(FIC) ESTOCOLMO *Capítulo 5*

Actualización! ♥ :D Alguito tarde pero hecha con mucho esfuerzo y cariño :3 Muchísimas gracias por el apoyo que le siguen dando a este proyecto♥ Fabi también quiere dejar sus palabritas, así que le dejo el post♥ *apachurra a FabiFabi otra vez*

Fabi:
Chicaaaas!!! Antes que nada... DISCULPEN LA DEMORA!
Han sido semanas muy dificiles para mi y entre tanta cosa no he tenido tiempo para sentarme a escribir con mi Axy bonita u.u
Se lo horrible que es cuando esperas una actu y esta demora en llegar D: mil disculpas nuevamente.
Gracias por seguirnos apoyando, las queremos mucho! ♥




Capítulo 5:

Faltaban un par de horas para que se cumplan 48 de no tenerlo a su lado, casi dos días de no ver esos ojos avellana que le roban el aliento, de esos labios cereza que se dedicaban a besarlo con infinita ternura, de esas pequeñas manos que aferradas a las suyas le hacen saber que no necesita de nada mas para sentirse completo, pero sobre todo casi 48 horas de esa maldita culpa que le oprime el pecho y le impide respirar como anticipando una muerte dolorosa que sabe merece por haber sido tan indiferente con su novio los últimos instantes que compartieron.

Se siente una basura al recordar las lagrimas contenidas en los ojos de Junsu aquella tarde y no puede evitar maldecirse por haberlo dejado aun cuando conociéndolo tan bien pudo leer ese "no me dejes" en la melancólica sonrisa del menor

El es el único culpable de la terrible situación que atraviesa la familia Kim y nadie podrá hacerle cambiar de opinión...

Por si el terrible sentimiento de culpa no fuera suficiente, que la policía aun no se involucre por no haberse cumplido las 48 horas que por ley se piden para certificar a una persona como desaparecida lo está volviendo loco.

Quince agentes especializados han sido contratados y a cada hora deben reportarse para informar sobre cualquier avance o pista que pueda ayudarle a dar con el paradero del pelirrojo; ha movido todas sus influencias y se mantiene en contacto con todos los que puedan contribuir con su causa pero el ruido que invade su despacho no proviene de ninguno de los seis modernos celulares que yacen en su escritorio, muy al contrario proviene de su celular personal, ese que olvidado en el bolsillo de su saco se pierde entre el desorden del sobrio sillón al otro lado de la habitación.

Las manos le tiemblan y el corazón se le dispara a mil por hora cuando reconoce la melodía, aquellas notas de Mozart que Junsu insistió en poner para personalizar su número

Le devuelven la esperanza y los ojos se le iluminan mientras desesperadamente intenta dar con el artefacto.

Por fin lo tiene entre sus manos y al ver la tierna sonrisa en el rostro de ese angelical muchacho en la pantalla se le oprime un poco más el corazón.

-Junsu! ¿Cariño donde estas?! - se apresura a decir y solo ruega por escuchar la voz de su novio al otro lado...

-Tengo secuestrado a Kim Junsu y me darán 2 millones de dólares si quieren que se los devuelva con vida-

Ni suave ni dulce, la sombría voz que responde le recuerda la realidad, Junsu ha sido secuestrado...

Janko siente como esa sola frase es capaz de llenarlo de ira e impotencia, apreta el auricular logrando que sus dedos se tornen blanquecinos y mentalmente jura que hará pagar a quien tan descaradamente se atreve a decir esas palabras.

-¡Maldito bastardo juro te voy a matar!- espeta con furia mientras recorre la habitación de un lado a otro tirando de sus cabellos para intentar calmar sus nervios.

