lugar caliente que termina arrancándole más de un jadeo.
Yoochun le besa, deja besos lentos y dulces sobre sus labios; recorre su cuerpo con lentas caricias mientras poco a poco se abre paso en su intimidad. Algunas lágrimas se han acumulado en sus ojos, lagrimas que no han pasado desapercibidas para el mayor, quien besa sus ojos con suavidad mientras le profesa amor con palabras dulces y sonrisas. Hay amor allí, entre los dos, en esas miradas que no pueden apartarse de la contaría, en cómo se besan y se dicen ‘Te amo’ sin palabras.
El pelinegro se ha mantenido quieto apenas ha llegado profundamente, dejando que Junsu se acostumbre a él porque lo que menos quiere es lastimarle la primera vez que hacen el amor.
-Te amo Susu ah ~ Te amo- Murmura sobre los labios ajenos mientras sus brazos rodean el cuerpo delgado y perfecto del castaño. Si, no va a cansarse de decirle que le ama, no va a parar de repetírselo nunca, no ahora que puede decirlo con libertad, no ahora que no tiene que callar su amor por él.
Se abrazan con recelo, esperan solo un momento más mientras disfrutan de la unión de sus cuerpos. Es tan perfecto, el sentirse completos siendo uno solo.
-Te amo Yoochunnie- susurra contra el cuello ajeno, siendo ahora él quien desliza sus manos hasta la cadera del mayor, jalándole contra su cuerpo, jadeando al sentirle un poco más profundo -Ámame~ Hazme el amor ahora- sonríe quedito, alzando la mirada hacia esas orbes color ónix que son como un universo profundo en el que le encantaría perderse a diario. No puede dejar de mirarle, de aferrar sus manos a sus costados y jadear junto a ese ritmo lento que el pelinegro ha impuesto por el momento.
Retrocede con su cadera sin salir de su interior, solo para volver a empujar hacia adentro y presionarse contra esos redondos glúteos. Le descubre con su cuerpo, con sus manos, con sus labios; hace suya cada parte de ese cuerpo perfecto que tiembla febril entre sus brazos. Quizás es un egoísta, pero quiere a Kim Junsu solo para él, para nadie más; quiere ser solo él quien le vea, quien le toque, quien le ame con locura por el resto de la eternidad.
-¡Nnhg! Chun~ Más...- pide el castaño, remordiendo suavemente sus labios producto de la vergüenza que le ha dado pedir aquello, sujetándose un poco más fuerte del cuello ajeno cuando las embestidas han comenzado a tomar mayor ritmo.
-Uummhg~ ¿Así?- sonríe entre jadeos, acercándose para besar ese níveo cuello que queda expuesto cuando Junsu deja caer su cabeza un poco hacia atrás.
-Si~ ¡Si! Nnhg~ ¡Chun! Ahh...- gime, jadea en cada choque de pieles, disfrutando de esos besos y esas marcas que sabe su Yoochun está haciendo en la piel de su cuello; parece que a su amor le gusta dejar huella en ciertas porciones de su cuerpo.
Y a él le gusta esa sensación de pertenencia que recelosamente Yoochun deja sobre él, con sus huellas y sus dedos que recorren su piel. El choque de sus cuerpos se vuelve mucho más intenso y rápido, sus pieles al chocar crean sonidos morbosos mientras sus cuerpos se perlan de sudor; las piernas de Junsu se cierran con más recelo alrededor de la cadera ajena, jalándole más cerca a él impidiéndole de esa manera el alejarse demasiado cada vez que retrocede.
-¡Nnnhg! ¡Chun! ¡Yoochunnie! – Le llama con desespero, sus manos han descendido por la espalda ajena, recorre su cuerpo deleitándose de sentir los músculos de su espalda moverse bajo su espalda. – Bésame... Unhg~ - Pide entre gemidos, buscando la boca ajena para poder besarle, acallando un par de gemidos contra sus labios. Las manos de Yoochun se hacen de los glúteos ajenos, los apretuja entre sus manos deleitándose con esos jadeos alterados que chocan contra su boca.
