Pero aquí está! :D Espero les guste tanto como a mí me encantó escribirlo~ ^^
Parte 2:
La luz del sol se coló inminente por la ventana alta del cuarto de baño; a los pocos minutos de haber estado conversando la noche anterior, el pelinegro se había quedado dormido apoyado al lado de la bañera.
Unos golpes en la puerta lograron abrir los ojos de la criatura marina, encontrándose aferrado a la mano de su salvador de cabellos negros.
-¿¿Yoochun?? Hyung, ¿estás adentro?- la voz al otro lado de la habitación asustó al peliazul.
Trató de zafar su mano de aquel agarre, pero fue inútil; sacudió el hombro del mayor con fuerza hasta lograr despertarle. Hizo señas en silencio, sintiendo como su mirada asustada era absorbida sin piedad por esos ojos profundos que somnolientos le devuelven la vista.
-¿Yoochun Hyung? Traeré la llave…- al oír esa frase, las neuronas adormiladas de Yoochun lograron hacer conexión, obligándole a ponerse de pie soltando al menor para apoyarse sobre la puerta.
-¡¡NO!! ¡Yoohwan! ¡Aquí estoy!- gritó para alcanzar los pasos de su hermano que iban alejándose de a pocos.
-Hyung, nuestro padre espera abajo-
-Dile que me encuentro indispuesto- titubeó apenas, mentirle a su padre no era buena opción, pero no planeaba dejar a su sireno.
-Pero… está enojado desde ayer. ¿Tan mal estás que no puedes venir?- preguntó.
-Si Yoohwan, me siento bastante mal. Dile que lo alcanzaré más tarde, por favor- pidió encontrándose con los ojos preocupados del peliazul; regalándole una sonrisa al verle sonrojarse.
-…Está bien- respondió y sus pasos volvieron a perderse en el silencio de la habitación.
Yoochun caminó de vuelta los pocos pasos que lo separaban de la bañera y sin más rodeos dirigió su mano a la mejilla del menor, posándola sobre la tersa piel con extremo cuidado.
-Te has sonrojado- dijo en un suspiro, embelesado por la hermosura de aquella criatura; coloreándole más el rostro y pintando brillos en sus ojos.
-¡N-no es cierto!- tartamudeó, apartando la mano del humano pero sin poder evitar ese movimiento en su cola, lo suficientemente emocionado como para delatarle.
-No me dirás tu nombre, ¿cierto?- preguntó poniéndose en cuclillas para quedar a la altura del menor.
-…No- apenas respondió desviando la mirada. Si seguía así de nervioso, terminaría soltando su nombre, y con ello se volvería vulnerable.
El pelinegro sonrió entristecido; se había enamorado por primera vez, pero su suerte le había entregado una criatura fantástica, aquella que nunca correspondería sus sentimientos.
-Traeré algo para envolverte y poder llevarte a la orilla del mar- dijo con un leve nudo en la garganta y se levantó, dejando al sireno nuevamente solo en el cuarto de baño.
~~~~~~
Buscó los manteles que usara la noche anterior en la última gaveta del estante en la cocina, pero no encontró ninguno; abrió todos los cajones y no había ni un solo rastro de tela.
-Hijo, ¿buscas esto?- la voz de la Sra. Park lo hizo brincar del susto, volteando al instante. Encontrándose con un montón de telas enrolladas sobre los brazos de su progenitora.
-¡Madre! C-como sabes…- balbuceó con la mirada perdida, más pálido que una hoja de papel.
-Porque precisamente soy tu madre, y nunca me habías negado acompañarte a tu habitación. Así que cuando lo hiciste anoche supe que me ocultabas algo- respondió con una sonrisa suficiente, de esas que las madres suelen usar cuando saben que han dado justo en el clavo.
-…Yo… eeh…- una gota de sudor frio delineó el contorno del rostro del pelinegro.
-Tienes a alguien allí dentro, ¿cierto?- preguntó con la mirada fija en esos ojos oscuros que su hijo heredara de su esposo.
-¡No! …bueno…-
-Hijo- lo detuvo sin darle oportunidad a seguir hablando -Ten cuidado. Si tu padre lo ve algo malo podría pasar- esbozó una sonrisa y le dio los manteles antes de palmearle una mejilla tiernamente.
-…Gracias- logró soltar atónito e instintivamente, y con el corazón en el cuello por el susto, abrazó fuertemente a su madre.
~~~~~~
Su escamosa cola se movía nerviosa de un lado al otro. Sabía que debía regresar al mar, pero algo dentro, muy dentro de él le decía que era mala idea.
-No debo dejarme llevar por una simple atracción física…- se dijo a mi mismo por millonésima vez en lo que lleva sobre tierra humana; sacudiendo con fuerza la cabeza para que sus pensamientos dejen de contrariar sus palabras -… ¡quién le manda a ser tan simpático!- bufó cruzándose de brazos, rindiéndose ante aquella idea.
El humano Yoochun le parecía simpático, nada más.
-Volví- oyó tras la puerta y le bastó solo oír esa voz para ponerse colorado y nervioso.
