(FIC) Provócame sin medidas

Ok Junsu, creo que todas captamos que te has convertido en un rubio sensualón que derrocha carisma por aquí y por allá ♥
Saben que es lo más lindo de todo esto? Que mi imaginación se dispara por los aires y no puedo dejar de escribir. Así que aquí les dejo un shot ♥

Título: Provócame sin medidas
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance
Advertencia: NC-18/LEMON

-Pero qué diablos…- gruñía por lo bajo el pelinegro, colorado de enojo, rabia y sobre todo celos, mientras veía por 2da o 3ra vez ese teaser de 50 miserables segundos de duración.

-Cuidado o te saldrá humo de las orejas Yoochun-ah- le dijo Jaejoong palmeándole el hombro apenas entró al estudio.

-¿¿Como se supone que tolere esto??- preguntó azorado, cruzándose de brazos y refunfuñando por milésima vez.

-Déjalo, está creciendo- respondió el pelioscuro sin darle mucha importancia a la actitud del menor.

-¿¿ESTÁ CRECIENDO??- el pelinegro se puso de pie al instante -¿¿A DÓNDE RAYOS SE TE METIÓ LO UMMA QUE ERES?? ¿¿ACEPTARÍAS QUE TU HIJO HAGA ESTO??- le dio play al video una vez más –¿¿ESTO?? ¡¡EN ALGÚN MOMENTO VIENE ALGUIEN, ME LO QUITA Y SE LO VIOLA!! ¿¿COMO QUIERES QUE LO DEJE ASÍ??- hizo todo un escándalo en la habitación, casi dejando sordo al mayor… y a todos los vecinos de la cuadra.

-Felizmente Junsu no está aquí para ver cómo te pones a dar de gritos por tonterías. Mira, tu sabes que Junsu es como un niño pequeño, siempre va a ser mi bebé, que eso te quede claro, pero está pasando por ese momento en el que todos los adolescentes quieren jugar a ser mayores. ¿No te has dado cuenta? Se pone serio y se mueve todo sexy ante las cámaras, pero las apagan y sonríe con las mejillas sonrojadas como si no hubiera mañana, sigue siendo un crío-

Jaejoong explicó lentamente, obligándolo a sentarse de nuevo para tranquilizarse.

-Lo sé… pero-

-No, nada de peros. Ya no tengo tiempo para seguir discutiendo trivialidades, hoy mi agenda está apretadísima, así que más te vale tratar bien a Junsu y felicitarle por su segundo teaser. Mira lo mucho que se ha esforzado para hacer ese videoclip, además hoy es su última función de Elizabeth y pobre de ti si lo haces sentir mal o algo- el mayor lo fulminó con la mirada mientras tomaba su chaqueta –regresará en una hora o dos. Pórtate bien- se despidió y salió del estudio con rumbo a la puerta del apartamento.

-¿Que me porte bien?- preguntó con ironía al aire –lo siento, pero hoy voy a desobedecerte Jaejoong-Hyung- sonrió ante aquellos pensamientos que le comenzaron a rondar por la cabeza y se acomodó en su silla antes de volver a darle play al famoso video.

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-¿Yoochun?- el rubio había llegado al apartamento antes de lo esperado, sin haberle dado tiempo a ese pelinegro, que sigue sentado frente a la computadora, de planear sus travesuras.

El mayor no había oído el llamado de su novio. Seguía observando la pantalla, había repetido ya más de mil veces ese video que le sacaba de quicio, había analizado cada detalle que se lograba ver de la anatomía de su rubio novio.

-Mmm, ¿Chunnie?- un susurro sexy en su oído lo hizo saltar, estremeciéndose por completo.

-¿Ju-Junsu, cuando llegaste?- preguntó al encontrarle a su lado, con la vista prendada en la computadora, analizando lo que el pelinegro veía.

