(FIC) Secretos en Japón *Capítulo 5*

Último capítulo ♥
Espero les haya agradado este miniserial~ Lamento haberme demorado en terminarlo, pero siempre procuro encontrar mi propia satisfacción ante mi trabajo, de ese modo me enorgullece compartirlo con ustedes ♥
(Dato: Si antes de leer este capitulo leen todos los anteriores para tener la cabeza fresca, fácil les guste un poco más~)
Gracias por el apoyo♥ Sigan comentando y yo seguiré publicando~
Regresaré con un Bonus YunJae! :D




Capítulo 5: Hagamos el amor


La pregunta había escapado temerosa entre los labios del pelirrojo; deteniendo totalmente a Yoochun en sus acciones.

El mayor le mira a los ojos, y se pierde en esa dulce mirada con matices de nerviosismo; sonriendo enternecido ante las dudas de su Junsu.

-Estoy totalmente consiente- responde enmarcando con una de sus manos la mejilla colorada del menor -…Te quiero Junsu…- confiesa sonriente, dejando un beso corto en la boquita rosada de su mejor amigo.

-y yo a ti… p-pero… estoy… demasiado nervioso- tartamudea en susurros, sujetando la mano del pelinegro que esta sobre su rostro.

-Iré con cuidado- le asegura besando despacio sobre su mejilla contraria.

-Esta es mi…- balbucea el pelirrojo y no puede continuar porque sus labios han sido atrapados una vez más.

-Lo sé, también es mi primera vez- le confiesa al oído, retomando su labor de cubrir con besos cariñosos toda la piel expuesta del menor.

¿Su primera vez? Junsu se quedó inmóvil, hilando los pensamientos en su cabeza… ¿por eso era que siempre evadía el tema si alguien hablaba sobre sexo? El jamás espero oír aquello; las mejillas se le colorearon tan rojas como las rosas en primavera y su sonrisa se extendió de oreja a oreja.

-¿Lo es?- preguntó incrédulo entre risas emocionadas.

-Si- respondió recibiendo esos brazos que se enredan en su cuello –Siempre he esperado a que tú seas mi primera vez- dice y se sorprende cuando es el menor quien lo besa repentinamente.

-Yo también he estado esperando eso- corresponde risueño.

Y entre más sonrisas y nuevos besos confiados se envuelven nuevamente en aquella nube de amor irrevocable.

Las manos del pelirrojo se encargan de aflojar la bata que aún trae puesta el mayor, y se pierden dentro para acariciarle los hombros y la espalda; mientras el pelinegro desciende sobre su cuerpo. Sus gruesos labios encuentran deliciosa la piel rugosa de esos montecitos rosados que adornan el pecho del menor, y se entretiene lamiendo y succionando despacio.

-¡Nnhgg! Ahh~- gime quedito y se sobresalta con cada una de las atenciones de Yoochun.

-¿Te gusta?- pregunta el de orbes oscuras antes de atender el otro pezón de su mejor amigo.

-Mmhh~ Sii~~- jadea absorto en el placer que le recorre el cuerpo y se deja hacer, tal y como siempre soñó.

Las caricias se vuelven más confiadas y los besos más apasionados, sienten las mariposas en el estomago erizándoles la piel.

Yoochun termina de quitarle la bata al pelirrojo, sonriendo cuando por inercia el menor se cubre la entrepierna con ambas manos.

-Lo haces como si nunca te lo hubiera visto- sonríe contra los labios de su amigo y lo ayuda a sentarse con él.

-Es diferente- apenas responde antes de quedar atónito ante el pelinegro desnudándose frente a sus ojos (cosa que ocurrió más temprano en las aguas termales, pero totaaaaaalmente diferente).

-Entonces seamos justos- dice acomodando sus piernas a los lados de la cadera del pelirrojo, a la vez que jala las del menor a los lados de su propia cadera para quedar frente a frente lo suficientemente cerca –tu me miras y yo te miro, ¿te parece?- ofrece sujetándole las manos que aún cubren su parte baja.

-Es vergonzoso, Yoochun- susurra sin haber descendido la vista.

-Pero quiero ver~- protesta besando los pucheritos frustrados que se forman en la boca del pelirrojo; quien busca las manos del mayor y entrelaza sus dedos.

-Está bien… ¡pero solo porque eres tú!- puchea con las mejillas infladas y recibe miles de besos antes de sentir la mirada del pelinegro posarse en su bajo vientre.