-Cuida tus palabras- sisea enojado, sin despegar la mirada del muchacho pelirrojo –Puedo matar a tu noviecito antes de que logres matarme a mi- suelta una carcajada y se apoya divertido en el marco de la puerta de la habitación –Quiero dos millones de dólares. Para hoy-

-Lo tocas y juro q te seguiré hasta el mismísimo infierno si es necesario para hacerte pagar...tócale tan solo un cabello y me encargare de que tu existencia sea asquerosamente miserable, ¡¿escuchaste imbécil?! –

El pelinegro suspira y se frota el puente de la nariz entre los dedos índice y pulgar. Los ojos del pelirrojo están abnegados en lagrimas que no llegan a caer; se lo merece por haberle atacado verbalmente y haber herido su orgullo, se lo merece por ser un niño rico que solo sirve para despilfarrar dinero y gastarlo en estúpidos caprichos.

-Te hablo del dinero para que lo recuperes vivo y solo te preocupas por si ya le acaricié la cabeza, si ya besé su suave y dulce boquita rosada o si ya apretujé entre mis dedos su redondo y firme trasero. ¿Lo quieres de vuelta o prefieres que me lo quede yo? No tengo ningún problema~- ironiza y se burla al otro lado de la línea, queriendo tocar en lo más sensible de los sentimientos de ambos chicos.

El castaño es sorprendido por la parsimonia con la que responde el pelinegro y el silencio lo asalta mientras su cerebro procesa frase por frase lo que el tipo al otro lado d la línea ha dejado entrever.

Imaginar a Junsu siendo besado y tocado a la fuerza termina por destrozar sus nervios...

-¡¡Bastardo!! -vocifera lleno de impotencia -voy a...-

-¡BASTA! ¡¡JANKO PARA DE UNA MALDITA VEZ!!- Esta vez es un lloroso pelirrojo el que se deja oír, lo ha escuchado todo por el altavoz que previamente activo el pelinegro -¡Janko termina con esto de una vez por favor! -logra pronunciar antes de echarse a llorar e intentar ahogar sus sollozos para no preocupar aun mas a su novio.

-Tu ‘nena’ está llorando. ¿Vas a pagar por su rescate o prefieres que yo lo consuele a mi manera?- amenaza con tono agrio y se aparta de la puerta sin irse realmente lejos, solo quiere acallar un poco los sollozos del pelirrojo –Dos millones, no lo volveré a repetir-

Lo ha escuchado y sabe perfectamente que está llorando. Lo ha escuchado y eso significa que esta consiente, debe despejar su mente y pensar con claridad porque ahora la vida de su novio esta en sus manos.

-Lugar y hora...-Se limita a decir, Junsu se lo ha pedido. Debe evitar dejarse llevar por las emociones que descontroladas lo invaden y debe acabar con esto lo mas antes posible.

-A la espalda del centro comercial de Gaebong, 8 de la noche- una sonrisa de medio lado se pinta sobre sus labios con malicia –Y ni se te ocurra ir acompañado- sentencia y corta la llamada, apagando el celular para volver a quedar incomunicados. Su mirada divaga trazando un camino hacia la pequeña habitación, y se detiene a observar a su rehén mientras llora con el rostro hundido en la almohada.

La vida le estaba dando una nueva oportunidad, Junsu esperaba por él y Janko se acababa de jurar que esta vez no lo dejaría solo, lo traería sano a casa aunque por ahora sus armas solo sean una hora y una dirección.

***

No intercambiaron palabras después de aquel momento. Solo volvió a oír su voz cuando se quejó por la venda que le puso para cubrir sus ojos; ató sus muñecas y lo llevó a la camioneta, sentándolo en el asiento del copiloto. Se acomodó la gorra, escondiendo el largo de su cabello y alrededor de su cuello dejó una bufanda para luego cubrirse la boca con ella.

El camino resultó más largo de lo que recordaba; después de todo no iba a dar una dirección cercana a su ‘escondite’ si planeaba mantenerse a salvo, especialmente cuando aquel ‘escondite’ era su hogar de verdad.

Llegó al lugar acordado con una hora de anticipación, se dedicó a inspeccionar los alrededores y los lugares menos concurridos, descubriendo que efectivamente a la espalda del centro comercial los transeúntes eran casi nulos.

Faltaban pocos minutos para las 8 en punto.

Los faros de un carro aproximándose le obligaron a bajar del auto y recargarse en el capot mientras observa el auto deportivo estacionarse a varios metros de distancia.

