Felina (del Yoosu no Tengoku) y yo, esperamos que les guste ^^
Título: Missing the Taste of Your Lips
Autoras: Axy & Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Quizá todo había comenzado desde que Junsu comenzó a tener esos cambios en su imagen para participar en el musical “Elizabeth”, realmente ellos no lo sabían. Para Yoochun estar con Junsu era siempre una sorpresa, su personalidad activa, su hiperactividad por donde quiera que iba. Ese precioso torbellino que llena de emociones sus días y el que sacude su mundo por las noches. Todo eso sin embargo se había visto de algún modo afectado por cada cambio. Por cada nueva cosa que le agregaba sensualidad y despertaba esa faceta sexy que se fue ganando el corazón –y las hormonas– de las miles de fans alrededor del mundo.
Y gracias a ese detalle, el mayor había aprendido a lidiar constantemente con esos celos arrebatados que le llenan el pecho de furia hasta que tiene a Junsu de vuelta entre sus brazos.
La -ya perfecta- relación iba de maravilla todos los días; no podemos negar que tuvieron ciertos altos y bajos debido a los distintos horarios, pero siempre caía la noche y ambos volvían a compartir el calor en aquella cama que los acogía para velar su sueño.
Hasta que el final de Rooftop Prince, la gira de Junsu en solitario y las vacaciones de Yoochun se entrecruzaron de manera increíblemente desfavorable, sin permitirles verse por días.
Era como irreal a veces, algo sacado de un estúpido drama de esos que arrancan sinceras y dolorosas lágrimas a los que miran puntualmente un nuevo capítulo. Pero esto no era un guión que seguir, y cada capítulo se veía en carne propia arrancando de lo más profundo de sus corazones todos y cada uno de esos sentimientos que ya no eran solo el amor y la ternura o los celos controlados apenas. Yoochun estaba fuera de sí, ver a Junsu ejecutar con tanta sensualidad cada uno de aquellos conciertos mientras él termina de grabar el drama y se ve comprometido a estar en determinados eventos o participar de entrevistas en donde las preguntas siempre le hacen ver como un “maldito que no piensa en su novio” le estaban volviendo loco. Ansiaba volver a sus brazos y besarle. Y en el fondo, sabía que Junsu quería lo mismo.
Ni siquiera han podido conversar mucho, por alguna razón –los celos probablemente– Yoochun no llamaba a su novio, y tenía un par de llamadas perdidas que se había simplemente negado en contestar. Pero cuando hablaron por aquella red social, el amor simplemente había aflorado, casi tímido pero consistente.
Junsu no había evitado poner esas terminaciones bonitas que usa en su propio hablar y escribir sin dudas aquel "Te extraño". El peso de los días cayó por fin sobre el pelinegro al sentirse estúpidamente feliz por ver aquellas palabras en su celular, ¿a quién iba a engañar? Había extrañado demasiado a su novio y por más celoso -o no- que estuviera, no podía detener el sentimiento irrefrenable de querer cancelar en ese preciso instante sus vacaciones para volver a verle.
Cuando Yoochun le mandó dormir como si se tratara de un crío, a Junsu le explotaron las mariposas en el vientre luego de todos esos días en los que hasta esas tiernas sensaciones casi habían desparecido. Sonrió bobamente y ni se percató de que mandó el último mensaje de la noche para sí mismo. De todas maneras su novio por fin parecía recordar cuánto se necesitaban.
- Hyung, iré a recoger a Chunnie al aeropuerto… - el rubio llamó a Jaejoong para decirle aquello. Y su amigo podía escucharle la emoción en la voz.
- Está bien, pero no vayan a besarse ahí delante de todo mundo… - el mayor aconsejó sonriendo con aquella amabilidad tan característica suya. Y Junsu no pudo menos que afirmar que tendría cuidado aunque lo que más querría apenas viera a su Yoochun, sería justamente besarle.
Llegó casi 2 horas antes que arribara el vuelo, no había podido dormir bien de la emoción. Sonreía sin parar y todo su cuerpo anhelaba el abrazo del "reencuentro". Cabe mencionar que el rubio -ni tardo ni perezoso- había ideado un plan para tener como máximo 5 minutos de privacidad para saludar a su novio apenas llegara.
El tiempo pasó lentamente, carcomiendo la ansiedad del menor, hasta que anunciaron la llegada del avión y unos guardias de seguridad, junto con el manager de Junsu, le llevaron a aquel pequeño salón vip que había solicitado. Repitiéndole antes de retirarse acerca del poco tiempo que dispone solo para saludar y luego salir a la van que los espera.
- Sí, sí, sí, he comprendido… - les aseguró con esa radiante sonrisa que últimamente poco se le había visto relucir. Le sudaban las manos y jura que el corazón le tamborileaba como si hiciera años que no se veían. Es que en verdad aquellas semanas habían sido muy diferentes a todo el tiempo juntos, había tensión, celos y esos pequeños detalles que habían mellado el noviazgo de un modo peligrosamente serio. Hasta algunas de sus fans lo habían notado… - ¡Yoochun!... – sonrió aún más y se lanzó a brazos de su novio apenas el pelinegro ingresó en aquel salón vip en el que podrían recibirse a su modo con suficiente privacidad.
No habían palabras para expresar lo que sentían, para disculparse por todo lo que saben les ha hecho dudar, solo podía oírse el latido de ambos corazones al compas. Casi fundidos el uno con el otro en ese abrazo lleno de anhelo y amor.
Una risa emocionada se escapó de los labios del rubio antes de hundir su rostro en la curvatura del cuello de su novio, inhalando para impregnar sus pulmones de ese aroma que tanto ha extrañado sobre su almohada. Recibiendo caricias en el cabello y sintiendo ese fuerte brazo enredado a su cintura apretarle un poco más.
- No tenemos mucho tiempo aquí, baby… - susurra contra su pelo sin dejar de acariciarle, sonriendo demasiado contento de tenerle por fin ahí, entre sus brazos; lejos de miradas lujuriosas o de dancers que manosean su cuerpo por todas partes (sí, todavía está un poco; bien, un mucho celoso por el tour de Tarantallegra).
- Te he extrañado muchísimo Chunnie… - sonríe y se aparta un poco, ese poco necesario para mirarse a los ojos y dejar que sus narices se rocen, anhelando el beso…
Que tarda un poco en llegar por aquellas miradas cargadas de ternura y felicidad. Se acercan lo suficiente como para compartir el aliento y sus labios quedan a milímetros de rozarse, apenas sintiendo un suave contacto, el cual se disponen a profundizar.
- ¡Junsu, 5 minutos!- el manager abrió la puerta de golpe, obligándolos a separarse al instante -Tenemos que irnos, hay un grupo de fans afuera y si nos tardamos no llegaremos a la preparación del fanmeeting- hablaba mientras los dirigía a través de un pasillo hacia la salida.
Ambos se miraron antes de soltar sus manos aún afianzadas al llegar a la puerta, se habían quedado con las ganas de ese beso. Y debían resolver el problema cuanto antes.
Pero ese “cuanto antes” se negaba en llegar pronto. Y la ansiedad por besarse y seguir abrazados –entre otras cosas más claro está– se les iba acumulando a cada segundo. Durante el Fanmeeting Junsu estaba todo sonrisas, y Yoochun sonreía solo de verle, poniendo esa cara seria y la mirada celosa oculta tras sus anteojos oscuros cada que tenían algún acercamiento con las fans, esas que obtenían de esos abrazos que él moría por tener y se le seguían negando.
- Quiero que acabe ya y largarnos… - pensó en una de esas ocasiones en la que Junsu reía por alguna cosa a la que sinceramente, ni había prestado atención.
-Calma Yoochun, ya termina en un rato- Jaejoong le palmeó el hombro para darle fuerzas, haciéndole notar que estaba siendo demasiado obvio en su actitud como para que su hyung se haya dado cuenta sin haberlo dicho en voz alta. Pero no podía detenerse, estaba enojándose con su reloj por ir tan despacio y los tamborileos de sus propios dedos contra la mesa lo desesperaban otro poco.
Se dedicó a observar a su novio, a observar todo lo que no pudo en esos días y pensar como compensarle por su ausencia. Hasta que llegó el momento de despedirse de las fans e ir a cambiarse para seguir con el horario.
Junsu estaba inquieto, sonreía sin poderlo evitar, algo nervioso y avergonzado por la insistente mirada de su novio. Él se había percatado desde que estuvieran en el evento, no le extrañaría que ya las fans hubiesen empezado a sacar fotos o algún video de ellos en la red; con todo y que seguridad había estado muy estricta, está seguro de que más de alguna fan logró filmar esas miraditas y todo lo que sin palabras iban diciendo con el lenguaje de sus cuerpos.
- ¿En qué tanto piensas, baby?... – la sensual voz de su novio interrumpió el hilo de sus pensamientos y él no pudo evitar girarse y sonreírle así de enamorado y feliz como se encuentra porque finalmente le tiene ahí. Casi a solas.
- Voy a escabullirme despistadamente por ahí a esperarlos, no tarden demasiado en “saludarse”… - Jaejoong les dijo advirtiendo las “ganas” que nota en sus amigos de minutos a solas. No necesitaba preguntar para saber que no han podido siquiera besarse. Y él mejor que nadie sabe lo que es aguantarse aquel deseo cuando el motivo de tal está ante ti.
Yoochun y Junsu sonrieron avergonzados, el rubio más que el pelinegro. Luego Jaejoong abandonó el pequeño salón y de inmediato ellos se encontraron en otro abrazo, mucho más ansioso y necesitado que el que compartieron horas antes en el aeropuerto. Sus labios, ah sus labios; ellos ya habían encajado con la perfección de un puzle.
Aquella sensación de felicidad los llenó por completo, sus bocas estaban siendo sometidas a un juego de caricias que poco a poco les devolvía la tranquilidad al corazón. Saberse juntos de nuevo era como comenzar a escribir una nueva página en su historia de amor, lejos de las preocupaciones y las horas que pasaban sin verse.
