(FIC) Rainy Night...

Este shot lo comencé por Facebook, luego de haber visto unas fotos del drama de Yoochun, 'I Miss You', en las que el salía empapado de pies a cabeza con una mirada terriblemente melancólica. Y, quería mantenerle ese sentimiento masomenos hasta el lemon... pero se me salió lo pornoso y... bueno xD sjdgahsgdjgdajdgsagda ya dirán ustedes~ *3*

P.D: Tengo el agrado de anunciarles que oficialmente estoy de vacaciones ♥ Así que podré dedicarme más tiempo a hacer esto que tanto me gusta: escribir ♥ :3

Título: Rainy Night...
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance
Advertencia: NC-17/LEMON




El timbre del apartamento sonó pasadas las 11 de la noche, asustando al de cabellos rosados.

-¿Yoochun?- se apuró en abrir la puerta al verlo por la mirilla.

El pelinegro estaba mojado de pies a cabeza, y las gotas aún chorreaban de su ropa.

-La… la tormenta comenzó mientras venía- apenas se excusó, temblando antes de dar media vuelta velozmente para lanzar un estornudo.

Las tibias manos del menor fueron a parar en las mejillas heladas de su novio. Su mirada preocupada le examinó de arriba abajo.

Tenía las manos empuñadas, sujetas a las mangas de la polera negra que traía puesta; el pantalón pegado a las piernas por culpa de la humedad y los zapatos inundados, formando charcos a su paso.

-Quítate el calzado y entra. Cierra la puerta y no vayas a sentarte en el sofá- indicó Junsu, caminando a paso rápido hacia su habitación para traer algunas toallas y un cambio de ropa.

El mayor obedeció al instante; aunque no le hubiera gustado mojar el piso del apartamento, pero no tenía otra opción.

-Alza los brazos- el peliteñido volvió, dejando las cosas sobre la mesita de la estancia, jaló la polera y la camiseta del mayor, quitándosela en cuestión de segundos; envolvió a Yoochun con la toalla, acomodando la tela alrededor de su cuello hasta más debajo de su cintura.

Paseó sus manos por los brazos, frotando en ciertos lugares para generar calor.

Prosiguió con su labor, agachándose para quitarle las medias, subiendo nuevamente para deshacerse del cinturón y el cierre del pantalón.

-Yo lo hago- una de las manos de Yoochun le detuvo.

-Iré por la secadora de pelo- las mejillas del menor se coloraron involuntariamente apenas cruzaron miradas.

El pelinegro terminó de quitarse la ropa, se secó lo mejor que pudo y se colocó las prendas que el menor le dejara sobre la mesa.

-Siéntate allí- Junsu señaló al volver, enchufando la secadora antes de dejarla al lado del sofá.

Sin previo aviso los brazos del mayor se enroscaron en la cintura del de cabellos rosados, atrayéndolo al cuerpo ajeno en un abrazo necesitado.

Los fríos labios encontraron un lugar acogedor sobre la boca del menor, quien respondió aquel casto beso con cariño.

-Aún estas congelándote Yoochunnie- dijo al separarse, con un atisbo de sonrisa en el rostro.

-Necesito…- la petición del pelinegro se vio interrumpida por las manos del peliteñido sujetándole el rostro para poder acomodarse y medirle la temperatura con los labios en la frente.

-No tienes fiebre- confirmó apenas en un susurro, dejando escapar un suspiro aliviado.

-Escúchame Junsu- dijo, buscando su mirada antes de abrazarle la cintura nuevamente.

-Te escucho- sonrió otro poco, acariciando la pálida mejilla de su novio.

-Necesito que… me subas la temperatura con tu amor- pidió escondiendo su rostro en la curvatura del cuello del menor, sin haber podido apreciar el hermoso tono rosáceo que se apoderó en ese instante de las mejillas de su Junsu.

~~

-… ¿Estás bien?- la pregunta escapó temerosa de los labios del peliteñido.

-¿No puedo pedirte que me ames?- los brazos del mayor se enredaron con más fuerza en torno a la cintura del menor.

-No es eso… ¿te ha pasado algo?- sus manos buscaron el rostro de su novio, obligándolo a mirarle a los ojos.

Yoochun se perdió en aquella mirada chocolate, descubriendo en lo profundo de sus ojos la preocupación que denotaba. Jaló al menor, sentándose en el sofá antes de acomodarlo sobre su regazo.