-¡Más! Aah ~ Más... ¡Chunnie! – Demanda el menor con desespero mientras sus cuerpos se estremece y se retuerce entre los brazos del mayor, y claro que Yoochun va a hacer todo lo posible para complacerle. Como pude se deshace de las cosas que tiene sobre su escritorio, en ese momento no le importa a donde es que van a parar, ni el escándalo que han hecho al chocar contra el suelo. Le recuesta sobre la fría madera, que le hace jadear ante el contraste que hace con el calor de su cuerpo febril, tira de su cadera y en menos de un segundo ya le tiene con su trasero en el borde del escritorio y sus piernas bien abiertas.
-¡Mmnhg! Tan hermoso… ¡Aah! Tan perfecto ~ - Yoochun se deleita con la imagen que tiene frente a él, ese cuerpo perfecto que se retuerce sobre la madera, ese rostro cargado de placer que le demuestra con sus gestos cuanto es que disfruta de la unión de sus cuerpos, de sus almas.
-Chun~ ¡Nnhh! Mhg~- no puede hacer más que responder con gemidos escandalosos, y no sabe cómo es que le avergüenza tanto que le 'alague' de esa manera mientras hacen el amor. Sus ojos no han podido evitar recorrer ese cuerpo que tiene en frente, esos hombros amplios, ese pecho y ese abdomen definidos. ¿Cómo Park Yoochun puede ser tan sexy y masculino? No lo sabe pero en esa nueva posición se siente cada vez más acalorado por tenerle allí, imponiéndose ante él; lleva sus manos hacia el abdomen del mayor, deslizando sus dedos sobre su piel, subiendo, bajando hasta que las manos ajenas han buscando entrelazarse con las suyas, usándolas de impulso para embestirle un poco más fuerte.
Y esta vez es el pelinegro quien alza un poco más la voz, sintiéndose perdido por un momento cuando Junsu le ha apresado con fuerza en su interior, queriendo retenerle muy profundo dentro de él, moviendo su cadera solo un poco para hacerle jadear.
-Junsu~ Mmhg... ¡Ahh! Hazlo de nuevo- pide, remordiéndose los labios, intentando controlar un poco esas ganas de ser un tanto más... salvaje.
-Te gusta... nnhh~ cuando me muevo... ¿así? Mmhg~ Tan grande~-
Pero ha bastado solo esa sonrisita atrevida y esas palabras traviesas para hacerle perder los estribos. El pelinegro sujeta una de las piernas del menor, pasándola por sobre su hombro mientras se inclina solo un poco sobre el cuerpo ajeno; aumentando el ritmo, embistiéndole con fuerza, dándole certero en aquel lugarcito que hace que Junsu sea mucho más escandaloso.
Ya ni siquiera importa que alguien los oiga, no le importa en absoluto que los descubran haciendo estas cosas indebidas en el hospital; ahora solo le importa Kim Junsu, ese hermoso enfermero por el que se desvive desde la primera vez que lo vio, ese que es la persona que más ama en este mundo y que en este momento es solo uno con él.
-¡Mmh! Nnh~ Chun... Chunnie, allí~ Más~ ¡Más!- pide entre lloriqueos de puro gusto, repitiendo eso que hiciera antes con su cadera, uniéndose a las embestidas del mayor, moviéndose para recibirle en cada una de ellas, haciendo chasquear mucho más fuerte sus pieles, sintiendo como el sudor resbala por su cuerpo en gruesas gotas, alzando la voz cuando Yoochun le ha dado justo lo que le ha pedido.
Aquel torbellino de placer les eleva hasta el cielo entre nubes calientes y placenteras, sus voces se mezclan perfectamente, gemidos roncos y chillidos agudos, palabras entrecortadas y respiraciones alteradas. Sus manos continúan aferradas a la ajena en un intento desesperado por mantenerse en tierra mientras sus cuerpos son atacados por esas oleadas intensas de placer.
Yoochun puede sentir el cuerpo del menor tensándose debajo del suyo, se retuerce y arquea su espalda mientras continua recibiéndole en cada una de sus estocadas. Escucharle, ver esa imagen perfecta de un hombre perdido en placer es sin duda la mejor imagen que ha visto en su vida y sin duda la que se quedará grabada a fuego en su mente por la eternidad al igual que cada sonido obsceno que el menor hace para él.
-¡Aaah! Unhg ~ ¡¡Yoochun!! - El menor le llama entre chillidos y lloriqueos extasiados remordiendo sus labios tratando de acallar un poco su escándalo algo que al pelinegro no se la ha escapado; soltando una de sus manos ha llevado esta hasta los labios ajenos.