-¿Vas a llevarme ya?- preguntó haciéndose el enojado para no ceder ante los encantos del mayor.
-Si… déjame sacarte de aquí- apenas suspiró el pelinegro, con esa sonrisa entristecida que no se le borraba desde más temprano.
Alzó en vilo a la criatura marina, sin poder evitar ese revoloteo en el estómago al sentirle tan cerca, tan liviano y con la piel tan tersa. Los ojos del menor se habían perdido en la pronunciada curvatura del cuello de quien lo cargaba, preguntándose que se sentiría apoyar su cabeza allí mismo.
Ambos corazones tamborileaban emocionados, bombeando sangre hacia sus mejillas, confundiéndoles los sentimientos un poco más.
El mayor secó al peliazul para poder envolverlo con las mantas, lo suficientemente bien como para no ser descubierto hasta llegar al mar.
-¿Es necesario cubrirme el rostro?- soltó la pregunta cuando el pelinegro lo cubrió hasta la cabeza, formando una capucha con las telas.
-Es lo mejor… No quiero que nadie te vea, en especial mi padre o cualquiera de los pescadores- respondió alzándolo nuevamente entre sus brazos –no vayas a moverte por favor- pidió abriendo como pudo la puerta del cuarto de baño para salir de su habitación.
Haber subido las escaleras con el sireno en brazos había sido fácil el día anterior, pero ahora tener que bajarlas se veía algo complicado. Sus manos lo sujetaron con fuerza, pegándolo a su pecho.
-Apoya tu cabeza en mi hombro, no veo las escaleras- susurró apenas acomodándose de lado para poder bajar sin tropezar. El menor obedeció, estremeciéndose al instante en el que su mejilla chocó con una porción de piel tibia que escapaba de la camiseta holgada que el mayor llevaba puesta; su cola se movió nerviosa involuntariamente.
-¡Dije que no te movieras!- chilló el pelinegro manteniendo el equilibrio luego del tambaleo que casi los hace caer.
-L-lo siento… fue de casualidad- se disculpó asustado, habiéndose aferrado con los brazos al cuello de Yoochun.
-Mantén tranquila a tu linda colita mientras bajo, ¿está bien? A menos que quieras caer y romperte algún hueso- sonrió comenzando a descender escalón por escalón, despacio pero seguro.
-…linda colita…- bufó el peliazul revoleando los ojos, hundiendo su rostro con más confianza en la curva del cuello del mayor.
~~~~~~
Lograron salir de la casa sin mayor problema. Nadie los descubrió en su camino a la playa, hasta que tuvieron que esconderse tras un muelle por culpa de un grupo de pescadores que se acercaba.
-Ya estamos cerca, déjame aquí- pidió el menor, separándose sin más del cuerpo del pelinegro, para poder quitarse las mantas de encima.
-Hay que acercarnos a la orilla, no quiero que te lastimes con las piedras- dijo apenas volviendo a caminar, notando ese ligero rubor en las mejillas de su sireno -…¿por qué te has sonrojado ahora?- pregunta divertido encontrándose con esos ojos caramelo que lo miran avergonzado.
-¿¡Por qué sigues tratándome de esa manera!?- dice nervioso, moviendo la cola.
-¿Y tu porqué sigues enojándote? Te ves muy lindo cuando tratas de esconder tu vergüenza-
Los pies Yoochun hacen contacto con el agua salada y fría; se adentra en la orilla, disfrutando del mar recorrerle las piernas. Sonríe ante sus propios pensamientos, sin notar que el sireno está prendado de la belleza de su sonrisa. El agua apenas alcanza la cola de la criatura y el resplandor que emana le hace reaccionar.
-Tengo que irme ya- dice rápido y se zafa del agarre del mayor para cortar la emoción que ha hecho latir como potro desbocado a su corazón. Se adentra en el mar y apenas voltea para balbucear un “gracias” y no volverse a hipnotizar en los ojos del pelinegro.
Pero todo está mal…
El corazón del mayor está hecho un nudo, haciéndole sentir mareado, impotente… Su mayor felicidad, a pesar de solo haber estado allí un día, estaba alejándose… estaba yéndose de su lado. Estaba obligándolo a volver a esa horrible vida gris y rutinaria que lo tenían harto.
Y no sabe como ha sido posible enamorarse en cuestión de minutos de aquel chico peliazul que se sonroja y se molesta lindamente, moviendo su cola por los nervios; no sabe como ese hermoso sireno ha conseguido convertirse en el único ser que ronda sus pensamientos.
-¡Espera!- reaccionó por fin, tratando de avanzar lo más rápido que puede dentro del agua –¡¡Hey!! ¡¡Espera!!- alzó la voz, para hacer voltear al peliazul.
-¿Qué haces?- apenas dijo con un hilo de voz, alcanzando al mayor para que no perdiera el suelo –Debo irme-
-No, no puedo dejarte así nada más... No quiero dejarte. Quiero ser egoísta como nunca en mi vida lo he sido y aferrarte a mi lado- explicó abrazándole; afianzando sus manos en su cintura delgada para no dejarlo ir.
