(FIC) Just a few minutes

Primero que todo y antes que nada, quiero desearles a todas un hermoso y perfectamente precioso día del YooSu♥ Esta adorable parejita que me alegra el día a día.
Tal y como prometí, les dejo su regalo por este magnífico día~ Es la continuación de "Just a few seconds"
Espero lo disfruten ^^


Título: Just a few minutes
Autora: Axy
Parejas: YooSu
Género: Romance
Advertencia: NC-18/LEMON


El pelinegro se levantó temprano, iba a compensar a su delfín pelirrojo y no podía perder ni un solo minuto si quería que todo saliera a la perfección. Se vistió e hizo una lista de las cosas que iba a necesitar, besó la frente de su novio aún dormido antes de salir, y bajó a la recepción del hotel para coordinar con alguno de los asistentes todo lo que tenía que preparar.

Consiguió las mejores sales y esencias para el baño de burbujas, contrató al chef principal para tener listo el desayuno, pidió arreglos florales para ambientar y con muchísimos pétalos de rosas casi logró cubrir el suelo del cuarto de baño. Y por último, pero siendo el punto más importante, compró un pijama de seda color perla.

*****

-Junsu- lo llamó pasadas las 10 de la mañana. Recostado a su lado le dejó un beso en los labios para que despierte.

El de cabellos rojizos se removió en su lugar, haciendo gestos que dibujaron una sonrisa en el rostro del mayor, soltó un suspiro y entreabrió los ojos, contagiándose al instante de la alegría de su novio.

-Buenos días baby- saluda besándole de nuevo, dejándose abrazar por el menor, mientras él le acaricia la espalda desnuda.

-Buenos días- corresponde acurrucándose en su pecho, suspirando enamorado una vez más –extrañaba despertar así… con tus besos- dice entre risas, recibiendo caricias en los brazos y en el pelo.

-¿Recuerdas lo que te prometí ayer?- pregunta observando al pelirrojo estirar sus brazos para espabilar el cuerpo.

-Sí, pero bésame un ratito más- responde y con sus manos jala la nuca del pelinegro, encontrándose entre sonrisas con nuevos besos cortos llenos de ternura. Y se acomodan abrazados, pegando y despegando sus labios cada tanto, saboreando y disfrutando de todo el amor que extrañan trasmitirse por culpa de sus horarios descoordinados.

-¿Sabes…- el mayor comienza a hablar entre besos –que tu boca… es adictiva?- cuestiona con una sonrisa y le atrapa con los dientes el labio inferior, jalándolo despacio para luego succionarlo y dejarlo algo más colorado que lo usual.

Para variar, las mejillas del menor se habían teñido a la par, haciendo juego con su cabello. Yoochun le dejó unos cuantos besos más y se puso de pie, buscando algo en el cajón de la cómoda. Volvió con el pijama de seda en mano y se acomodó al lado de su novio, quien ya estaba sentado sobre la cama.

Y así callados como estaban, comenzó a vestirlo; primero poniéndole la camisa, rozando son sus dedos la piel del menor al pasar, encargándose con parsimonia de acomodar cada botón en su respectivo ojal. Sus miradas se encuentran antes de ponerse de pie y se sonríen, descubriendo que a pesar de los años que llevan juntos aún se avergüenzan en situaciones así.

El pelinegro agradece que la camisa le cubra lo suficiente como para aguantarse las ganas que tiene de saltarle encima, y mientras le coloca el pantalón con cuidado sonríe, pensando en el deseo y la pasión que le provoca su pequeño delfín bipolar que cuando quiere es sexy y cuando no irradia ternura por doquier.

Junsu se apoya en los hombros de su novio para mantener el equilibrio y sonríe cuando siente los dedos paseándose sobre sus muslos para terminar de subirle el pantalón. Las manos del mayor acomodan la ropa una última vez y se posan en su cintura para abrazarle.

-¿Por qué me has vestido si después de todas maneras me vas a desvestir?- pregunta correspondiendo el abrazo, escondiendo su rostro en el cuello de Yoochun.

-Porque si estuvieras desnudo no podría desvestirte- responde robándole un beso –y es precisamente lo que quiero hacer-

Sonríe ante el puchero avergonzado del delfín y en un rápido movimiento lo sujeta de la espalda y las piernas para levantarlo en vilo; el menor se sujeta del cuello de su novio y ríe moviendo sus piernas cual niño pequeño.