-No… ¡Nnhg! Déjame escucharte – Pide, empujando con un poco más de fuerza contra el menor para poder escuchar ese grito que ha alterado su corazón, le ha puesto mucho más caliente y sin duda ha llegado directamente a su orgullo masculino. Saber que la persona que ama está disfrutando de esa intima unión en su perdición.
– ¡Ah! Aaahh~ ¡Yoochun! Dios ~ - La mano de Yoochun ha terminado entre sus cuerpos, haciéndose de la entrepierna del castaño, le masturba, siguiendo el ritmo de esas estocadas que cada vez son más salvajes al punto que puede sentir como Junsu rebota contra su pelvis en cada choque colosal y potente.
Ambos saben que no van a poder resistir mucho más; saben que el calor y el placer de aquella sesión de amor es demasiado para poder aguantarlo.
-Chun~ Ya no... mmhg~- el menor intenta advertir, estremeciéndose bajo ese toque ardiente en su entrepierna y esas embestidas que no se detienen contra su cuerpo febril. Su cuerpo se tensa y se relaja, puede sentir como miles de escalofríos le erizan la piel y todo el placer corre como electricidad por su anatomía, acumulándose en su bajo vientre.
Yoochun se esmera en hacerle sentir bien, se desvive por arrastrarle consigo a ese aparatoso orgasmo que sabe está muy cerca; le toca con fervor, marca su piel, le da todo su amor apasionado con cada deliciosa y potente embestida que hace chasquear sus pieles.
No le advierte, solo se aferra al cuerpo ajeno, le permite abrazarse a su cuello y buscar sus labios cuando se ha inclinado para sujetarle más cerca. Ahoga jadeos contra la boca ajena, manteniéndose tan cerca a él como puede, compartiendo el aliento mientras se dejan llevar por el inminente placer.
-Nnhg~ Uumh...- los gemidos roncos del pelinegro son amortiguados por los labios del menor; se presiona contra esa intimidad que le apresa con recelo, que le succiona desde dentro y le permite dejar su esencia en ese caliente interior. Sonriendo aún con la respiración agitada cuando ha sentido esa humedad ensuciando sus dedos y parte de su abdomen, más que contento de haber compartido aquel maravilloso final con su adorable enfermero.
-Yoochun... Te amo~- murmura el castaño, tirando de la nuca del mayor, buscando su gruesa boca para dejarle un par de besos cortos mientras intenta recuperar el aliento, sintiéndose poco a poco cada vez más avergonzado. Dándose cuenta de donde están, que han estado haciendo y lo escandaloso que ha sido. ¡Dios! ¿¡Y si alguien los ha escuchado!?
-Estás colorado de nuevo, Junsu ah~- sonríe el mayor, dejando suaves besos sobre esas coloradas mejillas.
-¡Tu c-culpa! ...Nnh lo hemos hecho... ¡sobre tu escritorio! ¡Dios! Qué vergüenza...- balbucea aquello último, llevando sus manos a intentar cubrir su rostro, siendo detenido por la mano libre del mayor y esos nuevos besos que son dejados sobre sus labios.
Entrelazando sus dedos con los más finos dejando pequeños besos sobre sus manos antes de dedicarle una de esas sonrisas que dejan sin aliento a Junsu.
-Mi Junsu es tan vergonzoso… Pero así lo amo. Además no es para nada vergonzoso ha sido sexy –Habla quedo, molestando un poco al menor - ¿Sabes lo sexy que será el recordar las cosas que hicimos aquí, tus gestos y sonidos sexys mientras hacíamos el amor? No me voy a sentir para nada solito mientras espero por ti, porque enfermero Kim, espero que de ahora en adelante venga a visitarme mucho muy seguido, y no solo para hacer cosas bonitas. – Si está haciendo todo aquello para poder ganarse más de esos sonrojos que no duda en besar.
-No, no no volveré a venir aquí nunca más, babo Park Yoochun
-¿No vas a venir a visitar a tu novio?
Las mejillas del menor de colorean de rojo, su corazón late apresurado dentro de su pecho y por un momento no puede creer lo que ha escuchado.
– N-No me has pedido que…
-Sé que es el momento menos apropiado pero… no puedo esperar ni un segundo. Déjame ser la única persona que tenga tus sonrisas, tus sonrojos, déjame ser el único que pueda celarte, el único al que pueda amar, se mi novio Kim Junsu.