Junsu sonreía entre cortos besos, con las mejillas encendidas y el corazón a mil por hora; recibiendo aquellos labios gruesos que tanto extrañó sobre los suyos, fundiéndose de repente en un contacto algo más profundo y apasionado. Demasiado anhelante. El oxigeno hacía falta, pero prefirieron continuar a que perder el poco tiempo que tienen por culpa de unas cuantas bocanadas de aire.
Yoochun le apretó más contra su cuerpo al mismo tiempo que profundizaba más aquel beso –si es que aquello era realmente posible–, sus manos comenzaron a acariciar la espalda del rubio sin su permiso, y Junsu respondía jadeando en medio del beso, colgándose de su cuello y acariciando su nuca.
- Demasiado corto… - murmuró el rubio entre besos, sonriendo divertido por aquel corte de cabello de su novio.
- Shh, beso… - el pelinegro demandó sin ganas de que su novio se despegara, encontrando más importante e interesante comerse a besos.
¿Cuánto podría quedarles? ¿Un minuto, tal vez dos? Los que fueran, eran vitales y provechosos solo si seguían besándose.
Lo que no tomaron en cuenta fue la revolución hormonal que les provocó convertir un beso casto en uno apasionado, húmedo y demandante.
-Chunnie~- logró separarse apenas para jadear contra la boca de su novio. Aquellas atenciones le provocaban y por todo el tiempo que estuvieron "en abstinencia" parecía que la velocidad con la que se excitaba era el triple de lo normal. El pelinegro no se quedaba atrás, también le acaloraba tener el cuerpo perfecto de Junsu entre sus brazos, pero no pensaba soltarle hasta robarle por completo el aliento y que el tiempo se les acabara.
Por eso volvió a besarle, succionando uno a uno sus labios, lamiéndolos y degustándolos como si no hubiese mañana. Poco a poco y sin darse cuenta terminaron pegados al muro, Junsu preso entre la pared y Yoochun, sintiendo que sí, su novio se lleva cada gramo de oxígeno y siguen sin aparecer las mínimas ganas de separarse. Morir asfixiándose de amor de pronto no sonaba tan mal. Pero claro, preferían vivir mucho más dándose de esos besos profundos que les enamoran otro poco.
- ¡Chicos, la van espera!... – alguien tocó a la puerta y aunque ellos rompieron el beso, en aquel preciso instante no se separaron, continuaban abrazados, con la respiración intermitente, solo mirándose a los ojos y sonriéndose por esa “travesura” en la que casi eran pillados.
- Vamos, pero esta noche no te me escapas por nada… - el mayor prometió al tiempo que le da otro corto beso y se separa sin demasiadas ganas del cuerpo de su novio.
- No quiero escaparme, Chunnie… - sonríe y se deja mimar cuando el pelinegro abre la puerta cediéndole el paso con caballerosidad. Definitivamente, reencontrarse les había devuelto la vida, las sonrisas, las ganas de seguir.
Tuvieron que dar unas cuantas vueltas más antes de que cayera la noche, entrevistas por aquí, fotografías por allá. Piquitos cuando los perdían de vista y tomaditas de mano en la van, sonrisas contagiosas y sonrojos involuntarios a lo largo de la tarde.
Aquellas miradas cargadas de amor eran demasiado evidentes para quien sea que los rodeara e incluso Jaejoong se había contagiado de su felicidad antes de irse a grabar su drama. El reloj siguió su curso y ya casi terminaban con la apretadísima agenda.
"Yoochun, regresaré tarde hoy. Incluso puede que me quede en un hotel cerca al set de grabación, así que el departamento es de ustedes" leyó el mensaje que acababa de enviar su hyung, dibujando una sonrisa en su rostro al instante.
- ¿Quién es?... – el rubio cuestionó curioso, queriendo mirar la pantalla del móvil de su novio, formando adorables pucheros cuando el pelinegro lo metió de vuelta en su bolso… - ¡Chunnie! – protestó inflando las mejillas, dejándose hacer cuando su novio le besó de nuevo luego de haberse asegurado de que nadie más veía y estaban por entrar al departamento… - no hagas eso, alguien podría vernos…
- Justo ahora no me importaría porque lo único que quiero es abrazarte, besarte y hacerte el amor… - declaró así sin más, tan puro y transparente como suele ser solo con él. Porque es a Junsu a quien siempre le muestra esa faceta algo más vulnerable.
El menor se sonrojó pero esbozó esa sonrisa resplandeciente que el pelinegro guarda junto a todas las demás en su memoria. Y cuando finalmente entran al departamento y se saben completamente a solas sin más compromisos inmediatos de por medio; ambos jóvenes no pueden menos que recomenzar los besos, tan dulces como antes, pero comenzando a tomar también esa pasión que les fluía por cada fibra de sus seres.
Y caminan entre besos y sonrisas sin un rumbo exacto, terminando en medio del corredor que los dirige a la habitación. Los besos del pelinegro se dedicaron entonces a delinear suavemente el cuello de Junsu, arrancándole suspiros enamorados.
-Te amo- susurra subiendo a sus labios nuevamente, dejando besos cortos y caricias en aquellas sonrojadas mejillas.
-Te extrañé demasiadísimo- responde el rubio aferrándose al cuello de su novio, sintiendo ese cosquilleo emocionado en su estomago.
El calor sube de a poco y las prendas comienzan a incomodar. Yoochun es el primero en ejecutar aquellos movimientos con objetivos claros de desnudar, y Junsu se deja hacer absolutamente de acuerdo con cada uno de ellos. Le ayuda levantando los brazos para que le saque la casaca o besándole entre sonrisas cuando vuelve a abrazarle acariciando así cada palmo de piel que ha quedado al descubierto mientras las manos del mayor se filtran entre sus cuerpos encargándose de desabrochar los pantalones.
- También te extrañé demasiadísimo… - le imita entre sonrisas, cargándole en vilo, sintiendo ese cosquilleo agradable al sentir las piernas de su novio enredándose en su cintura para afianzarse a su cuerpo.
- También Te Amo… - decide emular y ríen entonces demasiado contentos porque simplemente es perfecto.
El momento es perfecto. Cuando están ahí a medio pasillo, con ése Junsu con los pantalones desabrochados cargado por ése Yoochun que no para de besarle porque de pronto los besos parecen insuficientes para todo el amor reprimido durante aquellos días de tensión y estrés y falta de tiempo para mimarse.
-Chun... ¿íbamos al cuarto?- le recuerda entre sonrisas y respiraciones agitadas luego de haberse tomado varios minutos para continuar comiéndose a besos.
-Ah cierto- una risa se dibuja en el rostro del pelinegro, y afianza sus brazos para impedir que Junsu se resbale, haciéndole saltar un poco cuando lo acomoda sobre su cuerpo.
El rubio le deja besos sobre las mejillas, bajando por su cuello, mientras es llevado en brazos hacia la cama que comparten. Riendo contra los labios de su novio ante sus ocurrencias; Yoochun no lo había recostado en la cama como había pensado, al contrario, se había sentado al borde acomodando al menor a horcajadas sobre él.
- Tus labios están muy rojos ya… - el menor sonrió divertido al notar los gruesos labios de su novio enrojecidos por tanto beso, húmedos de saliva compartida… - son tan sexys… - susurró con sensualidad, trayendo a colación esa faceta que ha estado explotando al máximo sobre el escenario, pero para demostrarle que es solo con él con quien puede mostrarse sin pudor alguno. Oh bien, aún con pudor.
- ¿Sexys?... – sonríe el mayor mientras sus manos se deslizan por la espalda y encuentran entretenido apretujar el trasero de su novio, quien sonríe y jadea en respuesta a su tacto… - Tú trasero también lo es, y todo tú mucho más, baby… - le mordisquea el hombro y continúa masajeando el trasero de su novio, recordando entonces que aún le estorba el pantalón y que él aún va vestido también.
Pero antes de poder hacer algo al respecto, es Junsu quién le quita la camiseta con prisas. Delineando con sus dedos el pecho y ese abdomen no tan marcado. Frunciendo de repente el ceño al notar algo diferente.
-Te has bronceado mucho- se queja haciéndole un puchero, besando la piel -ahora tostada- de su clavícula.
-¿Y no te gusta?- pregunta bajándole de sus caderas para dejarlo frente a él y poder terminar de desabrocharle los pantalones.
- Me gusta… - admite con ese sonrojo tan natural que tiñe sus mejillas… - Pero me hubiera gustado más acompañarte y broncearnos juntos…
- La próxima vez iremos juntos… - el mayor le asegura y frunce ligeramente el ceño cuando le baja los pantalones. Esos que casi parecen demasiado ajustados cuando bajan por sus caderas… - Haz adelgazado pero aún así tus pantalones siguen apretados en tu trasero… - se deja llevar por el impulso y le da una nalgada…
- ¡Yah, no hagas eso!... – el rubio le respinga empujándole de pronto y volviendo a colocarse a horcajadas sobre su regazo… - No me gusta que me nalguees… - puchea de nuevo y en uno de esos arrebatos infantiles por “vengarse” de las cosas que su novio le hace, se dedica a besar y lamer la piel tostada de su novio, llevando una mano cuesta abajo hasta los pantalones del pelinegro.
Se deshace del botón y el cierre en pocos segundos, dejando caer sus dedos por sobre la tela del bóxer. Logrando poner su mano completa sobre aquel bulto, dando un apretón que arranca un gemido incómodo por parte del pelinegro.
-¿Ves? ¿Te gusta que te haga eso?- pregunta sonriente ante su pequeña venganza y vuelve a dedicarse al cuello de su novio, ahora dejándole mordiscos hasta llegar a su manzana de Adán.
Yoochun no dice nada, aprovecha la desnudez del rubio y le masajea las nalgas con más ganas y descaro que antes, esbozando una sonrisa victoriosa al volver a recibir esos pucheros que no tarda en besar.
- ¡No es justo! ¡Quiero ser el más sexy hoy!... – reniega con trompetillas disgustadas, y el pelinegro encuentra cada mohín de disgusto más adorable que el anterior.
- Ya eres el más sexy de los dos, baby… - asegura mientras una de sus manos delinea la curva de su cintura y se pierde lentamente por su cuerpo.