-Mírate, tienes 25 años y aún te emocionas porque te estoy cargando. Hoy estás todo sonrisas y ayer lo único que querías era tenerme metido en la cama- va hablando mientras camina hacia el baño, recibiendo besos en el cuello y la mejilla de parte de su novio.

-¡Chunnie! ¿¡Hiciste todo esto!?- pregunta sorprendido con la felicidad plasmada en el rostro al ver la cantidad de flores y pétalos que decoran el cuarto de baño; se baja de los brazos del mayor y camina sobre la suavidad de las rosas.

Es entonces que el pelinegro se da cuenta de lo hermoso que se ve su novio allí, sonriéndole lindamente con las mejillas arreboladas en tonos rosados y el cabello desordenado que cae sobre su frente. Se acerca y lo gira sutilmente para abrazarlo por la espalda, acomodando su rostro sobre el hombro del menor.

-Acabo de notar que con el cabello de ese color eres una flor más entre todas las que te he comprado- le susurra al oído y caminan abrazados hasta el lado de la tina.

-Park Yoochun, no te pongas tan cursi- le dice con los labios fruncidos y el gesto avergonzado. Pero a pesar de regañarlo, le encanta que Yoochun le hable así, le encanta que lo trate con absoluto cariño y de vez en cuando le demuestre en actos como aquellos cuanto le ama. El mayor lo abraza y deja unos cuantos besos sobre sus labios antes de responder.

-No puedo evitarlo… es porque estoy empedernidamente enamorado de ti- confiesa por millonésima vez en lo que van de novios y como si fuera la primera vez que lo oye, el pelirrojo siente mariposas en el estómago.

Y se encuentran envueltos en nuevos besos castos y caricias llenas de ternura, porque solo quieren hacerse el amor una vez más; sienten el latir presuroso de sus corazones y la sangre correr irrefrenable en sus venas.

El cuello de Junsu se convierte en receptor de los besos del pelinegro, quien a la par va desabotonando la camisa con mucha paciencia; descubriendo cada porción de piel como si no la conociera de memoria, rozando con sus labios sobre la suavidad de su torso, dejando besos desde la clavícula, pasando por el pecho hasta llegar arriba del ombligo.

El menor lo atrae con sus manos para besarle los labios nuevamente, dejando que Yoochun le quite la camisa y pasee sus dedos sobre la piel tibia que queda expuesta; los brazos del mayor se enroscan en la delgada cintura del pelirrojo y lo alzan un poco, permitiéndole así llegar con su boca a esos montecitos rosados en el pecho del menor.

-Ahh~- jadea apenas cuando la lengua rugosa y caliente de su novio se enreda allí mismo, haciéndole temblar.

-Estas muy sensible- dice con la boca entreabierta, sin haber detenido sus atenciones; oyendo una risita avergonzada

-Aahh~~ ¡Chunnie! No hables mientras… ¡mmm!- gime entrecortado y no logra terminar de hablar porque el pelinegro ha succionado entre sus labios aquella porción de piel delicada. Se dirige al otro montecito y comienza a tratarle de igual manera que el anterior.

-¿Mientras hago qué?- pregunta divertido sobre la piel del menor.

-Mientras… ahh~~ lames mis pezones- responde demasiado avergonzado y hace un puchero cuando su novio le sonríe complacido.

-Y yo sigo preguntándome como logras ser tan sexy si te sonrojas al decir “pezones”- se burla y le baja los pantalones con algo de prisa, ya que poco a poco el pelirrojo le está excitando y primero quiere cumplir su misión de darle un baño de burbujas. Sonríe enamorado al verle completamente desnudo y lo atrae en un abrazo que es correspondido al instante; con sus manos delinea la columna vertebral del menor y se pierde en esa pronunciada line S hasta acariciar la piel de su trasero.

El pelirrojo aprovecha la distracción de su novio, y en menos de lo que tarda un parpadeo ya le ha quitado la camiseta; y ahora juega con sus manos sobre esa deliciosa piel color vainilla.