Yoochun podría pensar que aquel momento no era el momento adecuado, quizá le hubiera gustado el preparar algo bonito y especial solo para el menor y pedírselo como es debido, pero… cuando el amor es así de infinito como el que ambos tienen, cuando ambos se aman cualquier momento y lugar era el indicado.
Junsu no puede articular palabra en ese momento mientras asiente con su cabeza efusivamente, por qué Park Yoochun tenía que ser así, porque tenía que enamorarle así y hacer que su corazón lata presuroso contra su pecho como potro desbocado, no lo comprendía, pero lo amaba, lo ama como a nadie en ese mundo.
-¡Si si, si quiero! - Exclama por fin buscando la boca ajena para poder topar sus labios en pequeños y dulces piquitos, totalmente emocionado.
Sus sonrisas se encuentran, es como un sueño hecho realidad para los dos... aunque la situación en la que se encuentren quizás no sea la más adecuada, ha sido perfecta.
Los sonrojos han vuelto a las mejillas del castaño cuando han tenido que separarse; cabe mencionar que dejar que Yoochun limpie su cuerpo ha sido demasiado bochornoso aún a pesar de ya haberle visto completamente desnudo; es imposible evitar ser un pudoroso de primera. Claro que esto a el pelinegro no le ha parecido nada mal, porque mientras más sonrojado le mire, más adorable le parece.
Ambos se han vestido nuevamente, el castaño siendo ayudado por su, ahora, novio y él también le ha ayudado un poco con los botones de su camisa; sorprendiéndose cuando uno de los brazos ajenos le ha rodeado la cintura.
-Junsu ah, ¿vendrías a mi apartamento? Podemos comer, conversar... y dormir juntitos~- sonríe con aquello último, deslizando una de sus manos por la tibia piel de esa mejilla colorada. El menor le abraza en respuesta, se acurruca contra el pecho del pelinegro, escondiendo su rostro contra la curva de su cuello, inhalando suavemente para impregnar ese olor delicioso en su nariz, sonriendo quedito al saber que ahora tiene ese aroma también en su cuerpo; y no le ha sonado mala idea aquello, quiere compartir más tiempo con su doctor Park.
-Está bien~ Pero... mañana tendremos que venir temprano a ordenar este desastre...- balbucea, recorriendo con la mirada esa oficina que ahora tiene toda clase de cosas tiradas por el piso.
-Nadie se dará cuenta de lo que sucedió aquí dentro, lo prometo- sonríe el mayor, dejando repetidos besos sobre la mejilla ajena, tomándole del mentón para girarle y topar sus labios, besándole solo un poquito más antes de tener que salir de aquel consultorio.
~~~***~~~***~~~
Sus miradas se encuentran furtivas cada tanto, los sonrojos no han abandonado las mejillas de Junsu desde el momento que llegaron juntos aquella mañana al hospital. Han llegado tomados de la mano y una que otra persona les ha preguntado la razón, Yoochun con orgullo y gusto ha respondiendo esas preguntas con ese “Somos novios” que altera el corazón del castaño, es que aun no puede creer que aquello sea real.
-Aquí tienes Susu ah ~
La voz ronca del mayor le ha tomado por sorpresa, al parecer se ha quedado observándole más de la cuenta; sus mejillas se sienten mucho más tibias mientras toma aquel montón de papeles que su novio le pasa después de a verlo recogido del suelo.
-¡Parece que un torbellino paso por aquí y arrasó con todo!
Aquella exclamación proveniente de la puerta les hace dar un salto a ambos, su intención había sido llegar muy temprano y poder terminar a tiempo antes de que el turno terminara pero al parecer hay personas que en ocasiones decidían ser muy puntuales.
-¡Has llegado muy temprano Hyung!
Yoochun trata de llevarle por otro rumbo antes de que su querido buen amigo quisiera comenzar a preguntar acerca de lo que había pasado, aunque claro, a Jaejoong nunca se le pasaba nada y si tenía curiosidad y quería saber que ocurría no iba a poder sacarle de allí por más que quisiera.
-Yah ~ ¡pero no me han dicho que ha pasado aquí!
-Nada ~
Ambos contestan al unisonó como lo haría un par de niñitos que han hecho travesuras y que no quieren ser atrapados.