-Últimamente… siento que podrías desaparecer en cualquier instante- confesó, hundiendo su rostro en el cuello del de cabellos rosados, suspirando contra la nívea piel.

-… ¿Por qué?- apenas preguntó en un susurro, acariciando los cabellos azabaches entre sus dedos.

-Yo no quería... Pero, sabes cuál es la temática del drama. La pérdida de la persona amada... No pude evitar pensar en ti- una gota cayó sobre el hombro del menor, deslizándose cuesta abajo –cada vez que me veas llorar en ese drama es porque-

-Chunnie...- lo detuvo antes de terminar, sujetándole el rostro para encontrarle la mirada.

-Y ahora... No puedo dejar de pensar en eso. No puedo dejar de pensar en qué sería de mi si desaparecieras de repente, si alguien te apartara de mi lado- no pudo evitar aquellas lagrimas fugitivas que escaparon surcando sus mejillas. Los dedos de Junsu se dedicaron a detener el rumbo de aquel camino salado.

-Yoochun, estoy aquí… siempre voy a estarlo- intentó curvar una sonrisa, haciendo todo lo posible para reconfortar a su novio y sus repentinos temores.

-¿Y si no fuera así?- insistió con el corazón estancado en el pecho, sintiendo como se altera con siquiera pensar en algo así -Podría morir si te vas- soltó en un susurro ahogado, perdiéndose en las orbes chocolate que le devuelven amor incluso en momentos como aquellos.

-Park Yoochun...- dijo su nombre completo, acariciando con una de sus manos la mejilla de su novio -Yoochunnie... No me gusta decírtelo así, pero estás exagerando; es solo el tema de tu nuevo drama. Si pensar en ello te hace mejor actor, entonces utilízalo, pero solo como eso. Aquí estoy, te amo y sé que jamás dejaremos que pase algo que pueda perjudicar nuestra relación-

-Cuanto daría por poder reaccionar y pensar como tú en momentos así; a veces agradezco que entre los dos tú seas el más maduro- se tomó la libertad de suspirar un tanto más aliviado contra la rosada mejilla del menor -Lo siento...- se disculpó en voz baja, besándole el rostro con sumo cuidado.

-No. No te disculpes- apenas responde, esbozando una sonrisa enternecida antes de enmarcarle el rostro con sus manos para topar sus labios en un beso corto.

-Te amo- susurró sobre la boca contraria, aún con los ojos cerrados

-Y yo a ti, más de lo que puedas imaginar- afirmó, siendo envuelto una vez más por los brazos del pelinegro -Estas helado- ríe y palpa con sus manos los músculos aún fríos por la lluvia.

-Lo sé… entonces… me subes la temperatura?- pregunta con una media sonrisa, recibiendo un intenso sonrojo a cambio y un beso en los labios antes de que el menor se pusiera de pie para jalarle entrelazando sus dedos.

-Vamos a mi habitación-

~~

Los labios del menor se paseaban curvados en una sonrisa sobre la piel del cuello de Yoochun.

Una risita escapa de la bica rosada antes de ser atrapada por los labios del pelinegro.

-Por qué te ríes tanto, ¿mm?- preguntó sonriente, encontrándose con mil y un sonrojos sobre las mejillas de su novio.

-Porque... Me haces cosquillas Chunnie- respondió tratando de apartar aquellos dedos que acarician a la altura de sus costillas.

Junsu estaba acomodado sobre el cuerpo del mayor con las piernas a los lados de la cadera de su novio y las manos ancladas al cuello, despeinando los cabellos pelinegros que sus dedos tienen al alcance.

-Te amo mucho baby- susurra mientras se deja hacer y las manos del peliteñido descienden hacia su pecho desnudo.

-También te amo- corresponde y sus labios vuelven a la labor de cubrir con besos cuanta piel tiene al alcance, dejando una que otra estela húmeda sobre la manzana de Adán y la clavícula.

-¡Nngh!- un jadeo inconsciente se oye apenas la lengua rugosa del menor se pasea sobre el pecho de Yoochun.

Las manos de Junsu trazan ávidamente la figura del mayor, hasta que una se atreve a tocar impúdicamente sobre la tela del pantalón, arrancando un gemido entrecortado de la garganta del pelinegro.