-… Por favor... No hagas esto mas difícil- pidió el menor sin poner resistencia, quiere alejarse, pero los brazos del mayor le hacen sentir seguro, protegido.
-Ni siquiera se tu nombre- dice cerca a su oído.
-Si te lo digo me volveré vulnerable a ustedes- susurra apenas y siente ese vuelco en el estomago, producto de las dudas y el temor. Encontrándose con las orbes oscuras del mayor cuando se separa para mirarle.
-Deja de hablar en plural, solo estaré yo para ti. Seremos solo los dos- sonríe y acaricia ligeramente una de las sonrosadas mejillas del sireno.
-Me van a descubrir en algún momento... Y ambos estaremos en problemas- plantea el menor, apartando de su rostro la mano del pelinegro.
-El único problema aquí es lo que siento en mi corazón desde que te encontré-
Los ojos caramelo de su sireno brillan, le hacen saber que está haciendo lo correcto, que está usando las palabras perfectas.
-No puedo devolverte ese sentimiento- el menor corta el contacto visual y trata de escapar, quiere ir en contra de esas sensaciones que se agalopan en su pecho.
-Si puedes... Pero solo piensas en nuestras diferencias...- dice el mayor mientras evita que se vaya de sus brazos.
-No es correcto amar a un humano- sentencia frustrado, con los ojos acuosos y el semblante entristecido.
-Y tampoco es correcto amar a un sireno...- dice y deja caer sus brazos a los lados, hundiéndolos en el agua -¿A dónde piensas irte? Conmigo estas a salvo. Si dejo que te vayas algo podría pasarte- la tristeza se apodera de sus facciones, y no puede evitar mirarle con el gesto ligeramente fruncido en disconformidad.
El corazón del peliazul se oprime al ver así al humano. Acerca con cuidado sus manos, hasta enmarcarle el rostro para encontrar nuevamente su mirada.
-Si me quedo podrías dejar de sentir esto por mí. Podría cambiar y dejarías de verme igual- susurra apenas, dejándose atraer por esas manos que le vuelven a rodear la cintura.
-No estoy enamorado de tu forma fantástica- responde mostrándole un atisbo de sonrisa -amo lo que tienes aquí dentro- pone su mano a la altura del corazón del sireno –amo lo que puedo ver en lo profundo de tus ojos sinceros- agrega, delineando con sus dedos la mejilla coloreada del menor.
-Nunca un humano me había hecho sentir de esta manera…- confiesa con una ligera sonrisa y miles de mariposas revoleando en su estómago.
-¿Me dirás tu nombre?-
-Si prometes protegerme y jamás dejar que me hagan daño- la sonrisa del pelinegro se extiende de oreja a oreja; abraza al peliazul con ternura y pasea sus manos por la marcada columna antes de anclarlas en su cintura.
-Hasta el último día que viva- responde en voz baja
-...soy Junsu- dice apenas en un suspiro, regalándole por primera vez a su humano una sonrisa cristalina.
-Junsu- repite, enamorándose al instante de aquel nombre y otro poco más de su poseedor.
Las olas rompen contra ambos cuerpos, empujándolos ligeramente, acercándolos despacio; y entre delicadas risas sus rostros van perdiendo distancia. La cola del sireno se mueve emocionada, sabe que el mar ha dado su aprobación para que ambos sean felices.
-A partir de ahora soy “tu” Junsu- susurra cerca a los gruesos labios del humano y se siente desfallecer cuando su boca es atrapada por la ajena.
El pelinegro siente irreal aquél contacto, los labios rosados del menor son tan suaves como el más fino algodón y sutilmente salados como el mar, pero el dulzor que deja en su boca sabe al más delicioso postre que puede haber probado.
Y así entre suspiros se entregan un primer beso, casto y puro, en el que prueban y experimentan aquellas sensaciones que les provoca el otro. Sus latidos retumban fuertemente dentro del pecho y saben que lo que sienten es real por más que parezca sacado de un cuento.
Los brazos del peliazul se aferran al cuello de Yoochun, jalándolo consigo bajo el agua, besándole nuevamente para demostrarle al poderoso océano donde siempre ha vivido que se ha enamorado de verdad, y que su destino está con ese humano que corresponde sus sentimientos.
Su mente divaga y entristece por un momento. Sabe lo difícil que será mantener aquella relación y desea abandonar su forma de criatura marina con tal de seguir siendo feliz al lado del pelinegro.
El mayor siente como el oxigeno va escapando de sus pulmones poco a poco, sabe que debe subir a la superficie para respirar. Se separa de los labios del menor y hace el ademán de halarlo hacia arriba.
Una luz resplandeciente lo obliga a entreabrir los ojos, encontrándose con una imagen por demás sorprendente. Abre la boca y lo que quedaba de aire escapa irremediablemente, necesita subir. Suelta al menor y extiende sus brazos para impulsarse a la superficie, da una bocanada de aire y sus pupilas se pierden en el brillo que resplandece dentro del mar.