-Hace un momento- buscó su mirada y sonrió de medio lado – ¿has estado viéndome todo este rato?- preguntó agachándose lo suficiente para rozar sus labios con los del mayor – ¿te gustó el teaser?-

-N-No- titubeo el mayor, aún afectado por la llegada repentina del rubio –como si ese video fuera la gran cosa- bufó por lo bajo, recibiendo otro roce de labios que ni siquiera llegaban a ser un beso – ¿estás provocándome?- preguntó molesto, el menor rió.

-No, yo he llegado muy feliz y me he encontrado con mi novio observándome con ojos lujuriosos en un video que acaba de salir hace unas horas- respondió dejando besos sobre distintos lugares en el rostro del mayor, sin tocar su boca.

-¿Ojos lujuriosos? Pff, por favor, ese video ni siquiera es sexy- se cruzó de brazos dispuesto a ignorar olímpicamente a su novio.

-Yoochun Jr. me dice lo contrario- el menor bajó su mano hasta la entrepierna semidespierta del pelinegro y le dio un apretón que alteró en sobremanera sus sentidos – ¿eh? ¿Se te ha subido el ánimo solo con verme en ese videíto?- preguntó pícaro, empujando el respaldar de la silla donde se encontraba su novio para girarla y tenerle de frente.

-Junsu, deja de provocarme- sentenció el mayor con el ceño fruncido.

-Yo no estoy haciendo nada- volvió a sonreír el rubio mientras se lanza a besar con ganas los labios del pelinegro, quien a pesar de estar enfadado o celoso no puede negarse a esas deliciosas atenciones que le proporciona la boca de su “ya no tan tierno” delfín.

Sin que Yoochun logre percatarse de los hechos, el rubio comenzó a agacharse, bajando de a pocos para no ser muy obvio en lo que planeaba hacer. Se dejó llevar por un beso más profundo y cuando ya no había más aire en sus pulmones, logró quedar de rodillas en el suelo, entre las piernas del pelinegro.

-Junsu, ¿qué diablos intentas hacer?- el menor no respondió, alzó la polera que llevaba puesta su novio y comenzó a dejar besos sobre su estomago, jugando con sus dedos en el borde del pantalón – ¡nngh!- gruño al sentir la lengua del rubio en su ombligo.

Yoochun intentó detenerlo poniéndose de pie, pero un mordisco sobre la tela del pantalón, justo a la altura de su entrepierna lo hizo tambalear y cayó en la silla de nuevo, largando un gemido que deleitó los oídos del menor.

-No te muevas Chunnie- le sonrió sexy dejando besos sobre la tela del pantalón.

-Jun…ahh… deja…- apenas podía articular palabras. No lo niega, ese estúpido video de 50 segundos le había puesto a mil desde la primera vez que lo vio. Ver en él a su novio de esa manera tan provocativa, le había dado los más retorcidos y pervertidos planes para desahogarse con él esa noche, pero por lo visto la historia había tomado un rumbo muy distinto.

-¿Dejo qué?- preguntó haciéndose el inocente – ¿esto?- besó una vez más la entrepierna sintiendo como ese bulto bajo la ropa se hacía cada vez más grande – ¿o esto?- desabrochó el cinturón rápidamente, encargándose del botón del pantalón y con sus dientes bajó el cierre, llegando a rozar con sus labios por sobre la tela del bóxer.

-Aahh Junsu, detente- pidió con los ojos fuertemente cerrados, intentando en vano escapar de nuevo.

-¿Seguro que quieres que me detenga?- jaló con sus manos el bóxer de su novio, dejando expuesto aquel manjar con el que planeaba deleitarse (y torturarle) ahora.

-Mmm, s-si- el menor no tocaba el miembro del pelinegro, solo se había acercado lo suficiente a él como para dejarle su aliento.

-¿Estás muy muuuuy seguro?- dio una lamida en la punta.

-¡Oh fuck!- gimió sintiendo temblores por todo su cuerpo.

Esta vez el pelinegro se había rendido ante los encantos de su novio, le había dejado provocarle y se estaba arrepintiendo de ello.