-Baby ven aquí- su voz obliga al menor a alzar la vista.

Yoochun se sienta sobre el colchón, anclando al instante sus labios en aquella dulce boca rosada, mientras que con sus manos se deshace del pantalón de su novio. Como puede logra quitarse sus propias prendas también y una vez ambos se encuentran totalmente desnudos, se dedica a profundizar un poco más aquel húmedo contacto en sus bocas.

El mayor recorre con su lengua cada recoveco de la cavidad bucal de su novio, encontrándose en batallas con su igual, enredándose y arrancándoles jadeos y suspiros excitados.

-¡Ahh! Haa~ ¡Yoochun!- su respiración se altera en sobremanera y siente corrientes de placer recorrerle la columna. El pelinegro le ha jalado de la cintura, pegándole a su cuerpo en aquella acción, acercándole más para sujetar ambas entrepiernas con una de sus manos.

Impone un ritmo lento, sus miembros van ganando tamaño y dureza; las miradas que se entregan están cargadas de deseo, necesidad, están llenas de esas ganas tan propias de fundirse en uno y sentirse plenamente del otro.

-Quiero hacerte mío, Junsu- jadea sobre los labios contrarios, robándole el aliento y la cordura, haciéndole sonreír en medio de aquel éxtasis.

-Sabes… ¡ngh! …que ya soy todo tuyo Chunnie~- responde besándole corto una… dos… tres veces –Ya no estás tan frío como hace rato- corrobora con las manos sobre el pecho del mayor, apoyándose a su vez para no desfallecer presa del placer.

-Es porque tú estás ardiendo- sonríe sexy y presiona un poco más ambas erecciones, ahogando con su boca un gemido agudo que escapaba entre los labios del peliteñido.

Entre los espasmos y las corrientes eléctricas que les viajaban de pies a cabeza, la cordura fue perdiéndose poco a poco, y sin darse cuenta habían adaptado una posición un tanto más comprometedora.

-No~ ¡Nnn! Chun no hagas eso… allí~~ ¡Ahh!-

Junsu estaba apoyado sobre sus rodillas y codos, sobre el cuerpo del pelinegro; quién tenía a la altura de su rostro el redondo y firme trasero del menor enteramente a su disposición.

La lengua del mayor jugueteaba sobre la piel del contraído anillo, dejando cuanta saliva fuera posible antes de intentar invadir la intimidad con la punta de aquel músculo.

-¡Ahh! ¡Dios! ¡Nnggh!~~- los jadeos y gemidos del de cabellos rosados morían sobre la entrepierna de Yoochun, apenas logrando dejarle besos y lamidas sin ser interrumpido por sus propios espasmos -Aahh~ Ngh!! Chunniee~-

-¿Está bien así?- pregunta mientras va introduciendo un dígito en la estrecha cavidad, jugando con su mano libre sobre el falo del menor.

-¡Ah! Aahhh~~ S-si...- responde entre balbuceos e incoherencias y regresa a su labor de atender la hinchada erección de su novio.

El estimulo mutuo los está llevando al mismísimo cielo en pocos minutos, ambos se sienten desfallecer y saben que están más que listos para lo que sigue.

Tres dedos se deslizan con facilidad dentro y fuera de la intimidad de Junsu, sin provocarle molestias ni dolor.

-Yoochunnie, te necesito ya~- apenas dice mientras se incorpora y voltea para acomodar su cadera sobre la de su novio, sujetando el falo del mayor para perfilarse y poder montarle.

-No, espera…- lo detiene y antes de poder explicarse cambia las posiciones, siendo él quien se acomoda entre las delgadas piernas de su peliteñido -…quiero que lo hagamos así hoy- susurra sobre los labios rosados, sintiendo como las piernas y los brazos de su novio se enroscan en su cintura y cuello respectivamente.

Frota la punta de su entrepierna contra la dilatada intimidad y se perfila con cuidado, empujando en medio de un grave jadeo hasta llegar lo más profundo que la posición le permite.

Sus miradas se encuentran y se funden en la contraria, sin hablar, sin moverse, solo acompasando sus respiraciones alteradas y expresándose todo lo que sienten a través de aquellas orbes cristalinas que han aprendido a leer con el paso de los años.

