(FIC) Hablemos de Materias *Capítulo 4*

Les dejo actu *3*





Capítulo 4:


Las piernas de Junsu temblaron como gelatina; la cercanía del pelinegro le había asustado en sobremanera, obligándole a retroceder para apenas sujetarse con una mano de la pared.

-¿Respetar al alumno?- balbuceó fulminándole con la mirada.

-Ese es el trato Kim, tú me respetas y yo te respeto. ¿Te parece? Será como una pequeña “tregua” solo mientras tengas que darme clases- respondió extendiendo su mano a manera de acuerdo. Luego de haberlo pensado todo el fin de semana, había llegado a la conclusión de que era lo mejor; pero entre aquella tregua el planeaba seguir molestándole sutilmente.

-Está bien- bufó fastidiado sin siquiera haberlo pensado con detenimiento; empujó la mano del mayor y se adentró sin más en la biblioteca.

-Calma Park Yoochun, calma- se dijo a sí mismo, empuñando las manos; sacudió un poco los hombros y esa sonrisa arrebatadora volvió a dibujarse en sus labios.

Tenía que mantener su ser irrespetuoso en lo más profundo de su mente.

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-¡Pero quiero ver cómo le va Yoochun con su tutor!- los brazos del castaño se cruzaron sobre su pecho.

Yunho suspiró una vez más.

-Boo… estas creando excusas para no ir donde tus padres- se acercó a él lo suficiente para encararlo con la mirada.

-No es cierto- respondió firme, revoleando los ojos a los pocos segundos; sintiendo como se le colorean las mejillas por la cercanía.

-Jaejoong…- lo llamó en un suspiro, poniendo una mano sobre la pálida mejilla de su novio.

-¡No es cierto Yunho!- volvió a negar, encontrando de nuevo las orbes chocolate del mayor.

El moreno sonrió enternecido mientras abraza al menor, quien trataba de aguantar esas lagrimas que se le habían arrejuntado en los ojos.

-Está bien, no llores. Iremos cuando tu digas que estás listo… no quise apresurarte… es solo que…- se detuvo en medio de la explicación, limpiando con sus pulgares los restos de agua salada sobre las mejillas del castaño.

-Solo que, ¿qué?- Jaejoong lo instó a continuar, poniendo sus manos sobre las de su novio.

-Qué te amo mucho y te he visto preocupado por este tema desde hace un tiempo- terminó de decir, con el semblante algo decaído. El menor apenas se acercó para besarle corto sobre los labios.

-Ya se me va a pasar… lo prometo Yunnie- dijo esbozando una sonrisa para recibir una igual en respuesta.

-¿Aún quieres ver a Yoochun?- preguntó el mayor, atrayéndole más confiado de la cintura.

-Mmm… ¿qué tal si vamos a tu apartamento?, y me repites lo mucho que me amas cuando estemos allá~-

Las sonrisas de ambos se curvaron radiantes antes de desaparecer completamente por culpa de un nuevo beso, esta vez un poco más apasionado.

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-¡Esto es increíble! ¡Pensé que al menos tendrías neuronas!- se oyó un chillido en toda la biblioteca, sobresaltando a alumnos, profesores y supervisores alrededor.

El pelirrojo soltó el lapicero que traía en mano sobre la mesa, cruzándose de brazos frustrado.

-Cállate niño, ¡tú eres el que no sabe enseñar!- respondió el mayor usando el mismo tono de voz, golpeando la mesa con el puño.

-¡¡Si apenas te he puesto una operación fraccionaria básica!!- señaló el cuaderno, frunciendo el ceño lo más profundo que sus cejas le permitían.

-¡Pues no se qué mierda es eso! ¿Por qué crees que te pusieron de tutor?- renegó alzando la voz unos cuantos decibeles. Sus miradas estaban echando chispas casi literalmente.

-¡PARK! ¡KIM! ¡O SE CALLAN, O SE VAN DE LA BIBLIOTECA!- hasta que una llamada de atención de parte de la supervisora de la biblioteca los hizo poner los pies en la tierra de un solo golpe.