Junsu permanece ahí, sentado en sus piernas, un poco más cerca de las rodillas porque así podía acariciarle “ahí” con comodidad, pero que Yoochun se comporte de aquel modo le distrae bastante, logra sonrojarle y mandar al caño todo intento suyo por “dominar” la situación, por ser sexy o seducirle.
Pero no, no iba a dejar que su novio domine el asunto esta vez, esa sería "su" noche y planeaba lucirse con todo lo sexy que iba a mostrarle. Apoyó sus manos en los hombros del pelinegro y se impulsó para dejarlo tumbado sobre la cama, bajando con sus labios directamente a su clavícula. Lamiendo y marcando cuanta piel tiene al alcance, moviendo cada tanto su trasero contra la cadera de ese Yoochun que jadea alterado por el tacto de su novio.
Junsu siente que le estorban en sobremanera los pantalones que el mayor aún lleva puestos, así que se separa para poder arrebatárselos con rapidez, volviendo a trepar sobre su novio ahora totalmente desnudo.
Yoochun cierra los ojos totalmente cuando la mano de su adorable novio se comporta atrevida y rodea su virilidad masajeando lentamente de arriba abajo.
- ¡nghhh!... – jadea ahogado, reprimiendo los gemidos que nacen en su garganta porque de pronto parece un reto el que Junsu le domine. Y él no es quien tampoco para dejarse hacer así nada más.
Así que intenta invertir posiciones, le jala por los hombros tomándole desprevenido y de buenas a primeras ha conseguido dejarle bajo su cuerpo, besarle con pasión e iniciar una lucha sin cuarten dentro de sus bocas con sus lenguas como armas principales. Pero Junsu tampoco es tonto, le conoce lo suficiente como para saber cómo “atacar” esa vez, acomoda una de sus piernas entre las del pelinegro y despacio lleva su rodilla hasta la entrepierna de Yoochun presionando y ganando nuevos sonidos guturales que mueren en medio de sus besos, dándole el espacio suficiente para volver a cambiar de posición quedando nuevamente arriba, aunque peligrosamente cerca del extremo contrario de la cama, atravesados al mismo tiempo en ella.
- Si no te comportas, no te daré lo que quieres, Chunnie… - le dice con su voz más sexy y ese simple acto inyecta su entrepierna de sangre irguiéndola un poco más, siendo entonces nuevamente “víctima” de los “ataques” de su novio.
- ¡Mhh Suuuhh!... – gime alto, arqueando inevitablemente la espalda cuando el rubio sustituye unos momentos su mano por su boca, lengua y labios que suben y bajan por toda su extensión.
Saborea con gusto el miembro de su novio, sintiéndose victorioso al recibir esos gemidos desesperados a cambio. Yoochun alcanza los mechones rubios de su novio y los revuelve antes de acomodar su mano allí mismo, demandando velocidad.
-Pedí que te comportes- le reprocha el menor al ver su posición "dominante" amenazada por esa mano, separándose totalmente de la hinchada entrepierna del pelinegro, dejándole desatendida.
-Susu por favor...- pide Yoochun en un jadeo, le ha dejado con demasiadas ganas.
-¿Te vas a portar bien?- pregunta lamiéndole la punta, arrancándole otro de esos gemidos que le confirman que tiene absolutamente todo el control de la situación.
- ¡Baby!... – sin embargo no le da el gusto de afirmarlo, necesita mantener algo de su “hombría” a flote. Sabe que es ridículo pero él es así, demasiado seme para ceder absolutamente en todo.
Pero Junsu le conoce y tampoco es que quiera torturarlo mucho más, no cuando en realidad él también muere por continuar, vuelve a atender el caliente falo con una de sus manos mientras la otra la lleva a su boca lamiendo tres de sus propios dedos.
- ahhh nhhh así baby… - Yoochun se deja caer pesadamente en el colchón, sus manos se aferran entonces a las cobijas pues no tiene intención de “molestar” nuevamente a su novio y que le deje a medias con tremenda erección.
Junsu sonreía divertido, le fascina saber que tiene ese poder sobre su novio. Chupa sus dedos hasta llenarlos de su saliva y luego dirige aquella mano a su propia entrada mientras se inclina otra vez y mete el miembro del pelinegro en su boca descendiendo poco a poco al tiempo que introduce de golpe dos de sus dígitos comenzando a prepararse.
Parecía ser un poco más incómodo prepararse a sí mismo, pero lo valía con todo lo que estaba recibiendo a cambio. Se concentró en el "manjar" que tenía en la boca y en los gestos de su novio, reduciendo considerablemente esa sensación fastidiosa.
Con sus dedos simuló embestidas y apertura de tijeras para dilatar su estrecho pasaje, introduciendo el tercer dedo en el momento indicado. La incomodidad fue sustituida por placer, y no pudo evitar sus gemidos sobre la entrepierna del mayor.
-Mmm! Ahh~~- gimió un poco más alto al introducir sus dedos profundo. Captando la atención de Yoochun, quien se dedicó a mirarle, quedando desatendido una vez más. Llevó su propia mano a su erección, masturbándose lento, incitado por aquella escena que tenía en frente.
- I make you fever, Chunnie~ fever~ - el rubio cantó con sensualidad cuando se percató de lo que estaban haciendo. Mirándose mientras se autocomplacen y sienten el peculiar morbo de la acción aumentarles varios grados más la intensidad de calor.
- No me importa enfermar y tener fiebre si es por ti… - sonríe sexy y ve a su novio incorporarse un poco más al tiempo que aparta los dedos de su entrada y se acomoda mejor sobre su regazo, haciendo que en el acto el pelinegro deje de estimularse y sujete su miembro por la base dejándolo listo para la penetración.
- Te Amo, Chunnie… - susurra con sensualidad al tiempo que desciende y siente cómo poco a poco la erección del pelinegro se abre paso en su estrechez que al parecer no había dilatado lo suficiente pues se sentía ligeramente incómodo, o quizá era por el tiempo que llevaban sin aquella deliciosa actividad intercambiando besos, caricias, miradas, fluidos, sudor y todo lo demás que va con el paquete al hacer el amor.
-Nghhh~~- Yoochun se sentía en el cielo mientras entraba despacio en la intimidad de su novio, notando también el anhelo que traía encima por los días transcurridos. Afianzó sus manos en los muslos de Junsu, sintiéndole temblar cuando termina completamente sentado en sus caderas.
Y se quedan quietos por un momento, con la respiración entrecortada y el corazón latiendo desbocado en el pecho. Sus pupilas se encuentran y sonríen, se saben partícipes de aquel acto íntimo y puro que los lleva a la gloria.
El rubio se recuesta sobre el pecho de su novio para alcanzarle los labios y atraparlos en un beso suave, comenzando a mover despacio las caderas sobre su erección.
Y es entonces que el ritmo de los movimientos de Junsu parecen tan lentos como el beso compartido, casi como si no llevaran ningún tipo de prisa por disfrutarse aunque apenas minutos atrás parecía que el tiempo se empeñaba en no dejarles sentirse así. Yoochun le saborea con calma, succiona los rosados labios y acaricia los muslos llevando luego sus manos hacia el trasero, presionando los glúteos y quedándose con los jadeos que se pierden en medio de los besos.
Junsu se separa entonces un poco, se irgue y coloca sus manos sobre el vientre del pelinegro para subir y bajar con sus caderas obteniendo un placer diferente con cada cabalgada.
Gime y casi grita sin pudor cuando siente el miembro de su novio llegar mucho más profundo que de costumbre. El pelinegro se deleita con aquel movimiento, jadea y se aferra a cuanta piel del rubio tiene al alcance
-Mmm... oh fuck Junsuu...- Yoochun gime alterado cuando siente que la intimidad de su novio se comprime, apresándole deliciosamente. Lo sujeta de las caderas y ayuda con sus manos a mantener el ritmo, hasta que una de ellas encuentra divertido masajear un poco la entrepierna desatendida del menor.
- nhh ahh Chunnie~ - sonríe entre jadeos y gemidos, aumentando solo un poco el ritmo porque así justo se siente perfecto, con la mano de su novio estimulándole y sintiendo el miembro de éste tocar una y otra vez ese punto en lo profundo de su interior que le hace sentir lentamente más mareado y necesitado de contacto, pero queriendo alargar al mismo tiempo el encuentro.
- Estás ahh demasiado hermoso baby mhh… - acompaña sus gemidos y lucha por quedarse quieto respetando el ritmo de su amado aunque quiera tumbarle en la cama y dominar la situación embistiendo mucho más rápido y profundo.
Junsu siente como se le arremolina el sonrojo en las mejillas, aún en plan "dominante" se siente atontado por las palabras que le dedica el mayor, le avergüenza -y le encanta- que le diga esas cosas en pleno acto de amor, haciéndole sentir otro poco más feliz y emocionado.
Las cabalgatas aminoran la velocidad, el sudor resbala por el pecho del rubio y siente el cansancio del esfuerzo físico venir de a poco. Pero no va a ceder fácilmente a un cambio de posiciones o rogarle a su novio para que lo haga, aún quiere ser el que domine.
-Chunnie~~- se agacha lo suficiente para llegar a su oído y susurrar sexy -"te ordeno" que me des duro ahora- utilizando esas palabras para seguir controlando la situación. Frustrando nuevamente sus intentos por sonar sexy cuando el mayor se río ante sus palabras.
- ¿Duro?... – sabe que no debería pero no puede evitarlo porque sabe que vendrán los pucheros y mayor sonrojo por “burlarse” de él y esa faceta sexy que no deja de ser tierna… - ¿Qué clase de petición es esa, eh? Ahora eres un niño malo que debe ser castigado… - se incorpora sin dejar de sujetar su cintura y dándose media vuelta para dejarle bajo su cuerpo…
- No, no Chunnie; no estoy siendo malo… - protesta y cada uno de los pucheros que hace son besados por su novio, se acomoda mejor y jadea en cada movimiento cuando ambos se acoplan de nuevo sin haber permitido la separación de sus intimidades.