-Ese 'nada' me suena a que se les revolvieron las hormonas aquí mismo ayer por la tarde- acusa el mayor de los 3 con esa voz traviesa que le caracteriza, riendo a carcajadas cuando solo ha recibido un par de rostros sonrojados a tope y ni una sola palabra en respuesta -¡¡Pues ya era hora!!-
-¡Hyung!- Yoochun se queja, terminando de acomodar esos bolígrafos y lápices que se cayeron junto con otros utensilios de escritorio.
-Oh vamos~ Hacerlo en la oficina de vez en cuando no tiene nada de malo~ Yunho y yo lo hemos hecho- habla como si nada, ganándose otro reproche por parte del pelinegro y un repentino chillido por parte del enfermero.
-¿¡El doctor Jung!? ¡¡U-ustedes!! ¿¡Salen juntos!?- chilla escandalizado, saber que lo 'hacen en la oficina' no ha sido la mejor manera de enterarse de aquello.
-¿No lo sabías?- cuestionan los dos mayores, riendo al instante en que Junsu ha negado efusivamente con la cabeza.
-Bueno, me parecía que había algo extraño entre ustedes pero nunca pensé que...-
-Parece que el hospital está infestándose de parejitas- una 4ta voz llega a los oídos de los tres chicos que están dentro de la oficina, haciéndoles girar para encontrar a Changmin cruzado de brazos en el marco de la puerta -Me enteré que estas de novio con tu doctorcito-
-Y ya lo hicieron ayer~-
-¡¡Jaejoong Hyung!!- parece que ese día iba a ser solo para reprochar a Kim Jaejoong y morir de vergüenza.
-En este hospital no hay privacidad- suspira el pelinegro, buscando abrazar a su novio, dejándole un beso en la mejilla -No me vas a dejar porque todos sepan que ahora salimos juntos, ¿verdad amor?-
-Eres un babo Park Yoochun...- responde frunciendo los labios, alzándose para topar los del pelinegro en un piquito chiquito, sin importarle que les estén mirando -No~ No te voy a dejar nunca nunca~-
De eso estaba más que seguro, porque lo ama a él y a nadie más, y no le importaba si todo el hospital o todo el mundo se enteraba que él estaba junto a Yoochun y que se amaban, no, al contrario, quería que todo el mundo supiera de su felicidad – Pero ya no podremos hacer cositas aquí – Balbucea sobre los labios ajenos topándolos en otro piquito más.
-¡Iugh! ¡Dejen de hacer esas cosas frente a mis ojos!
El chillido inconforme de Changmin no les ha molestado, al contrario Yoochun ha encontrado aquello como una forma de molestarle solo porque quiere molestarle más porque la pasado noche se había enterado de las veces que ‘molestaba’ a su novio. Besándole entre pequeñas risitas enamoradas. ¡Si! Están enamorados como todos unos babos.
-¡Yah! ¡Enfermero Shim! Deje de molestar a los tortolitos – El mayor Kim sale a su defensa frunciendo sus labios y llevando sus manos a su cadera, como toda una ‘mamá’ retando a sus hijos – Deberías de estar feliz por la nueva de que tus amiguitos son pareja, y deberías de conseguir un novio tu también. ¿No hay nadie quien te interese?, he mirado un doctor nuevo muy guapo de tu área que te está mirando mucho ~
Las pláticas de aquellos dos han quedado en segundo plano para aquella pareja que se ve con amor y grandes sonrisas brillantes, Junsu ha rodeado el cuello ajeno con sus brazos mientras los fuertes brazos del pelinegro ya le tiene rodeado por la cintura y con su cuerpo bien pegadito al suyo.
-¿De verdad no podremos hacer cositas divertidas y pervertidas aquí? – Pregunta Yoochun, frunciendo sus labios en un pequeño puchero para nada conforme.
-¡Yah! No, claro que no babo pervertido – Chilla el menor colorado hasta las orejas por aquellas proposiciones que el pelinegro le hace.
-¿Ni si quiera un poquito?
Junsu no puede luchar con aquellos gestos que Yoochun le hace, como le convence con caras y un par de pucheros, cómo podría decirle que no.
-Cuando sea el momento… convénceme y quizá lo haga.
Ambos sonríen, aprovechando para continuar con sus besitos cariñosos. ¡No pueden evitarlo! Se aman demasiado y desde el día anterior existe ahora esa necesidad de abrazarse y darse besos cada tanto.