-Baby, se supone que el que se va a bañar eres tú, no yo- lo reprocha por haberle dejado el torso desnudo y le jala de la mano para subir esas escaleras que llevan a la tina. Yoochun se sienta a un lado, sobre la baldosa del suelo mientras Junsu entra a la bañera y con el agua hasta las rodillas se queda de pie, cruzado de brazos.

-¿No vas a entrar conmigo?- pregunta frunciendo el ceño, haciendo alguna especie de berrinche porque no ha conseguido lo que quiere.

-No- responde el mayor con una amplia sonrisa, sujetando al menor de la cadera para darle vuelta y obligarlo a sentarse, a lo cual este se negó.

-No voy a sentarme si no entras conmigo- sentenció haciendo un puchero.

-Planeo entrar después baby- dice y aprovecha que su rostro está a la altura de la cintura del pelirrojo para jalarle y dejar un sonoro beso sobre uno de sus glúteos, haciéndolo respingar –siéntate Junsu, yo me meto en un rato- asegura y el menor obedece.

Yoochun se acomoda, sentado en el suelo, detrás de su novio; echándole agua con la ducha de mano, y así con sonrisas y caricias va bañándole entre la espuma y las burbujas que se forman sobre el agua. Junsu se deja hacer, sonrojándose cada tanto cuando en juegos esporádicos sus labios se encuentran; o molestando al pelinegro con la espuma, esparciéndosela por el torso y los brazos, dejándolo prácticamente mojado.

El mayor trata de concentrarse en quitar lo que queda de shampoo en la cabeza pelirroja, pero se le es imposible con toda el agua que el menor le va lanzando; termina lleno de jabón y en un descuido, Junsu ya le ha quitado lo que le quedaba de ropa. Ambos ríen y se acomodan dentro de la tina, abrazados y con los labios pegados en un beso tan húmedo como el agua que los rodea.

-Mmm~ Ya era hora de que te metieras- sonríe contra la mejilla de su novio, acomodándose sobre él, con las piernas enroscadas en torno a su cintura.

-Ni siquiera dejaste que te bañara propiamente- se queja el mayor y pasea sus manos sobre la espalda resbalosa, hasta sujetar el trasero del pelirrojo. Quien ríe victorioso por su travesura y acomoda las manos en la nuca de su novio para poder encontrar su mirada.

-Quiero que me hagas el amor- dice en un susurro y busca una vez más esos labios gruesos de los que nunca va a cansarse, porque son como una droga de la cual es magnífico ser adicto.

Las corrientes de placer comienzan a viajar por sus cuerpos, haciéndoles temblar con cada roce y cada caricia; el beso que comparten se convierte en una deliciosa batalla por explorar la boca del otro y sus lenguas se enredan sin tregua. Sus jadeos mueren en la boca del otro y las mejillas se les pintan por el calor combinado del agua y la pasión que les enciende la piel.

Los dedos de Yoochun se deslizan suavemente, llegando a tantear la intimidad de su novio. Con la yema de los dedos frota el contraído anillo y provoca gemidos queditos que escapan de la garganta del pelirrojo.

El agua jabonosa le facilita el trabajo y sin problemas introduce el dedo medio hasta llegar al fondo. Recibe con gusto esos gemidos placenteros en su oído y se aferra a la cintura del menor con el brazo libre para pegarlo cuanto puede a su cuerpo.

-Nngghh~ ¡Yoochunnie!- jadea y se remueve alterado cuando su entrepierna semi despierta se encuentra con la de su novio, chocándose deliciosamente al ritmo en el que los dedos del mayor dilatan su intimidad.

-Ya casi- susurra el pelinegro sobre la piel del cuello del menor, habiendo introducido un tercer dígito que se pierde dentro del resbaloso y húmedo pasaje con facilidad.

El menor alcanza con una de sus manos ambas erecciones y las junta para bombearlas a la vez, oyendo los jadeos roncos de su novio escapar por fin entre sus labios.

-Ahh~ Oh baby~- gime largo y aumenta el ritmo de sus dedos mientras se dedica a lamer el cuello del pelirrojo.

-Chun~ Ya estoy listo, rápido- dice sonrojado y aparta los dígitos de su intimidad.

Se acomoda sobre el pelinegro, dejando su trasero en el ángulo perfecto para que la entrepierna del mayor se perfile con facilidad.