Porque su amor no es solo una relación de pareja común, es el haber aprendido todo del otro, sus anhelos, sus temores, sus verdaderos sentimientos y el ritmo enamorado de su corazón. Por eso saben en ese preciso instante, que no es solo sexo cada vez que terminan en situaciones como aquellas, es amor en la más sublime de sus facetas.

Una de las manos de Junsu se acomoda sobre la mejilla del pelinegro, quien al instante la cubre con una mano propia.

-Te amo- dice y recibe la más hermosa de las sonrisas que tiene su Yoochun en respuesta.

-Te amo- imita aquellas palabras sin haber borrado su sonrisa y topa la boca de su novio con un beso.

La intensidad de aquel contacto sube con relativa velocidad, haciéndoles volver a sentir aquellos temblores y escalofríos emocionados. El mayor mueve su cadera instintivamente al sentir una repentina opresión sobre su miembro y las embestidas dan inicio lentamente.

-¡Mmm!~- sus labios se separan, habiendo quedado húmedos y rojos por aquella manera incesante como se probaban el uno al otro.

Yoochun acelera el ritmo, se siente morir dentro del calor de su novio; esas paredes internas le están volviendo loco y solo quiere llegar a marcar una vez más aquel punto que hace delirar al menor. Esconde su rostro en la curvatura del cuello de Junsu, repartiendo besos mientras mantiene el movimiento de su pelvis.

Los cabellos rosados del menor han terminado pegoteados sobre su frente por culpa del sudor, su cuerpo entero arde en llamas y se siente en el cielo por ese ritmo febril que le hace temblar de pies a cabeza. Su erección está apresada entre ambos torsos, masturbándose por el contacto piel a piel, haciéndole perder lo que le queda de consciencia en aquel estado.

Sienten como el exterior se desvanece y el fuego crepitante de la pasión se les instala en el bajo vientre; las estocadas aumentan su velocidad, las caderas del peliteñido también se mueven al ritmo del mayor, una sensación de vértigo se va adueñando de sus sentidos y los espasmos repentinos les anuncian que están a nada de tocar el cielo con la punta de los dedos.

-Haa~ ¡¡Ngh!! ¡¡Yoochuuun!!~~- el nombre del pelinegro retumba dentro de las cuatro paredes de la habitación cuando es el menor quien llega al orgasmo primero, habiendo esparcido su semilla entre ambos torsos.

Los músculos del mayor se tensan, siente como la presión de la intimidad de su novio sobre su virilidad le altera el autocontrol y en un par de embestidas profundas, explota en el interior del menor.

Sus cuerpos caen agitados, el latido de sus corazones les retumba en el oído y sus jadeos se oyen algo más altos por culpa de la falta de oxígeno en sus pulmones. Se quedan en esa posición unos cuantos minutos, recobrando lentamente todos sus sentidos.

Junsu hace un poco de presión en el abrazo en el que tiene apresado a su novio, lanzando un suspiro aliviado que de repente descoloca al mayor.

-¿Por qué ha sido eso?- pregunta curioso, volteando apenas el rostro para mirarle.

-No es nada~ Solo pensaba en lo feliz que estoy- responde sonriente, dando un pequeño respingo cuando el pelinegro sale de su interior para acomodarse a su lado.

-Babo~- dice en voz baja con una sonrisa en los labios. Jala las sábanas y se acomoda bajo ellas con el peliteñido. Le abraza contra su pecho y se dedica a acariciarle el cabello y besarle la frente –Hay que dormir ahora, mañana tengo que volver temprano al set…-

-Ya… se te pasó lo de antes… ¿no?- apenas formuló la pregunta, aún preocupado por los temores del mayor.

-Si amor. Estas aquí, y eso es para mí lo más importante- respondió contra la frente del de cabellos rosados, dejándole acurrucarse un poco más cerca a su cuerpo.

-Siempre voy a estar aquí para ti Chunnie- promete y cierra sus ojos, dejándose envolver por el sueño y el arrullo que es el latir del corazón de su novio –Siempre…- continúa con sus palabras, bajando el volumen de su voz cada vez, habiendo robado una sonrisa de labios del pelinegro.

-Lo sé my Baby- responde entre risas, acariciando una de las mejillas de ese Junsu semi dormido que descansa entre sus brazos.

-…Incluso en las noches de lluvia- concluye en un susurro y siente los labios, ahora tibios, de Yoochun posarse sobre los suyos antes de caer dormido profundamente.

*FIN*

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