Vuelve a sumergirse y a pesar del ardor en los ojos, los mantiene abiertos, buscando a su sireno. Logra dibujar su silueta en medio de aquella luz y nada como puede hasta alcanzarle del brazo para jalarlo.
El resplandor disminuye y se pierde en la profundidad de fondo marino al momento en que ambos cuerpos rompen contra la superficie.
-¡Junsu!- lo llama el pelinegro, abrazándolo contra su pecho para no soltarlo mientras nada a la orilla.
-¡Yoochun-ah!- lo detiene el menor, justo cuando llegan a una zona donde los pies del mayor tocan la arena.
-¿Qué pasó? ¿Estás bien?- pregunta apenas lo oye y se sorprende cuando delinea su figura con los ojos, teniéndolo aún sujetado entre sus brazos -…tu cola…- balbucea al ver un par de piernas delgadas en el preciso lugar donde la escamosa extremidad debiera estar.
-Creo que el mar me escuchó- dijo sonriente, bajando su propia vista para examinar su nueva adquisición.
-¡Y tu cabello!- soltó riendo al notar los mechones ahora castaños claro con destellos rubios.
-Ayúdame a pararme- pide y trata de soportar su propio peso en sus nuevos pies sobre la arena, aún sujetándose fuertemente de los hombros del mayor.
-¿Porque lo hiciste?- preguntó entonces, viendo como la sonrisa de Junsu se borra ligeramente.
-…Porque quiero quedarme contigo para siempre… ¿hice mal?- su sonrisa desaparece por completo y siente un vuelco en el vientre.
-¡No! No… es solo que aún no puedo creerlo- responde el mayor aún atónito.
-¿Ya no me quieres de esta forma? ¡Te dije que solo estabas atraído por mi físico!- dice el pelicastaño, con los ojos arrejuntando lagrimas.
-Junsu- lo corta entonces, sonriendo ante aquella actitud, de la cual se sabe culpable luego de haber conocido la desconfianza que su sireno le tenía a los humanos -Te amo- confiesa y enmarca su rostro para limpiar esas lagrimas fugitivas con sus pulgares; recibiendo a cambio un suspiro de alivio y un abrazo emocionado.
~~~~~~
Había envuelto al menor en aquellas telas nuevamente, regresándolo a la casa. Se detuvo en la cocina, para sacar del cesto de ropa recién lavada una bermuda y una camiseta para vestirlo.
Tomados de las manos, caminaban despacio, para que el de cabellos castaños se acostumbre a usar sus nuevas piernas. Se hablaban entre sonrisas enamoradas y reían con cada nuevo logro del menor.
-Vaya, vaya. Hijo, ¿quién es él?- la voz risueña de la Sra. Park los tomó por sorpresa.
-Madre, el es Junsu- presentó el mayor, acercándose a su progenitora, sin haber soltado a su… ¿amigo? …¿Novio?
-Mucho gusto- saludó con una sonrisa -Siéntete como en casa por favor. Hijo, voy de salida, tu padre y tu hermano vuelven al atardecer. Cuídense- apenas se despidió con prisas, dejándolos atrás.
-Hasta luego- se despidieron ambos, para luego sonreírse y entrar a la casa.
-Vamos a mi habitación. No voy a sujetarte, tú debes llegar por tu cuenta- dijo el pelinegro, soltándole despacio para que practique su caminar.
-¡Ayúdame!- exigió el menor, recibiendo un beso sobre sus labios.
-Cada vez que me pidas ayuda voy a besarte-
-¿Cómo quieres que aprenda entonces? Si voy a querer pedirte ayuda todo el rato- bufó haciendo un lindo puchero.
-¡Hablo en serio! Vamos-
-No, ayúdame- volvió a pedir sonriendo, esta vez acomodando sus manos en la nuca del pelinegro cuando lo besa.
-¿Quieres ser mi novio?- pregunta el mayor al separarse, aún compartiendo la respiración.
-¿Qué es eso?- sus mirada curiosa se encuentra con la de su amado, esperando una respuesta pues nunca ha oído ese término.
-Mi pareja, mi otra mitad, mi todo, mi felicidad-
-Que cursi- sonríe ante aquellas palabras y se deja atraer en otro beso casto.
-¿Quieres?- pregunta una vez más.
-Si- susurra contra los labios de su, ahora, novio y es alzado en vilo, enroscando sus piernas en la cintura del mayor.
En menos de un minuto ya están en la habitación del pelinegro, recostados sobre la pequeña cama, que a pesar de todo es perfecta, porque los mantiene más cerca. Los besos que comparten se van entintando de pasión poco a poco, comenzando a arrancar suspiros de sus gargantas. Ambos tienen las mejillas arreboladas en carmesí y el corazón emocionado.
Yoochun sabe que es algo demasiado precipitado, pero no puede evitarlo, no puede detenerse. Una de sus manos juega sobre el contorno del cuerpo del menor, delineándolo hasta sujetar su cadera, para luego subir por debajo de aquella camiseta holgada, palpando cuanta piel tiene al alcance.