-…Lo siento Sra. Yang- se disculparon al unísono, soltando los brazos cruzados y los ceños fruncidos para hacer una ligera reverencia.

-¡Los estoy vigilando!- advirtió la supervisora -Kim, me has decepcionado. Tú eras de mis alumnos favoritos aquí en la biblioteca- concluyó ante la mirada atónita del menor y dio media vuelta para retirarse.

-Lo siento mucho- repitió en voz alta, haciendo una reverencia más pronunciada.

-Pfff, nerd- bufó entre risas el pelinegro, obteniendo un golpe en el brazo de parte de Junsu.

-Ajj, eres un imbécil- dijo entre dientes, volviendo a encontrarse con los ojos oscuros que le devuelven la mirada.

-No me agradas Kim Junsu- espetó enojado el mayor.

-Y tu tampoco me agradas en absoluto Park Yoochun- lanzó un suspiro frustrado -Debí haber ido al auditorio…- apenas dijo en voz baja, pensando en su pianista y cuando lo volvería a encontrar.

-¿Vamos a terminar la clase? Tengo cosas que hacer después-

La voz del pelinegro lo sacó de su ensimismamiento, obligándole a fruncir el ceño nuevamente.

-Solo hago esto porque el rector me lo ha encomendado, así que resuelve el ejercicio, y usa esta fórmula- le dio su cuaderno y señaló unos recuadros con los procedimientos escritos.

-Si me hubieras dado la fórmula desde un principio todo hubiera sido más sencillo, pero no. Eres un tutor desalmado que hace lo que le place y se apro-

-Ya cállate y resuelve Park- lo cortó, recibiendo una mirada fulminante a cambio.

El mayor comenzó entonces a resolver, dándole un momento de silencio a su tutor, quien lo miraba detenidamente mientras escribía.

Los ojos del pelirrojo se pasearon sobre el perfil de su “alumno”, capturando inconscientemente cada detalle en su memoria. El contorno de sus labios gruesos, la curva marcada de su mandíbula, la prominente manzana de Adán.

-‘¡¿Qué diablos estoy mirando?!’- el pensamiento cruzó veloz dentro de su cabeza y apartó la vista, pero ese extraño latir apresurado en su pecho tardó en estabilizarse.

-¿Está bien?- Yoochun extendió la hoja en la que trabajaba hacia el menor, apresurándole a corregir.

-Sí, está bien. Ahora haz el ejercicio 3 con la siguiente formula. Ah, y apuntalas en tu cuaderno porque tienes que aprenderlas para el examen-

Todo era muy extraño, ambos tenían bien metido en sus cabezas el sentimiento de desagrado hacia el otro… pero cuando hablaban con normalidad, casi podía disiparse toda esa tensión en el ambiente.

-Aceptaré tu tregua- soltó Kim de repente, encontrándose con los ojos negros del mayor cuando volteó a mirarle -…solo hasta que apruebes ese curso-

-Me parece bien-

El pelinegro le volvió a extender la mano, como lo hiciera más temprano, esbozando una ligera sonrisa; la cual sin querer, aceleró el corazón del menor.

Y eso bastó, un simple apretón de manos para comenzar con buen pie los siguientes 2 meses de tutoría.

O al menos eso es lo que pensaron…

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-Si Changmin, le di ejercicios fáciles- respondió el pelirrojo, sujetando el teléfono celular entre su oído y hombro, mientras preparaba un sándwich con sus manos libres.

-¿Y se pelearon?- la voz del morocho al otro lado de la línea sonaba realmente curiosa.

-Algo así, hasta que la Sra. Yang vino a callarnos-

-Hyung, el es una buena persona. Solo debes tenerle paciencia- el mayor detuvo su labor para poder sujetar el teléfono y responder.

-¿Y por qué yo debo ser el que le tenga paciencia? ¿Por qué el no puede cambiar su carácter un rato y dejar de ser tan engreído y presumido?- espetó de golpe contra el auricular.

-Está bien, está bien, no te enojes. Mejor háblame de ese pianista tuyo, para que se te pase el mal humor-

-Ahh Changmin~- suspiró risueño, apoyándose en el mueble de cocina.

-¿Ahora si suspiras como chiquilla enamorada?- se burló el menor.