-Susu, mira tú también- dice y ríe ante las negaciones del delfín avergonzado –Mira como me tienes- susurra bajito, acercándose para buscar sus labios.

Y a ambos se les colorean las mejillas intensamente cuando se encuentran en esa situación, observándose mutuamente, descubriéndose, haciéndose el amor por primera vez.

-Es… tan grande- suelta Junsu en un jadeo, con los ojos nerviosos prendados en el miembro erguido e hinchado del pelinegro.

-Tú no te quedas atrás… ¿esto es lo que provoco en ti?- pregunta al haber notado lo excitado que estaba el menor, emocionándose al saberse el único que ocasiona esas reacciones tan naturales en el cuerpo de su amigo.

Entre caricias nerviosas y movimientos no tan seguros, van descubriendo aquellos puntos de placer que comienzan a transformar el cosquilleo en el estomago en ligeras corrientes que les recorren el cuerpo. Sus manos exploran territorios desconocidos y la habitación se inunda con jadeos y suspiros cuando cada mano termina en la entrepierna contraria, masajeando y bombeando con fervor.

-¡Nnngg! ¡Junsu!- gime descontrolado el mayor al sentir el dedo índice del pelirrojo tantear la hendidura de su hinchadísima extensión. El pelinegro acelera los movimientos de su palma sobre el falo del menor, haciéndole estremecer.

-¡Mmm! ¡Ah! Chun~ Para… ahh para por fav~ aaahh!!- jadeó y gimió sin control, pero no pudo evitar terminar en la mano de Yoochun; con las mejillas arreboladas en carmín y la respiración agitada observó como el mayor le abría un poco más las piernas para tantear su intimidad.

-¿Puedo?- apenas preguntó, frotando la estrecha entrada con sus dedos ya lubricados por la esencia del menor.

Junsu asintió temblando, todas aquellas sensaciones eran nuevas para él y su cuerpo. Se sentía bien que le tocara allí, pero a la vez era extraño y algo incomodo.

-¡Aahh!- chilló cuando un dedo se dispuso a abrir paso en su estrechez. Se abrazó al cuello de Yoochun, acercándose otro poco para facilitarle el trabajo con la posición.

-¿Duele?- preguntó contra su oído, deslizando su dedo despacio pero más profundo de a pocos.

-Se siente… ¡nnhg!…muy raro- se quejó con tono incomodo, terminando de recibir completamente aquel dígito.

-Leí que al principio es incómodo… pero luego pasa- el mayor puso gesto serio, aún tanteando con la yema de su dedo esas paredes internas que calientes y húmedas se van dilatando de a pocos –si quieres, me detendré- agrega y le besa alguna porción de piel que tiene al alcance.

-No te detengas… pero ¿puedes distraerme? Quizás eso ayude un poco- pide el menor con una sonrisa algo torcida por la incomodidad. Le había dado un vuelco de felicidad en el corazón al saber que su mejor amigo había investigado acerca del tema y estaba dispuesto a detenerse por él.

-Claro que puedo, Baby- sonríe y le besa dulce una vez más, buscando su dormida entrepierna para dedicarse a despertarla de nuevo.

Le distrajo de a pocos, dilatándole con un segundo dedo a la vez. El fastidio de la intromisión era opacado por el placer de los bombeos sobre su miembro; y para cuando ambos lo notaron, ya 3 dígitos del mayor se deslizaban con relativa facilidad en su intimidad.

-¿Estás listo para lo que sigue?- Yoochun recostó a Junsu nuevamente en el suelo y se acomodó entre sus piernas –voy a hacerlo despacio- prometió alcanzándole los labios para fundirse en otro beso mientras se perfila en su interior.

-¡¡¡¡MMMHH!!!!- ahogó un quejido demasiado incomodo en la boca de su amigo y los ojos se le arrejuntaron de lagrimas.

-Lo siento, lo siento, lo siento- se disculpo rápido el pelinegro y detuvo su movimiento – ¿te duele?-

-Se siente raro- gimoteó contra el cuello del mayor, abrazándole fuerte –p-pero si dices que va a pasar… entonces sigue… solo… no me sueltes- pidió ahogando un sollozo incomodo, siendo abrazado con recelo de la cintura.

Yoochun empujó con cuidado hasta llegar lo más profundo que pudo y se detuvo para esperar a su pelirrojo, quien necesitó demasiados mimos y vocecitas sexys al oído para autorizarle que se mueva.

-Aaahh~- gimió al fin sin sentir aquel fastidio en su pasaje, dando paso a los escalofríos placenteros que viajaban acumulándose en su vientre.