-¿Qué haces?- la pregunta escapa de sus labios entre risas, pues el mayor le ha provocado cosquillas con sus dedos.
-Te voy a demostrar cuanto te amo- responde y se acomoda sobre el cuerpo de su novio sin dejar de sonreírle.
-¿Esto hacen los humanos cuando están enamorados?-
-Si. Y eres el primero y el único a quien he amado tanto como para hacer esto- entre más besos y caricias sutiles, le quita la camiseta al pelicastaño; quien realmente no se extraña ya que toda su vida ha andado sin usar una.
-¿Lo haremos todos los días?- continúa con sus preguntas, enterneciendo al pelinegro.
-Eso sería magnífico...- apenas responde, perdiéndose en esos ojos caramelo que hacen latir su corazón.
-Lo dices como si hubiera algo malo allí- advierte Junsu, acariciándole el rostro, reconociendo con las yemas de sus dedos aquellas facciones varoniles.
-No es malo... Pero si no te gusta puede que no quieras hacerlo de nuevo-
-Todo lo que haces me gusta, tú me gustas- dice avergonzado, estremeciéndose ante el tacto de la mano de su novio recorriendo la piel desnuda de su torso.
-Y tú a mí- corresponde rozando sus narices dulcemente -Solo no quiero que te duela cuando llegue el momento- explica y deja que su novio entrelace sus dedos con los suyos.
-Sigue besándome así como has estado haciéndolo, si algo me molesta te lo hare saber- le dice, instándolo a continuar; tiene una vaga idea de qué es lo que van a hacer, y sabe que no va a arrepentirse.
Sus labios vuelven a encontrarse, reconociéndose con fervor esta vez. Abriéndose de a pocos para explorarse más íntimamente; la ávida lengua del mayor se enreda con su igual hasta robarse un gemido quedito que escapa de la garganta de su novio.
Se separa por un momento para quitarse su propia camiseta, sonriendo cuando las manos del pelicastaño se acomodan en su espalda.
El pelinegro se dedica entonces a cubrir de besos el cuello del menor, recibiendo suspiros y jadeos alterados a cambio; Junsu acaricia con sus manos la piel de su novio, le sorprende como a pesar de estar acostumbrado a andar con el torso desnudo, el hecho de ser visto por Yoochun le estremece y avergüenza, siente como se le eriza la piel cuando los labios del mayor se pasean sobre ella.
-Ahh~- jadea alterado al sentir la húmeda lengua del pelinegro sobre su clavícula.
-Tu piel… es salada- dice, sin poder evitar reír ante su propio comentario y aquel gesto pucheroso que le regala el de ojos caramelo.
-¡Toda mi vida he estado en el mar y vienes a decir semejante descubrimiento!- se queja riendo también, recibiendo besos entre sonrisas.
Las manos de Yoochun han logrado despojarle la bermuda que trae puesta, dejándolo tal y como lo sacó del mar, completamente desnudo.
-No pude evitarlo- ríe una vez más, mientras acaricia con sus dedos las piernas de su novio –aún no puedo creer que tengas este par de lindas y largas piernas en lugar de tu cola-
-No me arrepiento de haberlas cambiado- juega con sus manos sobre el pecho del mayor y prueba con sus labios cuanta piel tiene a su alcance, intercalando besos entre su cuello y hombros.
-¿Te parece si estrenamos tus nuevas adquisiciones?- le pregunta al oído, rozando con las yemas de sus dedos sobre el vientre del menor, recorriendo esa provocativa línea de vello castaño.
-¿Me enseñaras a usar eso?- sonríe contra la boca del pelinegro.
-¿Esto?- apenas responde antes de besar esos deliciosos labios rosados y sin previo aviso acaricia con su mano la semi despierta entrepierna del menor.
-¡¡Aahh!!- gime y se estremece, cerrando los ojos instintivamente, sujetándose fuerte de los hombros de su novio.
Un vértigo placentero le invade la mente y siente una corriente eléctrica recorrerle de pies a cabeza; su mente se nubla y parece hacerle olvidar como respirar correctamente.
-¿Que sientes?- Yoochun besa su frente y continúa inspeccionando los gestos que se forman en el delicado rostro del pelicastaño.
-Mmm~ Se siente bien- responde entre jadeos, fijando su mirada en los ojos negros de su amado. Yoochun le estimula despacio, desliza su mano a lo largo con paciencia, sintiendo como la erección del menor se va hinchando de a pocos.
-¿No te incomoda?- no puede evitar preocuparse, su sireno nunca ha experimentado aquellas sensaciones, y le molesta la idea de que le desagrade aquel trato.
-¡¡Nghh!! Ah~ Nooo~ Hazlo más rápido~- pide en cambio el menor, atrayéndolo de la nuca para juntar sus labios.
El pelinegro obedece animado, masturbando con más velocidad, arrancándole gemidos que mueren en la unión de sus bocas. Con cuidado va separando las piernas del menor, obligándole a flexionarlas apoyando sus pies en el colchón.