- No es lo que escucho, eh; además, con todo lo sexy que has sido en tus conciertos… - gruñe bajito casi sin poderlo evitar mientras da una estocada profunda y fuerte…
- Ahh Chun~ ya te nghh lo he dicho… - sonríe y se abraza a su cuerpo disfrutando de esas embestidas, notando en el brillo de los ojos de su novio que esa vez aunque le hable con celos, no está enfadado, simplemente quiere marcarle de nuevo para que no olvide cuánto le ama.
-Así me lo hayas dicho mil veces- habla apenas aumentando la velocidad de sus caderas -nunca, nunca lo voy a entender- sonríe contra sus labios, atrapándolos en un beso cargado con emoción renovada abriéndose paso con su lengua en esa dulce cavidad que le roba el aliento y le aumenta la pasión con creces.
El rubio ahoga los gemidos en la boca de su novio, jugando con sus dedos en el cabello corto; le jala para besarse de nuevo cada vez que se separan, olvidando el aire necesario para no marearse. Le bastaban los besos de Yoochun y ese ritmo frenético de sus pelvis chocando para sentirse vivo y amado.
Ambos se sienten desfallecer ante las embestidas, cada vez van más rápido y con más fuerza, mueren en placer al estar unidos de esa manera. Siendo uno, haciendo el amor.
Junsu jadea y casi pierde de foco el mundo entero cuando Yoochun lleva una de sus piernas sobre uno de sus hombros y da esas embestidas poderosas que tocan justamente ahí donde las terminales nerviosas disparan miles de oleadas de placer que sacuden su cuerpo.
- Te amo baby… - el pelinegro susurra contra sus labios, besándole de nuevo en medio de aquel frenesí de pasión y ternura.
No hay más espacio para el sofoco, el calor ha ascendido considerablemente y es el concierto de gemidos de ambos todo lo que suena entre aquellas cuatro paredes. El sudor les corre por los cuerpos desnudos y ellos saben que se les impregna por cada poro de piel matizando el amor que se tienen.
Quieren detener el tiempo en ese preciso momento, porque saben que el final se acerca. Pero no pueden evitarlo y deciden disfrutarlo al máximo. Lo único que los mantiene en la realidad es la conexión de sus miradas, lo demás no existe a su alrededor.
Yoochun desliza una de sus manos entre ambos cuerpos y masajea la hinchada erección de su novio al compás de sus embestidas, Junsu se sujeta fuertemente del cuello del pelinegro como si de repente fuera a caer, el calor se le acumula en el bajo vientre y ese cosquilleo en su estomago le hace temblar y jadear desesperado.
- nhh ahh Chun voy a… aah mhh… - gime perdido en las sensaciones, casi incapaz de sostenerle la mirada a su novio…
- Yo también mhh juntos baby mmhhh juntos…. – arremete con fuerza al mismo tiempo que presiona un poco más la extensión de su novio y segundos después ambos tiemblan dominados por el orgasmo.
La esencia de Junsu se ha liberado primero, mojando la mano de su novio y manchando inevitablemente sus torsos. Yoochun ha llenado por completo el interior de su pequeño con su semilla, y se siente demasiado bien, saber que le ha marcado como nunca nadie podrá porque aquel acto de amor es y será siempre algo exclusivo para ellos.
El pelinegro cae agitado sobre el cuerpo de Junsu, con una sonrisa de oreja a oreja plasmada en el rostro, dejando besos sobre cuanta piel tiene al alcance, recibiendo caricias sobre su espalda y cabello.
-Te amo mucho Chunnie- sonríe lindamente besándole la frente -y también te extrañé demasiado-
Yoochun se acomoda mejor sobre su cuerpo, aún sin salir de su interior, para besarle dulcemente acariciando esas mejillas sonrojadas que tanto le gustan.
-Yo te extrañé muchísimo más- asegura mirándole con esa expresión boba que hace sonreír al rubio con alegría, decidido a no refutar nada y simplemente besarle de nuevo.
Tomando aquel beso dulce cargado del amor que no puede expresarse con palabras, como un acuerdo mutuo de añoranza. El pelinegro rueda entonces a un lado casi sin querer despegarse de esa boca rosada e irritada por tantos besos –tal como está la suya en realidad–, dando cortos besos mientras se acomodan mejor y el menor se acomoda sobre su pecho llenándole de nuevos besos, dejando aquellas muestras de cariño devoto por todo su rostro, colocando el último sobre su frente y rozando luego sus narices.
- ¿Sabías que cuando compuse Lullaby pensaba en nosotros estando así?- Junsu recostó su cabeza sobre el pecho del pelinegro, oyendo ese latido ahora pausado que era como una canción de cuna para sus oídos.
Yoochun le acarició los cabellos una vez más, claro que sabía que esa melodía era para él, si hasta en Twitter le había dejado escrita parte de la letra, aumentando el furor de las fans.
-¿Y que tenían que ver todas las chicas que te manoseaban en las presentaciones entonces?- pregunta divertido para hacerle renegar un poco, besando de nueva cuenta esos pucheritos que forma con sus labios.
-Por qué eres asiii~~ ¡Ya te dije que es por trabajo!- le repite por millonésima vez y se rinde ante las caricias en sus mejillas.
- No importa si lo dices mil veces, jamás esperes que acepte así como así que otras personas te toquen… - dice honestamente, sabiéndose entonces vulnerable, porque aunque se amen, simplemente no puede ver con suficiente tranquilidad acciones como aquellas, aunque sepa que es solo trabajo… - es solo que te amo demasiado, baby… - susurra volviendo a sus labios besándole otro poco sin dejar de mimarle.
- Yo también te amo demasiado Chunnie, de otro modo no estaría aquí contigo o te buscaría casi desesperado hasta en las redes sociales… - murmura con tono avergonzado, queriendo guardar el calor de aquellas cariñosas caricias para los días aquellos en que justamente el trabajo les tenga alejados por tantos días que le llegan a parecer eternidades.
Y se envuelven en las sábanas para mantener ese calor que comparten, entre susurros cariñosos y caricias delicadas se ponen al tanto de cuánto se han extrañado. Sus cuerpos se acomodan el uno en el otro y el sueño los envuelve de a poco.
Yoochun continúa acariciando ese cuerpo que descansa apacible al haber sido capturado por Morfeo. Delinea con sus dedos esos rasgos delicados que marcan lindamente el rostro del rubio y le observa embelesado dormir entre sus brazos. Se pregunta una y mil veces cómo es posible amar tanto a esa personita, y se duerme sin una respuesta.
Y es así que sin darse cuenta la respiración calmada del otro les arrulla durante lo que resta de noche, les deja sumidos en ese mundo tranquilo en el que sueñan con el otro y ese “final feliz” de cada día aunque sepan que no es el primero ni el último. Permanecen abrazados tal como Junsu imagina cada que la letra de aquella canción de cuna escapa de sus labios. Y sonríen entre sueños sabiendo que sí, que al fin las cosas vuelven a estar bien y en su lugar; y no se trata simplemente de celos o inseguridad, es que el amor siempre se manifiesta de las formas más extrañas y rebeldes; pero ahí entonces solo una cosa es importante: amarse.
Amarse sin importar cuán difícil pueda llegar a ser la relación. Sin importar que todavía deban mantenerlo en secreto porque a pesar de ello sus miradas siguen siendo las ventanas de sus almas y les delatan incluso cuando así quieran evitarlo.
Es así, es amor.
Es aprender a amarse en cualquier situación, sobrellevar los obstáculos y saber que siempre llegará el momento en que una mirada, una sonrisa y un beso les recuerde que el vínculo que les une no se romperá por nada del mundo.
Porque todo lo vale, si tan solo vuelven a hacer el amor.
Para dormir abrazados con el corazón más enamorado.
Y la certeza de un alma en común unida por todo lo que son.
*FIN*
Título: Missing the Taste of Your Lips
Autoras: Axy & Felina
Pareja: YooSu
Género: Romance
Clasificación: NC-17
~~~YS~~~
Quizá todo había comenzado desde que Junsu comenzó a tener esos cambios en su imagen para participar en el musical “Elizabeth”, realmente ellos no lo sabían. Para Yoochun estar con Junsu era siempre una sorpresa, su personalidad activa, su hiperactividad por donde quiera que iba. Ese precioso torbellino que llena de emociones sus días y el que sacude su mundo por las noches. Todo eso sin embargo se había visto de algún modo afectado por cada cambio. Por cada nueva cosa que le agregaba sensualidad y despertaba esa faceta sexy que se fue ganando el corazón –y las hormonas– de las miles de fans alrededor del mundo.
Y gracias a ese detalle, el mayor había aprendido a lidiar constantemente con esos celos arrebatados que le llenan el pecho de furia hasta que tiene a Junsu de vuelta entre sus brazos.
La -ya perfecta- relación iba de maravilla todos los días; no podemos negar que tuvieron ciertos altos y bajos debido a los distintos horarios, pero siempre caía la noche y ambos volvían a compartir el calor en aquella cama que los acogía para velar su sueño.
Hasta que el final de Rooftop Prince, la gira de Junsu en solitario y las vacaciones de Yoochun se entrecruzaron de manera increíblemente desfavorable, sin permitirles verse por días.
Era como irreal a veces, algo sacado de un estúpido drama de esos que arrancan sinceras y dolorosas lágrimas a los que miran puntualmente un nuevo capítulo. Pero esto no era un guión que seguir, y cada capítulo se veía en carne propia arrancando de lo más profundo de sus corazones todos y cada uno de esos sentimientos que ya no eran solo el amor y la ternura o los celos controlados apenas. Yoochun estaba fuera de sí, ver a Junsu ejecutar con tanta sensualidad cada uno de aquellos conciertos mientras él termina de grabar el drama y se ve comprometido a estar en determinados eventos o participar de entrevistas en donde las preguntas siempre le hacen ver como un “maldito que no piensa en su novio” le estaban volviendo loco. Ansiaba volver a sus brazos y besarle. Y en el fondo, sabía que Junsu quería lo mismo.