Un chico alto de cabellos castaños baja con semblante firme, sosteniendo una maleta en la mano; grita algunas incoherencias a las que prefiere no hacer caso y alza el maletín indicando que los dos millones están completos y en efectivo dentro.

El pelinegro vuelve a la camioneta y saca al menor jalándolo del brazo, desatando el amarre en sus muñecas antes de obligarlo a arrodillarse en el suelo; unas cuantas indicaciones y en cuestión de segundos el maletín lleno de dinero y Junsu son intercambiados en un solo movimiento.

El mayor abre el cierre para verificar y todos los billetes están acomodados en fajos, es dinero verdadero. El fruto de su ‘esfuerzo’ para secuestrar a ese chiquillo adinerado.

Vuelve a su auto y mientras lo enciende logra divisar al pelirrojo abrazado al cuello de su novio, ambos de rodillas en el suelo y suelta una risa irónica antes de arrancar y desaparecer de la vida de aquellas 2 víctimas de su delincuencia.

Acelerando en el camino porque sabe que necesita llegar a un banco y depositar este dinero cuanto antes.

~~~~~~

Dos millones de dólares podrían llamarse ‘cosa fácil’ con la posición económica y empresarial que posee. Sabe de antemano que los padres de Junsu querrán pagarle la fuerte suma de dinero que usó para el rescate de su hijo, aunque él no planea aceptarlos de vuelta.

Junsu es su novio, es su mundo y su más sincera felicidad; es un escape a la fatigada vida como hijo del dueño de una firma de arquitectos que pronto pasará a sus manos. Kim Junsu es su todo y el estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de recuperarlo, con tal de alejarlo del maldito que lo tiene secuestrado.

***

Las horas habían pasado demasiado lento, había sido una tortura tener que observar los palitos del reloj moverse y apenas avanzar. Hasta que llegó en su auto al lugar acordado, encontrándose con un hombre encapuchado, apoyado en el capot de su camioneta al otro lado de la acera.

No podía reconocer sus facciones a simple vista, y la placa del auto estaba cubierta, el muy maldito había pensado en todo y ya no se le ocurría de que otra manera rastrearlo hasta meterlo preso.

Bajó del auto con el bolso de dinero, todo en efectivo, contado por sus propios dedos. Cuando el tipo encapuchado sacó a su Junsu de la camioneta, sintió ese calor particular que impulsó los latidos de su corazón a mil por hora. Unas cuantas indicaciones de parte del secuestrador y el intercambio se dio en menos de un parpadeo.

Sus piernas flaquearon, se acercó al cuerpo arrodillado del pelirrojo y le abrazó cual si hubieran pasado años desde la última vez que lo vio, sintiendo también las manos ajenas aferrarse a su espalda.

-Junsu! Junsu…- repite contra los mechones pelirrojos, temblando nervioso, intentando abrazarle incluso más fuerte.

Los fornidos brazos que ahora lo cobijaban le eran familiares...no más incertidumbre, no más mentiras, no más miedo...

-N-no me suel-sueltes por favor- fue lo único que pudo decir el pelirrojo presa de los nervios.

-No amor, nunca, nunca más voy a dejarte- responde y mientras le atrae más cerca a su pecho con una mano se deshace de esa tela que le cubría los ojos, descubriendo los párpados hinchados por haber estado llorando, y se notaba que su llanto no había empezado tan solo hace unos minutos sino mucho antes –Lo siento…- murmura sobre una de sus mejillas y continua acunándolo entre sus brazos –Lo siento precioso, lo siento mucho…-

-Por favor...por favor solo llévame a casa- y presa del cansancio y el desborde de emociones del momento cerró los ojos dejándose arrullar por los latidos presurosos del corazón ajeno, esos que lo llevaron a un profundo y necesitado sueño.

Y siente como se le oprime el corazón al ver a su novio tan indefenso, tan cansado y demacrado por el secuestro del cual ha sido víctima.

-¿Cómo dejé que esto ocurriera?- suelta la pregunta en voz alta y carga entre sus brazos al pelirrojo, llevándolo al auto para sentarlo en el lugar del copiloto. Reclina el asiento para acomodarlo y le besa la frente repetidas veces entre más disculpas que sabe el menor no está oyendo, pero necesita dejarlas salir –Voy a llevarte a casa Junsu, y esto jamás volverá a pasar- promete besando el dorso de una de sus manos antes de arrancar el auto, y pronto ambos se encuentran rumbo a la vida normal que dejaron por varias horas.