-¿Eh? ¿No querías que me detenga?- preguntó alzándose a besarle el vientre, dejando el hinchado miembro del mayor desatendido.

-No, ya no. Sigue-

-¿Que siga qué?-

-Susu no seas así, sigue haciendo lo que ibas a hacer- el mayor sentía dolor en su entrepierna.

-¿Yo iba a hacer algo?- bajó nuevamente dejando un beso en la extensión del pelinegro.

-¡Fuck! ¡Junsu! ¡Hazlo de una vez!- jadeó desesperado, moviendo sus caderas hacia el rostro de su novio, quien simplemente abrió la boca y sacó la lengua, acercándose lo suficiente como para que el pelinegro la alcancé.

Ya había sido suficiente tortura por un rato, así que el rubio se dedicó a atender ese trozo de carne caliente que ahora se pierde una y otra vez en su garganta, en un ritmo frenético y desesperado.

El mayor se quita la polera junto con la camiseta y se agacha lo suficiente para arrebatarle la chaqueta y la camiseta a su novio también. El rubio apenas se separa de su entrepierna para dejar salir la prenda que trae puesta, una vez tiene el torso desnudo regresa a su labor, ahora lamiendo y dando suaves mordiscos a lo largo de su extensión.

-Mmm…Suuu, voy a…- el menor se detuvo, subiendo con besos por su estomago, hasta su pecho, encontrándose con la mirada de su novio.

-¿No quieres terminar dentro de mí?- preguntó dándole mordidas al mentón del mayor.

Junsu le jala los pantalones logrando quitárselos completamente, se pone de pie y el pelinegro no se demora en quitarle los suyos también, lo gira y le obliga a sentarse sobre sus caderas. El rubio siente la palpitante entrepierna de su novio contra su trasero y se mueve contra él como si se estuviera autoembistiendo.

El mayor besaba cuanta piel expuesta tenía al frente, dejando lamidas en su columna, subiendo hasta la nuca, donde succionaba un poco más fuerte dejando unas cuantas marcas un poco más rojas. Alzó su mano hacia la boca de Junsu, recibiendo lamidas en sus dedos, la coló entre ambos cuerpos y de una solo estocada introdujo un digito en la intimidad del rubio. Jugando con su mano libre en la entrepierna.

-¡¡Ahh!! Chuuunn~~- la situación ardía en llamas de pasión para los dos enamorados, Junsu se sentía morir de placer con las atenciones y la desesperación con la que su novio lo preparaba, y el mayor se excitaba cada vez más con cada sonido que emitía el menor. Introdujo los dos dedos restantes dilatando con extrema rapidez ese estrecho pasaje que lo recibiría en unos minutos.

El rubio apartó al mayor, se levantó lo suficiente como para coger la entrepierna de su novio con una de sus manos, lo posicionó en su entrada y volvió a sentarse, ambos sintiéndose desfallecer ante el placer provocado. Se quedaron en esa posición por un momento, tratando de recuperar el aire que habían perdido de súbito.

-Baby te amo- el pelinegro le dijo al oído, bajando por su mejilla con besos suaves para encontrar esos labios que lo reciben con una sonrisa.

-Y yo a ti- le respondió atrayendo un poco más el rostro de su novio con una de sus manos.

Porque la realidad era esa, por más lujurioso o carente de sentimientos que se pudiera ver aquella clase de entregas, siempre hacían el amor, y nunca faltaban esas 2 cortas palabras para hacerle recordar al otro que todo lo que sienten nunca va a cambiar.

Junsu mueve sus caderas contra las de su novio, arrancando gruñidos y gemidos de sus labios. Mantienen un ritmo pausado pero placentero, sintiéndose piel a piel mientras disfrutan el uno del otro. Hasta que el menor aumenta la velocidad un poco y las gotas de sudor comienzan a formarse sobre él.

-¿Quieres que yo siga baby?- pregunta el mayor lamiéndole el cuello, hasta llegar al lóbulo de su oreja, mordiéndolo ligeramente.