Ni siquiera han podido conversar mucho, por alguna razón –los celos probablemente– Yoochun no llamaba a su novio, y tenía un par de llamadas perdidas que se había simplemente negado en contestar. Pero cuando hablaron por aquella red social, el amor simplemente había aflorado, casi tímido pero consistente.
Junsu no había evitado poner esas terminaciones bonitas que usa en su propio hablar y escribir sin dudas aquel "Te extraño". El peso de los días cayó por fin sobre el pelinegro al sentirse estúpidamente feliz por ver aquellas palabras en su celular, ¿a quién iba a engañar? Había extrañado demasiado a su novio y por más celoso -o no- que estuviera, no podía detener el sentimiento irrefrenable de querer cancelar en ese preciso instante sus vacaciones para volver a verle.
Cuando Yoochun le mandó dormir como si se tratara de un crío, a Junsu le explotaron las mariposas en el vientre luego de todos esos días en los que hasta esas tiernas sensaciones casi habían desparecido. Sonrió bobamente y ni se percató de que mandó el último mensaje de la noche para sí mismo. De todas maneras su novio por fin parecía recordar cuánto se necesitaban.
- Hyung, iré a recoger a Chunnie al aeropuerto… - el rubio llamó a Jaejoong para decirle aquello. Y su amigo podía escucharle la emoción en la voz.
- Está bien, pero no vayan a besarse ahí delante de todo mundo… - el mayor aconsejó sonriendo con aquella amabilidad tan característica suya. Y Junsu no pudo menos que afirmar que tendría cuidado aunque lo que más querría apenas viera a su Yoochun, sería justamente besarle.
Llegó casi 2 horas antes que arribara el vuelo, no había podido dormir bien de la emoción. Sonreía sin parar y todo su cuerpo anhelaba el abrazo del "reencuentro". Cabe mencionar que el rubio -ni tardo ni perezoso- había ideado un plan para tener como máximo 5 minutos de privacidad para saludar a su novio apenas llegara.
El tiempo pasó lentamente, carcomiendo la ansiedad del menor, hasta que anunciaron la llegada del avión y unos guardias de seguridad, junto con el manager de Junsu, le llevaron a aquel pequeño salón vip que había solicitado. Repitiéndole antes de retirarse acerca del poco tiempo que dispone solo para saludar y luego salir a la van que los espera.
- Sí, sí, sí, he comprendido… - les aseguró con esa radiante sonrisa que últimamente poco se le había visto relucir. Le sudaban las manos y jura que el corazón le tamborileaba como si hiciera años que no se veían. Es que en verdad aquellas semanas habían sido muy diferentes a todo el tiempo juntos, había tensión, celos y esos pequeños detalles que habían mellado el noviazgo de un modo peligrosamente serio. Hasta algunas de sus fans lo habían notado… - ¡Yoochun!... – sonrió aún más y se lanzó a brazos de su novio apenas el pelinegro ingresó en aquel salón vip en el que podrían recibirse a su modo con suficiente privacidad.
No habían palabras para expresar lo que sentían, para disculparse por todo lo que saben les ha hecho dudar, solo podía oírse el latido de ambos corazones al compas. Casi fundidos el uno con el otro en ese abrazo lleno de anhelo y amor.
Una risa emocionada se escapó de los labios del rubio antes de hundir su rostro en la curvatura del cuello de su novio, inhalando para impregnar sus pulmones de ese aroma que tanto ha extrañado sobre su almohada. Recibiendo caricias en el cabello y sintiendo ese fuerte brazo enredado a su cintura apretarle un poco más.
- No tenemos mucho tiempo aquí, baby… - susurra contra su pelo sin dejar de acariciarle, sonriendo demasiado contento de tenerle por fin ahí, entre sus brazos; lejos de miradas lujuriosas o de dancers que manosean su cuerpo por todas partes (sí, todavía está un poco; bien, un mucho celoso por el tour de Tarantallegra).
- Te he extrañado muchísimo Chunnie… - sonríe y se aparta un poco, ese poco necesario para mirarse a los ojos y dejar que sus narices se rocen, anhelando el beso…
Que tarda un poco en llegar por aquellas miradas cargadas de ternura y felicidad. Se acercan lo suficiente como para compartir el aliento y sus labios quedan a milímetros de rozarse, apenas sintiendo un suave contacto, el cual se disponen a profundizar.
- ¡Junsu, 5 minutos!- el manager abrió la puerta de golpe, obligándolos a separarse al instante -Tenemos que irnos, hay un grupo de fans afuera y si nos tardamos no llegaremos a la preparación del fanmeeting- hablaba mientras los dirigía a través de un pasillo hacia la salida.
Ambos se miraron antes de soltar sus manos aún afianzadas al llegar a la puerta, se habían quedado con las ganas de ese beso. Y debían resolver el problema cuanto antes.
Pero ese “cuanto antes” se negaba en llegar pronto. Y la ansiedad por besarse y seguir abrazados –entre otras cosas más claro está– se les iba acumulando a cada segundo. Durante el Fanmeeting Junsu estaba todo sonrisas, y Yoochun sonreía solo de verle, poniendo esa cara seria y la mirada celosa oculta tras sus anteojos oscuros cada que tenían algún acercamiento con las fans, esas que obtenían de esos abrazos que él moría por tener y se le seguían negando.
- Quiero que acabe ya y largarnos… - pensó en una de esas ocasiones en la que Junsu reía por alguna cosa a la que sinceramente, ni había prestado atención.
-Calma Yoochun, ya termina en un rato- Jaejoong le palmeó el hombro para darle fuerzas, haciéndole notar que estaba siendo demasiado obvio en su actitud como para que su hyung se haya dado cuenta sin haberlo dicho en voz alta. Pero no podía detenerse, estaba enojándose con su reloj por ir tan despacio y los tamborileos de sus propios dedos contra la mesa lo desesperaban otro poco.
Se dedicó a observar a su novio, a observar todo lo que no pudo en esos días y pensar como compensarle por su ausencia. Hasta que llegó el momento de despedirse de las fans e ir a cambiarse para seguir con el horario.
Junsu estaba inquieto, sonreía sin poderlo evitar, algo nervioso y avergonzado por la insistente mirada de su novio. Él se había percatado desde que estuvieran en el evento, no le extrañaría que ya las fans hubiesen empezado a sacar fotos o algún video de ellos en la red; con todo y que seguridad había estado muy estricta, está seguro de que más de alguna fan logró filmar esas miraditas y todo lo que sin palabras iban diciendo con el lenguaje de sus cuerpos.
- ¿En qué tanto piensas, baby?... – la sensual voz de su novio interrumpió el hilo de sus pensamientos y él no pudo evitar girarse y sonreírle así de enamorado y feliz como se encuentra porque finalmente le tiene ahí. Casi a solas.
- Voy a escabullirme despistadamente por ahí a esperarlos, no tarden demasiado en “saludarse”… - Jaejoong les dijo advirtiendo las “ganas” que nota en sus amigos de minutos a solas. No necesitaba preguntar para saber que no han podido siquiera besarse. Y él mejor que nadie sabe lo que es aguantarse aquel deseo cuando el motivo de tal está ante ti.
Yoochun y Junsu sonrieron avergonzados, el rubio más que el pelinegro. Luego Jaejoong abandonó el pequeño salón y de inmediato ellos se encontraron en otro abrazo, mucho más ansioso y necesitado que el que compartieron horas antes en el aeropuerto. Sus labios, ah sus labios; ellos ya habían encajado con la perfección de un puzle.
Aquella sensación de felicidad los llenó por completo, sus bocas estaban siendo sometidas a un juego de caricias que poco a poco les devolvía la tranquilidad al corazón. Saberse juntos de nuevo era como comenzar a escribir una nueva página en su historia de amor, lejos de las preocupaciones y las horas que pasaban sin verse.
Junsu sonreía entre cortos besos, con las mejillas encendidas y el corazón a mil por hora; recibiendo aquellos labios gruesos que tanto extrañó sobre los suyos, fundiéndose de repente en un contacto algo más profundo y apasionado. Demasiado anhelante. El oxigeno hacía falta, pero prefirieron continuar a que perder el poco tiempo que tienen por culpa de unas cuantas bocanadas de aire.
Yoochun le apretó más contra su cuerpo al mismo tiempo que profundizaba más aquel beso –si es que aquello era realmente posible–, sus manos comenzaron a acariciar la espalda del rubio sin su permiso, y Junsu respondía jadeando en medio del beso, colgándose de su cuello y acariciando su nuca.
- Demasiado corto… - murmuró el rubio entre besos, sonriendo divertido por aquel corte de cabello de su novio.
- Shh, beso… - el pelinegro demandó sin ganas de que su novio se despegara, encontrando más importante e interesante comerse a besos.
¿Cuánto podría quedarles? ¿Un minuto, tal vez dos? Los que fueran, eran vitales y provechosos solo si seguían besándose.
Lo que no tomaron en cuenta fue la revolución hormonal que les provocó convertir un beso casto en uno apasionado, húmedo y demandante.
-Chunnie~- logró separarse apenas para jadear contra la boca de su novio. Aquellas atenciones le provocaban y por todo el tiempo que estuvieron "en abstinencia" parecía que la velocidad con la que se excitaba era el triple de lo normal. El pelinegro no se quedaba atrás, también le acaloraba tener el cuerpo perfecto de Junsu entre sus brazos, pero no pensaba soltarle hasta robarle por completo el aliento y que el tiempo se les acabara.
Por eso volvió a besarle, succionando uno a uno sus labios, lamiéndolos y degustándolos como si no hubiese mañana. Poco a poco y sin darse cuenta terminaron pegados al muro, Junsu preso entre la pared y Yoochun, sintiendo que sí, su novio se lleva cada gramo de oxígeno y siguen sin aparecer las mínimas ganas de separarse. Morir asfixiándose de amor de pronto no sonaba tan mal. Pero claro, preferían vivir mucho más dándose de esos besos profundos que les enamoran otro poco.
