(FIC) Let's Play Doctor

Y bueno, la inspiración me atacó de repente. No pregunten de donde rayos salió la idea xD


Título: Let's Play Doctor (Juguemos al Doctor)
Autoras: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance
Advertencia: NC-17/LEMON




-Chunnie~~- gimotea el rubio tumbado boca abajo en la habitación de aquel hotel al que acaban de llegar en Japón. La mata de cabellos azabache apenas se asoma por la puerta del baño para mirarle y responder a su llamado -Chuuuunnie~ Me duele~- lloriquea una vez más, hundiendo su rostro en la almohada.

-¿Qué te duele baby?- pregunta, terminando de secarse las manos mojadas antes de ir a sentarse al lado de su novio.

-Me duele aquí~- apenas explica y señala detrás de su cabeza, a la altura de su nuca.

-Es porque te dormiste en mala posición en el avión- justifica y con una mano se dedica a acariciarle la zona señalada.

-Necesito un doctor- exige y patalea con ambas piernas haciendo un berrinche por demás infantil.

Una idea fugaz cruza por la -pervertida- mente del pelinegro y, mientras una sonrisa se curva pícara en sus labios, con la ayuda de su mano libre obliga al menor a girar para quedar boca arriba.

-¿Qué tal si yo soy el doctor hoy? ¿Mm?- pregunta intentando mantener la seriedad, sintiendo como sus instintos 'asesinos' quieren salir a flote al ver como se tiñen de rosa las pálidas mejillas de Junsu.

-¿Va a curarme, doctor?- pregunta sexy, estirando sus brazos hasta acomodarlos tras el cuello del mayor, siguiéndole el juego.

-Dime donde te duele...- pide y sonríe cuando el rubio comienza a tomarse su papel en serio; el menor se muerde los labios e incluso hace gestos incómodos mientras señala la curvatura de su cuello, donde Yoochun no duda en acercarse a besar.

-Mmh~ ¿Así dejará de doler doctor?- su voz escapa mezclada con un jadeo, comenzando a provocar al pelinegro.

-Es mi mejor técnica- afirma con los labios pegados a la piel expuesta, besando despacio y succionando con cuidado algunos lugares, dejando marquitas que apenas llegarán a durar unos minutos allí. Sus manos se pasean sinuosas por el contorno del cuerpo ajeno, hasta anclarse a los lados de la cadera.

-Me duele aquí también~- señala bajo sus labios, a la altura del mentón; y pronto los besos han ascendido en busca de nuevos territorios por explorar.

-¿Y aquí?- cuestiona el mayor, dejando un pico sobre los rosados labios de su novio.

-Ahí me duele muchísimo- sonríe y con ambas manos enmarcando el rostro del pelinegro, lo atrae para besarle otro poco.

Sus bocas se encuentran curvadas en una sonrisa, sus labios se prueban con anhelo y se exploran cual si fuera la primera vez que se rozan.

-Nnh...- un jadeo quedito escapa de la garganta del rubio cuando la ávida lengua de Yoochun se interna en su boca para enredarse con su igual; ambos músculos se chocan y batallan por el dominio de aquel beso. Ninguno de los dos cede y pronto se encuentran entre juegos donde sus labios son víctimas de suaves tironeos con los dientes o succiones con la boca ajena.

-Doctor~ No ha terminado de curarme~- respira agitado contra los, igualmente hinchados, labios contrarios, compartiendo el aliento aún.

-Lo sé, paciente Kim, ¿donde más duele?- va hablando mientras le ayuda a sentarse, y la sonrisa no se le borra del rostro.

-Por aquí...- murmura y una de sus manos cae sobre la tela de la camiseta negra que trae puesta, a la altura de su pecho.

-Mm... esto es serio- sentencia analizándole con la mirada -Vas a tener que quitarte la ropa para que pueda examinarte mejor- informa y se sienta cruzado de piernas sobre el colchón, dándole más espacio al rubio para que pueda moverse.

No hay ni una pizca de duda en sus acciones; ambas manos sujetan firmemente el borde inferior de la camiseta y alzando los brazos se quita la prenda sensualmente, logrando embobar otro poco al pelinegro.

Los rubios cabellos se han desordenado y caen rebeldes sobre la frente del menor mientras se acerca a su novio y se acomoda a horcajadas sobre él, buscando una de las manos de pianista para guiarla hasta apoyarla en su pecho.

-Duele~- casi gime ahogado y busca los gruesos labios del mayor, topándose con ellos justo cuando los largos dedos se deslizan sobre la suave y tibia piel y van estremeciendo todo a su paso.