Su mano libre viaja cuesta abajo, deteniéndose sobre el redondo trasero de su novio; haciéndole sonreír entre besos cuando lo apretuja despacio.
-¿Está bien si te toco aquí?- tantea con uno de sus dedos la intimidad contraída del menor. Tarda unos segundos en humedecer sus propios dedos en su boca y vuelve a la labor de acariciar la rosada y estrecha entrada.
-Mmm~ S-si...- balbucea, sintiendo escalofríos recorrerle la columna.
-¿Te duele?- pregunta mientras introduce despacio un dígito, abriéndose paso entre las paredes internas de aquella cavidad.
-N-no ahh~-
Sus miradas se encuentran una vez más, dejando entrever la pasión que desbordan sus almas, el amor con el que se están entregando el uno al otro.
-Si quieres que pare...-
-¡No! Mmm~ No pares, me encanta~- una sonrisa se curva en el rostro del pelicastaño, recibiendo con gusto ese segundo dedo que rápidamente se pierde dentro de su ser.
El chasquido de sus dedos húmedos contra la intimidad de su novio le va excitando, tenerle allí echado, desnudo, entregado a aquel acto de amor compartido es simplemente sublime; pensar que nunca antes había encontrado un sentimiento tan grande hacia una persona, y ahora solo quiere gritar su amor a los cuatro vientos.
Encuentra apetecible la piel arrugada de los montecitos que adornan el pecho de su Junsu y sin miramientos dirige sus labios hacia aquel lugar, estremeciendo al instante la piel que va tocando su lengua.
-¡Yoochun!- chilla por más avergonzado, sintiendo como la sangre corre hasta teñir completamente sus mejillas; el último dedo ha encontrado camino en su interior y resbala incesante junto con los otros.
- ¿No duele? ¿En serio?- vuelve a preguntar el pelinegro, separándose lo suficiente como para ver el trasero de su novio mientras lo prepara. Le sorprende no haber oído ni un solo quejido, porque a su conocimiento, las primeras veces suelen incomodar.
-¡No me duele!- insiste con pucheros, sorprendiéndose cuando la mano del mayor abandona su entrada -Pero me molesta que dejes de tocarme-
Yoochun se las ingenia para quitarse los pantalones en medio de aquel beso hambriento al que ha sido atraído, acomodándose entre las delgadas piernas del menor. Frota la punta de su hinchada erección contra el dilatado anillo, temblando ante las corrientes de placer que lo invaden en medio de aquella acción.
-Te necesito dentro…- susurra sobre los gruesos labios de su novio, sonriendo nuevamente cuando el mayor se perfila y empuja en su interior.
-Nghh~ ¡Ohh! Junsuu~- gime largo y no espera para comenzar a mover su cadera.
El movimiento acompasado los envuelve en éxtasis y emoción, se les nublan los sentidos y se aferran al cuerpo ajeno cuanto pueden. Junsu se abraza al cuello de su novio, el vértigo le produce escalofríos y el placer le obliga a temblar. Yoochun jadea contra el oído del menor, la sensación de esas paredes apresándole es deliciosa. Sus bocas se buscan en besos esporádicos que los mantienen anclados a la realidad, se sonríen con cada estocada profunda, siguiendo el ritmo de sus caderas.
Hacen el amor por primera vez, y es perfecto.
-Mmm~ ¡Chunnie!- la voz del menor exige mayor contacto, a la par que enreda sus piernas en torno a la cintura de su novio.
El pelinegro embiste con fuerza, sintiéndose desfallecer cuando toca profundo y la intimidad del más chico se contrae sobre su falo. Ambos pierden foco de lo que los rodea, solo pueden ahogarse en la mirada contraria.
Saben que está cerca, el momento culmen de su entrega llega despiadado y los hace jadear entre espasmos placenteros que les recorren el cuerpo. La semilla del mayor se pierde dentro de aquel húmedo pasaje a la vez que el pelicastaño ha ensuciado su propio torso.
Se abrazan con recelo mientras recuperan el oxigeno perdido, sus corazones tamborilean a la par y se van calmando de a pocos, convirtiéndose en una melodía a sus oídos. El pelinegro abandona el interior de su novio y se acomoda de lado para abrazarlo a su pecho.
-Estoy seguro de que podremos hacer esto todos los días- dice con una sonrisa radiante, recostándose sobre el pecho del mayor.
-Me sorprende que no te haya incomodado nada...- se contagia de su alegría y sus manos descienden a acariciar la nueva “cola” de su sireno.
-Quizás es porque... ¿nunca había tenido uno?- responde entre dudas, apenas volteando a ver las manos de su novio acomodadas sobre su redondo trasero.
-Quizás...- ríe atrayéndole el rostro con la mano -ha estado increíble- susurra solo para él, acariciando con sus pulgares los sonrojos que ha provocado.
-Te amo- sus labios se juntan en un nuevo roce sutil, entintado de eterno sentimiento.
-Y yo a ti- corresponde el pelinegro, acomodando los mechones que caen sobre el hermoso rostro de su Junsu.