-¿Que está pasando aquí? ¿Por qué no están en sus puestos trabajando?-
Esa nueva voz que se ha unido a ellos les ha hecho voltear, encontrando al doctor Jung mirándoles con el ceño fruncido a los cuatro.
-¡¡Yunho!!- exclama el mayor Kim, corriendo a los brazos de su doctor para colgarse a su cuello -Yoochunnie y el enfermero Kim ya son novios~- canturrea, dándole la buena noticia al recién llegado.
-Me alegro mucho por ustedes, pero el turno ya empezó hace 10 minutos y Shim, te necesito en el área. Park, eres el jefe de mi novio, así que dile que se ponga a trabajar por favor- habla el moreno, como todo ese hombre responsable que es, ganándose los pucheros de Jaejoong antes de estamparle un corto beso e irse con el enfermero Shim a su área correspondiente.
-Hoy te tocan estas habitaciones Hyung- indica el pelinegro, apartándose de su novio por un rato, entregándole al mayor esas fichas de información, como hace todos los días al empezar el turno. Sentándose en su escritorio, separando también esos papeles que tiene que darle a Junsu.
-Volveré en 2 horas- anuncia el mayor, saliendo de la oficina.
Y ha sido cuestión de un segundo para que Junsu cierre la puerta, poniéndole el seguro. Volviendo al lado de su novio, haciéndose espacio hasta terminar sentado sobre sus piernas.
-Solo 20 minutos- pide con una sonrisita al encontrarse con ese gesto confundido en el rostro del pelinegro, abrazándose a su cuello, dándole besitos en la mejilla.
Yoochun sonríe, mira su reloj de muñeca por un segundo y se abraza a esa cintura delgada donde sus brazos encajan a la perfección; sabiendo que ha perdido, que nunca podrá decirle que no a ese enfermero que se ha robado su corazón y ahora lo tiene en sus manos, ese que le enamora con cada sonrisa, cada mirada y cada beso dejado sobre sus labios.
-Solo 20 minutos Junsu ah- acepta, buscando los labios ajenos para hacerse de ellos entre los suyos, besándole con demasiado amor.
Y sabe que tal vez, solo tal vez, serán un par de irresponsables el día de hoy... y más tarde cuando finalice su turno todo lo que han acomodado sobre el escritorio volverá a terminar tirado en el suelo.
*FIN*
Dejar un comment no cuesta nada~~ ♥
Ah ~~~~ Quiero ser la primera en comentar *3* ~ ♥ (?
ResponderEliminarAxy bonita y Tani bonita ♥ les ha quedado hermoso el fic ;;; ♥
Me pareció muy dulce ♥ y Chun siempre confesándose primero *3* ~
Gracias por este fic tan lindo *A*
Sigan escribiendo tan lindo como siempre *3*
Las quierooo ♥
by: Chichi ♥
>\\\\\< que lindo y cochino fic<3
ResponderEliminarMe encatan esos dos solo dandose amorsh
Gracias por compartir este bello fic b
Lindo<3
Espero que ahora si se publique mi coment por que en el otro fic no pude :/
ResponderEliminarY ya extrañaba una colaboraci{on de uds. dos, me guta como escriben, y juntas más todavía, todo lindo este fic. y ahora aunque Junsu se avergonzaba como siempre, fue más desinhibido jaja, me gusto mucho, nunca los habia leido como doctor-enfermero, me agrado este estilo
Gracias chicas, espero con ansias otra de sus colaboraciones :)
Quería comentar desde que lo leí pero no pude OTL Bueno bueno pero que cosa tan más shagdhsakgdhjsgdhjsgahj♥ Dejando un momento de lado la historia~ Yo me pregunto si alguna de esas niñas volvió un día y le dijo "Vamos a casarnos" XDDDD Y la pequeña Daehyunnie tan linda, ella era YooSu shipper xD Ah lo amé tanto~ Desde como se veían de lejitos hasta ese lemon tan beshooooooooo hermoso~ *3* Y tan sexy~ JunSu se puso muy sexy 7u7 Yo quiero un doctor así~ ¿Donde lo consigo? xD Imagino a JunSu de blanco con el uniforme entallado y shjadgshjadghsagdh♥ Y también con los niños todo kawai y jsgdhghasgfh♥ Kim JunSu eres demasiado uwu♥
ResponderEliminar—saca su cartelito de Axylieber y Tanilieber—. Ame esta cuarta colaboración suya~ Me quede impactada al saber que ya eran cuatro JAJAJA~ Y todas las he seguido uwu♥ Algún día le pondré nombre decente a sus fandoms como presidenta que soy XD Gracias~ Lo amé muchisimo~ >3<♥
hola!! tenía tantas ganas de leer un Yoosu así sin angustia y drama, que ya hay bastante de eso en la vida real, gracias, muchas gracias por compartir este fic tan hermoso.