~~~~~~

El olor a tierra mojada ha sido reemplazado por el de jazmines, los ruidos de animales silvestres por alegres jilgueros, la fría soledad por esas voces tan familiares que a lo lejos le reconfortan porque se sabe acompañado...Está en casa.

La angustia por fin había conseguido huir de su cuerpo y ahora solo había lugar para el confort, ese que lo invade de inmediato al reconocer su cama y almohadas, ese que es acompañado por el delicado toque sobre su mejilla...Lo sabe, es él. La única persona que puede transmitirle tanto calor con solo un roce.

Una hermosa sonrisa se dibuja en su rostro y solo basta pronunciar un "Aquí estás" aún con los ojos cerrados para que sienta como el aire se le escapa demasiado rápido de los pulmones por el ansioso abrazo del que ahora es preso.

-Aquí estás tú- responde con una sonrisa radiante que se dibuja idéntica a la del pelirrojo en los labios –No sé cómo lo has hecho Junsu ah, ha sido una montaña rusa de emociones todo lo que ambos hemos sentido estos últimos dos días- casi ríe entre algunas lagrimas fugitivas que escapan irrefrenables de sus ojos –Me alegra tanto tenerte aquí de vuelta- y se abraza otro poco más fuerte al cuerpo de su hermano, sonriendo aliviado cuando siente el corazón contrario al mismo compás del suyo. Tal y como siempre ha sido.

-Hey, no llores...-el pelirrojo limpia los rastros húmedos en el rostro ajeno y besa cariñosamente esas mejillas que se han coloreado por el llanto -Estoy bien, después de todo no era tan debilucho como creías eh -y ambos al fin pueden reír sinceramente, están juntos y no necesitan de más.

-Cuando Janko te trajo a casa, dijo que no mencionáramos el tema… pero sabes que puedes hablar conmigo si lo deseas- ofrece el mayor Kim y las manos de ambos terminan entrelazadas en un mero acto reflejo por no querer apartarse mucho –después de todo he podido vivir en carne propia cada una de tus emociones-

-Lo sé, pude sentir tu angustia... ¡era realmente asfixiante! lo siento mucho, debiste haber pasado momentos espantosos -Ambos comparten una mirada de comprensión, no hay lugar a disculpas cuando cada uno de sus gestos están tan cargados de amor- Sabes, la primera noche pude sentirte con más claridad, tu fuerza fue la mía y eso me impidió rendirme. ¿Es que acaso hasta en situaciones como esas vas a tener que protegerme? -El menor hace un tierno puchero y presiona delicadamente la mejilla de su gemelo.

-Eres mi hermanito menor después de todo~- le revuelve los cabellos pelirrojos y se gana más pucheros disconformes a cambio. La sonrisa va borrándose lentamente de su rostro y apretando la mano que aún tiene entrelazada se atreve a soltar alguno de los tantos cuestionamientos que le vienen rondando la cabeza desde que Junsu volvió a casa –Puedo preguntarte… ¿te hizo algo malo? Hubieron momentos en los que pude sentir como te asustabas, otros en los que te desesperabas… y, aunque realmente ahora no los recuerde todos con exactitud, porque ya te tengo aquí nuevamente, me he quedado con ganas de saber que ocasionaba aquellos cambios tan repentinos en ti-

-A veces me asusta este "sexto sentido"... ¿no podré engañarte verdad?-Junho le sonríe amablemente recordándole en silencio que no hay persona sobre la tierra que pueda conocerlo mejor que él -Si lo que quieres saber es si abuso de mi, la respuesta es no. Creo que emociones tan fuertes como esas las hubieras podido diferenciar en tan solo un instante. El hombre que me secuestro era muy extraño, era hasta cierto punto ordenado, cocinaba, arreglaba el jardín, cultivaba sus alimentos...estoy seguro que la desesperación por conseguir dinero lo llevo a hacer esto- el pelirrojo levanta la vista y se encuentra con ese par de ojos miel idénticos a los suyos que lo miran como preguntándole dónde había dejado su cordura -Se que puede sonar extraño pero créeme, esa persona no es un mal hombre...lo pude sentir-