Sus manos encuentran divertido acariciar con los pulgares ambos pezones del menor; frota la yema del dedo contra la piel rugosa que se irgue y se endurece bajo su tacto.

-Ahh~ ¡Chunnie!- respinga cuando el contacto de sus bocas se deshace y los labios de Yoochun descienden en busca de uno de los montecitos oscuros que orgullosamente decoran su pecho -¡Nhg! Ahhn~- jadea quedito y se remuerde el labio inferior mientras el músculo húmedo y caliente chupa su piel fervientemente.

-Soy el 'Doctor Yoochun' para ti- le recuerda apenas despegando su boca de la piel ajena, dejando que su aliento choque contra la humedad, creando un contraste de sensaciones y temperaturas que sobresaltan al rubio.

-¡Mmhg! Lo siento~- se disculpa largando un gemido cuando Yoochun le deja un chupetón justo arriba del pezón izquierdo; y se tarda en advertir que las manos del mayor han ido a parar sobre su pantalón, desabrochándolo con prisas.

En un parpadeo Junsu está tumbado de espaldas sobre la cama y el pelinegro le ha terminado de arrebatar los jeans, la única prenda que cubre su desnudez es el bóxer que aún trae puesto.

Yoochun, que aún va completamente vestido, se quita la camiseta y desabrocha sus pantalones, pero no se los saca.

-Nnhg~ Solo hay una manera de saber que tienes, baby- habla ronco, producto de la excitación, acomodándose sobre el cuerpo del rubio; dejando varios picos sobre sus labios antes de continuar con lo que estaba diciendo -Tengo que ponerte el termómetro-

-¿Me va a doler, doctor?- pregunta inocentemente con un pucherito en el rostro.

-No mucho, solo al principio- besa los gestos del menor y le mordisquea los labios mientras más llega a fruncirlos.

-¿Es grande?- cuestiona en un murmullo, con los labios aún rozándose incesantes sobre los ajenos.

-Si, es grande- afirma con una media sonrisa, teniendo el descaro de chocar su cadera con la del menor para hacerle sentir lo excitado que está.

-Nhh~ ¿Y está seguro de que va a entrar?- un gemido escapa contra su voluntad y su rostro se colorea otro poco con cada nuevo roce de parte de sus entrepiernas aún cubiertas con fastidiosa tela.

-Estoy seguro... pero para que el termómetro entre más rápido, tiene que estar bien caliente-

-¿Mmhn? ¿Caliente?- repite con una duda, sintiendo como el rostro le arde por culpa de aquel choque de caderas y aquellas palabras sucias e insinuantes que escapan de sus bocas como si nada.

-Caliente y duro- asiente y se arrodilla sobre la cama, terminando de bajar el zipper de sus jeans para poder deslizarlos cuesta abajo. Los ojos castaños del rubio le miran desde su posición -¿Me ayudas a prepararlo?- pide y ahoga un jadeo ronco al liberar su propia semi erguida erección de la presión de los bóxers.

El menor no lo piensa dos veces, se levanta, lanzándose directo a la pelvis del pelinegro y de un momento a otro el falo del mayor está perdiéndose en lo profundo de su garganta.

-¡¡Oh my Gooooood!!- gime largo y excitado cada vez que Junsu le traga completo, siente la punta de su hombría tocar fondo y con cada nueva succión, la humedad y viscosidad en su erección aumentaba. Una de las manos del menor le sujeta firmemente de la base, ejerciendo incluso un poco de presión para evitar que se corra, mientras que la otra mano juguetea traviesa acariciando los testículos.

Aquel 'jueguito' se estaba poniendo cada vez más ardiente. La temperatura en la habitación ha subido estrepitosamente y ya varias gotas de sudor surcan las curvas de ambas anatomías, descendiendo hasta caer sobre las sabanas y perderse para siempre.

-Nnhg~ Estás enorme Chun- balbucea cuando se quita el manjar de la boca, antes de buscar la mirada ónix, perdiéndose allí mismo mientras saca la lengua y se dedica a golpetear la punta del erguido falo contra ella.

-¡Ahrg! Mierda- gruñe sintiendo corrientazos eléctricos desde el bajo vientre que le atacan violentamente hasta la última pizca de cordura. Impide que Junsu siga masturbándole con su boca y le aparta con una mano para inclinarse y buscar sus labios, fundiéndolos en un beso húmedo y apasionado.

No se dio cuenta exactamente en qué momento quedaron ambos completamente desnudos, pero esas palmaditas que el pelinegro dejó sobre uno de los glúteos del menor para pedirle que se ponga en 'cuatro patas' solo pudieron anunciarle que lo mejor estaba por venir.