-¡¡Mmmm!! Ahh~~ ¡¡Yoochun!!- jadea y casi grita desesperado cuando su novio empuja con fuerza y rapidez hasta llegar al tope. Las paredes estrechas y calientes de Junsu aprisionan su hinchada entrepierna, dándole el más grande y magnifico placer.

Sujeta las caderas de su pelirrojo y mientras espera la señal para moverse le besa los labios con fervor y cariño.

-Te amo Chunnie- susurra en un suspiro enamorado, esbozando una sonrisa. Y comienza a moverse lento sobre la erección de su novio.

-Te amo también… mmm~- responde, disfrutando del movimiento continuo que ejerce su novio en su cadera.

El sudor se confunde con el agua que cae entre sus cuerpos y casi parece que fuera a evaporarse por la temperatura que traen en la piel. Junsu se concentra en darle placer a su ratoncito pervertido, moviéndose despacio y a lo largo, permitiéndole llegar lo más profundo; sabiendo que está haciéndolo perfectamente cuando lo ve morderse los labios para ahogar sus gemidos.

-No hagas eso…- pide y con el dedo pulgar le obliga a soltar su labio inferior de entre sus dientes –quiero escucharte también- completa en un jadeo y se recuesta sobre el pecho de su novio para alcanzarle el cuello, dejando besos y succiones por doquier, aún moviendo su trasero sobre el pelinegro.

-Nnnggh~~ Junsu~- apenas jadea y siente como se le altera hasta la última hormona en el cuerpo cuando el menor muerde su clavícula.

Los brazos de Yoochun se aferran a la cintura del pelirrojo y comienza a imponer ritmo y velocidad en las embestidas; el chasquido del agua cuando sus cuerpos chocan es demasiado excitante en el momento.

-¡¡Ahh!! ¡¡Ahí!! Mmmmmm~~- el menor chilla y se separa para sentarse totalmente sobre la durísima erección del mayor; jadea al sentir el miembro chocar contra su punto más sensible y monta al mayor con ganas, temblando entre espasmos con cada corriente de placer.

-¡Mmm! Agárrate fuerte baby- logra decir el mayor mientras le sujeta las caderas con fuerza y empuja hacia arriba con velocidad.

Las embestidas se vuelven frenéticas y el agua salpica con el choque de ambas pieles fundidas en pasión. Se les nubla la vista y solo pueden basarse en los sonidos que escapan de sus gargantas para saber a qué punto de placer están llegando.

El trasero del menor prácticamente rebota sobre las caderas de su novio y se siente desfallecer, su corazón va a mil por hora y esa sensación deliciosa y caliente en el bajo vientre le avisa que ya falta poco.

-¡Yoo…Chunnie! ¡¡Ahh!! Voy a~~- apenas logra balbucear y el pelinegro atrapa con una de sus manos la entrepierna del menor, bombeándola al ritmo acelerado de sus estocadas.

Los gemidos del pelirrojo se hacen más agudos y fuertes, está a nada de ahogarse en el mejor orgasmo que haya podido tener en lo que va del año y le hace estúpidamente feliz que su Yoochun haya hecho todo aquello para compensarle.

Se les tensan los músculos y con una embestida fuerte y profunda, ambos llegan al clímax a la vez; sus respiraciones agitadas se encuentran en un beso corto, para luego poder dedicarse totalmente a llenar sus pulmones de oxigeno y calmar los espasmos que aún se pasean por sus cuerpos.

-Estuviste increíble- habla en un suspiro el mayor, recibiendo una amplia sonrisa de parte de su novio.

-Deberías compensarme más seguido~ Es como si se duplicara tu fuerza- dice alegremente y se acomoda abrazado al cuello del pelinegro.

-Es porque te gusta lo salvaje- confiesa y ríe cuando el rostro del menor se pone del mismo tono de los mechones pelirrojos que le caen sobre la frente -…pero sabes que te hago el amor- susurra románticamente y atrapa esos labios rosados que le reciben con otra sonrisa.

Y puede que pasen solo unos segundos, minutos, horas, días, semanas, meses o años; pero su amor siempre va a estar allí, esperando a ser entregado desde la manera más delicada, hasta la más pasional y hermosa. Y solo cada uno de ellos sabe cómo hacer feliz al otro, porque el destino los ha unido de la manera más perfecta.

Para amarse hasta la eternidad.

*FIN*

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