-No puedo decir que no te creo… pero no se me hace nada normal que un secuestrador sea ‘bueno’. ¿No te trató mal acaso? Debe haberse comportado de alguna manera distinta a la que describes como para asustarte o hacerte llorar varias veces…- explica preocupado y topa una de sus manos en la mejilla del menor Kim –Te creo, y siempre voy a creer en lo que dices… pero hay algo mal aquí. No quiero que te dejes llevar por la idea de una imagen que puede no haber sido cierta; pudo haber estado fingiendo Junsu ah. No puedes intentar comprender a un delincuente- sentencia y nota en los ojos contrarios aquella sensación de decepción que desde un principio sabía que obtendría con sus palabras –No me atrevo a preguntar esto tan directamente… pero hubo una sensación extraña que llegó a descolocarme incluso dentro de mi propia preocupación por ti. Un sentimiento entremezclado en emoción, desespero e incluso algo de alegría… yo no consigo explicar cómo pudiste vivir aquello…-

-N-no no puedo explicarlo, no es tan fácil... Junho, ni siquiera puedo ordenar mis ideas -suspira largamente el menor y se recuesta en la cabecera de su cama buscando comodidad para empezar una conversación que sabe solo confundirá más a su gemelo y a su propio corazón -El hombre que me secuestro nunca se atrevió a golpearme, claro que al principio tenía una actitud dominante y prepotente pero bajo toda esa imagen pude reconocer el cálido corazón que posee...el me ayudó. ¡La primera noche fue horrible! estaba sumamente asustado y solo pensaba que en cualquier momento iba a matarme, no pude controlar mi desesperación y me dio un ataque de asma, el sujeto no lo pensó dos veces y me ayudo, ¡me auxilio!-

El pelirrojo no lo sabe, pero su hermano se ha percatado del extraño brillo en su mirada y de la forma en que aprieta la almohada mientras más y más palabras salen de él confundiendo un poco más al mayor.

- Me sostuvo fuertemente y me dijo que todo iba a estar bien, me abrazó como lo hacías tú cuando éramos pequeños...pude sentir su corazón. Sé que piensas que estoy loco, pero ese hombre la debe estar pasando muy mal y debe tener fortísimos motivos para hacer lo que hace -ambos gemelos se miran fijamente tratando de asimilar lo que se ha dicho y escuchado.

El silencio solo desespera un poco más al pelirrojo y es él quien abraza fuertemente a su hermano atrayéndolo consigo a la cama.

-Junho créeme por favor, se que suena ilógico pero digo la verdad-

Siente los brazos de su hermano menor rodearle con fuerza. ¿Cómo no creerle? Sabe que es sincero… pero no puede evitar sentir aquella preocupación por el mismo hecho de que las palabras que han salido de su boca están defendiendo firmemente a un criminal.

-Te creo…- suspira apenas ambos logran separarse -…pero me preocupa la seguridad que tienes para defenderlo, Junsu- confiesa apartando la mirada –hablas de él como si lo conocieras de años… ¿tanto hablaron? ¿Te dejó… verle?- pregunta pensando en las posibilidades de conseguir algún retrato hablado para buscarle. Después de todo el sigue opinando que el delincuente merece un castigo.

Pero sabe que ha errado cuando la mirada caramelo del menor advierte sus pensamientos y hacia donde quiere dirigirlos.