- ¡Chicos, la van espera!... – alguien tocó a la puerta y aunque ellos rompieron el beso, en aquel preciso instante no se separaron, continuaban abrazados, con la respiración intermitente, solo mirándose a los ojos y sonriéndose por esa “travesura” en la que casi eran pillados.
- Vamos, pero esta noche no te me escapas por nada… - el mayor prometió al tiempo que le da otro corto beso y se separa sin demasiadas ganas del cuerpo de su novio.
- No quiero escaparme, Chunnie… - sonríe y se deja mimar cuando el pelinegro abre la puerta cediéndole el paso con caballerosidad. Definitivamente, reencontrarse les había devuelto la vida, las sonrisas, las ganas de seguir.
Tuvieron que dar unas cuantas vueltas más antes de que cayera la noche, entrevistas por aquí, fotografías por allá. Piquitos cuando los perdían de vista y tomaditas de mano en la van, sonrisas contagiosas y sonrojos involuntarios a lo largo de la tarde.
Aquellas miradas cargadas de amor eran demasiado evidentes para quien sea que los rodeara e incluso Jaejoong se había contagiado de su felicidad antes de irse a grabar su drama. El reloj siguió su curso y ya casi terminaban con la apretadísima agenda.
"Yoochun, regresaré tarde hoy. Incluso puede que me quede en un hotel cerca al set de grabación, así que el departamento es de ustedes" leyó el mensaje que acababa de enviar su hyung, dibujando una sonrisa en su rostro al instante.
- ¿Quién es?... – el rubio cuestionó curioso, queriendo mirar la pantalla del móvil de su novio, formando adorables pucheros cuando el pelinegro lo metió de vuelta en su bolso… - ¡Chunnie! – protestó inflando las mejillas, dejándose hacer cuando su novio le besó de nuevo luego de haberse asegurado de que nadie más veía y estaban por entrar al departamento… - no hagas eso, alguien podría vernos…
- Justo ahora no me importaría porque lo único que quiero es abrazarte, besarte y hacerte el amor… - declaró así sin más, tan puro y transparente como suele ser solo con él. Porque es a Junsu a quien siempre le muestra esa faceta algo más vulnerable.
El menor se sonrojó pero esbozó esa sonrisa resplandeciente que el pelinegro guarda junto a todas las demás en su memoria. Y cuando finalmente entran al departamento y se saben completamente a solas sin más compromisos inmediatos de por medio; ambos jóvenes no pueden menos que recomenzar los besos, tan dulces como antes, pero comenzando a tomar también esa pasión que les fluía por cada fibra de sus seres.
Y caminan entre besos y sonrisas sin un rumbo exacto, terminando en medio del corredor que los dirige a la habitación. Los besos del pelinegro se dedicaron entonces a delinear suavemente el cuello de Junsu, arrancándole suspiros enamorados.
-Te amo- susurra subiendo a sus labios nuevamente, dejando besos cortos y caricias en aquellas sonrojadas mejillas.
-Te extrañé demasiadísimo- responde el rubio aferrándose al cuello de su novio, sintiendo ese cosquilleo emocionado en su estomago.
El calor sube de a poco y las prendas comienzan a incomodar. Yoochun es el primero en ejecutar aquellos movimientos con objetivos claros de desnudar, y Junsu se deja hacer absolutamente de acuerdo con cada uno de ellos. Le ayuda levantando los brazos para que le saque la casaca o besándole entre sonrisas cuando vuelve a abrazarle acariciando así cada palmo de piel que ha quedado al descubierto mientras las manos del mayor se filtran entre sus cuerpos encargándose de desabrochar los pantalones.
- También te extrañé demasiadísimo… - le imita entre sonrisas, cargándole en vilo, sintiendo ese cosquilleo agradable al sentir las piernas de su novio enredándose en su cintura para afianzarse a su cuerpo.
- También Te Amo… - decide emular y ríen entonces demasiado contentos porque simplemente es perfecto.
El momento es perfecto. Cuando están ahí a medio pasillo, con ése Junsu con los pantalones desabrochados cargado por ése Yoochun que no para de besarle porque de pronto los besos parecen insuficientes para todo el amor reprimido durante aquellos días de tensión y estrés y falta de tiempo para mimarse.
-Chun... ¿íbamos al cuarto?- le recuerda entre sonrisas y respiraciones agitadas luego de haberse tomado varios minutos para continuar comiéndose a besos.
-Ah cierto- una risa se dibuja en el rostro del pelinegro, y afianza sus brazos para impedir que Junsu se resbale, haciéndole saltar un poco cuando lo acomoda sobre su cuerpo.
El rubio le deja besos sobre las mejillas, bajando por su cuello, mientras es llevado en brazos hacia la cama que comparten. Riendo contra los labios de su novio ante sus ocurrencias; Yoochun no lo había recostado en la cama como había pensado, al contrario, se había sentado al borde acomodando al menor a horcajadas sobre él.
- Tus labios están muy rojos ya… - el menor sonrió divertido al notar los gruesos labios de su novio enrojecidos por tanto beso, húmedos de saliva compartida… - son tan sexys… - susurró con sensualidad, trayendo a colación esa faceta que ha estado explotando al máximo sobre el escenario, pero para demostrarle que es solo con él con quien puede mostrarse sin pudor alguno. Oh bien, aún con pudor.
- ¿Sexys?... – sonríe el mayor mientras sus manos se deslizan por la espalda y encuentran entretenido apretujar el trasero de su novio, quien sonríe y jadea en respuesta a su tacto… - Tú trasero también lo es, y todo tú mucho más, baby… - le mordisquea el hombro y continúa masajeando el trasero de su novio, recordando entonces que aún le estorba el pantalón y que él aún va vestido también.
Pero antes de poder hacer algo al respecto, es Junsu quién le quita la camiseta con prisas. Delineando con sus dedos el pecho y ese abdomen no tan marcado. Frunciendo de repente el ceño al notar algo diferente.
-Te has bronceado mucho- se queja haciéndole un puchero, besando la piel -ahora tostada- de su clavícula.
-¿Y no te gusta?- pregunta bajándole de sus caderas para dejarlo frente a él y poder terminar de desabrocharle los pantalones.
- Me gusta… - admite con ese sonrojo tan natural que tiñe sus mejillas… - Pero me hubiera gustado más acompañarte y broncearnos juntos…
- La próxima vez iremos juntos… - el mayor le asegura y frunce ligeramente el ceño cuando le baja los pantalones. Esos que casi parecen demasiado ajustados cuando bajan por sus caderas… - Haz adelgazado pero aún así tus pantalones siguen apretados en tu trasero… - se deja llevar por el impulso y le da una nalgada…
- ¡Yah, no hagas eso!... – el rubio le respinga empujándole de pronto y volviendo a colocarse a horcajadas sobre su regazo… - No me gusta que me nalguees… - puchea de nuevo y en uno de esos arrebatos infantiles por “vengarse” de las cosas que su novio le hace, se dedica a besar y lamer la piel tostada de su novio, llevando una mano cuesta abajo hasta los pantalones del pelinegro.
Se deshace del botón y el cierre en pocos segundos, dejando caer sus dedos por sobre la tela del bóxer. Logrando poner su mano completa sobre aquel bulto, dando un apretón que arranca un gemido incómodo por parte del pelinegro.
-¿Ves? ¿Te gusta que te haga eso?- pregunta sonriente ante su pequeña venganza y vuelve a dedicarse al cuello de su novio, ahora dejándole mordiscos hasta llegar a su manzana de Adán.
Yoochun no dice nada, aprovecha la desnudez del rubio y le masajea las nalgas con más ganas y descaro que antes, esbozando una sonrisa victoriosa al volver a recibir esos pucheros que no tarda en besar.
- ¡No es justo! ¡Quiero ser el más sexy hoy!... – reniega con trompetillas disgustadas, y el pelinegro encuentra cada mohín de disgusto más adorable que el anterior.
- Ya eres el más sexy de los dos, baby… - asegura mientras una de sus manos delinea la curva de su cintura y se pierde lentamente por su cuerpo.
Junsu permanece ahí, sentado en sus piernas, un poco más cerca de las rodillas porque así podía acariciarle “ahí” con comodidad, pero que Yoochun se comporte de aquel modo le distrae bastante, logra sonrojarle y mandar al caño todo intento suyo por “dominar” la situación, por ser sexy o seducirle.
Pero no, no iba a dejar que su novio domine el asunto esta vez, esa sería "su" noche y planeaba lucirse con todo lo sexy que iba a mostrarle. Apoyó sus manos en los hombros del pelinegro y se impulsó para dejarlo tumbado sobre la cama, bajando con sus labios directamente a su clavícula. Lamiendo y marcando cuanta piel tiene al alcance, moviendo cada tanto su trasero contra la cadera de ese Yoochun que jadea alterado por el tacto de su novio.
Junsu siente que le estorban en sobremanera los pantalones que el mayor aún lleva puestos, así que se separa para poder arrebatárselos con rapidez, volviendo a trepar sobre su novio ahora totalmente desnudo.
Yoochun cierra los ojos totalmente cuando la mano de su adorable novio se comporta atrevida y rodea su virilidad masajeando lentamente de arriba abajo.
- ¡nghhh!... – jadea ahogado, reprimiendo los gemidos que nacen en su garganta porque de pronto parece un reto el que Junsu le domine. Y él no es quien tampoco para dejarse hacer así nada más.
Así que intenta invertir posiciones, le jala por los hombros tomándole desprevenido y de buenas a primeras ha conseguido dejarle bajo su cuerpo, besarle con pasión e iniciar una lucha sin cuarten dentro de sus bocas con sus lenguas como armas principales. Pero Junsu tampoco es tonto, le conoce lo suficiente como para saber cómo “atacar” esa vez, acomoda una de sus piernas entre las del pelinegro y despacio lleva su rodilla hasta la entrepierna de Yoochun presionando y ganando nuevos sonidos guturales que mueren en medio de sus besos, dándole el espacio suficiente para volver a cambiar de posición quedando nuevamente arriba, aunque peligrosamente cerca del extremo contrario de la cama, atravesados al mismo tiempo en ella.
