(FIC) Secretos en Japón *Capítulo 3*

Actualización de Secretos en Japón! Yey~~
Y me dió la inspiración hasta las 2 de la mañana ♥
Se los regalo porque estoy feliz~~ Este es el penúltimo capítulo :(




Capítulo 3: Olvidemos la amistad


Caminó hacia el cuarto de aguas termales, llevando 2 batas y algunas toallas sobre el brazo. Se detuvo frente a la puerta corrediza…

-Es ahora o nunca Yoochun, olvídate de él si hoy metes la pata- se habló a sí mismo (lo cual ya era más que costumbre cuando de Junsu se trataba) y reunió el valor suficiente para cometer una de las más grandes locuras que hubiera pensado hacer antes de declararse.

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El pelirrojo dio una gran bocanada de aire antes de sumergirse totalmente en aquella agua tibia que pensó espabilaría sus pensamientos. Contuvo el oxigeno en sus pulmones la mayor cantidad de tiempo que pudo, luchando contra ese latido desenfrenado de su corazón.

No estaba bien sentir esa clase de cosas… no estaba bien sentir algo por su mejor amigo.

“No está bien enamorarme de él”

Sentenció en sus pensamientos al tiempo que se alzaba fuera del agua por la falta de aire. Su cuerpo ardía por la mezcla de la temperatura junto con toda la vergüenza arrejuntada que tenía, imaginarse con su mejor amigo en una relación había pasado ya varias veces por su cabeza, pero seguía repitiéndose que estaba mal.

-Además a él le gustan las chicas- susurró encogiéndose de hombros, hundiéndose hasta que el agua le llegara a las mejillas.

-Así que ya estás allí adentro- la voz del pelinegro le hizo dar un respingo del susto, alzando la vista para encontrarle acomodando unas cosas cerca de las duchas.

- ¿Q-qué haces?- el rostro del menor se coloreó al instante al ver como su amigo se quitaba la camiseta.

-Me quito la ropa para meterme al agua, ¿no es obvio?- se burló el pelinegro logrando ocultar casi por completo su nerviosismo. Alegrándose un poco al no recibir una reprimenda de parte del menor, esa era señal de que no se oponía a que le acompañara.

Las mejillas del pelirrojo estaban tan coloradas como su propio cabello cuando Yoochun quedó totalmente desnudo a unos varios metros de distancia. Su piel se veía tan nívea y suave, haciendo contraste con esos cabellos azabache que desordenados caían casi a la altura de sus ojos.

Su mejor amigo era perfecto, era… perfectamente perfecto. El menor se había quedado hipnotizado mirándole, soñando despierto, sin darse cuenta que el pelinegro lo observaba divertido.

- ¿Puedes explicarme que tanto miras?- preguntó metiéndose bajo la ducha que había a un lado, frotando un poco sobre su piel para poder entrar limpio a las aguas termales.

-Na-nada- titubeó el pelirrojo apartando la vista de aquella escena (demasiado sexy para su autocontrol) que aceleró los latidos de su “casi” ya calmado corazón.

- ¿Te avergüenzas por verme desnudo? Vamos Junsu, eres mi mejor amigo- se rió el mayor, sintiendo una punzada en su pecho ante sus propias palabras.

Junsu también sintió aquel dolor, nunca pensó que palabras como esas pudieran afectarle, pero extrañamente lo hicieron.

Un silencio realmente incómodo los envolvió por largo rato, Yoochun entró al agua y se sentó lo más alejado que pudo de su amigo. El había ido con una intención en mente, pero el miedo le había ganado… otra vez. Hundió su cabeza en el agua y trató de pensar en cómo meter el tema a colación.

“¿Por qué es tan difícil decirte lo que siento?”

Sacudió su cabello al salir del agua, encontrándose a Junsu algo más cerca, observándole.

- ¿Pasó algo?- preguntó.

-Dios Yoochun, ¡casi me matas del susto!- el pelirrojo chilló salpicándole con las manos.

- ¿Por qué?-

-Estuviste allí abajo casi 3 minutos, pensé que te habías desmayado- le miró preocupado, cruzándose de brazos.

-Jajajaja ¿por qué habría de desmayarme? Sabes que me gusta mucho bucear, tengo experiencia en aguantar el aire- sonrió ampliamente, enternecido por la preocupación del menor.

- ¿¡Qué sé yo!? ¡Pudo haberte dado un golpe de calor o algo así!- respondió haciendo gestos con las manos.

-Solo tú podrías provocarme un golpe de calor Kim Junsu- fue lo primero que pasó por la mente del pelinegro.

-… ¿Que dijiste?- cabe resaltar que el mayor estaba tan entretenido que no se preocupó en pensarlo en voz alta.

Los ojos de Junsu se habían abierto un poco más de la cuenta y por milésima vez sus mejillas habían terminado teñidas de rosa. Ya no podía seguir con esto, esa confusión lo estaba destruyendo, ya no sabía que pensar. El estómago se le había revuelto y solo quería largarse a llorar para deshacer ese estúpido nudo que Yoochun se había decidido a hacer sin permiso en su pequeño corazón.

Porque para él seguía estando equivocado ese sentimiento, y con cada palabra y cada acción de su amigo su corazón se agitaba ilusionado inconscientemente, para luego volver a la realidad y darse cuenta que esos pensamientos estarían mejor guardados bajo llave. En un baúl que ni siquera él pueda abrir.

-Junsu yo…- la voz del pelinegro le devolvió a la realidad, le tenía allí en frente, mirándole asustado.

- ¿Por qué tienes que confundirme siempre?- se quejó el menor soltando un sollozo mientras avanza hacia las escalerillas para poder salir del agua – ¿Por qué sigues y sigues jugando conmigo?- poco le importaba si su amigo comprendía o no sus palabras, ya no podía seguir guardándolas para sí.

-Junsu! No te vayas- trató de alcanzarle, recibiendo unos salpicones de agua en su rostro.

- ¡Deja de atormentarme! ¡Ya basta!- pidió desesperado casi llegando a las escaleras.

-No…- lo tomó de la muñeca para detenerlo, sujetándolo con fuerza –escúchame, necesito que escuches bien lo que voy a decir-

El pelirrojo volteó a mirarle, había tratado de zafar del agarre pero había sido en vano.

-Junsu yo…- el mayor sentía todo su cuerpo temblar ante los nervios, le aterraba ser rechazado. Esa personita a la que tenía en frente era su mayor tesoro sobre la faz de la tierra y le amaba con toda el alma -…yo… te quiero… nosotr-

-nosotros somos amigos- le cortó fríamente soltando su mano de un tirón, dando media vuelta para continuar con su camino.

Pero… ¿así iba a quedar todo? ¿Así iban a terminar los esfuerzos del pelinegro? No… esta vez no.

Yoochun le jaló del brazo esta vez, obligándolo a retroceder, dándole vuelta con fuerza para quedar frente a frente.

-Suéltame- exigió el menor mirándole a los ojos.

-Repite lo que dijiste- pidió con tono serio.

-No, ¡suéltame!-

- ¡Repítelo!- alzó la voz presionándole un poco más fuerte el antebrazo.

-Somos amigos- dijo con la voz entrecortada por el repentino dolor, siendo soltado al instante.

-No, ya no. Ya no quiero ser tu amigo- renegó el pelinegro acortando las distancias, atrapando a Junsu de la cintura, pegándole a su cuerpo y buscando sus labios para fundirlos en un beso desesperado.

Un beso que ambos anhelaban desde hace demasiado tiempo atrás.


Continuará…

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