~~~~~~
Las horas pasaron volando, les dio tiempo suficiente para asearse, cambiarse y estar presentables cuando el resto de la familia Park volviera.
Yoochun se disculpó seriamente con su padre por su falta al trabajo y presentó a Junsu a sus progenitores; no mencionó el hecho de ser novios aún, por pedido del propio pelicastaño.
Los Sres. Park autorizaron la estadía del menor en la casa solo por unos cuantos días, ya que la historia que inventaron fue lo suficientemente convincente para el Sr. Park… la madre de Yoochun… bueno, ella ya sabía toda la verdad, y había sido la primera en dar el visto bueno para todo.
-¿Donde viviré? no puedo quedarme en tu hogar por siempre...-
Las palabras del menor resonaron dentro del cuarto de baño. Había pasado ya una semana y media desde aquel día y cuando no había nadie en casa, solían compartir aquella bañera donde se quedara el menor apenas se conocieron.
-Habrá que mudarnos- respondió apenas, abrazado a la cintura de su novio; quien tiene la espalda apoyada sobre el pecho del mayor -busquemos una casa pequeña-
-¿Podemos buscar una por aquí?- preguntó, alzando la vista en busca de los ojos oscuros del pelinegro -cerca al mar...- completó, recibiendo un beso en la coronilla.
-Me encanta la idea- sonríe y entrelaza sus dedos a los del menor.
Y sabe que aquella respuesta es tan solo el principio de su historia; porque ese sireno que se acomoda entre sus brazos fue un regalo del mar al que tanto ha amado desde pequeño, y tiene toda una vida para retribuirle. Toda una vida para descubrir lo que es el verdadero amor, toda una vida para olvidar la rutina y los días grises, porque con esas sonrisas radiantes que le regala su novio cada minuto sabe que ha hecho lo correcto y que es feliz.
Jamás imaginó que el amor vendría desde lo más profundo del océano
Dejar un comment no cuesta nada~~ ♥
*FIN*
KYAA!!!!!!!! MiiO!!!!!! -posesiva mode on-
ResponderEliminarHAPPY B-DAY!!!!!!! -atrasado- ii adiiviina qqqqq acabe de terminar el diibu q te diijeeee!!!!!! - me estar felizzzz ahora sii me pongo a leerrrr -runs- ii despues te dejare su debido comenttt
LOVE YA~
Pero que bonito!!!! *-* awww amé el twoshot, sabía yo que Yoochun no iba a poder renunciar a su sireno fácilmente, no habiéndose enamorado de su alma~ y saber que ese sirenito tbn fue atrapado por los misteriosos designios del amor *0* increíble!! por un momento pensé que no volvería cuando se iba a ir estando en el mar; pero cuando pide aquél deseo y el mar le escucha, fui feliz~~
ResponderEliminar*Q* siempre lo he dicho y lo diré, parte del encanto de nuestro YooSu es esa capacidad de amarse con tanta pasión *-* ese lemon estuvo tan precioso, con Junsu estrenando sus nuevas "adquisiciones" y con qué mejor maestro que su Yoochun.
Hermoso!! simplemente ideal, mil gracias por terminarlo y compartirlo~
Ya Ne! ;D <3
;__; perfecto!!!!
ResponderEliminary Junsu "estrenaba" su nueva adquisición a la manera de Yoochun! <3!!!~ Adoré tu versión de la pic de Reneeta <3!! si que nos hace volar *A*~
y el final <3 ;__; por un momento pensé que el papá los iba a encontrar en pleno jaleo o que iba a descubrir a Jun chan en la bañera Q.Q!~ esa idea me tuvo en tensión en una parte del fic!!
Ahhh!!! ame el regalito del Mar ♥~
Muchas gracias por este hermoso ficco <3~ taggeado en mis favoritos desde Ya!~
*bows*
lindo lindo!!!! mágicamente JS aparece en la vida de YC y de la misma forma se convierte en humano, que bueno que todo salió bien, y que apurados que andaban con eso de demostrarse amor xD muy lindo <3
ResponderEliminarawwwwwwwwwww T-----T hermosoooooo -ni se porq iioro???- esta perfectoooooooo al finallll se qedaron juntos para compartirrrr su amooooorrrr -como debe ser- asdfgasdfg ii el lemon estubo GENIAL *-----¬* me enqantooooooooooooooooooooo axiii!!!!!~ muii romantiiicoooo :"D siigue asiiiiiiiiiiiiii mii DIOSA~
ResponderEliminarLOVE YA~
Hay que bonito n.n al final se quedaron juntos, kawaiiiiiiii me encanto he
ResponderEliminar(suspiro) Quiero llorar de emoción T_T, fue tan lindo!!!!!!!!!!!, tantos sentimientos a lo largo e la historia al principio no que sentía cuando ambos no se querían despedir,creo que también una opresión el pecho de que ambos estaban sintiendo lo mismo, y cuando Junsu su iba casi lloro al imaginar a Yoochun todo triste T_T, creo que también me sorprendí y renació mi esperanza cuando reacciono y le dijo que no se fuera, que bueno que si le hizo entender que no era como los demás y que lo amaba T_T
ResponderEliminarY también bien lindo cuando Junsu renuncio a su cola (jajajajaj si linda colita como dijo Yoochun n_n), para poder quedarse con el siempre, como hasta su cabello cambio, pobre que pensó que Yoochun así ya no lo iba a querer xD
waaaaaaaaa y su primera vez fue indescriptiblemente romántica y llena de amor T_T, lo ame, lo ame.