Los jadeos entrecortados del pelinegro sonaban excitantes en el oído del menor. Ambos iban acompasando las estocadas con su cuerpo, regulando sus respiraciones para no desfallecer por falta de aire. El vaivén de sus caderas era una danza erótica envuelta en amor verdadero expresado después de tanto tiempo de haber sido un bien guardado secreto.

Sus pieles se acoplaron tan cerca como les era posible, querían fundirse en uno solo, disfrutarse al máximo con el corazón latiendo como potro desbocado.

-¡Mmm! Chuuunnie~~~- gimió Junsu, estremeciéndose al sentir la erección del mayor contra su punto interior más sensible –¡¡Allí!! Allí~~ Has eso mmmhh otra vez~- pidió con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados fuerte, retorciéndose en placer bajo el cuerpo de su mejor amigo. El pelinegro dio unas cuantas estocadas en el mismo punto, poniendo más fuerza cada vez, casi haciendo gritar al menor.

-Ahh~ ¡Mmmh! Eres tan delicioso- dijo entre gemidos, aumentando la velocidad del vaivén al notar la sensación de placer que le recorre cada vez que Junsu se contrae un poco.

El golpe incesante de sus caderas se tornó frenético, estaban a nada de desfallecer juntos en pasión. El calor se les fue acumulando en el bajo vientre y sus gemidos se volvieron cada vez más agudos y desesperados; hasta que una sensación de plenitud inexplicable se apoderó de sus cuerpos, haciéndoles temblar en deliciosos espasmos.

El pelirrojo se corrió sobre su torso, manchando también el de Yoochun; quien llenó por completo con su esencia la intimidad del menor.

Ambos terminaron echados en el suelo, respirando rápidamente con la mano en el pecho para controlar el ritmo de sus corazones.

Al cabo de unos minutos todo se normalizó y cuando sus miradas se encontraron comenzaron a reír. El pelinegro jaló a Junsu a su cama, metiéndolo para poder cubrirse ambos con las sábanas.

-¿Chunnie?- lo llama mientras se acomoda sobre su pecho – ¿te arrepientes de esto?- pregunta dubitativo nuevamente y se pierde en esas orbes negras que lo absorben cuál si fueran agujeros negros en medio del enorme universo.

-No- responde con seguridad y le acaricia las mejillas – ¿tu si?-

-¡No! …pero… eres mi mejor amigo- se apresura en aclarar y su mirada cae radicalmente ante tal confirmación.

El mayor le sujeta el mentón y le alza el rostro para poder regalarle una sonrisa.

-Quizás ya no…- dice atrayendo el colorado rostro del pelirrojo al suyo.

-¿Eh?- la mirada caramelo se asusta ante tal comentario, ¿su mejor amigo iba a dejar de serlo?

-Quizás ahora somos novios…- dice quedito el pelinegro, esperando una respuesta que nunca llega, decepcionándose ante el gesto incrédulo de Junsu -Si tú quieres, claro- agrega y esta vez es él quien desvía la mirada.

-¡Si quiero Yoochun!- reacciona el pelirrojo entonces, acomodándose para abrazar al mayor sonriente -Si quiero…- repite contra los labios de su novio, y lo besa para sellar aquel paso que acaban de dar juntos.

-Te amo muchísimo, Baby- dice Yoochun cuando se separan.

-Y yo a ti, muchísimo también, Chunnie- corresponde el menor, recibiendo más besos y caricias sobre su boca y rostro; siendo mimado hasta que se duermen abrazados.

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Podemos deducir como fue el resto de su estadía en el país Nipón: hubieron besos al por millón y más encuentros amorosos en lugares como la cama de Junsu, la cama de Yoochun, la ducha, al lado de las aguas termales, dentro de las aguas termales o, de hecho, cualquier espacio libre que hubiera en la habitación.

Se dedicaron a disfrutar de los primeros días de su noviazgo con la hermosa ventaja de estar solos en un país diferente, sin horarios, meetings o presentaciones que les quiten su valioso tiempo de calidad juntitos y pegaditos.

Acordaron entre los dos que al regresar a Corea le dirían la verdad a los demás miembros, ya que no querían estarse ocultando para demostrarse su afecto. Prometieron no guardarse nunca más un solo secreto, ni a ellos mismos, ni a sus amigos.

Pero quien sabe… quizás ellos no son los únicos que alguna vez se han guardado verdades tan importantes…

Al menos este par de enamorados revelaron sus Secretos en Japón.


*FIN*

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