-Ahh~~ Chunnie~~- Yoochun le sujeta justo por debajo de las rodillas y lo alza, obligándole a separar las piernas.

Se acomoda y en medio de aquella nube de calor, lo embiste más rápido, casi haciéndolo rebotar sobre sus caderas, sintiendo como ese perfecto trasero choca una y otra vez contra él y como su entrepierna es aprisionada deliciosamente en aquella estrecha intimidad que lo vuelve loco.

Dentro del poco raciocinio que tiene el pelinegro en ese momento, recuerda que inicialmente el planeaba vengarse por aquel provocativo video que estrenara más temprano.

-Mmm, ¿te gusta así?- le pregunta al oído, dándole mucho más fuerte, obligando a Junsu a gritar de placer –esto…mmmm…esto es lo que provocas en mi con tus videítos Kim Junsu- le besa el cuello con fuerza, dejándole marcas por cuanta piel tiene al alcance.

-¡Ahh! ¡Ahhhh! Yoochuuuun~ Mmmm...no hables asiiii~- el menor estaba colorado a más no poder, y sabia que si su novio seguía hablándole así el se correría al instante.

-¿Así como?- se hizo el inocente mientras seguía embistiéndolo –pero si así te gusta… mmm… te encanta que te la meta hasta el fondo ¿no?- sonrió contra la nuca del rubio, sabiendo en lo que terminarían aquellas provocaciones.

-Mmm, Chun para- gimió alterado el menor.

-Y te gusta más cuando termino dentro de ti…- dándole embestidas pausadas, certeras y profundas.

-Ahhhh~~ Chuuunnieee~~- casi llegando al orgasmo.

-…y te dejo todo mojado y pegajoso, lleno de mi…-

El rubio dio un grito alterado, explotando en placer, manchando su torso, el suelo, la silla, las piernas de Yoochun y todo cuanto estuvo al alcance de aquel líquido blanquecino que no pudo detener por más tiempo. El mayor embistió unas cuantas veces más, desfalleciendo ante la presión de las paredes internas de su novio en pleno orgasmo, terminando dentro de su intimidad.

El pelinegro le baja las piernas, y enreda sus brazos en torno a la cintura del menor. Ambos recuperando el aliento, sonriendo entre jadeos después de aquella travesura que habían hecho en el estudio.

-Hemos… dejado… todo sucio- dijo entre risas el rubio, oyendo unas carcajadas de parte de su novio contra su hombro.

-Y cuando te pares se va a ensuciar más- se rió con más fuerza, alzándole por la cintura para obligarlo a ponerse de pie.

-No, Chun… ¡Aish! Maldición…- apenas se separó de sus caderas, la esencia de su novio se derramó entre sus piernas, ensuciando otro poco el suelo. El pelinegro se puso de pié tras él, dándole vuelta y atrayéndole por la cintura para besar esos labios rosados que tanto le gustan.

-Vamos a bañarnos y luego venimos a limpiar- le dijo entrelazando sus manos. El menor sonrió de medio lado, se separó de él y casi brincó hasta la puerta, apoyándose en el marco.

-¿A bañarnos? ¿Seguro que no quieres esto de nuevo?- preguntó señalando su redondo y perfecto trasero –Puedo dártelo en la ducha si quieres~- se dio media vuelta, dándole la mejor vista de sus atributos aún algo colorados después de tanto golpe incesante de pieles.

Y entre risas se persiguen hasta el baño, donde dan comienzo a una nueva travesura entre besos y roces confiados. Todo gracias a aquellas demostraciones de sensualidad de ese delfín “ya no tan tierno”, que terminan en provocaciones irresistibles para el pelinegro. Y se dejan llevar por esa pasión y ese amor que se tienen, sabiendo que no importa quién sea el provocado o quien sea el provocador.


*FIN*

Oh dios, siento que esto me quedó muy lemonoso xD
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