- Si no te comportas, no te daré lo que quieres, Chunnie… - le dice con su voz más sexy y ese simple acto inyecta su entrepierna de sangre irguiéndola un poco más, siendo entonces nuevamente “víctima” de los “ataques” de su novio.
- ¡Mhh Suuuhh!... – gime alto, arqueando inevitablemente la espalda cuando el rubio sustituye unos momentos su mano por su boca, lengua y labios que suben y bajan por toda su extensión.
Saborea con gusto el miembro de su novio, sintiéndose victorioso al recibir esos gemidos desesperados a cambio. Yoochun alcanza los mechones rubios de su novio y los revuelve antes de acomodar su mano allí mismo, demandando velocidad.
-Pedí que te comportes- le reprocha el menor al ver su posición "dominante" amenazada por esa mano, separándose totalmente de la hinchada entrepierna del pelinegro, dejándole desatendida.
-Susu por favor...- pide Yoochun en un jadeo, le ha dejado con demasiadas ganas.
-¿Te vas a portar bien?- pregunta lamiéndole la punta, arrancándole otro de esos gemidos que le confirman que tiene absolutamente todo el control de la situación.
- ¡Baby!... – sin embargo no le da el gusto de afirmarlo, necesita mantener algo de su “hombría” a flote. Sabe que es ridículo pero él es así, demasiado seme para ceder absolutamente en todo.
Pero Junsu le conoce y tampoco es que quiera torturarlo mucho más, no cuando en realidad él también muere por continuar, vuelve a atender el caliente falo con una de sus manos mientras la otra la lleva a su boca lamiendo tres de sus propios dedos.
- ahhh nhhh así baby… - Yoochun se deja caer pesadamente en el colchón, sus manos se aferran entonces a las cobijas pues no tiene intención de “molestar” nuevamente a su novio y que le deje a medias con tremenda erección.
Junsu sonreía divertido, le fascina saber que tiene ese poder sobre su novio. Chupa sus dedos hasta llenarlos de su saliva y luego dirige aquella mano a su propia entrada mientras se inclina otra vez y mete el miembro del pelinegro en su boca descendiendo poco a poco al tiempo que introduce de golpe dos de sus dígitos comenzando a prepararse.
Parecía ser un poco más incómodo prepararse a sí mismo, pero lo valía con todo lo que estaba recibiendo a cambio. Se concentró en el "manjar" que tenía en la boca y en los gestos de su novio, reduciendo considerablemente esa sensación fastidiosa.
Con sus dedos simuló embestidas y apertura de tijeras para dilatar su estrecho pasaje, introduciendo el tercer dedo en el momento indicado. La incomodidad fue sustituida por placer, y no pudo evitar sus gemidos sobre la entrepierna del mayor.
-Mmm! Ahh~~- gimió un poco más alto al introducir sus dedos profundo. Captando la atención de Yoochun, quien se dedicó a mirarle, quedando desatendido una vez más. Llevó su propia mano a su erección, masturbándose lento, incitado por aquella escena que tenía en frente.
- I make you fever, Chunnie~ fever~ - el rubio cantó con sensualidad cuando se percató de lo que estaban haciendo. Mirándose mientras se autocomplacen y sienten el peculiar morbo de la acción aumentarles varios grados más la intensidad de calor.
- No me importa enfermar y tener fiebre si es por ti… - sonríe sexy y ve a su novio incorporarse un poco más al tiempo que aparta los dedos de su entrada y se acomoda mejor sobre su regazo, haciendo que en el acto el pelinegro deje de estimularse y sujete su miembro por la base dejándolo listo para la penetración.
- Te Amo, Chunnie… - susurra con sensualidad al tiempo que desciende y siente cómo poco a poco la erección del pelinegro se abre paso en su estrechez que al parecer no había dilatado lo suficiente pues se sentía ligeramente incómodo, o quizá era por el tiempo que llevaban sin aquella deliciosa actividad intercambiando besos, caricias, miradas, fluidos, sudor y todo lo demás que va con el paquete al hacer el amor.
-Nghhh~~- Yoochun se sentía en el cielo mientras entraba despacio en la intimidad de su novio, notando también el anhelo que traía encima por los días transcurridos. Afianzó sus manos en los muslos de Junsu, sintiéndole temblar cuando termina completamente sentado en sus caderas.
Y se quedan quietos por un momento, con la respiración entrecortada y el corazón latiendo desbocado en el pecho. Sus pupilas se encuentran y sonríen, se saben partícipes de aquel acto íntimo y puro que los lleva a la gloria.
El rubio se recuesta sobre el pecho de su novio para alcanzarle los labios y atraparlos en un beso suave, comenzando a mover despacio las caderas sobre su erección.
Y es entonces que el ritmo de los movimientos de Junsu parecen tan lentos como el beso compartido, casi como si no llevaran ningún tipo de prisa por disfrutarse aunque apenas minutos atrás parecía que el tiempo se empeñaba en no dejarles sentirse así. Yoochun le saborea con calma, succiona los rosados labios y acaricia los muslos llevando luego sus manos hacia el trasero, presionando los glúteos y quedándose con los jadeos que se pierden en medio de los besos.
Junsu se separa entonces un poco, se irgue y coloca sus manos sobre el vientre del pelinegro para subir y bajar con sus caderas obteniendo un placer diferente con cada cabalgada.
Gime y casi grita sin pudor cuando siente el miembro de su novio llegar mucho más profundo que de costumbre. El pelinegro se deleita con aquel movimiento, jadea y se aferra a cuanta piel del rubio tiene al alcance
-Mmm... oh fuck Junsuu...- Yoochun gime alterado cuando siente que la intimidad de su novio se comprime, apresándole deliciosamente. Lo sujeta de las caderas y ayuda con sus manos a mantener el ritmo, hasta que una de ellas encuentra divertido masajear un poco la entrepierna desatendida del menor.
- nhh ahh Chunnie~ - sonríe entre jadeos y gemidos, aumentando solo un poco el ritmo porque así justo se siente perfecto, con la mano de su novio estimulándole y sintiendo el miembro de éste tocar una y otra vez ese punto en lo profundo de su interior que le hace sentir lentamente más mareado y necesitado de contacto, pero queriendo alargar al mismo tiempo el encuentro.
- Estás ahh demasiado hermoso baby mhh… - acompaña sus gemidos y lucha por quedarse quieto respetando el ritmo de su amado aunque quiera tumbarle en la cama y dominar la situación embistiendo mucho más rápido y profundo.
Junsu siente como se le arremolina el sonrojo en las mejillas, aún en plan "dominante" se siente atontado por las palabras que le dedica el mayor, le avergüenza -y le encanta- que le diga esas cosas en pleno acto de amor, haciéndole sentir otro poco más feliz y emocionado.
Las cabalgatas aminoran la velocidad, el sudor resbala por el pecho del rubio y siente el cansancio del esfuerzo físico venir de a poco. Pero no va a ceder fácilmente a un cambio de posiciones o rogarle a su novio para que lo haga, aún quiere ser el que domine.
-Chunnie~~- se agacha lo suficiente para llegar a su oído y susurrar sexy -"te ordeno" que me des duro ahora- utilizando esas palabras para seguir controlando la situación. Frustrando nuevamente sus intentos por sonar sexy cuando el mayor se río ante sus palabras.
- ¿Duro?... – sabe que no debería pero no puede evitarlo porque sabe que vendrán los pucheros y mayor sonrojo por “burlarse” de él y esa faceta sexy que no deja de ser tierna… - ¿Qué clase de petición es esa, eh? Ahora eres un niño malo que debe ser castigado… - se incorpora sin dejar de sujetar su cintura y dándose media vuelta para dejarle bajo su cuerpo…
- No, no Chunnie; no estoy siendo malo… - protesta y cada uno de los pucheros que hace son besados por su novio, se acomoda mejor y jadea en cada movimiento cuando ambos se acoplan de nuevo sin haber permitido la separación de sus intimidades.
- No es lo que escucho, eh; además, con todo lo sexy que has sido en tus conciertos… - gruñe bajito casi sin poderlo evitar mientras da una estocada profunda y fuerte…
- Ahh Chun~ ya te nghh lo he dicho… - sonríe y se abraza a su cuerpo disfrutando de esas embestidas, notando en el brillo de los ojos de su novio que esa vez aunque le hable con celos, no está enfadado, simplemente quiere marcarle de nuevo para que no olvide cuánto le ama.
-Así me lo hayas dicho mil veces- habla apenas aumentando la velocidad de sus caderas -nunca, nunca lo voy a entender- sonríe contra sus labios, atrapándolos en un beso cargado con emoción renovada abriéndose paso con su lengua en esa dulce cavidad que le roba el aliento y le aumenta la pasión con creces.
El rubio ahoga los gemidos en la boca de su novio, jugando con sus dedos en el cabello corto; le jala para besarse de nuevo cada vez que se separan, olvidando el aire necesario para no marearse. Le bastaban los besos de Yoochun y ese ritmo frenético de sus pelvis chocando para sentirse vivo y amado.
Ambos se sienten desfallecer ante las embestidas, cada vez van más rápido y con más fuerza, mueren en placer al estar unidos de esa manera. Siendo uno, haciendo el amor.
Junsu jadea y casi pierde de foco el mundo entero cuando Yoochun lleva una de sus piernas sobre uno de sus hombros y da esas embestidas poderosas que tocan justamente ahí donde las terminales nerviosas disparan miles de oleadas de placer que sacuden su cuerpo.
- Te amo baby… - el pelinegro susurra contra sus labios, besándole de nuevo en medio de aquel frenesí de pasión y ternura.
No hay más espacio para el sofoco, el calor ha ascendido considerablemente y es el concierto de gemidos de ambos todo lo que suena entre aquellas cuatro paredes. El sudor les corre por los cuerpos desnudos y ellos saben que se les impregna por cada poro de piel matizando el amor que se tienen.
Quieren detener el tiempo en ese preciso momento, porque saben que el final se acerca. Pero no pueden evitarlo y deciden disfrutarlo al máximo. Lo único que los mantiene en la realidad es la conexión de sus miradas, lo demás no existe a su alrededor.