-No quiero tus dedos~- se quejó entre jadeos al sentir los dígitos cubiertos de saliva tantear sobre su intimidad.

-Babe, tengo que pre-

-¡No Yoochun! ¡No quiero tus dedos!- le interrumpió sin más, recibiendo un gruñido excitado en respuesta y un montón de saliva dejada directamente sobre su anillo -¡Ahh! ¡Dios!- gimió alto al sentir la lengua ardiente y húmeda de su novio atacar toscamente la piel de su entrada, tomándose un lapso de tiempo para dejarle bien lubricado.

-¡Mmmhg! ¡Fuck, Junsu!- jadea desesperado por aquel dolor que le causa su entrepierna desatendida y sin más rodeos se irgue, afianzando sus manos en la cadera del rubio, perfilando su hombría en la estrecha intimidad.

-¡Oh Dios, Yoochun! ¡¡Nnhhg!!- gimotea y chilla quedito, arqueando la espalda ante aquella invasión que le comienza a llenar por completo -Fuerte~- pide impetuoso y hace retroceder su pelvis para acelerar aquella lenta y tortuosa penetración.

La respiración del pelinegro se entrecorta e irregulariza, la intimidad de su novio le apresa deliciosamente y se siente a nada de llegar al orgasmo.

Las embestidas no se hacen esperar, sus caderas chocan frenéticas, en golpes potentes que crean un chasquido en sus pieles.

Los jadeos se entremezclan en el ambiente, Yoochun balbucea incoherencias mientras arremete contra el rubio y recibe en respuesta gemidos cada vez más agudos, que casi se convierten en chillidos desesperados cuando su hombría llega a tocar aquel punto sensible en el interior del menor.

-¡¡Ahí!! Aaahh~ ¡Ahí!- indica Junsu entre gimoteos extasiados; antes de quejarse por el repentino abandono en su intimidad.

El mayor le hace girar y abriéndole las piernas vuelve a su posición en una sola estocada.

-Quería... mirarte- se justifica con una sonrisa entre respiraciones laboriosas, recibiendo un gesto igual de alegre en su novio, además de miles de besos dejados sobre sus labios.

-¡Mmhg! Se está aprovechando... de mi cuerpo... Doctor~- sonríe retomando el juego previo, dejándose arrastrar lentamente por esa sensación de vértigo que le anuncia que el final está cerca.

-Esta... nnhg~ Muy caliente aquí dentro... quizás haya que... ¡ahrg! usar el termómetro otras dos o tres veces- habla entrecortado y su pelvis acelera el vaivén de caderas.

Los niveles de calor se disparan al cielo, sus voces aumentan varios decibeles y sus nombres se convierten en la única palabra que aflora de sus bocas.

En medio de un beso y una estocada potente, es Junsu quien toca el cielo primero y su semilla se derrama veloz sobre su torso, llegando a manchar también parte del vientre del pelinegro.

La repentina presión en la intimidad del rubio le obliga a explotar en su interior, marcándole hasta lo más profundo de su ser.

Ambos cuerpos terminan tumbados sobre el colchón, con una de las manos entrelazadas y haciendo intentos por recuperar el aire perdido.

-No quiero ni pensar que esta es nuestra primera noche aquí en Japón- murmura el menor entre risas, quejándose quedito cuando Yoochun sale de su interior.

-Mm~ Seguro mañana te dolerá algo y habrá que llamar a doctor de nuevo- ríe atrayéndole de la cintura.

-Eres un pervertido Chunnie- ríe sonrojado y se deja besar por esa boca gruesa que le busca para acoplar la suya a la perfección.

-Tú también lo eres baby, te luciste 'calentando el termómetro'- se burla entre piquitos y no puede aguantar esa carcajada cuando el rostro del rubio se pinta de colorado en un instante -¿Qué haré contigo paciente Kim? Parece que me tienes locamente enamorado-

-Qué tal si cura el dolor que ahora tengo por aquí...- menciona y con su dedo índice señala hacia el sur de su anatomía, un poco más abajo de su vientre -y me demuestra lo mucho que me ama otra vez~- sonríe brillante y vuelve a anclar sus brazos en torno al cuello de su novio.

Quizás a veces sea vergonzoso e incluso suene pervertido, pero aquella clase de juegos que inician inocentemente le ponen color y nueva emoción a hacerse el amor.

Y hasta ahora, jugar al doctor es lo más emocionante que han hecho desde que arribaron en el país nipón.

*FIN*

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