(FIC) Hablemos de Materias *Capítulo 6*

Actu~ ♥

Super tarde y en serio me disculpo por ello :(



Capítulo 6:

Los pasos presurosos del morocho casi corren a la salida cuando su última clase termina; esa clase que también comparte con el alumno de intercambio que tantos problemas le ocasiona.

-Shim- la voz a su lado le hace brincar del susto, casi lanzando un chillido asustado antes de voltear y encontrarse con un par de ojos castaños que, para variar, ya se sabe de memoria.

-M-Mokomichi, ¡me asustaste idiota!- balbucea y termina insultándole involuntariamente, presa del nerviosismo.

-¿Idiota yo? ¿No te pasas de confianzudo? Apenas y te conozco…-

¡Punto a favor del japonés! Shim Changmin apenas le ha hablado 2 veces en su vida universitaria, si, oyeron bien, 2 veces. La primera fue cuando el mayor le pidió un lápiz prestado y la segunda acaba de ocurrir hace pocos segundos. Pero poco había recordado aquello el morocho, cuando en su imaginativa cabecita ya habían charlado amenamente, se habían coqueteado, se habían besado y sabe dios hasta donde habían llegado sus hormonales fantasías.

-C-cierto…- balbucea sin apartarle la mirada y vuelve a sobresaltarse cuando el japonés le revuelve el cabello.

-Puedes llamarme Hayami, Mokomichi resulta demasiado largo incluso para mí- dice con una sonrisa en el rostro y continua caminando, haciéndole un ademán al menor cuando nota que no le sigue –¿te molesta si te acompaño?- pregunta con ambas manos en los bolsillos, observando atentamente esos ojos marrones que le miran embelesado.

El ya lo sabe, desde el primer día que llegó a aquella universidad y los ojos del morocho no se desprendieron de su persona hasta que tuvieron clases separadas.

-No, está bien…- acepta la compañía y rápidamente alcanza los pasos del mayor –Tú puedes llamarme Changmin- balbucea apenas, luchando consigo mentalmente para no quedarse mirando como tonto al japonés. Que hasta ahora no puede creer que lo tiene tan cerca.

-¿Shim no es más corto?- pregunta entre risas, notando como las morochas mejillas se tiñen tenuemente de rubor.

-Si… pero me gusta Changmin- explica apenas mirándole de reojo, sin poder desviar la mirada una vez que sus pupilas se encuentran.

-A mí también me gusta Changmin- corresponde y vuelve a sonreír radiante, estremeciendo el frágil y vulnerable corazón del más pequeño.

~~~~~~

-¡¡Hyung!! ¡Jaejoong Hyung! ¡Suéltame por favor!- la voz chillona del pelirrojo resonaba en el pasillo por el que el mayor le jalaba – ¡Suéltame ya! Mi pianista est- y su voz se quiebra, y siente que puede llorar por el resto del día. Todo por culpa de su estúpido Hyung.

*Flashback*

Su corazón taladraba contra su pecho mientras las últimas notas de la canción fluían de su boca, armonizándose con el perfecto y melodioso sonido del piano que se encuentra tras el telón.

La sonrisa que el pelinegro trae en los labios no se ha borrado desde que la voz de su ángel cantante resonara entre las paredes del auditorio. Ha encontrado su mensaje y le ha correspondido.

La voz de Junsu se va apagando al llegar a la última palabra cantada y pronto el piano deja de sonar también. Unos pasos se oyen sobre el escenario y el telón rojo se mueve ligeramente por uno de los lados.

Su pianista iba a salir…

Y con el corazón a mil por hora sonrió expectante a la verdadera apariencia del amor de su vida.

Hasta que una mano sobre su boca y otra en su cintura le jalaron a la fuerza, sacándolo del auditorio justo cuando el telón se abre, revelando la figura del pelinegro.

La mirada de Yoochun se pasea entre los asientos vacios mientras la sonrisa va despintándose de sus labios al no encontrar a nadie allí… quizás no le ha correspondido después de todo.

*Fin flashback*

-Junsu ah- el castaño se ha detenido hace ya varios minutos y se empeña en descubrir cómo detener esas lagrimas cristalinas que corren por las rosadas mejillas del pelirrojo –Junsu ah… no llores más- pide y con una de sus manos limpia la humedad en el rostro del menor.

-Hyung, ¿por qué? ¿¡Por qué me sacaste de allí!?- chilló enojado entre ligeros sollozos, sin haber soltado de sus manos esas hojas con la confesión de amor más hermosa sobre la faz de la tierra.

-L-lo siento, no sabía que estabas en algo importante… como solo te vi allí parado- balbuceó sintiéndose realmente mal. Su plan no había salido tan bien como esperaba.

-Mi pianista…- murmuró secando las lágrimas con el dorso de su mano.

-¿Pianista? ¡Oh! ¿Al que buscabas la vez pasada?- preguntó haciéndose el desentendido, chasqueando los dedos cuando simula recordar vagamente el acontecimiento de hace ya varios días.

-Sí, él- afirmó con tono agrio, sin llegar a alzar la mirada.

-¿No tuviste clase con Yoochun hoy?- el ceño del menor Kim se frunció profundamente.

-¿¡Qué tiene que ver el creído de Park Yoochun en esto!?- espetó realmente fastidiado, ya suficiente tenía con que le hayan sacado arrastrado de un sueño demasiado vívido como para amargarle más el día con menciones de personas que poco le interesa recordar en aquel momento.

-Na-nada, es que estaba recordando…- intentó corregir, mordiéndose la lengua por aquel error que casi había sumado a su lista de ‘metidas de pata’ -¿en el auditorio estaba tu pianista?-

-Si… me escribió esto; y canté… y el iba a salir del telón… ¡Pero Hyung me sacó!- hizo un berrinche, moviendo las hojas frente al rostro del castaño.

-Lo siento, lo sieeento Junsu ah~- volvió a disculparse, atrayendo al menor en un abrazo -Voy a compensarte. Le hablaré y le diré que te fuiste por mi culpa. ¿Recuerdas que dije que lo conozco?- ofreció con una sonrisa, terminando de limpiar esas lagrimas fugitivas que seguían resbalando por las sonrosadas mejillas.

-No me digas quien es- se apresuró en responder.

-No, no. No quiero arruinarte el misterio…- se detuvo a observar detenidamente al pelirrojo -¿Te gusta mucho?- preguntó en un murmullo, realmente curioso por lo que pueda sentir por su pelinegro amigo.

Una sonrisa algo opacada por la tristeza del momento se asomó dulcemente sobre los rosados labios.

-Lo amo, Hyung- confesó con seguridad, sin prestar atención a esos ojos que le observan y se abren desmesuradamente.

-¿¡E-eh!?-

-Jamás había sentido algo así…- el menor explica -Jamás mi corazón había ido tan rápido, ni miles de mariposas se habían empeñado en revolotear tanto dentro de mi estómago-

-¡P-pero no sabes quién es!- se apresura en refutar y recibe a cambio un pronunciado ceño fruncido que le obliga a morderse la lengua ante sus palabras.

-No me importa… sé muy bien lo que siento por él, y sea como sea su rostro no tiene nada que ver con lo que hay aquí dentro- sentencia con una mano en el pecho, a la altura de su corazón.

-…En serio lo siento Junsu ah- Jaejoong se disculpa una vez más; intenta acercarse de nuevo para abrazar al pelirrojo pero este le da una negativa.

-Necesito estar solo un rato… ya se me pasará- murmura con la mirada en el suelo y pronto sus pasos se pierden por los pasillos del pabellón.

Las lagrimas vuelven a surcar sus sonrosadas mejillas y su corazón se retuerce inquieto… frustrado.