ResponderEliminarMe encantó la nena Yoosu shipper jaja una de las nuestras jaja.Yoochun se llevó una sorpresa al descubrir el lado sexsy de Junsu jaja, adoré este fic de principio a fin, gracias otra vez y a riesgo de ser cargosa digo otra vez que ojalá puedas continuar con el fic "Estocomo" algún día. Ahora me voy a ver el blog Sweet Love a ver que tal, Saludos y espero leer más fics en cuanto te o les sea posible hacerlos, GRACIAS!!!!
Hola!!!!
ResponderEliminarPerdón por tardar tanto en comentar T_T, lo tuve que leer en partes y luego no encontraba el espacio para ello T_T
Que bueno verte por acá con una colaboración más *O*, les quedo genial, me gusto tanto, imaginarlos de Doctor y Enfermero, tan sexys ♥, ahhhhhhhhh me gusto tanto le interacción entre ellos, si se pordía sentir la tensión sexual de la que hablaba Changmin, el siempre tan directo *O*, jajajajajajajajaj pero también ese amor que igual no ocultan ♥_♥
Ahhhhh morí de emoción cuando Yoochun le dice a la niñita que se casara con el enfermeto Kim, ahhhhhhh senti que me daba algo de tanto amor YooSu ♥_♥
Ahhhhhhhh lo hicieron en el escritorio de la oficina del Doctor Park ♥_♥!!!!!!!!!!!!!!!!
jajajajajajajajajajajajaja y Jaejoong diciendole a Min "y ya lo hicieron ayer" jajajajajajajajajajajajaj morí de risa al imaginar sus expresiones ♥... YunJae!!!!!! también lo hacen en la oficina ♥
Me gusto tanto, les quedo tan bien!!!!!!!!! mil gracias chicas!!!!!!!!!!
:D
kyaaaaaaaa Ame el fico!!! puro amor son esos dos ♥♥♥~ Jae y Changmin siempre encontrando la oportunidad para incomodar a los tortolitos xDD (gracias al empujonsito de esos dos también la pareja pudo al fin dar el siguiente paso :3) Tan tierna la niña que se le "escapo" el secreto de su enfermero favorito... La ame!
ResponderEliminarMuchas Gracias por compartirlo chicas!!! *W* les quedo precioso~
Ayy dios ♥ Que moso graxias axy ytani por este lindo fic, mil besos y abrazos para ambas. ♥ Yoochun y junsu ♥ mi YOOSU amado ♥
ResponderEliminarEse changmin molestando a mi delfin como siempre. Me encanto q pusieras un poco de yunjae , ese jae es un pervertido tambien.
Sigue asi. y un favorsoteee kiero kontinuacion de HABLEMOS DE MATERIAS.. en serio ame ese fic ... conti .. plisss .. te adoro.. besoss ♥ ♥ ♥
* Adriloveyou *
Lo ame!!!! El Yoosu siempre tiene este toque unico de dulzura. Me encantaron. Muchas gracias.
ResponderEliminarOwww tan tiernos y pervertidos me encantaaaa!!!
ResponderEliminarPARK YOOOCHUUUN TU ME VUELVES LOOOOCAAA¡¡¡ Dios que bellooo¡¡¡ ame a Junsu todo tierno vuelto loco en los brazos de mi Chunnie, jajaj que pudor ni que nada. Me encató la manera en que pidió que fueran novios porque no le dió tiempo a Junsu de nada. Y DaeHyun ohh pequeña ella apostaba por el Yoosu cosiiita. Jajaja el sequito de pequeñas prometidas de Chunnie regrese recñamando la promesa de matrimonio seguro que al enterarse de que Junsu fue el ganón o se vuelven Yoosu Shipers . Jajaja y quien no terminaria anamorada de semejante doctor. OMG¡¡¡¡
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