-Está bien, está bien. No diré nada… ¿qué tanto socializaste con él? ¿Conversaban? ¿Reían?-

-Ahhh~...-el pelirrojo suelta un largo suspiro que solo significa para el mayor que las cosas se pondrán aún un poco más extrañas -Luego del ataque de asma él quedo muy asustado así que cuando le pedí encarecidamente que no me encierre, aceptó. Eso fue al día siguiente en la mañana, las cosas se habían calmado un poco y él me había dejado verle el rostro. Creo que realmente mi apariencia grita por todos lados que soy un debilucho ya que el tipo no me ató ni me vigilaba todo el tiempo, incluso m-me preparo...el desayuno-

El rostro de Junho ante aquella frase era todo un poema, los ojos los tenía sumamente abiertos y la mandíbula parecía que en cualquier momento tocaría la cama.

-¡¡Lo sé, lo sé, lo sé!! Es una locura, pero aún no te desmayes que eso no fue todo. Ya entrada la tarde la incomodidad del momento tan bizarro se había esfumado por completo y se sentía más como un par de "amigos" compartiendo una tarde, así que...me ofrecí a hacer el alm- almuerzo...-

-¿¡Le hiciste el almuerzo!? ¡Kim Junsu! ¿Pero qué…? ¿Cómo?... Dios, no comprendo cómo…- el mayor comienza a hablar, pero se enreda en sus propias palabras, y le continúa afectando la mirada suplicante que le regala su hermano.

Es que, ¿¡cómo va a poder considerar aquello algo normal!? El delincuente le hizo el desayuno, el pelirrojo le hizo el almuerzo, ¡esto sonaba más a una novela romántica de recién casados que a un secuestro!

-Me dices que eso fue en la tarde…- va analizando las palabras del menor, esforzándose en comprenderlas y relacionarlas a las sensaciones que logró compartir con su gemelo –Entonces fue por eso que estabas más tranquilo… estoy tratando de asimilar todo lo que me cuentas Junsu, estoy tratando de ubicar lo que sentí con cada cosa que viviste. ¿Qué pasó durante el almuerzo? Porque si no estoy equivocado, hubo algo allí que se me hizo raro… antes de la hora en que llamaron a Janko-

-Junho, no hay persona sobre la tierra en la confíe más que tu, así que por favor prométeme, ¡no! ¡Júrame! que no vas a contarle esto a nadie, ni una sola palabra a mamá ni a papá y mucho menos a Janko-

-No le diré nada a nadie… te lo juro-

-Esa tarde pasaron muchas cosas...Luego de que me ofreciera a preparar el almuerzo el sujeto me ayudó recogiendo algunos vegetales del pequeño huerto que tiene, también me ayudo cortando los alimentos, realmente fue muy amable pero... ¡Dios! ¡¡Me voy a volver loco!!- El pelirrojo cubre su rostro con ambas manos y trata de encontrar las palabras exactas para contarle lo que pasó a su gemelo sin que este lo estrangule por ser tan "anormal" -Era mucha la cercanía entre nosotros, ambos nos sonreíamos con frecuencia y nos dedicábamos miradas cargadas de sentimientos extraños, era como si quisiéramos decir o hacer algo pero no nos atrevíamos, bueno no hasta que nos...-

-Junsu?- el relato del pelirrojo fue interrumpido por una voz acongojada que entraba a la habitación sin necesidad de pedir permiso alguno –Junsu!- la Sra. Kim caminó presurosa hasta el lado de la cama para abrazar a su hijo menor y dejar salir aquel llanto contenido que había retenido por varias horas –Estábamos tan preocupados- solloza acunándole contra su pecho, acariciándole los cabellos y el contorno del rostro repetidas veces.

-¡¡Mamá!! Lo siento tanto mamá- no puede impedirlo, las lágrimas invaden sus mejillas y las palabras se le atoran en la garganta -Siento tanto haberlos preocupado de esta manera- se disculpa y se deja abrazar por quien le dio la vida y que sabe ha sido la persona que más sufrió con su ausencia.

-No tienes que disculparte de nada, hijo- la voz grave del Sr. Kim se oye a unos cuantos pasos de distancia. Le observa con los ojos acuosos y sonríe cuando las pupilas de su hijo menor se topan con las suyas –Yo te debo una disculpa; jamás pensé que por nuestra cadena de hoteles llegaría a ocurrir esto, y te dejé indefenso ante el mundo- habla con un nudo en el pecho y no duda en abrazar al menor cuando su esposa se separa y le hace un ademán para que se acerque.