~~~~~~

-Metí la pata Yunho- balbuceó apenas su novio contestó el teléfono, sin siquiera darle tiempo para saludar -¡Esta enamorado! Dijo que lo ama… ¡Lo ama! ¡Jamás esperé escuchar eso!-

-¿Y Yoochun?- pregunta al otro lado de la línea.

-Le escribió una confesión-

-¿Ya saben quién es quién?-

-No aún no… pero no quiero que pase algo malo cuando se enteren- suspira y recarga su cuerpo contra la pared del pasillo.

-Es cuestión de tiempo-

Cuestión de tiempo… quizás debería dejar de entrometerse donde no lo llaman y permitirle al tiempo y al destino hacer lo que les plazca.

-Lo sé… me siento tan mal…- ríe irónico y siente como la culpa le llena el pecho.

-Voy por ti, ¿si?- la voz dulce del moreno le reconforta en cierta medida, solo quiere abrazarse a él y pedirle ayuda para ver cómo solucionar los problemas que ha ocasionado.

-¿Puedo quedarme en tu apartamento hoy?- pregunta quedito, dejando resbalar su cuerpo contra el muro para terminar sentado en el suelo y esperarle.

~~~~~~

El camino hacia casa se les hizo más corto de lo que esperaban, entre risas y conversaciones triviales el tiempo y la caminata se habían pasado velozmente.

-Tengo que tomar el camino hacia allá- señaló el morocho al llegar a la intersección una cuadra antes de su casa.

-Entonces hasta aquí llegamos- sonrió el mayor, girando sobre sus talones para mirarlo de frente.

-¿En serio me ayudarás con el trabajo de Inglés?-

-Es buen pretexto para seguir viéndote así, ¿no?- ríe de medio lado y obtiene un ceño fruncido que a sus ojos es arrebatadoramente encantador.

-¡Yah!- chilla enfurruñado por la desvergonzada coquetería y camufla su sonrojo avergonzado con el enojo.

-Está bien, está bien, no te enojes. Ah~ Shim Changmin, eres una caja de sorpresas~-

-O me das tu número de una vez o me voy- amenaza con los brazos cruzados, sin bajar la guardia ante esos latidos enamorados que le golpetean el pecho.

-Pero que maneras… Dame tu brazo- pide sujetando la muñeca del morocho, jalándola para escribir en el antebrazo su número de teléfono con un lapicero -Llámame cuando quieras- le regala un guiño y le revuelve el cabello para despedirse.

-Ajá…- apenas murmura

-Si no puedes dormir no dudes en hacerlo también~ Cuídate Minnie~- se despide revolviéndole el cabello y entre risas se aleja grabando a fuego en su memoria esa carita enfurruñada que le regala en respuesta.

-Mi… ¿Minnie? ¿¡A QUIEN RAYOS LE LLAMAS MINNIE!?-

~~~~~~

Pasillos del pabellón de Arte:

El pelirrojo estaba sentado en el suelo, abrazado a sus piernas flexionadas, pensando y dándole vueltas a todo aquel asunto.