-Jamás había sentido algo así~ Mañana iré al auditorio a ver si lo encuentro-

-¿Hyung, no te estás haciendo muchas ilusiones?- preguntó inocentemente, casi imaginando el rostro de su Hyung al otro lado del teléfono; con ese ligero ceño fruncido por querer bajarlo de su nube.

-¿Y tú? ¿No te estás haciendo ilusiones con ese chico de intercambio en tu clase de inglés? ¡He visto como le haces ojitos!- respondió en defensa, sabiendo que iba a tocar el punto débil del morocho.

-¡¡¡No es cierto!!!- casi chilló desesperado, con el rostro encendido en rubor.

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Apresuró el paso por aquel pasillo vacio, imaginando las mil y una cosas que haría o diría al encontrar a su pianista una vez más. Su corazón latía a prisa y no podía evitar ese cosquilleo en el estómago por culpa de la emoción.

Logró divisar una silueta en la puerta del auditorio.

Literalmente corrió hasta llegar lo suficientemente cerca como para darle forma, y descubrir que era un chico haciendo algo con la cerradura.

-¿Estas cerrando el auditorio?- preguntó mientras recuperaba el aire.

El chico volteó a mirarle, era muy simpático, le sonrió y asintió con la cabeza.

-Oh, sí. El profesor de teatro me encomendó ponerle llave- explicó, guardando las llaves en su bolsillo una vez finalizado su trabajo.

-…Ah- Junsu apenas respondió, al parecer Changmin tenía razón… se estaba ilusionando mucho.

-¿Buscas a alguien?- la pregunta lo sacó de sus pensamientos.

-Si, a mi pianis- digo, a un pianista- se corrigió rápidamente, queriendo salir huyendo por su equivocación y esa sonrisa que se curva en el rostro del muchacho.

-¿Tú pianista~?- pregunta con tono cantarín.

-¡No! Es un chico que toca el piano aquí, por las tardes- balbucea con el rostro colorado. Acaba de conocer a este chico ¿¡y lo está fastidiando!?

-Creo que sé de quién hablas~ Pero no lo he visto por aquí hoy- respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿¿Sabes quién es??- los ojos caramelo del menor brillaron ante el comentario. ¡Ese chico conocía a su alma gemela!

-Si~ ¿Cuál es tu nombre?- preguntó, picándole una mejilla con el dedo a aquel lindo y emocionado chiquillo.

-Kim Junsu-

-¡Tenemos el mismo apellido! Soy Kim Jaejoong~ Mucho gusto- el mayor hizo una ligera venia, aún sonriente.

-¡Hyung!- el llamado de una voz gruesa los obligó a voltear.

-Omo, ¡¡Yoochunnie!!- Jaejoong estiró el brazo para saludarle -Creo que este chico te esta bus-

-¿Kim? ¿Qué rayos haces aquí?- interrumpió el pelinegro, fulminando al menor con la mirada.

-No te incumbe, Park- apenas dijo, volteando el rostro.

-¿Lo conoces Hyung?- Yoochun preguntó, desviando sus ojos hasta toparse con los del mayor.

-…Acabo de conocerlo, ¿ustedes…?- el castaño los miró confundido.

-Soy su tutor- sonrió maliciosamente el pelirrojo. Ayudando con sus palabras a atar los cabos sueltos en la cabeza del mayor.

-¡Deja de decirlo así! ¿Qué haces aquí cuando se supone que debíamos encontrarnos en la biblioteca?- renegó el pelinegro.

-Debería preguntarte lo mismo, ¿no crees? La biblioteca está hacia allá-

Yoochun y Junsu comenzaron a discutir mientras caminaban con rumbo contrario al auditorio, dejando a Jaejoong con sus propios debrayes mentales.

Entonces aquél ‘Junsu’ era el chico de la ‘linda carita’… y había venido al auditorio buscando a ‘su’ pianista… pero al parecer no sabe que el pianista en cuestión es Yoochun…

-…Oh no- las palabras apenas salieron de la boca del mayor.

¿Y si Junsu era el chico de la voz angelical que Yoochun le mencionara?

Continuará…

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