Fue también divertido n_n, me gustaba que le dijera Humano Yoochun *O*, Junsu siempre tan lindo *O*, cuando le dice que ahroa será SU Junsu, dije siiiiiiiiii!!!!! es SU Junsu de Yoochun, solo de el y viceversa, YooSu!!!!!!!!!!!
Muchísimas Gracias, lo disfrute tanto en verdad, los esperaba con anisas y valió completamente la espera n_n, Gracias Axy n_n
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!
ResponderEliminarzidi mousee!! por fin!...lo amé <3
la espera valio la pena :D
disculpa todos los dias q te tenia traumada con la actualizacion pro...ya no aguantaba!! xD
Gracias x este hermoso twoshot :3
Askdjfwioñjfvañijviorjgviovjegi sho también quiero que el mar me regale algo así T_T
ResponderEliminarFue hermoso T_T... muchas gracias por compartilo Axy, valió la pena esperar T-T
Axy Axy Axy~~~..... me fascino el desenlace d la historia, en verdad tenia mucho miedo q se separaran x las diferencias q no podrían superar pero q incluso el mar entendiera su or y l regalara ese par d hermosas piernas(sabia q ese cuerpo tan sexy d Junsu solo podía ser un regalo d los dioses *_*) y esa fue definitivament la mejor manera d estrenarlas. Estuve feliz y Super emocionada en todo momento del fic!!!....gracias x terminarlo y deleitarnos con tus inpiraviones~~~ espero pronto mas^^ <3
ResponderEliminarY.Y hermoso hermosoooo! me imagine hasta sus caritas y todo ....super lindo el hecho dq al final se hayan quedado juntitos y empiecen ia su historia juntos ^^ las mom siempre dandose cuenta de todo...en vrdd me gusto muxo ^^
ResponderEliminarSaludos
Afagsdgaf xDD Hermosoo~ ya esperaba a ver como iba a terminar y me encantó *^*
ResponderEliminarTan Tan Tan Tan Bello
ResponderEliminarFue tan hermoso como al principio renegaba y despues se dio cuenta de su amor *wwwwwwwwwwww* Es tan lindo leerlo escuchando I swear y Good Night *wwwwwwwwwwwwwww* Lo ame como no tienes idea *wwwwwwwwwwwww* Gracias fue maravilloso
dfgdhsafghdagfjgadfgahdgfbg♥
lo ame, fue tan bello, que no tengo palabra, valio la pena la espera, los sentimientos del yoou me conmovieron y la transformacion del sireno a humano me emociono, de verdad q me encanta como escribes :D
ResponderEliminarAwww! lindo lindooo! me ha encantado asi mucho mucho! es que aww, yo fue de: Nooo! el no puede irse y dejar a Chun!, y fue de : Chun!! no lo puedes dejar ir así tan fácilmente!!.
ResponderEliminarCasi me miraba a mi misma entrando a la historia para gritarles que se dejaran de eso y mostraran sus verdaderos sentimientos antes de quedarse sin su otra mitad.
Pero cuando el bello sireno cambio su aleta por sus piernas, grite como loca y awww esta hermoso hermoso!
Muchas gracias! ^^
Kyaa ;_; ¡¡ES HERMOSO!! AKSJDLASDÑWEKODEWSDKSPDLQSDQSDÑ:c perfecto ;o; <3 Lo amé,me gustó muchísimo:c sadkjfejfmepompfoe8kdwemf,wplñ YooSu <3 ~~
ResponderEliminarHola soy nueva por aqui m gusto mucho ste two shot muy bonita historia
ResponderEliminarajkldhnfcñlafhncñlasnbcfñlasjcfasjcf! dios ;u; fue perfecto ♥
ResponderEliminar-felis cumple c: bien atrasado asdfghj...D: -
Gracias por escribir algo tan ...tan...tan asdfghojkdvño esplendohermoso!(?)♥
aaaaaaawwwwwwwwwwwwwwwww si escuchan una noticia de una adolecente fue encontrada ahogada a mitad del oceano pacifico... era yo... buscando un junsu xD jaja estubo my buena la historia! waaaaaa hermoso! amo a yoochun! por ver cuanto ama al susu! T^T
ResponderEliminarEsta es de las historias que te encantan porque todas las emociones los personajes atraviesa son tan bien logradas que si ellos sienten un nudo en el estomago, tu lo sientes, si a ellos los comen la anticipación a ti también. No puedo creer que despues de tantas veces el cosquilleo y las mariposas por tan hermoso amor estan ahí. Cómo no amar a mi YooChun su es tan lindo y amoroso tratandose de Junsu???
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