Ama a ese pianista, ¿cierto? Y no sabe cómo, no sabe por qué su corazón se ha inclinado hacia el dueño de esos dedos que tocan tan armoniosa y perfectamente el majestuoso instrumento. Incluso el pianista le dijo que estaba enamorado de su voz… es algo mutuo.

Sonríe quedito ante sus propios pensamientos; aún no comprende por qué su Hyung lo sacó de repente, pero no puede culparlo. Termina de secar la humedad en sus mejillas con el dorso de la mano y pronto unos pasos se detienen a su lado.

-…¿Kim?- la voz le obliga a alzar el rostro, encontrándose con unos ojos oscuros y unos parpados algo hinchados y colorados -¿lloras?- pregunta el pelinegro al verle y Junsu no puede hacer más que soltar una pequeña risa por la ironía de la situación.

-Mira quién pregunta… no sabía que tenías la capacidad para hacerlo- se burla también del mayor, jamás hubiera imaginado verle con los ojos hinchados por haber llorado.

-Cosas del corazón- suspira respondiendo con una media sonrisa, sentándose en el suelo al lado del pelirrojo.

-¿Tienes uno?- sigue burlándose y una risa escapa divertida de sus labios cuando el pelinegro revolea los ojos.

-Muy gracioso- suelta un bufido y se atreve a dejar un golpecito en el hombro del menor, arrancándole nuevas sonrisas antes de volver a la seriedad.

-¿Te duele mucho?- cuestiona Junsu sinceramente, abrazándose de nuevo a sus piernas, girando apenas el rostro para observar el perfil del mayor.

-No creo que sea dolor… quizás, ¿decepción?- habla serio y pierde la mirada en el techo del pasillo, dejando que su mente divague unos momentos -¿Y tú?- voltea buscándole con la mirada -¿También sufres del corazón?-

-Algo así~ Frustración tal vez…- responde apartando la vista cuando siente que aquellos profundos ojos oscuros le hipnotizan. La risa de Yoochun le descoloca de repente, jamás le había oído reír -¿De qué te ríes?- pregunta contagiándose al instante, casi sonrojándose cuando sus pupilas se encuentran y ambos tienen los labios curvados en un gesto divertido.

-No sé… jamás imaginé que ambos podríamos estar hablando de esto- confiesa y se revuelve los cabellos con una mano, repentinamente avergonzado por aquella tierna sonrisa que decora la ‘linda carita’ de su tutor de matemáticas.

-Cierto… extraño, ¿no?- afirma el pelirrojo entre risas y por unos instantes, aquella decepción de no haber podido ver a su pianista se disipa un poco; e incluso le parece extraño que Park haya logrado aquel efecto en su persona.

~~~~~~

Aquella semana fue por más extraña.

Jaejoong dejó de preguntarle sobre aquel ‘cantante’ del que le hablara hace tiempo, ni siquiera se detuvo a escucharle cuando quiso contarle acerca del día en que supuestamente se iban a ver. Yunho, como de costumbre andaba pegado a su novio de aquí para allá. Y cada vez que se encontraba con Shim en algún pasillo le veía acompañado de otro alumno al que no conoce pero sabe, no es coreano.

Las cosas con Junsu cambiaron también… parece que tras aquella amena charla hace ya varios días, en la que ambos se encontraban en la misma situación, el odio que se tenían disminuyó considerablemente. Kim seguía siendo estricto con sus lecciones, pero ya no se insultaban ni gritaban y menos se desesperaban; el pelinegro estaba comprendiendo los temas y están a solo un mes del examen.

-Yoochun ah- la voz de un menor le obligo a salir de sus pensamientos -Estas son las partituras para el festival navideño- explicó extendiéndole varias hojas color marfil -No se te vayan a mezclar con las del musical de fin de año- indicó y continuó con su camino repartiendo las asignaciones a los alumnos de composición.

-Ah, está bien…- murmuró observando los papeles, cayendo en cuenta de un pequeño pero importantísimo detalle -¡E-espera! Minhyun ah…- el menor volteó a mirar a su superior -¿el cantante que acompaña la canción del musical es el mismo que acompañará la del festival?- pregunta dubitativo, expectante a la respuesta que el alumno pueda darle.

-¡Oh, sí!- afirma chasqueando los dedos -Si no me equivoco también es Kim Junsu- responde con una sonrisa y vuelve a su labor.

Los ojos de Yoochun están abiertos desmesuradamente y su boca se ha entreabierto formando una ‘o’…

-… ¿Kim Junsu?-


Continuará…

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