-Papá...- no hay lugar para las palabras, ambos padres solo pueden abrazar fuertemente a su hijo y luchar para que los recuerdos tormentosos de esos dos días de angustia no los invadan -Ya todo ha pasado- el Sr. Kim finaliza y Junho se une al abrazo completando un hermoso cuadro.

-Padres, Junho; por favor dejémoslo descansar, todo esto ha sido muy rápido y apenas ha dormido un par de horas- Janko no quiere romper la hermosa imagen que tiene ante sus ojos pero la salud de su novio es lo más importante y ya se ha prometido que no dejará que nada malo le vuelva a ocurrir.

-Janko tiene razón, con la emoción de tenerte de vuelta se nos ha olvidado que es de madrugada- la Sra. Kim le enmarca el rostro y le deja un beso en la frente antes de apartarse –Descansa cariño- se despide dulcemente y junto con su esposo le recuerdan al menor que puede llamarlos si los necesita.

El novio del pelirrojo continúa de pie al lado de la puerta, y Junho sabe que su conversación inconclusa va a tener que esperar otro poco.

-Tenemos una conversación pendiente Junsu, no lo olvides- murmura cerca a su oído cuando le abraza para despedirse, dejando al menor y a su novio solos pocos instantes después.

-Hola... ¿me extrañaste? -Pregunta lindamente el pelirrojo mientras el mayor camina hasta la cama y se recuesta a su lado para tomarlo por la cintura a abrazarlo fuertemente.

Con cada inhalación, Janko llena de ese fresco aroma que desprende su novio sus pulmones y siente que va a volverse loco de solo pensar que pudo no haberlo tenido de nuevo.

-Y me lo preguntas?- susurra con los labios pegados a una de las redondas y rosadas mejillas del menor –Cada segundo sin ti era como morir- confiesa y sin esperar respuesta alguna busca esos labios aterciopelados que le reciben con emoción; y sin prisas ni distracciones da comienzo a un beso lento, cargado de la más infinita ternura y anhelo.

Sus labios han encajado a la perfección una vez más, las manos del mayor se pasean delicadamente por su cintura solo para segundos después bajar a esos redondos músculos que conoce tan bien, compartiendo entre besos risas con el pelirrojo por aquella acción.

Junsu lo sabe, el hombre que lo abraza tan protectoramente se convertirá en su esposo, será el hombre con el que compartirá su vida y envejecerá; y sabe que todo está bien porque mientras se besan siente que las cosas vuelven a tomar el rumbo correcto; sin embargo, tras ese "te amo" que le dedica el mayor se ha percatado que su corazón no late de la misma forma que antes.

Quizá aún son los nervios del momento, la experiencia traumática que vivió o el hecho de que su corazón no volverá a latir con la misma intensidad que lo hiso si no son esas negras orbes las que lo observan.

~~~~~~

-Haré el depósito mañana a primera hora doctor- los cabellos azabache caen sobre sus ojos al encontrarse sentado con el torso hacia adelante, apoyando los codos en sus piernas mientras habla por teléfono -¿Puede hacerse cargo del papeleo? No hay nadie más que usted en quien confíe tanto para encomendarle a mi hermano…-

Y sus palabras vienen cargadas de sinceridad. Parece que con el pasar del tiempo, aquél doctor que más joven salvó a su madre y asistió el parto de su hermano es el único humano en el que su confianza ha prevalecido.

-La operación saldrá bien, iré a supervisarla. ¿Vendrás con nosotros?- pregunta la voz rasposa del médico al otro lado de la línea.

-No…- responde irguiendo el cuerpo para luego tumbarse de espaldas en la cama, acomodando sus dedos índice y pulgar a los lados del puente de su nariz -aún tengo asuntos que resolver aquí. Confío en usted- sentencia y a los pocos instantes corta la llamada.

¿Debería viajar con su hermano? Quizás le ayudaría a borrar el recuerdo de la hermosa sonrisa de aquel que fue su rehén hasta hace unas horas…



Continuará…

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