Yoochun desliza una de sus manos entre ambos cuerpos y masajea la hinchada erección de su novio al compás de sus embestidas, Junsu se sujeta fuertemente del cuello del pelinegro como si de repente fuera a caer, el calor se le acumula en el bajo vientre y ese cosquilleo en su estomago le hace temblar y jadear desesperado.
- nhh ahh Chun voy a… aah mhh… - gime perdido en las sensaciones, casi incapaz de sostenerle la mirada a su novio…
- Yo también mhh juntos baby mmhhh juntos…. – arremete con fuerza al mismo tiempo que presiona un poco más la extensión de su novio y segundos después ambos tiemblan dominados por el orgasmo.
La esencia de Junsu se ha liberado primero, mojando la mano de su novio y manchando inevitablemente sus torsos. Yoochun ha llenado por completo el interior de su pequeño con su semilla, y se siente demasiado bien, saber que le ha marcado como nunca nadie podrá porque aquel acto de amor es y será siempre algo exclusivo para ellos.
El pelinegro cae agitado sobre el cuerpo de Junsu, con una sonrisa de oreja a oreja plasmada en el rostro, dejando besos sobre cuanta piel tiene al alcance, recibiendo caricias sobre su espalda y cabello.
-Te amo mucho Chunnie- sonríe lindamente besándole la frente -y también te extrañé demasiado-
Yoochun se acomoda mejor sobre su cuerpo, aún sin salir de su interior, para besarle dulcemente acariciando esas mejillas sonrojadas que tanto le gustan.
-Yo te extrañé muchísimo más- asegura mirándole con esa expresión boba que hace sonreír al rubio con alegría, decidido a no refutar nada y simplemente besarle de nuevo.
Tomando aquel beso dulce cargado del amor que no puede expresarse con palabras, como un acuerdo mutuo de añoranza. El pelinegro rueda entonces a un lado casi sin querer despegarse de esa boca rosada e irritada por tantos besos –tal como está la suya en realidad–, dando cortos besos mientras se acomodan mejor y el menor se acomoda sobre su pecho llenándole de nuevos besos, dejando aquellas muestras de cariño devoto por todo su rostro, colocando el último sobre su frente y rozando luego sus narices.
- ¿Sabías que cuando compuse Lullaby pensaba en nosotros estando así?- Junsu recostó su cabeza sobre el pecho del pelinegro, oyendo ese latido ahora pausado que era como una canción de cuna para sus oídos.
Yoochun le acarició los cabellos una vez más, claro que sabía que esa melodía era para él, si hasta en Twitter le había dejado escrita parte de la letra, aumentando el furor de las fans.
-¿Y que tenían que ver todas las chicas que te manoseaban en las presentaciones entonces?- pregunta divertido para hacerle renegar un poco, besando de nueva cuenta esos pucheritos que forma con sus labios.
-Por qué eres asiii~~ ¡Ya te dije que es por trabajo!- le repite por millonésima vez y se rinde ante las caricias en sus mejillas.
- No importa si lo dices mil veces, jamás esperes que acepte así como así que otras personas te toquen… - dice honestamente, sabiéndose entonces vulnerable, porque aunque se amen, simplemente no puede ver con suficiente tranquilidad acciones como aquellas, aunque sepa que es solo trabajo… - es solo que te amo demasiado, baby… - susurra volviendo a sus labios besándole otro poco sin dejar de mimarle.
- Yo también te amo demasiado Chunnie, de otro modo no estaría aquí contigo o te buscaría casi desesperado hasta en las redes sociales… - murmura con tono avergonzado, queriendo guardar el calor de aquellas cariñosas caricias para los días aquellos en que justamente el trabajo les tenga alejados por tantos días que le llegan a parecer eternidades.
Y se envuelven en las sábanas para mantener ese calor que comparten, entre susurros cariñosos y caricias delicadas se ponen al tanto de cuánto se han extrañado. Sus cuerpos se acomodan el uno en el otro y el sueño los envuelve de a poco.
Yoochun continúa acariciando ese cuerpo que descansa apacible al haber sido capturado por Morfeo. Delinea con sus dedos esos rasgos delicados que marcan lindamente el rostro del rubio y le observa embelesado dormir entre sus brazos. Se pregunta una y mil veces cómo es posible amar tanto a esa personita, y se duerme sin una respuesta.
Y es así que sin darse cuenta la respiración calmada del otro les arrulla durante lo que resta de noche, les deja sumidos en ese mundo tranquilo en el que sueñan con el otro y ese “final feliz” de cada día aunque sepan que no es el primero ni el último. Permanecen abrazados tal como Junsu imagina cada que la letra de aquella canción de cuna escapa de sus labios. Y sonríen entre sueños sabiendo que sí, que al fin las cosas vuelven a estar bien y en su lugar; y no se trata simplemente de celos o inseguridad, es que el amor siempre se manifiesta de las formas más extrañas y rebeldes; pero ahí entonces solo una cosa es importante: amarse.
Amarse sin importar cuán difícil pueda llegar a ser la relación. Sin importar que todavía deban mantenerlo en secreto porque a pesar de ello sus miradas siguen siendo las ventanas de sus almas y les delatan incluso cuando así quieran evitarlo.
Es así, es amor.
Es aprender a amarse en cualquier situación, sobrellevar los obstáculos y saber que siempre llegará el momento en que una mirada, una sonrisa y un beso les recuerde que el vínculo que les une no se romperá por nada del mundo.
Porque todo lo vale, si tan solo vuelven a hacer el amor.
Para dormir abrazados con el corazón más enamorado.
Y la certeza de un alma en común unida por todo lo que son.
*FIN*
Dejar un comment no cuesta nada~~ ♥
De las cosas más bellas escritas en la vida *-*
ResponderEliminarAwwww amé cm nos ha quedado, tiene tanto sentimiento. Junsu y Yoochun estarían orgullosos de nosotras por plasmar su realidad tan bien *-* ok no ;D
Fue un gusto escribir de nuevo contigo Axy <3 sigamos teniendo estas ideas y trabajemos juntas de nuevo en otra ocasión, nee :3
Ahhhhh si, si, sietanse orgullas les quedo divino!!!!
ResponderEliminarwow esta hermoso!!!!!!!!!!!!! me encanta encerio!!!
ResponderEliminarChicas les quedo excelente... *-* lleno de emosiones y pornosidad..
ResponderEliminarEn serio.. escriben excelente las dos :)!!
estuvo tan lindo!!!! su reenccuentro tierno y amoroso! <3 gracias a las 2 x escribir algo tan lindo
ResponderEliminarT_T Dios!!!!!!!!! que final tan hermoso y emotivo, me lleno mucho de emoción, wooooo estuvo maravilloso, en verdad genial, si de por si ustedes separadas hacen historia maravillosas, juntas me quedo sin palabras O_O.
ResponderEliminarJejejejejejeje en lo personal me transmitió muchas emociones, no sabría como explicarlo o_Ó, pero me hizo sentir muy bien n_n, y pues que puedo decir igual el lemon fue muy emotivo, transmitieron todo lo que se extrañaron y eso me gusto mucho, aparte fue largo por lo que lo disfrute mas jejejejejeje n_n
Muchísimas gracias a ambas por haberse juntado para escribir esta maravillosa historia n_n, fue genial en verdad n_n
Waaaah! *^* Que lindo~
ResponderEliminarOh sin palabras me encanto todo de ellos, la necesidad de extrañarse la entrega al hacer el amor los celos de yoochun y lo sexy de junsu, amo al yoosu, amo como escriben las dos .....
ResponderEliminarMe hechizó el one-shot!
ResponderEliminarfue todo tan real TTwTT
adsaddassdadsa es cierto que cada que se alejan , se aman mucho mass .. Los Amo son tan lindos >w<!!
Sigan así chicas , hacen un buen trabajo ♥ Gambatte!
ps: me encantó como Junsu trató de tomar el mando xD , y YC besando cada uno de sus pouts ~ awwhh cositos *u*
Fue tan hermosoo OwO si se les notaba que se extrañaban de echo yo andaba tristona porque cierto raton andaba dando declaraciones sobre cierta personita que no me cae bien ¬¬ *han ji min algun dia ¬¬* bueno el caso es que ellos son amor puro!!!
ResponderEliminarEn este shot no se, Senti como sus 2 mentes se unian y waaaaaaaa explosion yoosuesca xDDD aww realmente lo ame
Mil gracias por este shot todo bello y lemonoso xD
PD ame al junsu "Dominante" xDD
Tan bonita forma de amarse!!!!!! (no hay palabras, todas se las llevo ese par en sus sueños)... xie xie estubo re lindo la paz volvio ami y como no tengo mucho tiempo (:'( llora desconsoladamente) sigan asi chicas que cuando se les da por escribir juntas mejor no digo a donde se va la imaginación de mi yoosu tierno...<3 como los amo <3
ResponderEliminarOHH!!! me gustó mucho.. oh por dios eso es amor y no chingaderas!!! *suspira* muchas felicidades, me gusta mucho cuando Feli y tu colaboran...
ResponderEliminarLindooo :3
ResponderEliminarOooh! me gusto mucho muchoo!, lo volvere a leer no importa que lo cabe de leer, un excelente trabajo chicas *-*
ResponderEliminarWaaaaaa..fue hermosoooo..!!! Tan real TToTT me encantoooo...!!! Fue tan dassajdhaaxvs e.e y junsu sexy y tierno a la vez ! OwO <3 y chun tan celoso awww... Me encanto demasiado !!! Felicidades feli y axy les quedo super !! ^o^
ResponderEliminarOH my god sun!!! Fue increible chicas, fue algo asi como ver mi sueño pero mil veces mejor. Son las mejores escribiendo. Las adoro. YOOSU <3
ResponderEliminarWooow......que bello..... me va dar un coma diavetico con lo dulce que el YooSu.... puro amor
ResponderEliminarWooow......que bello..... me va dar un coma diavetico con lo dulce que el YooSu.... puro amor
ResponderEliminarDios hace tanto que no reeleia este fic.. me encanta axy.. y feli .. las mejoresss
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